La presidenta de la Convención Constituyente, María Elisa Quinteros, descartó que los resultados de las encuestas tengan alguna influencia en el órgano constituyente.
Así lo aseguró en entrevista con CNN Prime, donde abordó el aumento del Rechazo en las últimas mediciones de opinión pública, de cara al Plebiscito del 4 de septiembre.
“Las encuestas son valiosas porque nos ayudan para ver cómo seguimos mejorando, pero no es el fin de la Convención trabajar en función de las encuestas”.
“Mi percepción subjetiva es que hay gente que está conforme con el avance que se ha propuesto, que es mucho mejor que la Constitución del ochenta”, aseveró.
“También hay personas que están bastante desinformadas y hay que extremar los esfuerzos para poder informar adecuadamente”, agregó.
“Y un grupo menor también está contra estas propuestas”, dijo la presidenta de la Convención.
Quinteros y Amarillos por Chile: “No podemos desmerecer todo el trabajo que se ha hecho”
En ese sentido, y ante la irrupción de movimientos como Amarillos por Chile, liderados por Cristián Warnken, Quinteros pidió no desmerecer la labor que han realizado.
“A mí no me gusta mucho polemizar, no es mi forma de ser, creo que todas las personas tienen derecho a expresar su opinión, pero no podemos desmerecer todo el trabajo que se ha hecho”, afirmó.
“Este ha sido un proceso democrático, que hemos respetado los altos quórums y también no ha sido fácil ponernos de acuerdo, eso hay que reconocerlo”, admitió.
“Sin embargo, lo hemos logrado y cada uno de esos artículos es el resultado de un proceso arduo de trabajo y de mucho diálogo al interior”, sostuvo.
“Seguimos trabajando para terminar el borrador, más allá de las críticas, los comentarios. Nuestro mandato es terminar y claro, en el fondo de mi corazón me alegro que hayan críticas positivas, porque hemos tenido meses con muchas críticas negativas y poco constructivas sobre el trabajo que hemos hecho con tanto esfuerzo”, opinó.
Por último, respecto del caso del convencional Rodrigo Rojas Vade, María Elisa Quinteros reconoció el impacto mediático que tuvo en la labor de la Convención.
“Fue muy duro, porque atentó contra la fe pública y también contra nuestra propia imagen, porque pasamos todos al mismo saco”, concluyó.