La constituyente Teresa Marinovic (IND-REP) se abrió a ampliar el plazo de funcionamiento de la Convención Constitucional, ya que el actual período no permitiría concretar un real proceso participativo ni llevar a cabo una “discusión honesta”.
En conversación con BioBioChile, la representante del distrito 10 sostuvo que “se le prometió a los chilenos participación y resulta que, por falta de tiempo, hemos votado 1.009 indicaciones sin debate. Hemos rechazado audiencias y las que recibimos tienen un plazo casi ridículo para exponer, y sólo dos minutos para responder un máximo de dos preguntas”.
A raíz de aquello, aseguró que “el compromiso de hacer un proceso participativo no es más que una pantalla”.
Por otra parte, Marinovic afirmó que el plazo definido para el trabajo constituyente —que inicialmente es de 9 meses, pero puede extenderse por un año— no ha permitido una “discusión honesta, en la que tratemos de entender de buena fe las ideas de otros”.
“Creo que un año o dos años es nada para los efectos de redactar un texto constitucional. La Constitución del 1980, que fue el resultado del trabajo de una pequeña comisión, requirió de mucho más tiempo que éste. No veo cómo podríamos hacer bien este trabajo en un plazo express”, agregó.
“El que trabaja mal, trabaja doble”
La constituyente, que ha sido crítica con la gestión de la presidenta Elisa Loncon, indicó que “lo que más le critico a la mesa han sido sus actitudes antidemocráticas, algunas de las cuales han sido justificadas precisamente por la falta de tiempo”.
En ese sentido, aseveró que el problema no es cuánto se avanza en el trabajo constitucional, sino la forma en que está haciendo esta labor. “Como dice el dicho: el que trabaja mal, trabaja doble”, dijo.
Marinovic forma parte de la comisión de Derechos Fundamentales, una de las siete mesas temáticas que se encargarán de proponer los textos para la redacción de la nueva Carta Magna.
Sobre el trabajo que han realizado hasta ahora, apuntó a que “hemos estado operando de manera casi robótica, como decía hoy un convencional. Eso significa que, en el fondo, no estamos haciendo lo que corresponde. Si hay algo contrario a la deliberación es el automatismo”.
Consultada por un plazo idóneo para el funcionamiento de la Convención, expresó que “no sé calcular, porque es un proceso sin precedentes en nuestra historia”.
“Si llevamos medio año y no hemos escrito un solo artículo, con el agravante de que ni siquiera hemos podido debatir en serio, prefiero no jugármela con un plazo, pero intuitivamente creo que un año o dos son nada”, concluyó.