Matías Cox Campos tiene 39 y sus cercanos lo describen como una persona con un “carácter muy ponderado, muy profesional y afable” lo que permite tener una “buena comunicación y relación con todos para sacar adelante los procesos”.
La semana pasada fue nombrado secretario ejecutivo de la Secretaría Administrativa de la Convención luego de la renuncia de Catalina Parot. Y como habían adelantado desde el Gobierno, se trata de una persona no política y con carrera en el sector público.
“No quiere aparecer en los medios, quiere trabajar y cumplir con su rol”, es la frase que se escucha en el ex Congreso, Palacio Pereira y en La Moneda al preguntar por Matías Cox, el nuevo secretario ejecutivo de la Secretaría Administrativa de la Convención.
El abogado de la Universidad Andrés Bello, nació el 5 de agosto de 1982. Es hijo de Benjamín Cox y Mercedes Campos, quien es argentina de nacionalidad. Tiene 7 hermanos, dos mujeres y seis hombres, y él es el cuarto.
Se graduó del Instituto Presidente Errazuriz y en diciembre de 2011 se casó y tiene tres hijos. Es magíster en Derecho Regulatorio de la Pontificia Universidad Católica de Chile y es profesor del Departamento de Derecho y Economía en la Universidad Andrés Bello.
Funcionario público
Desde que egresó de la universidad, explican cercanos, Cox siempre tuvo la intención de ser un funcionario público. Por esto en 2011, en el primer gobierno de Sebastián Piñera, ingresó al Servicio de Cooperación Técnica de Chile (Sercotec), dependiente del Ministerio de Economía.
En 2012, fue parte del equipo de abogados de la Cancillería. Donde como abogado de la fiscalía participó en negociaciones internacionales además de ser el encargado de transparencia.
Cuando asume Michelle Bachelet, Cox continuó trabajando en el Estado, ocupó el cargo de Jefe de la Unidad Jurídico Administrativa del Ministerio de Energía entre los años 2014 y 2019.
Después, postuló para el cargo de fiscal en la Secretaría General de la Presidencia. Fue entrevistado por el entonces subsecretario Claudio Alvarado, y según conocedores del proceso, Cox fue elegido “por su competencia profesional, tenía expertise en materia administrativa en el sector público, en derecho administrativo” y sobre todo porque es de “carácter muy ponderado, muy profesional y es afable” lo que le permitía tener una “buena comunicación y relación con todos para sacar adelante los procesos”.
No quiere ser político, ni que se hable de su vida privada. No es cercano a los ex ministros de la Segpres y tampoco al actual, Juan José Ossa. Nunca fue parte del equipo de un subsecretario o de un ministro. Pero, desde la Segpres, expresan que si bien no es cercano, si tiene la confianza por lo demostrado en su trabajo para asumir el cargo.
De hecho conoció a Ossa cuando asumió como subsecretario de la Segpres en enero de 2020. No milita en Chile Vamos y tampoco en algún partido de oposición, y nunca ha pensado hacerlo, dicen sus cercanos. Y afirman que esta fue una de las características por las que también fue elegido para asumir el cargo.
Convención
El 4 de julio temprano en la mañana Cox Campos llegó al ex Congreso, era el fiscal de la Segpres pero ese día iba a cumplir otro rol: colaborar en el inicio de la Convención ayudando a los convencionales a llegar a sus ubicaciones.
Pero cerca de las 11:00 horas, Elsa Labraña, representante de la Lista del Pueblo, solicitó suspender la sesión por lo que estaba ocurriendo fuera del lugar, a lo que María Gloria Valladares aceptó. En ese minuto Cox ya había tomado otro papel, se encontraba apoyando a Valladares para lograr encontrar una solución.
Pero ese actuar pasó desapercibido hasta el viernes 13 de agosto, cuando a través de un comunicado, anunciaron su llegada a la Secretaría Administrativa de la Convención Constitucional.
Aunque nunca se supo de su rol en la inauguración de la Convención, Cox participó tempranamente de todo el proceso de organización e instalación. No fue directamente parte del equipo de la Secretaría, pero al ser el fiscal todos los actos administrativos, licitaciones, tratos directos tenía que tener su visto bueno desde una perspectiva jurídica.
Secretaría Administrativa
Desde que asumió el cargo, la instrucción fue clara, dar el apoyo para que la Convención funcione bien. Y había claridad de que la secretaría debía dejar de aparecer en conflictos o estar en la palestra. Por esto, Cox ha tenido especial cuidado en mantener un perfil bajo.
Cercanos a él explican que Cox sabía que asumir el cargo era un riesgo por lo sucedido con las dos personas que estuvieron antes, pero no dudó en aceptar porque para él la Convención es un proceso histórico y que cualquier funcionario público estaría feliz de aceptarlo.
Todos los días llega muy temprano en la mañana y cuando es necesario trabaja hasta altas horas de la noche pero, explican internamente, que él prefiere trabajar desde más temprano para poder llegar a su hogar a estar con sus hijos.
Quienes han tenido que relacionarse con Cox, en los pocos días que lleva en la Secretaría, lo describen como una persona seria pero clara y directa. Muy trabajador, buen abogado, y capaz de explicar todo de manera sencilla.