La noche de este miércoles, tras varias horas de deliberaciones, la Convención Constitucional votó y aprobó la conformación provisoria de las comisiones de ética, reglamento y presupuesto.
Consultado por la prensa ante el avance de una indicación al respecto, el vicepresidente Jaime Bassa aclaró que la regla de los 2/3 sigue firme, a menos que el Congreso diga lo contrario.
Esa indicación llevó a algunos miembros de la Lista del Pueblo a interpretar que será la convención la que se dará sus propias reglas con el rechazo al párrafo de la mesa que asume como incuestionable el quórum instaurado en el acuerdo político de noviembre de 2019.
Con el avance en las comisiones, según Bassa, ahora será la instancia de reglamento la que deberá llevar a cabo esa discusión.
“Allí se va a tener que construir el reglamento con el cual va a funcionar la constituyente de manera permanente en el tiempo”, señaló ante periodistas apostados en el edificio del ex Congreso, en Santiago.
“Eso va a suponer tener que procesar la forma en que el diseño constitucional aplica para el proceso”, explicó el abogado.
“Si la puede cambiar o no eso ya es algo que hemos discutido previamente y, personalmente, digo que las normas constitucionales vigentes no se pueden cambiar por la vía de la constituyente”, complementó Bassa.
Para sortear eventuales “callejones sin salida”, el segundo al mando de la convención mencionó que se deberían buscar “otros caminos, como generar diálogos, buscar caminos de desbloqueo” (…) “pero la constituyente tiene el mandato de escribir una nueva Constitución, no de modificar la actualmente vigente”, sostuvo.
En la misma intervención ante la prensa quedó claro que la presidenta de la convención, la doctora Elisa Loncon, tiene una postura diferente en la materia.
A su juicio, un quórum de 2/3 trae aparejada una historia relacionada con la dictadura, pero reconoció que cada convencional tiene una opinión al respecto.
Para el jueves se espera que los 155 delegados voten la instalación de nuevas comisiones. De ellas, una instancia llamada “Derechos Humanos y reparación” causó debate e incluso entrampó parte del trabajo del día.