Con un ojo reventado resultó P. después de que en la semana del 14 de noviembre de 2016 unos 10 niños se lanzaran contra él en el Cread de Playa Ancha. Pese a los golpes que estaba recibiendo, cuatro Educadores de Trato Directo (ETD) habrían presenciado la agresión sin intentar detenerla. Incluso una funcionaria le habría dicho a otros menores que se sumaran a la paliza. Finalmente, horas después, lo llevaron a constatar lesiones, diagnosticando heridas múltiples en su rostro, con una más grave en su nariz y el ojo reventado. (Basado en la declaración de la asistente social, que habló con la víctima, a la Brisexme de la PDI).
Por Yerko Roa
Ilustraciones: Jaime Silva
En enero de 2018, el Estado se comprometió a cerrar en tres meses el Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) de Playa Ancha, del Servicio Nacional de Menores (Sename) después de un requerimiento del Comité de Derechos del Niño de la ONU.
La promesa no se cumplió, y en el último año el recinto ha seguido siendo objeto de las críticas, principalmente por no apartar a funcionarios acusados de graves maltratos y torturas contra los internos.
Pese a lo terrible de la agresión recién detallada, la situación sería aún peor, pues dos de los trabajadores implicados seguían en el centro a dos años del episodio, según pudo comprobar BioBioChile.
No sólo eso: son 51, al menos, los trabajadores que han sido acusados por los maltratos y torturas entre 2014 y 2018 y de ellos 21 seguían ejerciendo en el Cread en agosto pasado.
Incluso, cinco se mantuvieron pese a que el fiscal del sumario sugirió su destitución, otros dos continuaron sus labores aunque la ex directora nacional Solange Huerta había decidido su destitución, mientras un último permaneció tras ser condenado por la justicia por agredir a un niño.
En tanto, desde las asociaciones gremiales manifiestan que no se puede confiar sólo en el testimonio de los denunciantes, puesto que no son “como cualquier niño”, ya que tienen “complicaciones de conducta graves” .
Alegando falta de personal, el Sename ha transgredido las normas al no apartar de sus puestos a funcionarios acusados de agresiones, lo que fue constatado por Contraloría, entidad que permitió que esto siguiera ocurriendo.
Por su parte, aunque existió un requerimiento en ese sentido, la justicia no ha ordenado al Sename sacar a los trabajadores. Tampoco se han establecido responsabilidades penales por los maltratos y torturas, a tres años de que se presentara la primera querella, salvo el caso antes mencionado que terminó con una multa de dos UTM.
Ocho funcionarios fueron formalizados en octubre, no obstante, la Fiscalía ha recibido antecedentes sobre una decena más de ellos, y eso sin mencionar que es probable que tenga información sobre gran parte de los 51 indagados administrativamente.
En medio de la crisis del Cread de Playa Ancha, el Estado y el Sename han entregado información falsa en al menos tres oportunidades sobre la situación del hogar, una de ellas ante representantes de la ONU, tal como queda claro en este reportaje.
En entrevista exclusiva con BBCL, la relatora de los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) criticó fuertemente al Estado por estos hechos y expresó que su posición, como miembro del organismo, es que se debe exigir a Chile una investigación penal “hasta las últimas consecuencias” de los involucrados en las agresiones, incluidos aquellos acusados que siguen trabajando con menores.
En noviembre de 2016, se constató que un menor presentaba dos grandes moretones, uno en cada muslo. El adolescente respondió que se debía a que el funcionario Andrés Riquelme le pegaba con el palo del escobillón. Además, aseguró que otros tres trabajadores, María Julieta Pacheco, Mario Galdames y Sergio Montero, hacían lo mismo y que lo amenazaban con mandarlo a una casa distinta del Cread o quitarle los permisos para estar con su familia si los acusaba. También dijo que existía otro menor, de unos 17 años, al que usaban como matón para que golpeara a los niños más pequeños cuando no hacían caso. (Basado en la declaración de la asistente social, que habló con la víctima, a la Brisexme de la PDI)
BBCL pudo constatar que, de los 51 acusados entre 2014 y 2018 por agresiones en el Cread de Playa Ancha, 21 seguían ahí en agosto. Entre ellos estaban los cuatro mencionados en el caso anterior.
Pero los antecedentes contra Riquelme, Pacheco, Galdames y Montero son mayores, existiendo incluso querellas contra dos de ellos y un sumario en que el fiscal sugirió la destitución de los cuatro –no necesariamente por estos mismos hechos–, junto con una quinta Educadora de Trato Directo (ETD), Mónica Núñez.
La medida no se aplicó, permitiendo que continuaran trabajando con menores en el centro.
No son los únicos funcionarios que han permanecido en sus puestos a pesar de los antecedentes. Otros dos, por los que la ex directora nacional, Solange Huerta, había determinado su destitución, siguieron trabajando en el centro a pesar de ello, mientras que una tercera en la misma situación, Yerli Mellado, fue nombrada directora de un centro de un organismo colaborador de Sename.
Finalmente, un último ETD permaneció en su puesto tras haber sido condenado por la justicia por doblarle el brazo y patear a un niño.
En 2016 se difundieron las primeras acusaciones de maltratos de funcionarios a niños, niñas y adolescentes (NNA) en el Cread de Playa Ancha. El recinto es uno de los 11 del Sename de este tipo a nivel nacional y está encargado de recibir a menores que han sido vulnerados en sus derechos y debido a ello son derivados por los tribunales de familia correspondientes.
Hasta ese entonces contaba con cerca de 120 residentes, los que se han ido reduciendo, por lo que había unos 40 a principios de este año. En tanto, los funcionarios de planta que ejercían en agosto pasado eran aproximadamente 100, de los cuales la mitad correspondía a Educadores de Trato Directo (ETD). Estos son los que están a cargo de la interacción día a día con los niños, repartiéndose entre los distintos turnos.
Los ETD no cuentan muchas veces con preparación profesional y suelen trabajar horas extras por turnos que, según Contraloría, han variado entre las 13 y 151 horas continuas, por lo que perciben sueldos brutos que suelen fluctuar entre $1.000.000 y $1.500.000.
De acuerdo a un cruce de datos realizado por BBCL, entre enero de 2014 y diciembre de 2018, el período en el que se han reportado las agresiones, hubo al menos 51 trabajadores que fueron indagados por este motivo, la gran mayoría ETD.
Más grave aún: 21 de ellos ejercieron en el centro al menos hasta agosto pasado, considerando tanto los que contaban con procesos finalizados y que no fueron desvinculados, como aquellos todavía en medio de investigaciones administrativas, pero que ese mes no estuvieron apartados de sus labores o suspendidos. A ellos también se suman los señalados en documentos por la investigación penal. Mientras, había otros nueve suspendidos, a los que por ley se les tiene que cancelar la mitad de su sueldo.
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De los 19 sumarios por agresiones que se encontraban afinados (finalizados) hasta diciembre, en los que se ha acusado a uno o más trabajadores y que se han extendido incluso por más de dos años, 13 han terminado con los involucrados sobreseídos.
Según Esteban Elórtegui, quien fue director regional del Sename entre abril de 2014 y octubre de 2016, uno de los problemas es que los menores suelen retractarse en sus acusaciones.
“Muchas veces en los sumarios no se logra acreditar la responsabilidad administrativa, hablando de la generalidad de los casos. Pongo un ejemplo: un niño hace una denuncia de maltrato y el niño muchas veces después se retracta y no hay ningún antecedente aparte de eso, no hay ningún testigo, no hay nada. Entonces, finalmente, lo que corresponde, y por eso lo que te sugieren muchas veces los fiscales y el informe en derecho de la unidad jurídica, es que se le sobresea”, expresa Elórtegui.
Uno de los problemas que identifica es el miedo a denunciar, que también afectaría en que los niños se retractaran, lo que incluso aparece constatado en un procedimiento sumarial que terminó con funcionarios destituidos.
“Cuando nosotros venimos acá a hablar con usted o con el tío Christian, después el tío Cid y el tío Chubi nos preguntan de qué hablamos y qué nos pregunta para que no contemos. El tío Chubi me dice que no puedo contar, porque si no estaré castigado hasta que me vaya. Él me da miedo”, se menciona en un oficio a Fiscalía de 2015.
Por su parte, Luis Cortez, dirigente gremial, ve esto como un problema ya que, según argumenta, se tienen que presentar otras pruebas como peritajes del Servicio Médico Legal y más testigos, pues de acuerdo a su visión no basta sólo con el relato del niño.
Puede un chico venir y decirte que tú lo miraste muy feo y vas a entrar en un sumario. Eso puede pasar, y eso es lo que ha pasado muchas veces”, recalca Cortez.
“¿Qué pasa si un niño miente? ¿Cuál es mi defensa? Aquí no se trata hoy día de que el testimonio del niño sea siempre real. No. Estos chicos no son como cualquier niño, estos chicos tienen sus complicaciones de conducta graves, que los traen de sus propias familias. Estos no son niños normales, estos son chicos vulnerados desde el nacimiento. Lo lamentamos mucho, pero esto es así”, expone.
Pero Esmeralda Arosemena de Troitiño, relatora sobre los Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que decretó cautelares por la situación del centro, ve en este punto una vulneración, considerando la situación de los menores.
“El relato del niño es fundamental, precisamente por la relación de poder, de autoridad. El maestro es autoridad, el cura es autoridad, y la posición del niño es de sometimiento. Entonces, cuando el niño denuncia, cuando el niño se atreve a enfrentar eso, le dicen: ‘Ah, no, que este tiene problemas mentales’. El niño tiene el derecho a que le respetemos su opinión”, asevera.
En cuanto a que los menores se retractan, y la posibilidad de que esto sea motivado por amenazas de funcionarios, la relatora hace hincapié en que si se desdicen no debería ser suficiente para que los trabajadores sigan en sus puestos.
“La relación de autoridad [de los funcionarios hacia los niños ] se convierte en una situación de temor: ‘Si sigo diciendo esto, me van a matar’. Por eso es que la institucionalidad tiene que cambiar, ese es el punto. El tema del sobreseimiento… que se vaya para otro lugar, pero no para el centro. Que se les ubique en otro trabajo, ¡pero no pueden trabajar con los niños! ¡No pueden! Porque el niño, su vida está en riesgo. Mira que digo su vida, porque se puede suicidar, porque se pueden fugar y en la fuga pueden quedar muertos en un tinaco [basurero en Panamá]”, expresa la comisionada.
“En cuanto al material probatorio y la forma de la investigación, el estándar es debida diligencia. Atención del contenido del material probatorio en esta visión del interés superior del niño como un método de interpretación, incluso de las normas. Eso no es irrespetar los otros derechos. Es, en esa valoración que se va a hacer de la prueba, considerar el peso que tiene la opinión del niño o la niña y los hechos y circunstancias en se está desenvolviendo”, detalla la relatora.
Sin embargo, también se han establecido sanciones en casos en los que han existido declaraciones y testigos.
En total, un sumario finalizó con multa, dos con censura y tres con destituciones, expulsándose en estos a un total de 21 trabajadores.
En agosto de 2017 se difundió que ocho funcionarios del Cread de Playa Ancha habían sido suspendidos en un proceso sumarial por maltratos. A pesar de que no se conocieron los hechos específicos, los involucrados fueron acusados de directamente golpear a menores o de omisiones en estos casos.
Sin embargo, de ellos cinco, María Julieta Pacheco, Mario Galdames, Sergio Montero, Andrés Riquelme y Mónica Núñez, volvieron a trabajar al centro, según pudo constatar BBCL al revisar las asistencias de agosto.
Incluso, de acuerdo un documento al que se tuvo acceso, el fiscal sugirió la destitución de todos ellos, medida a la que no se habría dado curso considerando que retornaron.
La decisión dependía en primera instancia del director regional, Rachid Alay, quien debía sugerir la destitución a la Dirección Nacional para que esta la aplicara, lo que no se sabe si hizo pues se negó a dar una entrevista a BBCL.
Eso no es todo, porque las acusaciones contra el grupo son varias más.
Andrés Riquelme aparece mencionado en los dos casos ya citados antes del informe de la Brigada de Delitos Sexuales y de Menores (Brisexme) de la Policía de Investigaciones (PDI), incluido el del menor que presentaba un ojo reventado tras una golpiza.
Respecto a este, una asistente social declaró que el afectado le dijo que Riquelme, junto a otros tres ETD, no intervinieron pese a presenciar la agresión de otros internos. Es más, de los demás trabajadores involucrados uno sería Mauricio Cordovés, quien también seguía en agosto.
Sobre la segunda situación, según la acusación de la Ficha Única de Seguimiento de Caso (FUSC) –documento elaborado por el Sename–, entre el 21 y 25 de noviembre de 2016 el menor insultó a Riquelme, por lo que este lo habría golpeado con un palo en las piernas, mientras Mario Galdames y Sergio Montero observaban. El adolescente resultó con hematomas y se realizó la denuncia a la Fiscalía Local de Valparaíso.
Una tercera acusación realizada en contra de Riquelme podría tener mayores consecuencias.
En la arista penal del caso hay una querella interpuesta contra el ETD por una agresión que habría ocurrido durante la toma del centro entre julio y octubre de 2016. En esa oportunidad, los trabajadores demandaban, entre otras cosas, la salida de Esteban Elórtegui de la Dirección Regional de Sename. Lo que finalmente lograron.
Precisamente, es el mismo Elórtegui, abogado de profesión, quien representa a la madre del menor que habría sido golpeado por Riquelme.
“En este período mi hijo sufre un brutal castigo: a base de fuertes golpes en su cara y cachetazos, le extrae su piercing (ubicado en una ceja) el Educador de Trato Directo Andrés Riquelme. Esto motivó que luego escapara del centro y llegara a mi casa en busca de resguardo”, relata en la querella la madre.
Pese a este recurso, Riquelme no fue formalizado en octubre, cuando se imputó a ocho exfuncionarios, y permanece en el centro.
En una situación similar se encuentra su compañero Mario Galdames.
En enero de 2018, un menor relató a su abuelo materno en una visita de fin de semana que Galdames lo amenazó ese mes de sufrir fuertes golpes y castigos en caso de que hablara de las agresiones contra él.
El ETD habría vuelto a trabajar poco antes, después de que terminara la suspensión por el proceso sumarial en que se recomendó su destitución.
Debido a la acusación del menor, Elórtegui presentó una querella en octubre pasado representando al padre, un par de días antes la formalización, en la que no se incluyó a Galdames.
El 24 de marzo de 2017, tras una pelea con compañeros de su misma casa, un menor fue “contenido físicamente” por el Educador de Trato Directo Sergio Montero. El joven reaccionó lanzándole una pala al trabajador, el que entonces le habría pegado tres puñetazos en el rostro. El adolescente fue trasladado a dormir a la casa Amanecer. No hubo ninguna denuncia por estos hechos y no quedó consignado en el libro de actas correspondiente.
En un informe del centro Trafún de la ONG Paicabí —que trabaja con niños del Cread Playa Ancha—, existe constancia del relato del menor.
Aún más grave, en dicho documento se afirma que la agresión fue ratificada.
“En coordinación con fecha 30 de marzo del 2017, con psiquiatra del Cread, se logra corroborar el evento de agresión física ocurrida en Cread por parte del educador, donde la profesional Gloria Román, psiquiatra del Cread, ratifica dicha agresión”, se afirma en el informe.
Pero Montero seguía trabajando en agosto de este año en el Cread de Playa Ancha, pasado un año y medio del hecho.
En cinco sumarios, a lo menos, se ha indagado a Montero por maltratos o agresiones. En tres de ellos ha sido sobreseído, uno de los cuales sería el caso del menor recién mencionado según denunció Esteban Elórtegui en un recurso de protección a favor de los menores del Cread.
En tanto, los otros dos son el sumario en el que se propuso su destitución, el que no se habría dado todavía por finalizado, y un último que fue informado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, iniciado el 8 de enero de 2017, en el que se lo acusa de golpear a un menor, al que se le habría constatado como lesión una "equimosis” (hematoma) en el hombro izquierdo.
Como si todos estos antecedentes fueran pocos, BBCL encontró una condena contra Montero y otra ETD, Katherine Jorquera —que seguía en agosto, pero que habría sido desvinculada recientemente—, debido a que golpearon a una persona mientras dormía después de una fiesta en 2014. El Juzgado de Garantía de Valparaíso los obligó a pagar una multa por lesiones leves.
Respecto a esto último, el director regional de Sename de la época, Esteban Elórtegui, afirma que el Ministerio Público nunca le informó de la situación: “No tenía idea”, dice.
De Mónica Núñez, finalmente, se conoce sólo una acusación. A fines de 2016 un niño habría denunciado que su hermano era constantemente golpeado por otro menor, quien lo había hecho bajo las órdenes de Núñez, hijastra de Carlos Cea, destituido en noviembre pasado.
Núñez estaba de reemplazo, con contrato a plazo fijo, por lo que la directora del centro de ese entonces, Susana Toro, ordenó derechamente que dejara su cargo, sin necesidad de sumario.
Sin embargo, el director regional, Rachid Alay, habría dejado sin efecto la medida.
Por casi un año los funcionarios Sammy Neira y Cristián Pérez Mascareño siguieron trabajando en el Cread de Playa Ancha, a pesar de que la directora nacional ya había determinado su destitución. Mientras, otra trabajadora en la misma situación, la psicóloga Yerli Mellado, asumió la dirección de un centro de un organismo colaborador
En el sumario en cuestión se investigó a Luis Mandujano, Rafael Garín, Marcela Núñez, Juan Morales, Carlos Cea Toro, Cristián Pérez Mascareño y Cristián Fajardo Bizama, más la psicóloga y exdirectora del hogar Yerli Mellado y el asistente social Sammy Neira.
En el caso de los dos últimos, Mellado y Neira, se les formularon cargos tras las denuncias de maltratos de niños de la Casa B del Cread que habrían ocurrido entre junio y julio de 2016, pero no por ser los autores, sino por “complicidad pasiva”, al no cumplir con sus labores.
En concreto, Sammy Neira habría recibido las denuncias de dos niños en la tarde del 19 de julio de 2016 sobre situaciones de maltrato.
“Yo estaba en el patio tomando leche, viene el tío Mandujano todo rabioso y me bota la leche y me pega como 10 cachetadas en la cara. Yo me puse a llorar”, habría sido uno de los relatos que escuchó Neira ese día.
Ante ello, no habría dado aviso ni a sus jefaturas ni a la policía en el plazo de 24 horas que ha establecido Sename. “Yo estaba solo con ellos en el patio y no tomo ninguna medida porque me tenía que ir. No le dije a nadie ese día”, aseveró Neira en el proceso, y agregó que sí había cumplido con esos deberes en la jornada siguiente.
Sin embargo, a eso se sumó una segunda acusación, la que se hizo extensiva a Yerli Mellado en los mismos términos: entre el 1 de enero y el 18 de julio de 2016 ambos, como dupla psicosocial de esa casa, no cumplieron con su deber de visitarla diariamente.
En primera instancia, el director regional de Sename, Rachid Alay, decidió sugerir la destitución todos los demás acusados en el sumario y una multa de 5% de su sueldo para Neira y la censura para Mellado –lo que implicaba para ambos anotaciones de demérito de dos puntos–.
Pero tanto Neira como Mellado decidieron apelar a esta decisión, y el sumario llegó a manos de la directora nacional del servicio, Solange Huerta.
Mellado intentó argumentar que visitar diariamente la casa no estaba dentro de sus funciones, y que durante casi todo el periodo en que no había ido, entre el 1 de enero y el 10 de junio de 2016, se encontraba con postnatal.
Pero la respuesta de la directora nacional fue aún peor para ella y su compañero, porque Huerta determinó la destitución de los dos en octubre de 2017.
En el historial de un recurso de protección ante la Corte de Apelaciones de Santiago, con el que Neira y Mellado intentaron revertir la situación, Huerta se refirió en duros términos a la manera en que los funcionarios actuaron.
“Lo anterior [refiriéndose a los antecedentes contra Sammy Neira] resulta, finalmente, en una complicidad pasiva con las situaciones de maltrato que se verificaron en la Casa B en el periodo señalado”, expresó la directora nacional en el escrito.
La determinación de Huerta fue difundida por los medios de comunicación, aunque los funcionarios apelaron a la siguiente instancia administrativa, por lo que no se les aplicó la desvinculación inmediata.
En ese período, desde octubre de 2017, acusados de “complicidad pasiva” con los maltratos y revisándose su destitución, ambos siguieron trabajando con menores.
Mellado dejó el Cread y fue nombrada directora del hogar Santa Cecilia en el cerro Los Placeres, parte de la red de Organismos Colaboradores (Ocas) del Sename. La Fundación Patronato de Los Sagrados Corazones, responsable del hogar, estaba al tanto del proceso sumarial.
Aún más grave, BioBioChile accedió al libro de asistencias del Cread y comprobó que Sammy Neira seguía trabajando en en el Cread de Playa Ancha en agosto pasado, es decir, a 10 meses de que Huerta decidiera su destitución.
Incluso Moisés Garay, trabajador social de la ONG Paicabí que atiende a niños víctimas de explotación sexual comercial –entre ellos algunos del Cread de Playa Ancha–, contó que al visitar el centro se había encontrado con Neira.
“Yo lo veo desde el plano de los chicos, el dejar a una persona ahí, sin ninguna sanción donde las víctimas, que son los niños, saben que esa persona encubrió algo, donde ven que no le pasó nada en contra, eso es revictimizarlos directamente”, expresa Garay.
Neira tenía derecho a permanecer en la planilla del Sename hasta que se terminaran todos los recursos de apelación, pero se le podía aplicar la suspensión u otra medida para que no interactuara con los mismos menores cuyos derechos habría ayudado a vulnerar.
La situación de Neira se repitió con el paramédico Cristián Pérez Mascareño, quien seguía en el centro en agosto pasado, a pesar de que en el mismo sumario Huerta ordenó que se lo desvinculara en octubre de 2017.
Finalmente, el proceso terminó en noviembre de 2018, determinándose la destitución de todos los involucrados, incluidos Neira, Pérez y Mellado. Sobre la última, recientemente la Fundación Patronato de los Sagrados Corazones habría decidido desvincularla.
BBCL pidió por transparencia copia de todos los sumarios entre 2014 y 2018 por agresiones, lo que fue negado por el Sename argumentando que su difusión vulneraría los derechos de los niños.
Como director regional, Esteban Elórtegui fue quien denunció los primeros maltratos y torturas en el Cread de Playa Ancha. Durante su período recomendó la destitución en dos sumarios de 12 funcionarios, medida que la Dirección Nacional aplicó a todos ellos, y además abrió el procedimiento recién mencionado, por el que nueve trabajadores —entre ellos Mandujano, Pérez, Neira y Mellado— terminarían con la misma sanción.
Sin embargo, también sobreseyó a tres acusados. Uno de ellos fue el ETD Esteban Lira, quien es el único condenado por la justicia por los maltratos en el Cread de Playa Ancha.
Según consta en el expediente del Juzgado de Garantía de Valparaíso, en la tarde del 2 de diciembre de 2014 Lira le dobló el brazo por detrás de la espalda al niño S., de 11 años. El funcionario también le dio una cachetada y una patada en sus glúteos, además de tratarlo con garabatos.
La situación fue observada por niños y educadores de turno, y en el hospital Carlos Van Buren constataron que el menor presentaba una “erosión en la mejilla derecha y una contusión en hombro izquierdo”, de carácter leves.
La justicia condenó a Lira a pagar una multa de dos UTM por lesiones leves, pero en agosto del año pasado seguía en el centro.
En el sumario respectivo, Elórtegui lo sobreseyó, tras la recomendación en ese sentido del fiscal y la Unidad Jurídica Regional.
Al respecto, el ex director regional dice que no recuerda el caso en específico, pero cree que en el procedimiento administrativo no hubo los mismos antecedentes que expuso el Ministerio Público.
“Si existen testigos, una constatación de lesiones y el relato del niño, eso ciertamente indicaría que la persona tuvo que ser destituida, porque así me tocó hacerlo en los sumarios que finalmente terminaron con personas desvinculadas”, asevera Elórtegui. “Lo que debió haber pasado en ese caso en particular es que no había testigos y que el relato de la víctima finalmente cambia y se retracta”, añade.
Según él, la Fiscalía nunca le informó del proceso judicial contra Lira, pues si hubiese conocido sobre la condena se habría encargado de desvincular al ETD.
“Puedo decir enfáticamente que durante mi administración actuamos con rigor, con fuerza, conforme a los antecedentes que existían. Incluso a mí se me acusó de perseguir a los funcionarios. Entonces, lo que ocurrió en ese sumario en particular no lo recuerdo, pero sí te puedo decir que existiendo antecedentes de testigos, de relato de la víctima y de constatación de lesiones esa persona iba a destitución”, recalca el abogado.
“El tío Manduja me pegó porque yo andaba enojado… primero me dijo ‘maten seca’, eso significa que te agarres a combos con otro cabro de la casa, pa botar la rabia, y como yo estaba tan enojado y le pegaba fuerte al otro, el tío Manduja me echó para atrás, me ahorcó… me dejó como cinco segundos sin poder sacar la voz, luego me pegó en la pierna por atrás, y cuando me caigo me pisa la cabeza para que no me pare”. (Relato contenido en oficio de julio de 2016 a Fiscalía).
En julio de 2016 los funcionarios se tomaron el Cread de Playa Ancha, exigiendo la salida del director regional de ese entonces, Esteban Elórtegui, quien había iniciado las indagatorias por maltratos y que ese mes había ordenado el inicio de un sumario contra cuatro funcionarios, entre ellos Luis Mandujano, dirigente de la Anfur.
Después de acusaciones cruzadas, y que se denunciaran graves vulneraciones en la toma, Elórtegui fue forzado a renunciar en octubre y asumió Rachid Alay como subrogante.
Desde entonces, ha sido Alay quien ha debido tomar las decisiones sobre las acusaciones de agresiones al interior del Cread de Playa Ancha, siendo el responsable de evaluar los casos de los trabajadores, entre ellos los mencionados en el capítulo anterior.
Dos altos funcionarios que renunciaron, además de otros actores, han denunciado la relación de las asociaciones con las ramas directivas de Sename, y sobre todo las decisiones de Rachid Alay en cuanto a los maltratos.
Esteban Elórtegui, abogado y militante de la Democracia Cristiana, llevaba ya dos años en el cargo cuando en julio de 2016 los funcionarios se tomaron el Cread de Playa Ancha. Como director regional había denunciado desde 2015 agresiones y maltratos en el centro porteño, incluso antes de que estallara el Caso Sename con la muerte de Lissete Villa, iniciando sumarios para que se sancionaran a los responsables y presentando querellas contra cerca de una decena de trabajadores.
La movilización de los funcionarios partió justo después de que el 21 de julio se notificara de su suspensión a cuatro indagados por agresiones: Luis Mandujano, Rafael Garín, Juan Morales y Marcela Núñez –precisamente debido a las denuncias que recibió el asistente social Sammy Neira y por las que después se lo acusó de complicidad pasiva–. El grupo se sumaba a los 11 que también habían sido separados de sus funciones durante el año anterior en otro sumario por el mismo motivo. En total, los 15 están hoy en día destituidos.
El 22 de julio el centro amaneció con lienzos, tres días después comenzó la paralización de actividades y desde el 27 se tomaron el recinto.
Según denunció Elórtegui, la manifestación estaba motivada por las indagaciones contra los funcionario por los maltratos. Esto ha sido negado por los dirigentes gremiales, quienes argumentan que la protesta se debió a lo que ellos califican como una mala gestión de su parte y que esta comenzó en el Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado (CIP-CRC) de Limache.
“Nosotros partimos la movilización incluso antes de que un compañero recibiera siete puñaladas en Limache, en un estado de alerta por la infraestructura de ese centro, que llevaba años; la falta de personal, del manejo técnico por parte de la jefatura, de lineamientos, por baños que estaban inutilizables. A eso se sumó que el director trató de responsabilizarnos por dos fugas a finales del 2015. Entonces, aquí no vengamos a disfrazar la verdad”, expresa el dirigente de la Asociación Nacional de Trabajadores del Sename (Antrase) Jorge Borredá.
En el mismo sentido, el dirigente de la Asociación Nacional de Funcionarios del Sename (Anfur), Luis Cortez, cree que Elórtegui debió exhibir pruebas para sostener esa acusación.
“Yo lo emplazo por cuarta vez, que muestre el documento si tiene razón. Que diga dónde dijimos nosotros, en los documentos que levantamos para la movilización, eso. El señor salió por mala gestión, porque no tenía la experiencia, ni la expertiz necesaria para ser director regional. Fue un pituto político, de lo que Chile está acostumbrado”, manifiesta Cortez.
La huelga para sacar a Elórtegui no fue tranquila. Durante el periodo, tanto el director regional como otros actores reportaron una serie de incidentes. Entre los más graves, la directora del centro en ese entonces, Susana Toro, acusó que el 29 de julio se suplantó su identidad al concurrir Carabineros, y que el Cread lo estaban dirigiendo de facto los dirigentes gremiales Luis Cortez, Luisa Díaz y María de los Ángeles Salazar.
Aún más preocupante, se denunció que la situación estaba afectando a los menores, pues una adolescente se fugó y fue violada y otra también se escapó, presuntamente para dedicarse al comercio sexual.
Además, los trabajadores estaban impidiendo que al Cread de Playa Ancha entraran otras personas, entre ellas quienes asistían a los niños, niñas y adolescentes en los distintos tratamientos.
En esas circunstancias, Carla Oneto, gestora de redes del centro, interpuso un recurso de protección, en que pedía intervenir a favor de los residentes: “(Ruego) dejar sin efecto los actos de manifestación consistentes en perturbaciones al libre tránsito de quienes requieren entrar a apoyar las terapias de los niños y niñas ahí recluidos o tratados; se adopten todas las medidas necesarias para evitar el descuido de los menores a su cargo y especialmente permitir el ingreso de visitas que los menores allí internos requieren”.
La acción habría tenido consecuencias para Oneto. La funcionaria se querelló en octubre de ese año, pues el día 1 un desconocido rompió el vidrio de su auto, estacionado frente a un domicilio de Villa Alemana, donde ella había asistido para una reunión familiar. Desde el vehículo robaron su teléfono además de lentes de sol y 700 pesos.
“La sustracción de mi teléfono (en que guardo todos mis datos y contactos) y los daños a mi automóvil coinciden con las amenazas sufridas por otra colega a la que se le arrojó una paloma muerta a su auto, con el claro objetivo de intimidarla”, manifestó Oneto en la querella.
Mientras esta última acción legal no prosperó, pues no se pudo identificar al responsable, con el recurso de protección sí se logró que la Corte de Apelaciones de Valparaíso ordenara algunas medidas, según recuerda el representante de la funcionaria en el caso, Juan Carlos Manríquez.
“Se intentó decir que el recurso de protección era utilitario para quebrar la huelga o cosas de ese tipo, pero no tenía mucho que ver. La Corte lo acogió y decretó medidas a favor de los niños, que se permitiera el acceso de las personas que se estaban señalando”, explica Manríquez.
Pese a ello, los trabajadores sostuvieron que los hechos que ocurrieron en el Cread durante ese periodo estuvieron dentro de lo que normalmente sucedía.
“Se fugan todos los días. No tiene nada que ver con el paro, no tiene nada que ver con la movilización”, expresa Luis Cortez. “¿Tú sabes cuántos chicos los funcionarios han salvado de morirse ahorcados? ¿De sacarse las famosas corbatas que se llaman?”, añade.
Una huelga de hambre seca de Jorge Borredá, por cerca de 90 horas a las afueras del CIP-CRC de Limache, fue lo que finalmente forzó la salida de Elórtegui, quien presentó su carta de renuncia a Solange Huerta.
“Atendida su solicitud fundada en razones humanitarias (huelga de hambre), presento mi renuncia”, manifestó el abogado, quien no se fue sin criticar a los gremios: “Mi salida puede allanar su camino a los cambios de la cultura organizacional, que urge imprimir, y entonces ser de utilidad para que se destape el velo que cubre esa cruda realidad que no todos pueden o quieren ver: una institución capturada por dirigentes que no sirven, sino que se sirven del servicio, amparando malas prácticas y vulnerando a los niños, niñas y jóvenes, siendo los principales responsables del actual estado de crisis terminal de la institución”.
Alay ha sido el director regional desde entonces, primero en calidad de subrogante y después como titular, al ser ratificado en abril pasado por el gobierno de Sebastián Piñera que lo seleccionó entre los nominados en el proceso de Alta Dirección Pública.
Desde que asumió las asociaciones gremiales no han amenazado su continuidad.
Pero dos funcionarios de alto rango que renunciaron al Sename durante el periodo de Alay sí han expresado fuertes críticas a su gestión.
La primera vez fue en octubre de 2016, cuando Nicolás Serrano, jefe técnico del Cread de Playa Ancha desde julio y que estaba ejerciendo como director subrogante del recinto, envió su carta de dimisión a Solange Huerta.
“El centro tiene una especie de dirección paralela encabezada por dirigentes de las asociaciones de trabajadores que defienden las malas prácticas extremas. Todo lo anterior es conocido por todos los niveles de control de la institución, pero en lugar de defender y apoyar a los pocos trabajadores no adheridos a la usurpación del centro (…) desde los niveles superiores parecen avalar o permitir que todo siga sucediendo de la misma forma”, acusó en la misiva.
La segunda ocasión ocurrió en junio pasado, cuando el director del CIP-CRC de Limache, Boris Price, también dimitió.
En su carta Price, quien había asumido en abril de 2015, reconoció la labor de Elórtegui mientras dirigió el Sename en Valparaíso y compartió su percepción sobre la realidad de la institución
“(Elórtegui) me entregó una visión clara y descarnada de las dificultades que podría tener respecto de la cultura organizacional que impera en el servicio, especialmente con las ‘asociaciones’ quienes ‘defienden’ a sus asociados, funcionarios con años de servicio en el sistema, emparentados entre ellos (madres, padres, hijos, tíos, etc.) con malas prácticas las que algunas veces rayan en el delito y la falta de probidad y que al tratar de modificarlas opera todo un plan por parte de dirigentes y asociados, dirigido a las jefaturas con tal de amedrentarlos, generando conflictos y malos ambientes de trabajo. Concuerdo plenamente con la visión del exdirector regional”, expresó en la carta, en la que detalló que su salida se debía a la falta de apoyo de los niveles superiores del Sename desde hace algún tiempo.
En específico, dijo que la “gota que rebalsó el vaso” fue que una funcionaria, acusada de una serie de anomalías administrativas, volvió a trabajar pese a que se suponía que estaba en vías de destitución. También, otros dos trabajadores, que debían estar a su juicio con esa sanción, permanecían sin que se les aplicara.
“(Uno de ellos) tuvo un sumario por agredir de puño a un joven en cumplimiento de sanción, existiendo video que registró ese maltrato, sumario por el cual en todo caso increíblemente no fue destituido al acogerse su recurso de rebaja”, contó Price.
Jorge Borredá, dirigente de la Antrase, califica de irresponsables estas acusaciones: “Qué es lo complejo, cuando una persona hace una acusación al voleo, sin tener la capacidad de especificar, porque si tienen antecedentes, por favor den nombres y apellidos. La otra cobardía es que lo hagan cuando se van. Más allá de querer renunciar de forma muy gallarda, al final es arrancar porque no pudiste llevar a cabo el trabajo, porque había constantes reclamos”.
Por otro lado, Miguel Rojas, secretario regional de la misma asociación, cree que la carta de Price fue un simple espaldarazo a Elórtegui. “Se nota la intencionalidad de coincidir con los argumentos de su amigo y compañero de partido, Esteban Elórtegui. Incluso comete la osadía de mencionar resultados de sumarios que son secretos”, cuestiona Rojas, haciendo referencia a que estos procedimientos administrativos sólo son públicos al estar finalizados.
Borredá afirma que las asociaciones no tienen ningún tipo de participación en estas investigaciones y que las determinaciones al respecto dependen del mismo Sename.
“Los gremios, voy a hablar como Antrase, no nos hemos involucrado. Son decisiones que toman los fiscales y que toma el servicio. Entonces, ahí no tenemos que confundir, porque no es decisión del funcionario seguir. Hay que recordar que a uno le dicen: ‘Mira, sabe que usted no continúa’. No es el funcionario el que decide. Porque imagínate, si yo no vengo a trabajar, porque tengo un sumario, y no tengo la medida de suspensión, me van a echar. Porque por tres días que no asista a mi trabajo sin justificar es destitución inmediata. Entonces, si a mí no me dicen: ‘Usted tiene que irse’, yo sigo trabajando”, explica Borredá.
Aún más duros que los renunciados respecto a las acciones de Alay han sido el mismo Esteban Elórtegui, Jenny Bruna, del movimiento ciudadano Infancia Ahora, y Moisés Garay, sindicalista de la ONG Paicabí que trabaja con niños del centro.
En particular, Elórtegui critica la falta de voluntad para desvincular a los trabajadores cuando existen antecedentes fehacientes de algunos maltratos. Incluso recuerda que en una ocasión, cuando era director regional y Marcela Labraña directora nacional, sacaron a una funcionaria, Carla Toro, inmediatamente al conocer que había cometido una agresión, aunque igual instruyeron un sumario como parte del debido procedimiento.
“El argumento que no se puede desvincular sin que lo determine un sumario no es tan así. A lo más te puede llegar una demanda laboral, lo que tú quieras, pero qué es más importante, ¿una demanda laboral o el interés superior del niño?”, recalca Elórtegui.
“Su gestión es absolutamente deficiente”, asevera Bruna sobre Alay, quien recuerda que cuando Yerli Mellado fue nombrada directora del hogar Santa Cecilia, el director regional no se pronunció, a pesar de las acusaciones contra la psicóloga. “Nunca lo vimos reclamar, nunca lo vimos oponerse a esto, sino que absoluto silencio. (...) Él es claramente una persona que encubre el maltrato y que claramente no está pensando en el bien superior de los niños, niñas y jóvenes”.
Moisés Garay también cree que no se ha actuado como se debería respecto a las situaciones de maltrato, sobre todo al no sacar a funcionarios acusados del Cread de Playa Ancha: “Aquí hay responsabilidad del Estado y, en particular, de Rachid Alay que es un director que ha durado en el cargo porque, justamente, ha bailado al ritmo de la música que le ponen los gremios”.
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Uno de los que recuerda bien a Luis Cortez, dirigente de la Anfur y uno de los apuntados entre los que habrían manejado el Cread durante la movilización, es Claudio Yáñez, quien estuvo interno por dos periodos, de unos seis meses, entre 1988 y 1991 en el Cread.
“Yo lo vi y sufrí de su maltrato de forma directa, cercana, y vi también cómo les pegaba a los otros. Todo el mundo le tenía terror, miedo absoluto”, asegura.
Según él relata, en una oportunidad le pidió a uno de ellos que golpeara al resto con una pesada cuchara de metal.
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“Nos pegó a todos, y ya cuando nos dejó a todos llorando, Cortez le dijo: ‘No po, les pegaste muy fuerte’. Entonces él va y, como chiste, le pega un cucharazo al que nos pegó. Al final todos se fueron con cucharazo. Fue una cuestión así, pero muy, muy fuerte”, narra.
De entre todos quienes mueven los hilos en los centros de menores, Yáñez cree que el que más influencia tiene es precisamente Cortez.
“Él es bien potente, desde su impronta, su parada, su discurso”, manifiesta el exinterno. “Ellos crean estrategias para llegar de mejor manera y cumplir sus metas, que en este caso es proteger a sus asociados. Y si hay alguna forma en que se puedan ver dañados a través de un sumario, ver qué gestiones pueden hacer para que no sean perjudicados”.
“Yo lo emplacé en su momento, porque eso fue manejado por Esteban Elórtegui, que me lleve a los tribunales, que vamos a los tribunales. De hecho tenía redactada una querella por dichos injuriosos”, se defiende Luis Cortez. “Estamos hablando del año 89, 90. Cuando aquí había 250, 300 cabros. Yo desconozco quién es él, o no me acuerdo”.
Tanto Moisés Garay como Jenny Bruna han declarado que han recibido ataques por denunciar las situaciones de vulneraciones de derechos en el Cread de Playa Ancha, incluida la permanencia de funcionarios por maltratos. Principalmente por Twitter, tanto trabajadores como dirigentes de las asociaciones los han fustigado.
Bruna asegura que incluso la revista digital que ella dirige, Mamadre, sufrió hackeos.
“La información ya está por supuesto en conocimiento de la Policía de Investigaciones (PDI), dado que estos ataques han coincidido con declaraciones, denuncias que hemos hecho públicamente”, asevera Bruna.
Por su parte, Garay recuerda que en una oportunidad un dirigente de una de las asociaciones llamó al Partido Comunista (PC), del cual es militante.
“Se trataba de que desde el partido se me callara porque en el fondo eran trabajadores y yo no podía perjudicarlos. Era este discurso, a veces medio confuso, de que uno los debiese defender por su condición de trabajador, en circunstancias que yo no creo eso, yo creo que un trabajador tiene las mismas responsabilidades de cualquiera, entonces si hace mal su pega yo igual lo voy a denunciar”, afirma Garay, quien cuenta que desde el PC se limitaron a informarle de la llamada, sin intentar censurarlo.
En otra ocasión, después de una polémica conferencia de prensa en que dijo que tanto Alay como la seremi de Justicia “eran unas ratas por no dar la cara”, Garay fue avisado de que el director regional había pedido a su empleador, la ONG Paicabí, que evaluara su situación laboral.
“En esa carta puso en duda mi calidad profesional, de interventor en temas de violencia porque decía que yo era una persona violenta”, rememora Garay.
“El tío Pato le pegó un charchazo en la cabeza al Guillermo por llevar galletas a su cama, pero es que lo estaba cuidando porque decía que había ratones. Los niños dicen que los tíos les pegan porque los quieren, es que eso nos dicen. El otro día el tío Cid le iba a cobrar al Diego y yo le dije que por favor no, que yo cobraba por él y yo le tuve que pegar. El Diego me dio las gracias. Yo lo hice porque lo quiero como a un hermano”. (Relato de menor incluido en oficio a Fiscalía Regional)
No ha sido sólo el Sename y el Ejecutivo los que se han involucrado en las vulneraciones en el Cread de Playa Ancha.
También se han intentado perseguir las responsabilidades penales por maltratos y torturas al interior del centro.
Recién en octubre fueron formalizadas ocho personas, tres años después de la primera querella, entre ellas José Cid, mencionado en el caso recién citado.
Pero la Fiscalía decidió no procesar a una decena de funcionarios de los que tiene antecedentes, por lo menos, pues es probable que el Ministerio Público posea información sobre gran parte de los 51 que han sido indagados administrativamente.
Por otro lado, Contraloría ha permitido que el Sename mantenga a los trabajadores acusados en los centros, mientras que la Corte de Apelaciones de Valparaíso cerró un recurso de protección en que se pedía que obligara al servicio a evaluar a los funcionarios, con lo que podrían haber salido los denunciados.
En marzo de 2016 se presentó la primera querella por torturas y maltratos en el Cread de Playa Ancha, por el Programa de Representación Jurídica (PRJ) de la Fundación Mi Casa –organismo colaborador de Sename– durante el periodo de Elórtegui. Esto se sumaba a un oficio de mayo de 2015 donde se informaba al Ministerio Público de denuncias contra a los menos siete funcionarios.
Las declaraciones de los niños, recibidas en distintas instancias por el Sename y consignadas en numerosos documentos que están en poder de Fiscalía, dan cuenta de los distintos apremios ilegítimos a los que habrían sido sometidos.
“El tío Cid me metió fuerte a la ducha fría con ropa, me empujó muy fuerte y yo me resbalé adentro del baño y me golpeé y se me salieron dos dientes (muestra su boca sin los dos dientes). El tío estaba enojado porque yo había hecho show, por eso me tiró fuerte”. (Declaración de un niño incluida en una de las querellas contra funcionarios del centro).
“No me gusta el tío Chubi [sería Luis Rubilar], castiga mucho, manda a acostar sin que hayamos hecho nada y pega fuerte. Cuando nosotros venimos acá a hablar con usted o con el tío Christian, después el tío Cid y el tío Chubi nos preguntan de qué hablamos y qué nos pregunta para que no contemos. El tío Chubi me dice que no puedo contar, porque si no estaré castigado hasta que me vaya, él me da miedo”. (Contenido en oficio a Fiscalía del 19 de mayo de 2015).
“Yo he sentido injusticia en la casa cuando no comparten mis gustos. La mami Carola me dice que soy un cabro tonto, siento que no me incluyen”. (Contenido en oficio a Fiscalía del 19 de mayo de 2015).
“El otro día el tío Greg le hizo una llave fuerte al Jorge en la calle, fuera de la escuela, y un caballero del furgón escolar le dijo que no podía pegarle y le pidió su nombre porque lo iba a denunciar. A mí no me importa que me peguen a mí, pero me da mucha pena que le peguen a mi hermano Javier porque él es enfermo. Todos los tíos pegan. La mami Carola y la mami Marcela sólo palmadas en el poto, no tan fuertes”. (Relato de niño de 12 años a psicóloga durante sesión el 14 de mayo de 2015. Incluido en querella).
“El tío Juanito le pegó a todos los de la pieza cuatro con el mango de la pala, por no querer irnos a acostar… Yo recibí cuatro barillazos, dos en los brazos y dos en las piernas”. (Relato contenido en oficio del 14 de julio de 2016).
“Estábamos hueveando con el tío Rafa y de pronto se enoja y me pega una cachetada y yo me puse a llorar, y le dije que no se debe pegar a los niños porque este era un hogar de protección”. (Relato contenido en oficio del 14 de julio de 2016).
“El otro día el tío Greg le pegó al David porque él dijo ‘viejo culiao’, pero no se lo decía a él. Lo empezó a tirar y arrastrar fuerte por la escalera, lo vimos todos los niños que no vamos a la escuela”. (Relato de menor incluido en oficio a Fiscalía Regional).
A tres querellas del Programa de Representación Jurídica (PRJ) han seguido una del senador Chahuán, otra del exdiputado Aldo Cornejo y la senadora Yasna Provoste, otra del Instituto Nacional de Derechos Humanos y dos en las que Elórtegui representa a padres de menores.
Considerando estos antecedentes, el 5 de octubre pasado se formalizó a Juan Morales Sequeira, Rafael Garín Beltrán, Greg Olave Aguayo, Marcela Bermúdez Berríos, José Cid Mercado, Luis Rubilar Ramírez, Luis Mandujano Arancibia y Leonardo Lobos Gardaix por las agresiones en el Cread de Playa Ancha, todos destituidos hoy en día por sumarios.
El delito imputado es el de apremios ilegítimos cometidos por funcionarios públicos, tipificación hasta antes de noviembre de 2016 de la tortura.
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Chile ha firmado tratados internacionales al respecto, uno de ellos es la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, que establece que: "Se entenderá por tortura todo acto realizado intencionalmente por el cual se inflinjan a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal, como medio intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con cualquier otro fin”.
“Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una persona de métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico o angustia psíquica", se añade.
De acuerdo a la querella del INDH, la legislación interna permite una pena de presidio o reclusión menor en sus grados medio a máximo (de 541 días a cinco años) para los funcionarios que aplicaran estos tormentos o los consintieran. Las mismas penas en un grado más bajo corresponderían para aquellos que conociendo los apremios, y pese a tener la autoridad, no los detuvieran.
Según el abogado Juan Carlos Manríquez, quien lleva la representación del senador Chahuán en la arista penal, la imputación de torturas se sostiene pues existen agresiones que van más allá de las contenciones a los menores, que fueron sostenidas en el tiempo.
“Además hay que considerar la persona ofendida, su incapacidad de defenderse, la circunstancia en la que se encuentra, por estar bajo la tuición del Estado, por haber sido practicado ese acto por agentes del Estado que debiesen estar a su cuidado”, detalla Manríquez.
Aunque tenía antecedentes contra ellos, Fiscalía no procesó a, por lo menos, una decena más de trabajadores de los que ha recibido acusaciones.
Tres de ellos no fueron formalizados, pese a que ya fueron destituidos en sumarios por Sename y se los citó explícitamente en las querellas: Luis González Farfán, Carolina Macías Canales y Patricio Pizarro Gaete.
Contra todos ellos existen testimonios de menores que incluso han sido conocidos públicamente.
“El tío Luis González nos hace llaves, me agarra de la nuca fuerte, me dobla los pies hacia atrás”. (Relato contenido en oficio de julio de 2016).
“Algunos chiquillos provocan al tío González, por eso golpea”. (Contenido en oficio a Fiscalía del 19 de mayo de 2015).
“El tío Luis González me trata bien, ya no me pega, sólo ayer me pegó en la oreja, me dejó sordo. Estaba jugando a hacer llaves con el Prado a la hora de la cena y el tío Luis me pegó más fuerte que el Prado”. (Contenido en oficio a Fiscalía del 19 de mayo de 2015).
“Cuando está el tío Greg y el tío Luis uhhh, ¡queda la embarrada! Pegan demasiado. (Contenido en oficio a Fiscalía del 19 de mayo de 2015).
“La tía Carola da palmadas en la espalda, fuertes”. (Contenido en oficio a Fiscalía del 19 mayo de 2015).
“Yo he sentido injusticia en la casa cuando no comparten mis gustos. La mami Carola me dice que soy un cabro tonto, siento que no me incluyen. El tío Pato nos hace llaves y la otra vez me tenía la rodilla en la cabeza porque quise ponerle dos frazadas a la cama, por eso se enojó”. (Contenido en oficio a Fiscalía del 19 de mayo de 2015).
“Me siento inseguro, porque la tía Carolina cuando llegué me dijo: ‘Te vamos a cuidar bien cuidado’… y me están cuidando a golpes”. (Relato contenido en oficio de julio de 2016).
“El tío Pato le pegó un charchazo en la cabeza al Guillermo por llevar galletas a su cama, pero es que lo estaba cuidando porque decía que había ratones. Los niños dicen que los tíos les pegan porque los quieren, es que eso nos dicen”. (Relato de menor incluido en oficio a Fiscalía Regional).
“Una vez el tío Pato con el tío Mauri nos dejaron formados muchas horas afuera de la casa, como hasta las 12 de la noche”. (Relato contenido en oficio de julio de 2016).
A ellos hay que sumar las acciones legales contra Andrés Riquelme y Mario Galdames, ya mencionados, y Claudio Díaz Gallegos y Nelson Gutiérrez Donoso.
Los dos últimos aparecen en la misma querella contra Galdames, presentada tres días antes de la formalización, por haber agredido al niño D.
En el caso de Díaz, en un informe del PRM Ayén de la ONG Paicabí al Tribunal de Familia, del 16 de agosto, el menor manifestó que el ETD lo golpeaba.
“Me puse a pelear y el tío nos separó y me pegó en la cara con la mano. Todavía tengo hinchado, fue con intención. Y me dijo: ‘Cabréate hijo de puta’”, expresó el menor.
Pese a que el Sename tuvo que estar en conocimiento de este informe, Díaz no fue apartado de sus funciones durante agosto, pues siguió firmando en el centro ese mes.
En septiembre, al conocer esta situación, Esteban Elórtegui representando al padre pidió al tribunal que decretara una cautelar de alejamiento, lo que fue concedido el día 28 e implicó la salida de Díaz del recinto.
“El Tribunal de Familia que ya estaba en conocimiento de lo que pasaba, ¿qué hizo? Nada. ¿Qué hizo la curadora ad litem (representante legal del niño)? Nada. Entonces lo que nosotros hicimos fue pedir que saliera de ahí y se otorgó la medida”, cuestiona Elórtegui.
En el caso de Gutiérrez, en la querella se acusa que existe una Ficha Única de Seguimiento de Casos en la que otro menor denuncia golpes y un intento de ahorcamiento del trabajador, lo que fue confirmado por el niño D., quien también dijo haber sufrido una inmovilización por parte del mismo educador.
Además, el Ministerio Público recibió el informe de la Brisexme con los dos casos que ya han sido citados. En el primer relato, la asistente social que conversó con P., quien resultó con un ojo reventado, identificó como los ETD que no intervinieron a los “tíos” Andrés, Cordovés, Magdalena y Mariela.
En el segundo caso, del menor golpeado con el palo del escobillón, aparte de Riquelme, son mencionados María Julieta Pacheco, Mario Galdames y Sergio Montero.
Por último, la Fiscalía ha entrevistado a menores por las situaciones del maltrato. En una confusa declaración al Ministerio Público, probablemente porque se trata de un niño, aparece otro funcionario: “Los tíos del Cread antes los me trataban mal con coscorrones en la cabeza y nos hacían pelear el tío Pato (Patricio), el tío SID, Esteban Lira y el tío Gonzalo”.
Aunque no se pudo identificar al “tío Gonzalo” con la nómina del Cread que posee BBCL, sí se menciona a Esteban Lira, quien también seguía en el centro en agosto y ha sido sobreseído en tres sumarios. La declaración fue firmada en los mismos términos por otro niño.
La cifra de los 10 no formalizados es incluso conservadora, pues considera sólo denuncias en documentos de los que hay constancia que recibió el Ministerio Público.
Sin embargo, la circular 2309, que regula los procedimientos de Sename ante los maltratos, ordena que tanto los funcionarios como aquellos que prestan servicios al organismo denuncien a la “autoridad competente en materia criminal” si se considera que los hechos pueden constituir un delito.
Por ello, es probable que la Fiscalía haya recibido antecedentes contra gran parte de los 51 trabajadores que fueron indagados administrativamente, contando a los ocho que sí se formalizaron.
Pese a que desde mayo de 2015 el Ministerio Público cuenta con antecedentes, el 5 de octubre pasado recién se formalizó la investigación contra ocho funcionarios.
En septiembre del 2017, de hecho, los querellantes habían pedido un fiscal exclusivo en una reunión con el entonces persecutor regional de Valparaíso, Pablo Gómez, lo que no fue concedido, quedando Juan Ignacio Sepúlveda a cargo.
Pese a la demora en el proceso, el abogado Juan Carlos Manríquez tiene confianza. “Uno siempre cree que las cosas pueden hacerse antes, pero un tema tan delicado como este yo prefiero que mejor que se actúe con prolijidad aunque vaya más lento. Por lo menos yo no tengo un reparo particular de mi parte”, expresa.
Más crítica de estos plazos es la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, quien manifiesta que los afectados no pueden seguir esperando
“Esos tiempos dan cuenta de que desafortunadamente no se comprende o no se logra internalizar la necesidad de avanzar con mayor rapidez y celeridad para dar esta respuesta que los niños necesitan. Este tipo de hechos no pueden mantenerse y persistir en el tiempo, porque afectan a los niños que están más vulnerables”, critica Muñoz.
BBCL se puso en contacto con la Fiscalía de Valparaíso para consultar al fiscal Juan Ignacio Sepúlveda sobre los plazos, el estándar de pruebas que consideró al momento de la formalización y la decisión de no someter a proceso a los funcionarios referidos, además de otros temas, pero el encargado de comunicaciones excusó al persecutor pues “no está dando declaraciones a medios”.
Sobre el proceso judicial, Luis Cortez asegura que es el único en el que realmente creen, pues, según su visión, los sumarios por los cuales se destituyó a funcionarios fueron “intervenidos”.
Cortez adelanta que también pretenden querellarse contra los directivos del Sename cuando habrían ocurrido los hechos denunciados, incluido Elórtegui, pues de acuerdo a él si es que estos acontecimientos se confirman ellos también tendrían responsabilidad.
“Se supone que aquí hay un director de centro, hay jefes técnicos, hay supervisores, está el director regional de la época. Bueno, ellos están para evitar ese tipo de cosas”, manifiesta Cortez. “Vamos a esperar la próxima audiencia, que creo que es en marzo, creo que el 4 u 8, pero los abogados van a presentar todo lo que tengan que presentar. Esto no va a quedar así, no vamos a quedar con la mancha de este tema”, añade.
Además de la arista principal contra los ocho formalizados, ha habido otros tres procesos judiciales.
El primero fue la causa por la que Esteban Lira resultó condenado a pagar dos UTM por las lesiones leves con las que terminó el menor S. en 2014.
El segundo fue contra la exfuncionaria Carla Toro, acusada de agredir a un niño de 12 años en diciembre de 2015.
“Susana Toro, la directora del centro en ese entonces, estaba en su oficina y escuchó unos gritos del segundo piso. Salió corriendo, fue a la casa C y pilló a la educadora golpeando al niño mientras se duchaba. Me llamó Susana y le digo: ‘Bueno, hay que llamar a Carabineros y que se la lleven detenida’”, narra Esteban Elórtegui, director regional en ese entonces.
Sin que lo determinara un sumario, el Sename la destituyó inmediatamente por la gravedad de los antecedentes.
Mas en el área judicial se llegó a una suspensión condicional del procedimiento en febrero de 2016, por la que Toro sólo se comprometió a no acercarse al niño por un año y no admitió su culpabilidad.
Por último, todavía está en curso una causa contra el exfuncionario Herman Bustamante, quien habría dado una cachetada a una menor en enero de 2018.
De acuerdo al relato de una trabajadora que fue testigo, todo comenzó cuando la adolescente G. se negó a hacer lo que otra ETD le ordenaba y se puso a revisar su mochila. Cuando la educadora se la intentó quitar, comenzó un forcejeo en el que la menor le lanzó manotazos.
“Tuvimos que pedir apoyo a coordinación, en eso llegó Herman a apoyar y yo llevé al resto de niñas para el otro lado. Desde ahí escuché que Herman le decía a G.: ‘A mí no me vas a morder”. Escucho el ruido de una cachetada y al darme vuelta veo la mano de Herman sobre la cara de G.”, contó la testigo.
En una respuesta al tribunal, la directora del Cread informó que se destituyó a Bustamante por el caso, lo que habría ocurrido sin que se determinara en un sumario.
Pero el Sename ya tenía antecedentes contra Bustamante, pues el 28 de mayo de 2017 se abrió una investigación administrativa contra él y otro funcionario, Yvo Yagi, por maltratos físicos y sicológicos contra cuatro residentes. Bustamante no habría sido apartado, lo que permitió que volviera a estar involucrado en situaciones similares.
En cuanto a la persecución penal, se realizará un procedimiento simplificado que tiene una audiencia programada para el 21 de marzo.
No sólo Alay ha permitido que los funcionarios acusados de maltratos sigan en el Cread de Playa Ancha, sino que también Contraloría ha avalado que esto suceda.
El órgano realizó una auditoría tanto al CIP-CRC de Limache como al Cread de Playa Ancha entre 2015 y 2018, por lo que en septiembre pasado se entregó el informe final Nº 285 de 2018.
Además de constatar una serie de faltas administrativas, se pronuncia sobre los maltratos, reconociendo que hay trabajadores que se mantienen trabajando con menores a pesar de que no debería ser así por estar acusados de agresiones.
“Sobre los casos relacionados con acusaciones por maltrato de funcionarios de Sename de Valparaíso en contra de los NNyA (niños, niñas y adolescentes), las medidas de protección adoptadas propendieron a la reubicación de los menores involucrados, o bien, al cambio de casa del educador de trato directo denunciado, proceder que no se ajusta a lo establecido en el Nº 4, letra b), de la citada circular Nº2.309, de 2013”, manifiesta Contraloría.
La circular mencionada, que trata sobre los procedimientos ante situaciones de maltratos, establece claramente que un funcionario acusado debe ser sacado de su labor y destinado a otra por la Dirección Regional para “prevenir eventuales nuevas vulneraciones”, sin perjuicio de las facultades del fiscal que pueda quedar a cargo de un sumario por los hechos, de determinar la suspensión o que cumpla otra función.
Lo insólito es que pese a constatar que la Dirección Regional, representada por Rachid Alay, no ha cumplido con su obligación, Contraloría no le pidió al Sename que sacara a los acusados del trato con los menores, sino que avaló la justificación que entregó el servicio.
“A juicio de esa entidad, [esta situación] se debe a la escasa dotación de personal (por licencias médicas, prolongados procesos de selección de personal y dificultades para contratar reemplazantes). Ese organismo debe dar cumplimiento a lo comprometido en la respuesta, en orden a que dicha debilidad será superada con la implementación del nuevo modelo de intervención, y adoptar las medidas que resulten pertinentes para evitar su reiteración (Acápite II, numeral 3, letra a) (AC))”, explica Contraloría.
Dicho en simple, Contraloría le dio permiso a Sename para transgredir la normativa en este aspecto, destinada a proteger los derechos de los NNA, hasta que exista un “nuevo modelo de intervención”, para lo cual ni siquiera se estableció un plazo definitivo.
“No se puede seguir esperando para que se cumpla, porque la instauración de residencias familiares primero es progresiva y, segundo, claramente no se ha logrado realizar con la celeridad que los niños requieren”, manifiesta Patricia Muñoz, defensora de la Niñez.
La relatora de Derechos de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Esmeralda Arosemena de Troitiño, es aún más enfática, sobre todo por la excusa de la falta de personal.
“¡Pero es un absurdo esa respuesta! Y así lo tengo que calificar porque... ¿cómo puede ser esa respuesta? ¿Usted sabe lo que representa la situación de autoridad con los niños? Las personas que están trabajando en estos centros, en la vida diaria de la convivencia, la relación que tienen con los niños es de autoridad, que los coloca en una situación de poder. Los niños están más expuestos al peligro, el riesgo es mayor”, fustiga la comisionada.
A pesar de haber sido requerida en ese sentido, la Corte de Apelaciones de Valparaíso no obligó al Sename a evaluar la idoneidad a los funcionarios acusados de maltratos, lo que podría haber permitido sacarlos del Cread de Playa Ancha.
La Corte había establecido medidas cautelares por un recurso de protección interpuesto por Elórtegui en 2017 a favor de los residentes del centro.
En su sentencia, dicho tribunal ordenó al Sename “dar pronto término a los sumarios administrativos pendientes, para establecer responsabilidades personales respecto de maltratos a los niños internados en el Cread”.
Además, determinó que se debía evaluar la “idoneidad del personal” que trabajaba en el lugar, especialmente los de trato directo “sancionados administrativamente por maltrato”.
Pese a que periódicamente el Sename envió informes de cumplimiento de las medidas decretadas por la corte, no se estableció en ellos un instrumento para “evaluar la idoneidad”.
Elórtegui volvió a solicitar en mayo al tribunal que pidiera al Sename cumplir con la medida, acusando que esta era necesaria, pues funcionarios que habían estado suspendidos por más de un año en procesos sumariales por maltratos volvieron a trabajar y se registraron nuevas acusaciones contra ellos.
“Tal es el caso del sr. Sergio Montero, quien registra dos sumarios en su contra, uno en que fue sobreseído y otro en curso, existiendo en ambos casos constatación de lesiones de los niños que lo denuncian”, expresa Elórtegui en el escrito.
En el documento, el ex director regional denunció irregularidades en el proceso por el que Montero fue sobreseído, que corresponde al caso en que el menor involucrado declaró haber recibido tres puñetazos.
“La ‘medida de protección y resguardo’ que se adopta fue cambiar de casa al niño. Se decreta sobreseimiento en el proceso sumarial, sin responsabilidad de nadie, en circunstancias que no se considera la constatación de lesiones del niño, como tampoco la falta de comunicación sobre el ‘incidente’, el que se ventila recién en virtud de la denuncia del colegio”, agrega en el escrito Elórtegui.
Y añade: “Asimismo, el informe en derecho en el sumario, previo a la resolución de sobreseimiento del director regional de Sename y que sirve de sustento técnico a la decisión de la autoridad regional en los sumarios, no contiene análisis técnico, no emite opinión en derecho sobre la medida que ha de aplicarse al caso. El informe del Centro Trafún de la ONG Paicabí, en tanto, que atendía al niño, indica que ‘se logra corroborar el evento de agresión física ocurrida en Cread por parte del educador, donde la profesional Gloria Román, psiquiatra del Cread, ratifica dicha agresión’”.
Pero la Corte de Apelaciones no se pronunció sobre esto: “Tales reproches se corresponden con alegaciones que deben ser ventiladas dentro del mismo procedimiento sumarial”, manifestó el tribunal, sin reconocer que la denuncia ilustraba la pertinencia de evaluar a los funcionarios como Montero, que han sido acusados de maltratos pero han vuelto sin ser sancionados.
Después de eso, el servicio simplemente se limitó a informar que se evaluaría a los funcionarios una vez implementadas las residencias familiares que reemplazarían al Cread.
Pero todavía no hay fecha para la clausura del centro, pues el Sename se ha negado sistemáticamente a volver a entregar un plazo definitivo, después incumplir su promesa ante la ONU de que se haría en abril pasado.
El servicio pudo mantener a los funcionarios sin evaluarlos, pues la Corte de Apelaciones de Valparaíso aceptó las respuestas del organismo, sin pedir que se apurara en determinar si era apropiado que trabajaran con niños, niñas y adolescentes, dados sus antecedentes, aquellos que habrían estado involucrados en casos de maltratos.
Según se conoció públicamente, en diciembre existió un proceso de evaluación de trabajadores, que contaba con entrevistas en profundidad, un psicolaboral y revisión de antecedentes curriculares, para continuar en el modelo de residencias familiares.
Pese a que se dijo que los sancionados no serían parte, si es que los funcionarios estaban todavía acusados en sumarios por maltratos sí podían participar, según confirma Jorge Borredá.
“Todos aquellos que pasaban la psicolaboral, existía la posibilidad de ubicación en uno de estos centros o en un centro de administración directa en la región. La segunda parte es el proceso sumarial, que parte de la premisa de suponer la inocencia de aquella persona que es acusada. Al no estar terminado, lo que el servicio determina es decir, pasamos, y esperamos que se resuelva el proceso”, cuenta Borredá.
De los 21 funcionarios que ejercieron en agosto, pese a estar o haber sido acusados de maltratos, sólo hay constancia de que una trabajadora fue sancionada, por lo que si la evaluación se hubiese realizado ese mes los otros 20 hubiesen podido participar, al igual que nueve trabajadores que estaban suspendidos por agresiones.
Debido a que el director regional del Sename se negó a una entrevista, no se le pudo preguntar sobre este proceso. Entre otras cosas, se le pretendía consultar si se evaluó pedir antecedentes penales, con lo que se hubiera descubierto, en caso de que no hubieran sabido, que Sergio Montero y Esteban Lira habían sido condenados por lesiones leves, y en base a ello reflexionar sobre si es pertinente que sigan trabajando con menores.
Sobre este procedimiento tampoco se ha pronunciado la Corte de Apelaciones de Valparaíso, pues archivó el recurso de protección en noviembre pasado, cuando no se había realizado evaluación alguna.
Un hogar que parecía una prisión fue la estructura halló en el Cread de Playa Ancha Jorge Cardona, miembro del Comité de los Derechos del Niño de la ONU que fue enviado a Chile entre el 8 y el 12 de enero del año pasado para conocer la situación de los niños, niñas y adolescentes bajo el cuidado del Estado.
“Me encontré con un centro donde había niños y niñas que estaban encerrados en pequeños recintos con llave (las llamadas casas) y que no podían salir si no estaba el encargado o la encargada para abrir la puerta. Los cristales estaban rotos, las duchas estaban arrancadas en varios de los locales, el andar entre esos hogares, de un lado a otro, era peligroso también, porque había unas especies de zanjas en las que si te caías te podías hacer mucho daño. Es decir, las condiciones materiales era lo más alejado a un hogar que uno pueda imaginarse y bastante cercano a una prisión”, manifestó Cardona.
Con la convicción de que esa infraestructura no se podía arreglar, pues en sí misma era una vulneración de derechos, apenas volvió a Ginebra, donde está el comité, el abogado español pidió que se solicitara cerrar inmediatamente el Cread de Playa Ancha, lo que se acordó por unanimidad.
Esto fue aceptado por el Estado, que prometió que lo haría en abril pasado, lo que evidentemente no cumplió pues el centro sigue abierto.
Ante la publicación del informe de la ONU en julio, BBCL publicó una nota explicando la promesa incumplida de clausurar el Cread de Playa Ancha. Pero el equipo de comunicaciones de Sename negó, en una llamada a Radio Bío Bío de Valparaíso, que se hubiese especificado una fecha, con el objetivo que se modificara el artículo publicado. (Tras nuevo informe de la ONU: la promesa incumplida del Estado de cerrar Cread Playa Ancha)
Por ello, se contactó a Jorge Cardona, a quien se le realizó una entrevista en la que confirmó que Chile aseguró que en abril pasado cerraría el centro.
Cardona también respondió sobre la información que se le entregó por los procedimientos por acusaciones de maltrato de funcionarios a menores.
–Una de las polémicas en el Cread de Playa Ancha es que habría funcionarios que, estando acusados de maltratos, siguen trabajando ahí.
–A mí la información que se me dio es que aquellos que estaban sometidos a un procedimiento, que primero era administrativo, eran separados del trato directo con niños y niñas, por lo tanto que ya no estaban trabajando con esos niños y niñas. Es la información que a mí se me proporcionó. No sé, supongo que era cierta, porque no tenían por qué engañarme. No me engañaron, no creo en nada de lo que me fue contado. En ese sentido debo pensar que es así. Que las personas que se encuentran en un proceso de investigación por haber sido denunciados no tienen ya ese trato directo con niños, niñas y adolescentes. Si así fuese sería terrible, ¿no?
Lo que se le contó a Cardona fue lo que debería suceder, de acuerdo a las normas del Sename y la circular 2309.
Pero no es lo que pasa.
El mismo informe de Contraloría, en el punto ya señalado, deja claro que los funcionarios no son apartados de sus labores con los menores ante las acusaciones de maltrato, como se debería hacer.
Esta situación no sólo no habría sido informada debidamente al Comité de los Derechos del Niño, sino que tampoco a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La Corporación La Matriz, representada por Elórtegui, presentó en 2017 un recurso ante la CIDH para proteger los derechos de los niños del centro.
En marzo de 2018, el organismo emitió su resolución de cautelares. “(Se solicita que se adopten) medidas necesarias para proteger la vida e integridad personal de los niños, niñas y adolescentes que se encuentran en el Cread de Playa Ancha, de acuerdo con los estándares internacionales en la materia y orientadas conforme a su interés superior”, decretó la comisión.
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Este proceso continúa con las respuestas periódicas que debe dar el Estado por las medidas que se han adoptado. En julio pasado, Esteban Elórtegui denunció que Chile había entregado información que no era veraz a la CIDH: “Siguen en el Cread algunos funcionarios que han sido acusados y que existen antecedentes fehacientes de que han incurrido incluso en torturas contra niños, niñas y adolescentes en el Cread de Playa Ancha. Se ha señalado que están suspendidos y no están suspendidos”, declaró.
Elórtegui apuntaba en específico al grupo de Sergio Montero, Andrés Riquelme, Mario Galdames y María Julieta Pacheco, que habían vuelto al centro.
A pesar de que BBCL no pudo comprobar si efectivamente Chile manifestó a la CIDH que los cuatro trabajadores referidos estaban apartados, está claro que si así fue se mintió, pues en el registro de asistencias de abril los ETD aparecen firmando.
Aún más, existió una respuesta de transparencia a BBCL que iba en ese mismo sentido. En el documento, firmado por la directora nacional de Sename, Susana Tonda, se afirma que Andrés Riquelme y Julieta Pacheco estuvieron bajo suspensión por el proceso sumarial entre el 28 de diciembre de 2016 y el 25 de octubre de 2017.
Según el documento, no se aplicó la destitución, pero tras levantarse la medida ninguno volvió a la residencia. “En todo caso, los funcionarios referidos no retornaron a cumplir sus funciones al Cread Playa Ancha ni fueron destinados a otros centros”, se asevera.
Eso es una mentira, lo que se pudo comprobar fácilmente por las asistencias.
A pesar de que recién está comenzando el proceso, Chile podría tener que responder ante la Corte Interamericana de Derechos humanos si no cumple con las cautelares que la CIDH decretó en marzo pasado.
En diciembre, la comisión recibió en audiencia a Esteban Elórtegui, el senador Francisco Chahuán y el abogado Juan Carlos Manríquez para informar sobre las vulneraciones en el Cread de Playa Ancha.
La comisionada y relatora sobre los Derechos de la Niñez, Esmeralda Arosemena de Troitiño, quien asistió a la sesión, critica la determinación de Chile para perseguir a los acusados de maltratos.
“El problema mayor es que hay funcionarios que están denunciados, están investigados, ¡pero siguen en el centro! ¿Cómo eso es posible? Eso no puede ser posible. Entonces hay aquí que tener una decisión del Estado y del Gobierno, con los efectos que esto pueda tener a nivel laboral, de parte de las personas que están afiliadas a sindicatos”, manifiesta la comisionada.
Más allá del proceso administrativo, le parece que las acusaciones deberían ser indagadas por el sistema penal en cada uno de los casos denunciados.
“Estas personas tienen que ser investigadas con la debida diligencia, con la prioridad absoluta que implica las respuestas que los niños necesitan de una protección efectiva, inmediata, por encima de todos los demás intereses que puedan haber. Yo no puedo creer que todavía en la atención de los niños y niñas haya personas que hayan estado investigadas por acciones de maltrato, violencia, violencia sexual. Eso no, no es posible. El Estado tiene una obligación de actuar de manera indirecta”, asevera la relatora sobre los Derechos de la Niñez.
Arosemena de Troitiño dijo que no podía adelantar si por los hechos expuestos en este reportaje se podría decidir que Chile no ha actuado de acuerdo a la resolución de cautelares de la CIDH, pero sí anunció que haría una revisión “para determinar precisamente si Chile está cumpliendo las indicaciones”.
Según su postura, se le debe exigir al Estado una investigación judicial independiente, incluso sobre los funcionarios que siguen en el centro y han sido acusados.
“En atención a lo que recibimos para la fecha de la audiencia, que realmente fue algo muy impactante, mi posición es exactamente la que te estoy dando ahora respecto al sistema judicial: la exigibilidad de una investigación independiente, una investigación desprovista de influencias, o de presiones. Que se investigue hasta las últimas consecuencias a los implicados en estos hechos, en estos actos, sobre todo por el peligro que representa mantenerlos trabajando con los niños. Desde la visión de la medida cautelar, esto es algo que nosotros no podemos aceptar”, asegura.
Asimismo, afirma que emplazarán al Estado para que considere si tiene personal especializado manejando los casos, sobre todo en el sistema judicial, así como la transformación institucional del sistema de protección.
“Aunque cuando las instituciones tienen tantos años, hay unas fuerzas internas que dificultan, pero la transformación tiene que darse”, opina.
A pesar de que el Estado ha intentado defender ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que han tomado medidas por las vulneraciones en el Cread de Playa Ancha, ambos organismos han requerido adoptar nuevas acciones por ser insuficiente lo que se ha hecho.
Mientras la CIDH aseguró que los menores del centro estaban “en grave riesgo”, el Comité de los Derechos del Niño dijo que el Estado era “responsable de graves violaciones a los derechos enunciados en la Convención sobre los Derechos del Niño”.
No sólo eso, en la entrevista concedida a BBCL en agosto, Jorge Cardona especificó que existía responsabilidad del Estado en los maltratos y torturas por la posición en la que se ponía a los trabajadores en los centros del Sename.
“Es un personal que se encuentra especialmente estresado ya que muchos de ellos doblan o triplican su horario de trabajo para cubrir cuando hay una baja de algún compañero. Entonces es una persona que está en una situación de tensión, sin formación y con 24 horas seguidas de atención a niños que traen todos esos problemas… Yo no los justifico, esas personas son culpables y deben ser juzgadas por lo que han realizado. Pero sí digo que el sistema ha ayudado a que esas personas violen los derechos, y que también es culpable el que ha puesto a esas personas en esas condiciones”, manifestó Cardona, quien también agregó que quienes están en el trato directo deberían ser profesionales especializados.
Por otro lado, la defensora de la Niñez, Patricia Muñoz, cree que es necesario apuntar a los entes en particular que han fallado.
“El Estado tiene una obligación a través de sus distintos órganos, Ministerio Público, policías, Servicio Nacional de Menores, Poder Judicial, de dar una respuesta coherente y categórica a estos episodios de trato ilegítimo, de malos tratos, de episodios de tortura que se han cometido por parte de funcionarios públicos en contra de niños que están bajo la tutela y cuidado del Estado, y que deben ser en ese contexto protegidos y no maltratados”, opina Muñoz.
Además del proyecto que reemplaza el Sename por el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y la Adolescencia, el Estado tiene planeado cambiar el modelo de intervención de los menores bajo su cuidado, reemplazando los Cread por residencias familiares.
En Valparaíso ya está funcionando desde el 9 de enero el primero de estos hogares, en el Cerro Alegre, hasta al que se trasladaron ese día a unas ocho niñas desde el Cread de Playa Ancha, aunque albergaría finalmente a 15.
Luis Cortez, incluso antes de la apertura de este hogar, criticaba el modelo que se estaba implementando por no ofrecer un ambiente estructurado a los residentes.
“Nosotros nunca nos hemos opuesto a los cambios. El tema es qué cambio, este modelo de residencias ha fallado en distintas partes del mundo”, afirma Cortez.
“Estos son cabros que hoy día se les acusa de ladrones, de marihuaneros y de todo lo que tú quieras, que no los quieren los organismos colaboradores. Y ahora los van meter en un modelo de puertas abiertas, no hay portero, pueden almorzar a las 10 de la noche, que hagan lo que quieren. ¿Eso es lo que queremos? Estos chicos necesitan una estructura en términos de orden. Nosotros consideramos como asociación de funcionarios, y se lo hemos dicho a la directora nacional, que esto va al rotundo fracaso”, asevera.
Tan sólo después de una semana de que llegaran las niñas, en un comunicado la Antrase denunció que las niñas estaban pasando hambre y dijeron que la política de puertas abiertas de la residencia no estaba funcionando.
“Las jóvenes hacen abandonos todos los días, en el cambio de turno a las 20:30, se arreglan y se van, comienzan a volver desde las 02:00 de la madrugada en adelante. La puerta siempre se maneja abierta no existe ningún tipo de control, niñas tienen a libre disposición todas las áreas de la casa incluidas cocina donde hay elementos que pueden ser peligrosos para ellas”, manifestaron desde la asociación.
En cuanto a los trabajadores que siguen en el nuevo modelo, las asociaciones tampoco quedaron conformes con el proceso de evaluación, pues se informó en diciembre que continuarán 66 funcionarios, pero que otros 20, que igualmente postularon, no fueron aceptados. De todos modos, todavía no hay una fecha clara de cierre del Cread, ya que todavía no estarían listas las nuevas residencias de Viña del Mar, Quillota, Villa Alemana y Quilpué.
“Actualmente son los mismos funcionarios que el mismo servicio desvincula, cuestiona, los que están sosteniendo el centro. Y es muy maltratador también que te digan: ‘Sabes qué, te fuiste por un psicolaboral, pero tienes que seguir trabajando igual hasta febrero y hasta no sabemos bien qué fecha’, porque no hay claridad respecto del tema”, expresa Jorge Borredá.
En las nuevas residencias, como ya se ha dicho, sólo se vetó a los trabajadores sancionados por maltrato, los que serían pocos. Según fuentes de BBCL, en estos hogares incluso están contemplados funcionarios como Sergio Montero, Mario Galdames y Andrés Riquelme, con más de una acusación por agresiones. Respecto a esta información el ex director regional Esteban Elórtegui se muestra preocupado: “Ojalá que esto no sea como el gatopardo, que todo cambie para que nada cambie al final”