Sin más herramientas que un container habilitado para 40 espectadores y sólo con un personaje en escena, la obra Mañana es otro país se propuso un objetivo para nada menor: transmitir las angustias de una emigrante en pleno viaje a su nuevo hogar.
Se trata de una “performance/recreación” adaptada especialmente para el festival Santiago a Mil, que tiene su origen en un texto de Michael de Cock, dramatizado por primera vez en Turquía y luego en Bélgica, Eslovenia, Inglaterra, República Checa, Italia, Hungría y Francia.
La trama muestra, in situ, los vaivenes de una niña en plena travesía migratoria, asustada y asediada por las dudas que la misión conlleva y relativas tanto al presente inmediato como a su futuro.
El público, instalado a lo largo del container (habilitado con aire acondicionado), funciona como testigo privilegiado de la escena, la misma que a ratos se vuelve sofocante e intensa.
En la dramatización de Mañana es otro país, cada país aporta una intérprete local para el protagónico rol de la niña. En Chile, la tarea recayó en María José Parga.
La enigmática obra debuta este miércoles 15 de enero a las 20:00 horas en la Corporación Cultural de Recoleta, donde presentará una función diaria, a la misma hora, hasta el cierre del festival (26 de enero).
Para obtener uno de los 40 asientos del container, la producción habilitó 30 cupos por función mediante inscripción online, y otros 10 para inscripción presencial.
Los interesados en ser parte de la experiencia de Mañana es otro país, deben registrarse en este link.