Daniel Jadue habla de la compleja relación con la DC, su presidente Fuad Chahín y la necesidad de que a futuro exista unidad en la oposición para lograr los objetivos eleccionarios cercanos, como la definición de constituyentes y la carrera presidencial.
-¿Es cierto que con el presidente de la DC, Fuad Chahín, eran amigos y que la política los alejó?
Sobre mi vida privada no hablo…
-Pero, esto es de política…
No, no, no…es que me está preguntando sobre mis amigos y sobre ellos no hablo…
-La pregunta es si están alejados por política del presidente de la DC…
No tengo alejamiento ni cercanía con nadie en política, yo discuto de política y tampoco confundo los espacios políticos con los privados. Jamás he vetado a ningún dirigente demócrata crisitiano, jamás he dicho que Chile se merece más que un demócrata cristiano, jamás he dicho que Chile no está preparado nuevamente para tener un presidente DC. No son los términos que suelo discutir en política, no veto ni ninguneo a nadie. Por eso, comprenderán que esa forma de discutir no la comparto y tampoco voy caer en ella.
-¿Se va a llegar a acuerdo en alguna alianza con la DC, desde donde se ha manifestado una posición reticente a vincularse con el PC?
Eso depende de ellos, yo le puedo contar lo que pasa en la base. En la base de la sociedad, los demócratas cristianos trabajan juntos, se encuentran y no discuten lo que discuten algunos de sus dirigentes. En la base, están concientes que muchas veces han ganado con los votos de los comunistas y no tienen problema, como acá en Recoleta. Hay algunos dirigentes que pueden tener problemas porque tienen visiones personales que no representan a sus bases. No tengo ninguna duda que vamos a llegar a un minuto de unidad, independiente del diseño, que se va a lograr cuando llegue el minuto. En ese momento, será la ciudadanía que se manifieste y no las directivas de los partidos, por lo tanto, estoy tranquilo.
Opción presidencial
-A un año de la elección, ¿tiene la mejor opción para ser Presidente de Chile?
Eso lo tiene que decir la ciudadanía, no los candidatos. Los liderazgos los elige la ciudadanía y no una persona, tampoco un partido. Los reconoce y los pone en lugar de liderazgo solo la ciudadanía. Esa pregunta dejaré que la conteste la ciudadanía. La ciudadanía está siempre hablando. En el país tenemos un sistema que a la semana siguiente de asumido un nuevo gobierno, ya tiene encuestas presidenciales para el periodo que se viene.
-Desde la elección de Allende, que pese a que no era comunista fue respaldado con fuerza por el PC, su partido no estaba tan cerca de La Moneda como lo es con su candidatura, ¿lo ha pensado?
La posición que hoy tiene un posible candidato comunista en términos de su cercanía con La Moneda, demuestra que la gente no quiere un segundo gobierno de derecha, porque no se lo merecen, por la pésima gestión que han hecho. Pero, además no quieren nada que se parezca a los gobiernos de la Concertación y, por lo tanto, va a buscar en aquellos que les den confianza y certeza de voluntad transformadora real. Seguramente, eso lo encuentran en algunos partidos y no en otros.
-¿Considera que la gente hoy está preparada para votar por un candidato del PC?
Es extraño porque el PC nunca ha gobernado este país solo, y todos los problemas que tenemos son responsabilidad de las otras fuerzas políticas y no del PC. Parece que si la gente está disponible para poner primero en las encuestas a un comunista es porque dejó de creerle a las caricaturas de la derecha, como de algunos sectores de centro que creen que la democracia solo funciona cuando ganan ellos.
-Hace meses dijo que estaba disponible para ser presidente, pero ahora da la impresión que suaviza esa frase….
No, no, no, esa es su interpretación. Sigo estando disponible, a diferencia de otros que se tienen que auto proclamar, yo nunca he dicho que quiero ser presidente de la República, no me ha proclamado mi partido. Si estoy en el lugar que estoy es porque la ciudadanía valora lo que he hecho en Recoleta. Por lo tanto, aquí no hay relativización, ni hay cambio. Lo que es sorprendente es que los que hace tres meses dijeron que no era tiempo de presidenciables porque estábamos en pandemia, hoy crean que es tiempo si seguimos en pandemia. Ahí se ve el doble estándar y que los tiempos que valen son los tiempos de ellos.
-¿Usted es la mejor alternativa de la centro izquierda para vencer a Joaquín Lavín?
Los que definen eso son los ciudadanos, no nosotros. Puedo decir que en mi sector me creen más de lo que en su sector le creen a Lavín. Eso ha quedado claro en el último tiempo. En su sector, lo acusan de haber renunciado a las ideas de la derecha. El otro día, en un programa donde estuvimos juntos, dijo que el agua debía ser un bien nacional de uso público, pero todos recordamos que cuando pasó por Santiago vendió el agua en 6 mil millones, a pesar de que Santiago tenía derechos de agua a perpetuidad para sus áreas verdes. Uno la verdad, no sabe qué pensar y qué va hacer en el futuro, porque ha ido cambiado tantas veces, que nada nos indica que no vuelva a cambiar en el futuro.
Plebiscito
-78% a 22%, ¿qué ve hoy en esos porcentajes?
-Esto demuestra el fracaso del modelo económico. Este modelo le prometió a toda la gente que si hacían lo que el modelo les decía, estudiar, ser técnico, trabajar y emprender, iban a tener una vida buena y en eso el modelo fracaso. 47 años después, nos damos cuenta que nunca provocó una vida mejor a las grandes mayorías y enriqueció y generó una vida de lujos a una minoría, cada día más notable, que hasta hoy siguen disfruntando y defendiendo el modelo con dientes y muelas. Pero, lo que es bien notable es que el “pinochetismo”, que en el plebiscito del 88 se expresó cerca del 45%, haya bajado a menos de la mitad, eso es tremendo éxito. A partir de la nueva Constitución se van a poder discutir las leyes que vengan después de la Carta Magna.
-Pero, el voto del apruebo, ¿considera que es asociable a algún partido?
-Ninguno, es de la ciudadanía y el pueblo movilizado. Hay que recordar que el gobierno, ni el Parlamento, nunca consideraron en sus programas, en estos cuatro años, hacer un plebiscito. Esto la gente se lo arrancó a un sistema político impermeable y los obligó. En eso jugó un papel principal el pueblo movilizado y también los alcaldes y alcaldesas que, cuando el sistema político no sabía qué hacer, terminamos convocando a una consulta simultánea en más de 200 comunas. El acuerdo del 15 de noviembre finalmente hace un intermedio. Avanza en una salida constitucional, pero que no considera en toda la dimensión lo que exigía la ciudadanía, sino que le permite al Congreso y a los partidos, que firmaron ese acuerdo, retomar el control. El resultado del domingo es una señal, en dos direcciones. Primero, la ciudadanía quería esto y mucho más. Segundo, no quiere que el Parlamento intervenga en este proceso y no quiere a los mismos de siempre.
-No obstante, el PC no firmó el acuerdo del 15 de noviembre, ¿eso los aleja de esta celebración?
No, lo acerca mucho más, porque lo que pasó el domingo el PC lo estaba pidiendo desde 1988. Los que llegaron 30 años tarde fueron los que firmaron el acuerdo del 15 de noviembre, porque se recordarán que el PC exigía nueva Constitución y elecciones libres, cuando otros aceptaron la Constitución de Pinochet, encantadísimos y gobernaron este país con esa Constitución durante 20 años, sin intentar ninguna vez cambiarla. El PC está pidiendo cambio constitucional antes de que algunos de los que firmaron hubiesen nacido, por lo tanto nos sentimos mucho más cerca del triunfo que ellos.
¿Condenar la violencia?
-Desde el 18-0, pandemia incluida, se generaron protestas con muchos hechos de violencia, ¿considera que con el Plebiscito resuelto es momento de que la gente ya no salga a las calles?
-No, de ninguna manera, la gente tiene que seguir movilizada, siendo capaz de condenar y aislar a la violencia, sobre todo cuando el ministro del Interior declaró hace unos días que habían infiltrados que entre sus misiones tenían que infiltrar a los movimientos sociales, convocar a acciones violentas para luego justificar la represión y tomarlos presos. Aquí, hay sectores de ultraderecha, el gobierno infiltrando el movimiento e invitándolos a atacar a Carabineros y eso me parece de suma gravedad. Pero, tengo claro que si alguien piensa que va elegir constituyentes en abril y después en un año preguntándoles cómo les fue, no va a resultar. Aquí, la ciudadanía tiene que mantenerse movilizada y seguir la discusión. Pero, lo que si es claro es que hay que tratar de aislar y sacar la violencia del movimiento, porque no corresponde. En ninguna democracia la violencia logra algo más que más violencia. La condenamos, pero pedimos que la gente siga en las movilizaciones pacíficas, que ha sido el 99.9% de los casos.
-¿Sectores de izquierda se demoraron en condenar la violencia que se generaba en las protestas?
-No, para nada. Esa es una caricatura que la derecha y algunos medios antiizquierditas han tratado de instalar, porque la izquierda siempre condenó la violencia, pero la derecha quería que saliéramos a condenar las manifestaciones y a decirle al pueblo que no se movilizara. Ahí hay una línea que no vamos a cruzar porque la manifestación pacífica es un derecho irrenunciable en todo pueblo y en todo lugar. Vimos en reiteradas ocasiones cómo Carabineros filmaba a la violencia y atacaba a los manifestantes pacíficos. Me llama la atención que después de un año, sabiendo la cantidad de cámaras que hay en las estaciones de Metro, haya tan poco avance en que se nos explique qué pasó ese día. Nosotros condenamos la violencia, pero nunca cruzamos la línea de criminalizar la protesta social.
-Hay voces que dicen que “sin hechos violentos, no se hubiese conseguido avanzar en el proceso constituyente”, y colocan como ejemplo el poco avance de las marchas contra las AFPs que no registraban incidentes, ¿considera eso válido?
-No, no considero que eso sea así. La masividad es distinta, “No + AFP” llegó a sacar en todo Chile a un millón 200 mil personas y esto no es sólo “No + AFP”. Si se miran las actividades de la CUT, de secundarios, universitarios, desde el 90 a la fecha, fueron subiendo en manifestaciones que pasaron de los 100 a los 500 mil, al millón el 2011 con Camila Vallejo liderando la FECH, después a 1 millón 400 con “No + AFP” y llegamos a 2 millones. Es la indignación ciudadana y la masividad de la convicción de cambiar la Constitución y el modelo, lo que termina haciéndolo caer. Ayudado por un gobierno inepto que no logró resolver ningún problema y que cada vez que tiene problema, como lo ha hecho la derecha en toda la historia de Chile, llama a Carabineros y a los militares para que haga el trabajo sucio y les resuelvan los problemas políticos que no son capaces de resolver.
Reelección como alcalde
-¿Por qué la gente debería votar para alcalde por un candidato presidencial, que deberá dejar el cargo?
No, uno está obligado a dejar el cargo sólo si ganase la elección y si no, vuelve. Por eso, la gente tiene la convicción en ambas condiciones porque entienden que uno puede ir a otra tarea desde donde siga trabajando por el binenestar también de esta comuna.
-Pero, de ser electo Presidente, dejará el cargo…
Es que aquí no hay una sola persona, hay proyecto que es político. Lo que se ha hecho en Recoleta es el programa del PC para los gobiernos locales y hoy dentro del Concejo Municipal el 50% son militantes del PC y esperamos que en la próxima elección hayan más. Por lo tanto, el programa no depende de una persona, depende de una posición política y tenemos que proyectarla en el tiempo.