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Los salmones truchos: el nexo de organización dedicada al robo con locatarios de la Vega Monumental

Los salmones truchos: el nexo de organización dedicada al robo con locatarios de la Vega Monumental

Miércoles 22 septiembre de 2021 | 06:00

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Camión robado | Archivo

Tres botellas de Gatorade y un café fueron claves para desbaratar una aceitada banda criminal, vinculada a millonarios atracos a camiones transportadores de productos marítimos. Escuchas telefónicas y seguimientos marcaron no sólo la caída de una organización finamente estructurada sino también develaron sus nexos con conocidos locatarios del principal mercado mayorista de Concepción: la Vega Monumental. La historia la revela en exclusiva la Unidad de Investigación de BioBioChile.

El robo de un camión que transportaba 20 toneladas de salmón en la Ruta 5 Sur a la altura de Mulchén marcó apenas el inicio de una investigación hoy en pleno desarrollo y en la que todavía se desconoce el número total de implicados y su alcance.

La madrugada del 13 de marzo de 2021, cerca de las 04:00 horas, una banda criminal penquista interrumpió abruptamente el recorrido de un Scania cargado con el producto marítimo de exportación. Maniataron al chofer y lo mantuvieron secuestrado en la litera de la máquina hasta completar la operación en un sitio alejado de la vista de testigos.

Aprovecharon el momento justo cuando el conductor se bajó a orinar en un paradero.

Una hora y media después del inicio del asalto, el conductor y el camión vacío fueron abandonados en cercanías al Puente Itata. Recién entonces, el transportista que había iniciado su periplo en Quellón pudo contactarse con los dueños de la mercadería para informarles de lo ocurrido.

Los preparativos

El asalto al Scania de los 200 millones de pesos en salmón no fue un hecho fortuito. La organización criminal detrás del atraco venía alistando todo desde mucho antes. Consideraron -por ejemplo- el uso de bloqueadores de señal GPS para impedir el seguimiento remoto del camión durante el robo.

Según se pudo establecer durante el transcurso de la investigación que sustancia la Unidad de Análisis Criminal de la Fiscalía Regional del Bío Bío, para lograr su cometido los delincuentes se movilizaron en dos modernos vehículos arrendados previamente en el centro de Concepción.

¿El responsable de esa operación? El ahora imputado Cristian Lobos Chandía, quien cometió el “error” de dar su número de teléfono personal en el rent a car.

Los detalles

El que parecía ser el atraco perfecto, poco a poco se fue desmoronando para fortuna de los investigadores. La primera pista estaba a simple vista en la cabina del camión. Allí los policías encontraron la boleta de una compra que fue desconocida por el chofer víctima del asalto en la declaración que prestó a la PDI.

Se trataba de tres botellas de bebida isotónica marca Gatorade y un café que habían sido adquiridos a las 02:29 en la tienda de una estación de servicio Shell, ubicada en la Ruta 5 Sur, a la altura de Victoria, región de La Araucanía.

Los detectives -siguiendo la pista- llegaron hasta el servicentro y obtuvieron las grabaciones de las cámaras de seguridad. En ellas, se veía a Lobos Chandía comprando los productos. Su vistoso polerón con letras doradas lo dejó en evidencia.

Tras analizar las grabaciones de distintas cámaras de seguridad instaladas en los peajes de la ruta, se pudo establecer que el camión venía siendo seguido de cerca por los asaltantes, quienes incluso se habían hospedado desde varios días antes del robo en las cercanías al punto de partida del camión.

Primero en un complejo turístico de Puerto Montt y luego en unas cabañas de la comuna de Lago Ranco.

De acuerdo a los antecedentes que maneja la Fiscalía, la banda utilizó al menos cinco vehículos para completar el atraco. Dos de ellos, un Peugeot 2008 y un Nissan Kicks arrendados, siguieron a corta distancia el objetivo.

Otros tres sirvieron como recipientes al momento del trasvasije, al ser cargados con la mercancía robada.

Los imputados

Al ya descubrir el número de teléfono de Lobos Chandía, el Ministerio Público consiguió una orden para “pincharlo”. Así, y por efecto dominó, fueron cayendo uno a uno los otros integrantes de la banda, incluido Mario Lozano Salgado, quien es sindicado como el cabecilla.

También se logró determinar la participación de su sobrino: Ariel Lozano Morales. Ambos cuentan con un puesto y son conocidos comerciantes de productos marítimos en la Vega Monumental penquista.

De acuerdo a la investigación, Mario Lozano era quien determinaba dónde abordar a las víctimas y cómo proceder, entre otras decisiones logísticas de la banda.

En una de las conversaciones telefónicas quedaron registrados los preparativos de uno de sus atracos. Era el 1 de abril de este año, poco menos de un mes después del primer atraco.

—Mañana es certero —se oye decir a Ariel Lozano a Lobos, para que se encargara de arrendar vehículos, tal como dictaba su modus operandi.

Acordaron reunirse en un galpón tipo bodega ubicado en la calle David Fuentes de Talcahuano, donde los estaría esperando el líder. El encuentro fue observado a distancia por funcionarios policiales, quienes establecieron la presencia de dos camiones pequeños.

Las patentes de ambos coincidían con los utilizados en el robo del 13 de marzo.

El nexo

Los Lozano no son unos desconocidos en la Vega Monumental penquista. Su apellido ha sonado fuerte en medio del conflicto entre los locatarios y la administración del recinto, que ha acaparado varias páginas en la prensa local.

Uno de los que ganó mayor notoriedad fue Luis Lozano Salgado, hasta hace poco presidente de la Asociación de Locatarios de la Vega Monumental.

Resulta que -pese a no formar parte del proceso judicial- coincidentemente el exlíder gremial es hermano del cabecilla de la banda, Mario Lozano Salgado, y padre de Ariel Lozano Morales.

Es en ese contexto que la indagatoria del Ministerio Público apunta ahora a establecer los brazos operativos de la organización, sobre todo aquellos dedicados a la venta de una especie difícil de reducir.

No es tarea fácil hacer desaparecer 20 toneladas de salmón. Especialmente si se considera además que la banda -según se acusa- logró el 1 de mayo del presente año concretar un nuevo atraco, esta vez a un camión cargado con 25 toneladas de choritos.

Falsos PDI

En esa oportunidad parte de la banda modificó parcialmente su modus operandi: se hicieron pasar por miembros de la Policía de Investigaciones (PDI).

Para ello, adquirieron previamente chalecos antibalas, cascos y poleras similares a las que usan los detectives. También emplearon balizas azules en uno de los automóviles para obligar a la máquina que se detuviera.

Este nuevo asalto se concretó justo cuando el camión proveniente desde Ancud ingresó a la autopista que conecta Cabrero y Concepción.

Acorralado y pensando que se trataba de un procedimiento real, el conductor del camión de choritos bajó la velocidad y se detuvo apenas pudo a un costado de la carretera.

Fue entonces que los antisociales armados descendieron de los automóviles y simularon realizar un control policial.

—Uno de ellos se acercó hacia mi puerta y me dijo que le pasara mis documentos y licencia de conducir por transitar a exceso de velocidad —declaró más tarde el chofer afectado.

Su relato prosigue:

—Cuando me agaché para buscar los papeles, se subió a la cabina y abrió la puerta y me dio un golpe en el rostro a la altura del ojo. Ingresó a la cabina un segundo sujeto por la puerta del copiloto y me amarraron de pies y manos.

En esta ocasión la banda olvidó bloquear la señal GPS del camión, lo que resultó clave para dar con el recinto donde descargaron las especies, ubicado en la comuna de Cabrero.

Así y en consecuencia de las diligencias efectuadas por la Brigada Investigadora de Robos (BIRO) de la Policía de Investigaciones de Chillán, detectives llegaron al lugar y concretaron la detención de Ariel Lozano Morales y de Miguel Luna, alias “El Franky”.

Sin embargo, pese a los antecedentes, ambos fueron dejados en libertad por el Juzgado de Garantía de Cabrero, tras ser formalizados por el delito de robo con intimidación.

La detención

Finalmente y tras varios meses de escuchas telefónicas, a inicios de este mes el Ministerio Público expuso todos los antecedentes ante el Juzgado de Garantía de Mulchén y solicitó una orden de detención en contra de los integrantes de la banda.

En el documento, el fiscal adjunto de Focos Investigativos y Análisis Criminal, Carlos Díaz, gestionó ante el tribunal la detención de Miguel Lozano Salgado, Ariel Lozano Morales, Miguel Muñoz Bastías, Cristian Lobos Chandía, Jhon Yep Chávez, Fernanda Arriagada Gómez y Edgardo Fierro García.

Los seis primeros ya fueron puestos a disposición de la justicia y están en prisión preventiva, salvo la mujer que por estar embarazada quedó con la cautelar de arresto domiciliario total.

Según apunta el fiscal que lideró la investigación, Carlos Díaz, de la Unidad de Análisis Criminal de la Fiscalía Regional del Bío Bío, los integrantes de la banda eran extremadamente cuidadosos.

Evitaban entregar detalles vía celular, utilizaron números telefónicos que eran exclusivos para coordinar los ilícitos e incluso solicitaron permisos en la Comisaría Virtual para circular en horario de toque de queda

—Mario era muy cauto— dice el persecutor respecto del líder de la banda.

En efecto, según quedó estampado en las escuchas telefónicas, el imputado cambiaba la conversación siempre que lo llamaban con respecto a los salmones.

Sin respuestas

Con todo, y pese a lo cautos que intentaron ser, la banda cayó casi en su totalidad. Ahora, el Ministerio Público alista la acusación de cara al eventual juicio.

En paralelo, y principalmente gracias a la georreferenciación de las antenas telefónicas, se busca determinar si efectivamente los salmones fueron comercializados en la Vega Monumental o en el mercado negro.

Como sea, se estableció que utilizaron la bodega de Talcahuano como centro de operaciones.

Este medio contactó a los abogados particulares de Mario y Ariel Lozano, tío y sobrino respectivamente, quienes dijeron evaluar el envío de una respuesta formal. Hasta el cierre de esta edición no se obtuvo una declaración.

Por su parte, el expresidente de la Asociación de Locatarios de La Vega, Luis Lozano Salgado, declinó referirse al tema, aunque confirmó que ya no sigue ligado a la organización gremial.

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