“No están las condiciones para que la obra llegue a buen término (…) La mano de obra es insuficiente para lograr cumplir con las observaciones (…) La prueba mecánica no se realizó nuevamente ya que aún tienen problemas con el plano de rodadura”.
Lo anterior es una de las alertas que se dejó por escrito en el libro de obras para la restauración del ascensor Concepción, en Valparaíso. Una concatenación de advertencias que fueron ignoradas por las autoridades y que terminó con la caída de la infraestructura patrimonial, con seis personas en su interior.
En el Gobierno, la culpa se la atribuyen al municipio porteño. El mismo intendente de Valparaíso, Jorge Martínez, acusa que la casa edilicia fue negligente, pero lo cierto es que antes que la entidad se hiciera cargo de los funiculares, los problemas ya existían. Los mismos ingenieros que trabajaron en la obra, aseguran que hubo errores en los diseños y que nunca se realizaron las pruebas para darle el alta al proyecto. Todo ello a cargo del Ministerio de Obras Públicas.
Diversos informes aconsejaban que se necesitaba más tiempo. Pese a todos los avisos de los inspectores fiscales que revisaron a diario el trabajo, se dio la marcha blanca igual. ¿Oídos sordos? Lo que confirman quienes participaron en el proyecto es que fue una pésima ejecución del trabajo dependiente del MOP.
—Le pusieron una solución de parche. Intervinieron algo seguro —advierten los expertos.
Marcha blanca para el Concepción
“Este ascensor rehabilitado permite un mejor servicio, más seguro y con acceso universal”. Así celebraba el entonces ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, la marcha blanca del ascensor Concepción en Valparaíso. Una promesa para los porteños que comenzaba el 3 de abril de 2019, y que para hacerlo más altruista, fue un servicio gratuito durante tres meses.
El origen de este proyecto se gestó en el primer gobierno de Sebastián Piñera. A cargo del Ministerio de Obras Públicas (MOP) se propuso la iniciativa de la recuperación patrimonial que incluía la restauración de 9 ascensores en la ciudad puerto. Una inversión que bordeó los 20 mil millones de pesos, de los cuales poco más de $1.900 millones fueron destinados en exclusiva al mejoramiento del ascensor Concepción.
Después de dos años de trabajos a cargo de la Constructora Alcorp, el proyecto se instaló con 580 m2 y 57 metros en plano de rodadura, donde transitaban dos carros distribuidos en una estación inferior y superior. Si bien la remodelación estaba en manos del MOP, la administración y mantenimiento de las estructuras patrimoniales eran trabajo de la Municipalidad de Valparaíso.
Por lo mismo, el propio alcalde de la ciudad puerto, Jorge Sharp, alabó su reapertura: “La comunidad recupera su principal medio de transporte, vuelven oportunidades de desarrollo económico”, se regocijaba ante la inauguración.
Hasta ahí todo bien. El problema vino 11 meses después, cuando en uno de sus viajes el ascensor Concepción “repentinamente” se desplomó. Si bien la primera hipótesis fue el corte de una de sus cuerdas, la verdadera razón fue que desde un principio existieron falencias en la construcción y el montaje del funicular. El mismo libro de obras estaba lleno de señales que fueron ignoradas. La última advertencia llegó un día antes del término de obras.
El bypass del ascensor
Escala continúa sin solución. Se observa la soldadura que sostiene el soporte de esta provocando un desgaste en las planchas diamantadas. Se solicita un nuevo procedimiento y fecha para poder solucionar este tema. Se da plazo hasta el 15 de diciembre para solucionar. No se realizó prueba mecánica. Aún sigue en pie los problemas del freno de cinta.
Anotación correspondiente al 27 de noviembre de 2018, 32 días antes que se entregara el informe de término de obras.
Una de las características que tiene el Concepción, es que en su red eléctrica tiene instalado un bypass. Debido a que el ascensor al momento de su inauguración aún presentaba problemas electromecánicos (en ocasiones se detenía a la mitad del trayecto o las puertas no funcionaban correctamente), la idea fue justamente instalar este nuevo sistema de control que pasara por alto dichos problemas.
En términos simples, si el funicular no quería avanzar mediante el sistema eléctrico, este bypass lo obligaba a hacerlo de manera mecánica.
La petición de agregarlo al sistema eléctrico provino de la Municipalidad de Valparaíso. La razón fue que como el ascensor se entregó antes de tiempo y sin las pruebas necesarias, sufría paradas intermedias que entregaban un viaje irregular. Este bypass fue ejecutado para controlar el sistema en casos de emergencia, una solución solicitada por el municipio el 9 de enero de 2019, 12 días después de entregado el informe de término de obras.
Originalmente no estaba incluido en los planos, fueron $18 millones adicionales para evadir contratiempos que desde el diseño del MOP nunca debieron existir.
Las alarmas fueron ignoradas y nunca se revisaron. Según explica uno de los ingenieros que participó en este proyecto, Rolando Mesías, fue un verdadero error que no supieron manejar.
—El bypass que instalaron fue una ignorancia. Entendieron que baypaseando los sensores se evitaban problemas, y les expliqué que era todo lo contrario. Si sonaba una alarma no había que instalar el bypass, sino que indagar el problema —aclara a BioBioChile.
Lo que pasó fue que los defectos -anotados en la bitácora meses antes- era en las puertas de las cabinas de las estaciones, las cuales presentaban deficiencias en el cierre y señales erróneas, debido a vibraciones.
Además, usaban un bypass en la señal del freno de emergencia, lo que se tradujo en que cuando el ascensor debió detenerse en algún punto del plano de rodadura, no lo hizo y pasó de largo, sobrepasando el nivel detención.
—Le pusieron una solución de parche, como si fuera algo de la casa, algo menor. Intervinieron algo seguro —declara el experto.
La caída
Nuevamente no se realiza la prueba mecánica. Se suspende por encontrarse un riel desplazado. Se solicita para mañana fotografía de cada punto de fijación, debido a que no puedo acceder al plano de rodadura (…) Además, se deja estrictamente prohibido utilizar el carro para evitar que las ruedas se quiebren con el desplazamiento del riel.
Anotación correspondiente al 5 de diciembre de 2018. 23 días para el término de obras.
Con fecha 1 de febrero de 2020, se registró el accidente debido a que el sensor de desaceleración del ascensor nunca disminuyó su velocidad. Esto provocó que las dos cabinas, una con cinco y la otra con una persona en su interior, impactaran en sus respectivas estaciones. Uno de los involucrados terminó con una clavícula quebrada debido al fuerte golpe, mientras que el resto sufrió diversas lesiones.
Cuando ambas cabinas colisionaron, el motor siguió funcionando, ya que el dispositivo de final de recorrido y el freno de emergencia estaban en modo bypass. Estos mismos fueron activados por los maquinistas para lograr sacar las cabinas de los extremos, ya que ambas sobrepasaban los límites del recorrido.
En un informe realizado por el Centro de Investigación de la Universidad de Chile (IDIEM) se llegó a la conclusión que “en una operación normal (sin bypass) la falla de estos dispositivos no pudo haber generado el incidente debido a que la instalación contaba con los dispositivos de final de recorrido”.
El intendente de Valparaíso, Jorge Martínez, se basó en este informe para declarar que fue un problema de mantención y no de diseño: “Es una muestra más de cómo la Municipalidad de Valparaíso ha enfrentado de manera deficiente la recuperación patrimonial de la ciudad (…) No otorga certeza alguna de cuidado, mantención, seguimiento de protocolos y, por sobre todo de seguridad”, fue su declaración a través de un comunicado, opinión que mantiene a la fecha consultado por BioBioChile.
Ahora bien, efectivamente el municipio no le hizo un seguimiento adecuado. Según consta en las listas de chequeo de mantenimiento se observaron campos sin llenar y una diferencia en la periodicidad de las tareas. No obstante, cuando ocurre este tipo de hechos, los ascensores poseen un sistema de enclavamiento o gancho que opera bajando la cremallera. En este caso no sucedió porque no estaba diseñado en base a las instrucciones de los planos mecánicos. El ingeniero cuenta:
—Nosotros les dijimos, siempre mantuvimos la conversación que el sol no se podía ocultar con un dedo. Los problemas estaban, y si él (el director de la obra) hacía eso iba a tener algún accidente.
Babysitting
Dentro del informe del IDIEM, se evidencia que se realizó una capacitación de control para los maquinistas, pero no se especifica qué materia trataron. No existen registros sobre si se instruyó o no al personal del modo bypass y sus riesgos. Además, en la lista de asistencia de Alcorp, no figuran dos de los controladores que operaban regularmente el funicular.
El mismo intendente asume que una de las principales causas del accidente fue que el operador de ese día no estaba dentro de las personas capacitadas por el MOP.
En este caso, el acompañamiento y capacitación de quienes operan el sistema una vez instalado y funcional, conocido como babysitting, no se ejecutó correctamente. La idea de este proceso es resolver problemas de operación. La recomendación de los asesores electromecánicos fue realizarlo en un plazo de 60 días, algo que no se hizo, una situación totalmente irregular.
“El babysitting no se ha podido realizar ya que depende de la disponibilidad del personal municipal para capacitarse, el cual en estas fechas es escaso (…) Como se explicó, no depende ni de la Empresa o del MOP, toda vez que depende de un tercero”, se detalla en el informe de término de obras al que tuvo acceso BBCL.
Nadie quiere firmar
A 18 días para que la obra se diera por finalizada, las pruebas mecánicas todavía no se realizaban por los persistentes problemas en el plano de rodadura. En ese entonces, la Inspectora Fiscal de Obras (IFO) era Carolina Sepúlveda y su subrogante Guido Paredes, quien trabajaba a honorarios.
Desde el inicio de la remodelación hasta el final, existieron seis resoluciones para cambiar a los IFOS titulares y subrogantes. Según fuentes consultadas por este medio, los cambios se debieron a que nadie quería firmar a medida que avanzaba la obra porque acaecían diferentes contratiempos.
El informe que dio por finalizada la remodelación debió ser rubricada por la entonces titular Carolina Sepúlveda, pero la firma la estampó Paredes, quien tiempo después de darle el alta a lo que nadie quería, pasó a contrata.
—Nadie se quería hacer responsable. Los IFOS que estaban anteriormente no querían firmar aprobaciones que no estaban aceptadas por un asesor técnico de obras (ATO), pero el director igual quiso aprobar y buscó a Guido —explica Rolando a BioBioChile.
Con fecha 28 de diciembre de 2018 la Dirección de Arquitectura del MOP selló el documento que daba por terminada la remodelación, pese a todas las advertencias y alertas emitidas sólo días antes. En ese entonces su director era Manuel Pedreros.
Con todo, la carta presentada concluía que “en términos generales la obra presenta un buen nivel de terminación en los detalles de arquitectura y obras civiles, teniendo dificultades en la materialización del plano de rodadura, situación que fue superada y plenamente ejecutada”.
Vea el informe de término de obras
La alerta final
Un día antes de que se “terminara” la obra, llegó un informe eléctrico elaborado por el ingeniero Rolando Mesías, que manifestaba que hasta la fecha -27 de diciembre- todavía se presentaban problemas en el plano de rodadura y un atraso en las disciplinas eléctricas y mecánicas. Situación que claramente se contradecía con lo manifestado por el MOP.
Por ejemplo, no contaban con el visto bueno de ejecución y recepción de nada de lo que estaba instalado en relación a la distribución eléctrica. También faltaban instalaciones del generador, las pruebas punto a punto, las pruebas de aceptación en terreno y todas las especificaciones técnicas de electricidad. Se desconocía hasta ese momento el estado operativo de las máquinas.
Vea el informe eléctrico
Pero eso no es todo, porque incluso una semana después de entregado el informe final, la Dirección de Arquitectura recibió un nuevo documento firmado por Pedro Sariego, Asesor Técnico de Obras Mecánico (ATO) del proyecto y exseremi del ramo.
Ahí se dejaba constancia que “se han de tener presente, y revisar ante eventualidad de corte de piolas mecánicas de activación de frenos de cintas, y revisar la separación de pisadera carros respecto de punto de llegada superior”.
El ingeniero conversó con la Unidad de Investigación de BioBioChile para explicar que hubo una presión pública por entregar un proyecto que no estaba finalizado.
—Nosotros no alcanzamos a hacer nada. En la parte mecánica no conseguimos llegar ni a los carros. No vimos el tema del pico de loro (gancho de enclavamiento) y los sensores no estaban instalados. No alcanzamos a hacer ninguna prueba en el ascensor Concepción al 31 de diciembre de 2018.
Si bien Sariego advirtió todo lo anterior desde un principio, cuando estaban casi al término de la obra fue desvinculado del proyecto. Trabajó oficialmente hasta el 6 de noviembre de 2018, y siguió ejerciendo hasta que se dio cuenta que no estaba contratado y lo habían reemplazado.
Vea el informe de Sariego
Este mismo informe fue validado por el MOP para justificar la instalación del bypass. El informe de Sariego apuntaba que existía “un ruido excesivo en el tren piñón corona a medida que aumenta la velocidad”, es decir, un problema mecánico que se contradice con una instalación eléctrica.
—Ese ruido no se soluciona con un bypass eléctrico. No tiene nada que ver con el ruido. Lo que tiene que hacer es solucionar el problema mecánico del piñón. Es una estupidez. —declara molesto Sariego.
El otro ascensor
Todas las decisiones que se tomaron y las autorizaciones para pagar cada monto de las licitaciones, debieron ser aprobadas por el entonces director regional de Arquitectura del MOP, Manuel Pedreros. El mismo funcionario estuvo a cargo del proyecto cuando se pagaron millonarias facturas por obras no ejecutadas, precisamente en la remodelación de uno de los ascensores de Valparaíso, según reveló una investigación de BioBioChile.
En concreto, se trató del ascensor Villaseca, cuando entre fines del 2018 y el primer semestre de 2019, la constructora a cargo entregó tres facturas por 733 millones de pesos al MOP por obras de restauración de dicho funicular. Los documentos fueron firmados y recibidos por Pedreros, pese a que los cobros exigían el pago de obras no ejecutadas.
Antes que pudieran objetar el pago, la empresa acudió a una compañía de factoring para obtener el dinero por adelantado. Las obras cesaron y se tuvo que llamar nuevamente a licitación.
Para el ascensor Concepción, las decisiones también estaban a cargo del mismo director. Él era el responsable que si un experto escribía alguna advertencia en los libros de obras, debía revisarse. En este caso se dice que existió presión para terminar un proyecto que no estaba finiquitado.
—Hubo presión social y la empresa no daba para más en los recursos. Tiendo a pensar que esto fue una decisión apresurada por la presión —sospecha Sariego.
Hasta enero de 2020 Pedreros fue parte del Departamento de Arquitectura. Hoy, es director regional del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural en Tarapacá. BBCL intentó obtener su versión de los hechos sin obtener resultados hasta el cierre de esta edición.
El ascensor patrimonial por su parte dejó de funcionar, pero el 29 de marzo del presente año se abrió una nueva licitación denominada “Conservación integral ascensores Concepción, Cordillera, Espíritu Santo región de Valparaíso”.
La inversión bordea los $170 millones de pesos, financiamiento proveniente de los fondos sectoriales del MOP.
Esta nueva licitación se abrió sin tener el proyecto liquidado. Además, provoca que al ingresar un nuevo contratista, las responsabilidades se diluyen tanto de Aircorp como del MOP, ya que una nueva constructora se haría cargo.
La Unidad de Investigación de BioBioChile tomó contacto con el MOP, quienes prefirieron esperar los resultados de la investigación que lidera el Ministerio Público para referirse a los nuevos hechos.
No obstante, comunicaron que “la Dirección de Arquitectura está concentrada en el segundo llamado a licitación para las obras que permitirán la reparación y puesta en marcha del ascensor Concepción, con las recomendaciones que hizo IDIEM. Lo mismo se hará con los ascensores Espíritu Santo y Cordillera”.
En cuanto a la indagatoria penal abierta tras el accidente, Fiscalía informó a BBCL que están a la espera de los informes técnicos solicitados, “antecedentes que permitirán tomar una decisión respecto al avance de la causa que se mantiene vigente, desformalizada y en etapa investigativa”.
El persecutor a cargo es Juan Ignacio Sepúlveda. Ninguno de los profesionales mencionados en este reportaje ha sido contactado por el Ministerio Público para prestar declaración.
BioBioChile solicitó conversar con la Intendencia de Valparaíso, quienes declararon no poseer nuevos antecedentes y mantienen la misma opinión que cuando emitieron el comunicado, pese a todas las alertas contenidas en los diferentes documentos expuestos en este artículo.
La Municipalidad de Valparaíso tampoco estuvo disponible para atender consultas debido a la existencia de un sumario en curso.