¿Debemos temerle al narco chileno?
No creo que debamos tener temor a todo el fenómeno del narco, porque en Chile, como negocio tiene una cadena desde que ingresa hasta donde se pretende comercializar. Y los hechos de violencia están generalmente asociados a los territorios de comercialización. Ese es el nicho donde vemos funerales de alto riesgo, manifestaciones de fuerza, de uso de armas, de violencia, son transversales a la delincuencia para despedir al delincuente que falleció. Estas son más bien del último nicho del narcotráfico. Precisamente del que tiene un territorio para comercializar dosis de consumo final o narcomenudeo. Pero en nuestro país no es propio de las grandes organizaciones, porque ellas se dedican al lucro de grandes partidas de droga para surtir esta cadena de narcotráfico. A los miembros de estas últimas no les interesa ser identificados como narcotraficantes, ya que su negocio se ve afectado. No así el microtraficante que tiene a cargo la venta final y su territorio delimitado.
Y este narco que trae grandes cantidades ¿cuál es su perfil? ¿Es algo así como un empresario? ¿Viven en los mismos barrios? ¿Son extranjeros?
La historia nos demuestra que ese narco, que está para abastecer la cadena tiene, primero, un poderío económico importante. Y ese poderío debe ir acompañado de un desarrollo logístico. Por ejemplo, cuando hablamos de nuestras estrategias o nichos de persecución, apuntamos a estas bandas que tienen esta capacidad tanto económica como logística de ir a contactarse con el proveedor. De recibir un cargamento y poder trasladarlo al centro de consumo. Puede ser la Región Metropolitana, la Quinta, la Octava, donde se ha incrementado el consumo.
¿Y qué hace con el dinero que obtiene del lucro de la droga?
Es ese narco que aprovecha ese poderío económico para tener movilidad social, para salir al territorio de origen, es el que va a surtir, pero sale de ahí. Y al hacerlo se aleja de los problemas del lugar, del nicho y todo lo que representa. Por ejemplo, la violencia, enfrentamiento, bandas entre rivales. Lo que hace entonces es insertarse en otro lugar donde su patrimonio, su fachada económica, va a ser más acorde. Donde su auto no va ser el único auto de la población. Su casa no va a ser la mejor del pasaje, sino que está más acorde a su vida empresarial.
¿Y ese narco empresario que cambia de barrio, el que tiene el poder económico, en qué blanquea su dinero?
Esto ha ido cambiando con el tiempo. Era común que al venir la mejora económica implicó también preocuparse de cómo manejar su dinero. Ahí hemos visto un progreso. Actualmente el narco se acerca a su abogado no solo para que lo defienda de un delito, sino también ve a su abogado como un asesor, tal como un empresario. Por ejemplo, los narcos ya no tienen bienes a su nombre. Y se preocupan que si van a comprar un vehículo buscan tener ingresos demostrables vía lícita, para acceder a un crédito. Si no la tuvieran sería mucho más complejo, pero si tienen iniciación de actividades, aunque sea algo menor, inmediatamente vas a ser sujeto de crédito para las entidades que se dedican al financiamiento, por ejemplo, para vehículos. También están los pequeños almacenes, flotas de radiotaxis que es muy común, sobre todo instaladas en sectores poblacionales. Desde empresas donde sus familiares van integrándose con funciones y contratos pese a que no tengan movimiento lícito.
¿Y qué otras figuras?
En investigaciones de nichos superiores se han formado empresas, comercializadoras por lo general, donde está contratado el hijo, la hija, pero al final del día te das cuenta que la empresa no tiene movimiento formal. Vas a la dirección y es su casa, entonces no hay un flujo de comercio detrás, pero sí está documentado. En otras palabras, hay una preocupación de tener una actividad, aunque somera, lícita. Siempre tienen sus vehículos a nombre de un tercero que tiene alguna actividad legal, que ha podido acceder a un crédito.
¿Dónde se van a vivir esos narcos que han tenido movilidad social?
No es un gran salto. Ellos se han dado cuenta que no basta con solo parecer, sino también parecer. Son muy pocos los que prefieren irse a comunas más acomodadas, porque su nivel educacional no es acorde al barrio y se produce una dificultad para relacionarse. Entonces elige los alrededores de la Región Metropolitana, comprar su parcela, construir su casa, habilitarla con piscina. Y de ahí salir a relacionarse. Pero insertarse en comunas del barrio alto es poco probable.
Inmigración
¿Preferentemente qué rutas está usando el narco, aéreas, portuarias, terrestres? ¿Han detectado por ejemplo, como ocurre en la Triple Frontera, ocupando avionetas, que son el medio para entrar marihuana en Argentina, por ejemplo?
Primero, tenemos la ubicación geográfica de Chile. Eso habla mucho del narcotráfico. País largo, una zona norte que comparte fronteras con Perú y Bolivia, dos de los principales productores como son Perú y Bolivia. Eso explica, primeramente, por qué llega droga a Chile. Existen dificultades para controlar totalmente la frontera con Bolivia. Algunos pasan y se controlan y un kilómetro más allá pasa otro sin ser controlado. ¿La ruta preferida? La terrestre. Y el punto de comunicación es la Panamericana Norte. De ahí se desprenden una serie de rutas alternativas, pero todas en algún momento confluyen a en esta vía central.
¿Y las otras?
Con la pandemia y el estallido social se presentaron restricciones de movilidad, restricciones de ingreso al país; los narcotraficantes se dan cuenta de que la vía marítima, que es la principal vía del narcotráfico en el mundo, también puede ser usada para surtir el consumo interno de Chile. Aun cuando en años anteriores habíamos detectado drogas por vía marítima para comercializarla en Chile, en la actualidad se ha descubierto que hay mayor uso de forma de ingreso por mar.
¿Han aumentado las incautaciones en el último año?
Si comparamos 2020 a igual fecha de 2019 hemos tenido más incautaciones de droga. ¿Y uno se pregunta qué pasó con la pandemia? Efectivamente la pandemia en primera instancia provocó un quiebre de stock de droga. Esto derivó en más violencia, porque unas bandas tenían y otras no, pero en la gran escala el narco se dio cuenta que al mantener la demanda, se podía introducir una mayor cantidad y rápidamente a distribuir. Entonces el narco optó por entrar la droga con menos peligrosidad, pero con mayores cantidades.
¿Y antes de la pandemia?
Ese es un buen punto de análisis respecto de qué ocurría antes de la pandemia. El narco metía pequeñas cantidades por un aspecto netamente comercial. Por ejemplo, envío 50 kilos. Eso me significa un menor costo, menos riesgo y en la escala logística menores gastos. ¿Qué hicieron? Hago llegar un experto a destino que trabaja esos 50 kilos, los abulta y los transforma en 150 kilos. Eso con la pandemia no se puede hacer. Es muy difícil que venga el experto, porque hay mucho riesgo. Se optó por alargar los periodos de ingreso de droga, pero apostar por mayores cantidades. Por ejemplo, hace dos meses tuvimos una incautación de 600 kilos de cocaína base en un solo envío y lo más probable -como es una investigación de largo aliento- no se había producido durante el año otro ingreso. Y es probable que no se produjera otro hasta el próximo año. Porque con esta droga aseguran el año y no en cantidades menores. En suma, tenemos más cantidad de droga incautada con menos procedimientos y con menos detenidos. Además de lo anterior, este año no hemos encontrado laboratorios de abultamiento.
¿Los narcos chilenos están transnacionalizando su negocio, es decir comprarla en Perú o Colombia para enviarla a Europa, Asia u Oceanía? ¿Han logrado detectar algo de eso? ¿Por ejemplo cargar en Chile el contenedor y que los puertos no sean solo de paso?
En la historia del narco chileno, hemos encontrado ese tipo, pero de manera excepcional. Si me lo preguntas, el narco chileno se preocupa de hacer llegar droga desde Bolivia y Perú para comercializar en Chile. Ese es el perfil del narco chileno a gran escala. Excepcionalmente podría haber alguno que tenga los contactos internacionales y pretenda hacer tránsito, pero tendría que formar parte de una estructura mayor donde participaran directamente los proveedores. Es una cadena logística mucho más grande.
¿La inmigración cambió el panorama?
Cuando hablamos de esas toneladas de marihuana, hace unos años atrás, el panorama interno del narcotráfico cambió con el fenómeno de la inmigración. Teníamos una mayor cantidad de detenidos chilenos y luego, le seguían los peruanos y bolivianos. Estos últimos desplazaron a los peruanos, pero con la llegada de la migración colombiana apareció otro actor y otro nicho de tráfico de drogas. Los colombianos llegaron a efectuar toda la cadena de distribución con colombianos. Es decir, provee la droga, la transporta, la recibe y la distribuye entre colombianos y finalmente, surten a algunos traficantes locales.
¿Ese nicho no existía?
No. Los bolivianos no tenían esa capacidad, los peruanos tampoco, porque necesitaban la estructura chilena. En cambio los colombianos dependen de la estructura chilena para hacer la comercialización final y en último caso la están haciendo ellos mismos. Entonces, el panorama interno cambió con la historia criminal de los colombianos versus la chilena, es mucho más fuerte, más violenta. Han existido episodios donde hay mayor uso de la violencia. En resumen es muy difícil que un narcotraficante chileno tenga estos contactos mafias de Europa y pueda crear la cadena de distribución y proveer.
Gatillo fácil
Los auditores de Radio Bío Bío siempre llaman y a veces transmiten en vivo el uso de armas en las poblaciones. Entre los fiscales del Ministerio Público se comenta que hoy los narcos compran el combo: drogas y armas al mismo tiempo. Y lo segundo, el poder de fuego ha aumentado ostensiblemente. De hecho se han hallado incautado fusiles AK-47 y las famosas pistolas Glock que con algunos accesorios se convierten en subametralladoras. ¿Qué antecedentes tienen de aquello?
En el tema de drogas efectivamente es así. También un tráfico e importación que viene de la mano del comercio del tráfico de drogas. Este año se detuvo a un cargamento que venía desde Perú que tenía armas. Se está haciendo más común en el gran traficante. También hemos tomado conocimiento que el nicho más territorial se ha dado cuenta la utilización de las armas de una manera convencional para proteger su zona ya no basta. Entonces han modificado la cadencia de tiro. Y ahí han preferido la pistola Glock, porque esta tiene una forma de ser modificada, que ellos llaman chipear, que debe hacerlo alguien con conocimientos, por ejemplo un armero. Así en la parte trasera de esta arma le deja una especie de selector y este es el que modifica la cadencia de semiautomática a automática.
¿Existen otros lugares desde donde llegan armas?
Tenemos, como dije Perú y Bolivia, pero hay otra ruta desde Argentina y en menor escala que vienen desde Estados Unidos, pero también partes y piezas. Si a eso le sumamos que en la cultura norteamericana es más accesible el uso de armas, es solo cosa de tener algo de conocimiento y enviarlo vía courier.
¿Y qué otra vía de acceso a las armas tiene el narco?
Hay una parte importante provienen del comercio nacional. No podríamos decir que las demostraciones de poder solo son de armas importadas de manera clandestina. Por ejemplo armas robadas, de gente que ha hecho mal uso de inscripción de armas de fuego para proveer, que es otro nicho. Hay personas que por inexperiencia compraron un arma y le ofrecieron realizar los trámites y al final le inscriben 5 ó 6 y nunca supo, mientras que estas eran comercializadas sin su conocimiento.
¿Y tienen algunas armerías identificadas o eso ha sido más complejo?
Es más complejo llegar, pero hay muchos casos de armerías que se han intervenido y de personas que se dedican a la modificación de armamento. Esas son las aristas importantes, porque no solo se necesitan las armas y aunque suene de perogrullo, el gran negocio también es la venta de munición.
¿Cómo opera ese mercado?
Sería como comprar un auto y que la bencina estuviera restringida. En este caso es un muy buen negocio vender munición. Porque si ves que en un funeral de alto riesgo no es posible saber cuánta es la munición que se dispara. Alguien debe surtirlas.
¿Por ejemplo, cuánto vale una caja de 9 milímetros?
Es una caja de cincuenta que, con las restricciones para adquirirla, diez mil pesos. Pero esa misma caja puede venderse entre 50 ó 60 mil pesos en el mercado negro. Esos son los valores actuales. Este nicho se produce en torno a las armerías, clubes de tiro. Allí está la comercialización de manera informal. Ahora bien, hay restricción de venta, pero para el área armas de uso deportivo, se consume más munición.
¿Han encontrado personas que al menos manifiestan su sorpresa cuando le dijeron, por ejemplo, usted adquirió 6 Glock?
Sí. Se ha dado el caso cuando vas a fiscalizar a alguien que sabes que tiene seis y esa persona asegura que tiene solo una. Se le exhibe el registro oficial y ahí te das cuenta de que ese patrón se repite con otras personas, adquirieron en el mismo lugar, atendido por el mismo vendedor y se continúa con el hilo.
Hablaba usted de los armeros que modifican pistolas, por ejemplo. Uno podría imaginar que estos pueden venir solo de dos vías. La primera de quien aprendió el oficio y la segunda de exfuncionarios de las Fuerzas Armadas o de Orden y Seguridad.
Se ha dado el caso de gente que tiene una carrera técnica desarrollada en el mundo militar o en el mundo de orden y seguridad y otras que aprendió el oficio mirando, escuchando. Son los dos escenarios.
¿Qué predomina?
Predomina quienes tienen los conocimientos que adquirió de manera formal. Antiguamente lo que veníamos en el fenómeno del narcotráfico, armas hechizas. Y estas prácticamente desaparecieron. Era común que se cometieran hasta homicidios con una escopeta hechiza. En cambio hoy son armas formales que están modificadas. Entonces hubo un cambio desde este armero simple, un maestro que sabía soldar un par de fierros a un armero que tiene conocimientos para modificar un arma de fuego.
California
En Los Ángeles, Estados Unidos, la pistola Glock es la preferida en la mafia y en el narcotráfico. Incluso en muchos rap se le menciona. Es como un objeto estético, un símbolo. ¿En Chile ocurre lo mismo?
Pasa igual. De hecho hace poco pasamos preso a un cantante urbano y él tiene canciones respecto a este mismo tema y en sus videos sale con las armas. Ya está en el hampa de que es una buena arma y segundo es posible modificarla. Eso es un plus.
¿Los narcos siguen teniendo esta vida ostentosa, van a discotecas de moda, gastan dinero a destajo o han bajado la exposición?
No. Yo creo que la tentación de las ganancias hace que se mantenga esa vida de gastos. Hoy vemos que aumentan los viajes, las operaciones estéticas, es muy fuerte. Y en los territorios continúa la narcobeneficencia, la fiesta en el pasaje, la ayuda a una familia necesitada, que a su vez le entrega información. ¿Y por qué es fuerte? Porque el fenómeno como negocio genera muchas ganancias. Hay un abogado muy famoso que trabajaba en la Región de La Araucanía. Él inició sus labores defendiendo a narcos de la misma zona y uno podría pensar que nada tienen que ver con los de la Región Metropolitana solo por la concepción del negocio. Sin embargo hoy, en sus redes sociales, aparece patrocinando a narcos en Calama, Iquique, Santiago. El tipo hace una ostentación del dinero que gana, impresionante. Entonces si eso lo encontramos en un abogado que defiende narcos, imagínese los que traen 600 kilos a Santiago. Entonces es imposible que mantenga la misma de antes. Los gastos vienen de inmediato.
¿Ustedes piensan que esta es una batalla donde el gato es más lento que el ratón? Se lo pregunto porque en la literatura sobre estas materias se indica que el narco no tiene que crear leyes. ¿Sigue siendo así?
Lo que aprecio es que, como estamos comprometidos con la investigación criminal sabemos que este juego requiere un estándar probatorio alto, porque la legislación en el país sobre este delito es una legislación fuerte, potente. Entonces, los magistrados requieren por su parte una investigación sólida para aplicar las penas, por eso nuestras investigaciones demandan mucho tiempo. Porque si eres narco sin antecedentes anteriores, vas postulando a cinco años y un día de pena aflictiva. Más del 90 por ciento de quienes pasan a control de detención pasan a prisión preventiva a la espera de un juicio oral. Yo creo que se aplican las penas en ese sentido. Para nosotros es normal que al final de un juicio oral hayan penas de 15 años.
¿Entonces no tiene fin?
Puede parecer que es un cuento de nunca acabar y es precisamente lo atractivo del negocio. Hay personas que nunca han tenido relación con el narcotráfico y deciden poner su plata, por ejemplo de la jubilación, para que un narco pueda traer droga sabiendo que los réditos a corto plazo van a ser mucho más que cualquier forma de inversión tradicional. Esto hace que este delito se reproduzca, porque se trata de una reproducción social asociada básicamente a clanes familiares.
¿Qué hay de esos delincuentes que se ligan al narco?
Lo que ves son otros delincuentes de otro nicho, por lo general a robos con intimidación, temas más violentos que se pasan para este lado, primero para formar parte de cadenas logísticas. Por ejemplo, cuando un narcotraficante necesita ir a buscar droga necesitan seguridad, que lo escolten y luego como se van introduciendo en este circuito van tomando otras pegas, hasta que se independiza y forman sus propias bandas, porque este nicho es muchísimo más lucrativo.
¿Y al revés?
Jamás. Porque ese narco que perfilo, el que trafica en grandes cantidades y el de al medio, lo que evita es precisamente la exposición, el enfrentamiento. Por eso el fenómeno de los funerales de alto riesgo se asocia al narco como cultura, el narcotraficante de media y gran escala lo que menos quiere es aquello. No quiere ser identificado, porque en esta cadena logística es el gran proveedor. Porque si él trae 600 kilos surte a muchos traficantes.