Este lunes, un día después de la victoria de Argentina sobre Francia (vía penales) en la final del Mundial de Qatar 2022, el Bayern de Múnich emitió un comunicado condenando el acoso y los insultos racistas que han sufrido tanto Kingsley Coman como Aurélien Tchouaméni tras errar sus respectivos penaltis.
A través de sus redes sociales y en sus canales de información oficiales, el elenco bávaro se mostró en contra de los ataques cibernéticos hacia los jóvenes cracks franceses e hicieron un llamado a detener el racismo en el deporte.
“El Bayern condena enérgicamente los comentarios racistas vertidos hacia Kingsley Coman. La familia del Bayern te apoya, King. El racismo no tiene cabida en el deporte ni en nuestra sociedad”, recalcó el club alemán.
Una repudiable actitud de los hinchas que se asemeja a la sufrida por los futbolistas ingleses Bukayo Saka, Marcus Rashford y Jadon Sancho, quienes tras fallar sus penales en la final de la Eurocopa frente a Italia, tuvieron que soportar un sinfín de comentarios de carácter racistas en sus redes sociales.
En aquel momento, la Federación Inglesa (FA) debió intervenir.