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En Chile operan agencias que cobran entre $4 millones y $12 millones por gestionar la adopción de un menor a otro país. Ad portas de la discusión en el Congreso del proyecto que reestructura al Sename, desde el organismo reconocen que la adopción continúa siendo una materia pendiente y admiten que no existe control por parte del Estado respecto de los precios que se pagan por cada niño institucionalizado. De acuerdo a la información disponible entre los operadores, el sistema ha dado espacio a un mercado que entre 2010 y 2016 podría haber transado hasta $ 6 mil millones solo por los 514 niños enviados a Italia, país que tiene siete agencias intermediadoras operando en Chile.
“Si usted no habla español, aprenda algunas frases cortas en ese idioma porque su hijo se relajará y entenderá su deseo de comunicarse con él. Frases tales como ´hola, nosotros somos tus papas´, ´te esperamos mucho tiempo´, ´vamos a pasarlo muy bien juntos´, facilitan un buen comienzo”. Ese tipo de recomendaciones hace el Servicio Nacional de Menores (Sename) a las parejas italianas que quieran adoptar niños chilenos, en una guía de 64 páginas destinada a facilitar el proceso de adaptación.
El documento no es casual. Dada la reputación de las instituciones nacionales, valoradas desde el extranjero por su funcionamiento ordenado, y a la cantidad de niños disponibles, Chile se ha posicionado en el circuito internacional como un país atractivo para adoptar. Eso se refleja en la presencia de 13 agencias privadas que actualmente gestionan enlaces con matrimonios extranjeros, tal como lo permite la Convención de La Haya ratificada por el país en 1993.
En el listado tienen presencia Noruega, Bélgica, Alemania, Nueva Zelanda y dos instituciones de Francia. Pero el dominio indiscutible lo tienen las italianas, con siete de las plazas. Y la estrategia ha rendido sus frutos: según los anuarios del Sename, entre 2010 y 2016, 732 menores fueron adoptados por matrimonios foráneos y el 70% de ellos se radicó en Italia.
Aunque el procedimiento es gratuito, excepto la obtención de documentos como pasaporte y visa, la participación de estos mediadores no lo es y quienes se embarcan en la búsqueda de un hijo al otro lado del océano deben pagar cuantiosas sumas. La información disponible en los sitios web de las entidades italianas da cuenta de distintas tarifas por país. En el caso chileno, fluctúan entre $4 millones y $12 millones. Estos montos no incluyen pasajes, estadía, alimentación ni otros gastos en los que deben incurrir las parejas extranjeras en los 60 días de estadía que la normativa vigente exige antes de llevarse al menor.
Todos estos datos hablan de un mercado que entre 2010 y 2016 podría haber movido hasta $ 6 mil millones solo por los enlaces a Italia.
Pero la alegría de unos es la tristeza de otros. Este escenario ha incubado una serie de denuncias por parte de las familias chilenas que perdieron a sus hijos, tal como lo reveló Radio Bío Bío en un reportaje que describe el drama que hoy viven. Acusan que las fallas y arbitrariedades del esquema actual han dejado espacio a un modelo donde aún existen transacciones monetarias por los niños.
La red de agencias organizadas
En Chile, todas las adopciones internacionales se gestionan a través de un tercero. Por eso no solo las agencias foráneas se dedican a este rubro. Hay residencias que tienen acreditación tanto para protección como para adopción. Entre estas están la Fundación Chilena de Adopción, Fundación San José, Pro Icyc y Fundación Mi Casa.
Así, del total de 76 adopciones al extranjero efectuadas en 2016, nueve fueron concretadas por Fundación Mi Casa y dos por la Fundación Padre Alceste Piergiovanni. Las otras fueron gestionadas directamente en el Sename a través de las agencias. De todas formas, en el organismo recalcan que ellos deben visar todas las uniones y enviar la propuesta final a un tribunal.
Estas entidades también cobran y pueden trabajar a la par de alguna de las instituciones internacionales. Por ejemplo, Fundación mi Casa pide a los postulantes un “aporte voluntario” que parte en $2.780.000. Otras, exigen un ingreso bruto familiar. En el Sename es gratis.
Lejos de actuar de manera atomizada, los actores se ha organizado bajo el alero de personalidades que conocen el sistema a la perfección. En 2015 Fundación Mi Casa impulsó la creación de la Red Latinoamericana de Cooperación en el ámbito de la adopción (RelacAdop). Sus fundadoras son Delia Del Gatto, presidenta de RelacAdop y gerente general de la Fundación Mi Casa, cargo que asumió en 2006 tras dejar la dirección del Sename, y Raquel Morales. Esta última es directora ejecutiva de RelacAdop, directora del programa de adopción de la Fundación Mi Casa y fue jefa de adopción del Sename hasta 2014. Uno de los objetivos de esta instancia es “incidir en el desarrollo y definición de las políticas públicas en materia de protección a la infancia y adopción”.
El primer Congreso Latinoamericano en la materia se desarrolló en octubre del año pasado en Colombia, uno de los países latinoamericanos que más niños envía al extranjero y el lugar de procedencia de la organización con la que Fundación Mi Casa se alió para crear la RelacAdop (Fundación Centro para el Reintegro y Atención del Niño CRAN de Colombia). En esa y otras actividades de RelacAdop ha participado de manera activa la Agrupación de Representantes de Organismos Extranjeros en materia de adopción internacional (Aroeadop). Su presidenta, Marysol Heresmann -representante en Chile de la organización Adopsjonsforum, de Noruega- comenta que también se organizaron en 2015 luego de que estallaran la denuncias por adopciones irregulares que involucraron al sacerdote Gerardo Joannon. Entre las agencias mantienen contacto permanente y reuniones de trabajo con el Sename.
Por estos días, la agrupación está atenta al debate de la ley que modifica el Sename. Critican que el esquema actual ha extendido los plazos, elevando así la edad de los menores que llegan a ser adoptados. Esto, dicen en privado, ha disminuido la “demanda” ya que además “los chilenos se están abriendo a adoptar niños más grandes”. De hecho, las cifras del Sename reportan que la mayoría de los niños adoptados por chilenos en 2016 están en el rango de 0 a 3 años, mientras que casi todos los casos de adopciones internacionales son de niños de 4 años y más. Por eso buscarán poner el tema sobre la mesa.
“La preocupación mayor nuestra son los plazos y hasta donde llega el derecho de la familia biológica versus el derecho del niño a tener una familia. Hasta donde se prioriza el derecho de que la familia se recupere y se pueda hacer cargo del niño y en qué punto los niños son prioridad (…) muchos casos se dilatan, cuando se deberían despejar de manera rápida”, plantea Heresmann.
Procedimientos más rápidos, dice, evitarían que los niños pasen tanto tiempo en hogares y elevarían el número de niños disponibles para ser adoptados. Esto, sin embargo, va en sentido contrario a la disminución de adopciones que lograría el nuevo enfoque del Sename, a través del fortalecimiento de las intervenciones familiares.
“En el mundo desarrollado la adopción no existe por esa misma razón. Pero estamos a años luz, porque para eso tiene que haber un Estado de bienestar. Hoy no hay un sistema social sólido para todos”, dice Heresmann. “A una mamá soltera en Noruega le dan todas las garantías: casa y jardín, por ejemplo, para que ella pueda ejercer su rol de madre. Incluso tiene disponible padrinos que sacan a los niños a pasear para que ella pueda descansar. Pero eso no ocurre acá”, agrega.
Sobre los cobros por parte de las agencias que su agrupación reúne, asegura que se trata de materias que competen a cada organización. Dice que Noruega, país que representa, funciona a través de una membresía por cada padre que ingresa al programa, independiente de qué país escoge para adoptar. “Mi organismo es serio. Yo recibo un sueldo fijo independiente de si hago una o cero adopción. Mi cargo es nombrado por la autoridad central noruega. De hecho, si preguntan por qué hay un organismo noruego y siete italianos, es porque en Noruega no permiten que exista más de un organismo por país para no producir competencia”, plantea.
Ejecutivo se abre a regular cobros
La Convención de La Haya, que Chile firmó en 1993 pero que recién en 1999 aplicó a través de una nueva Ley de Adopciones, establece que para estar acreditadas por un Estado, las agencias de adopciones deben constituirse como personas jurídicas sin fines de lucro y su funcionamiento debe ser evaluado periódicamente por el Sename. Aunque asegura desconocer los montos que transa el sector y sus razones, María Fernanda Galleguillos, jefa de adopciones del Sename, admite que se trata de un tema que como autoridad deberían abordar.
“En Europa tienen regulado el pago. Acá no hemos hecho ese trabajo y lo deberíamos hacer como órgano rector”, señala. Y se preocupa de aclarar que en Chile los únicos costos tienen relación con la obtención de documentos como pasaporte y visa. Pero el procedimiento de adopción en si mismo, enfatiza, es gratis.
Pero no solo eso. La funcionaria también considera que se deberían revisar las condiciones de acreditación. “No corresponde que un organismo se haya acreditado y quede por siempre acreditado. Hoy debe ocurrir algo gravísimo para poder eliminarla”, cuestiona.
Desde el Sename aseguran que no han querido ampliar el número de agencias, pese a recibir nuevas solicitudes como una reciente de Suecia. Aumentar la cantidad de operadores significaría una presión en el sentido contrario al que como institución buscan avanzar, dice Galleguillos. Esto es, reducir el número de niños disponibles para adopción a través de una nueva política de fortalecimiento de intervenciones familiares. En Perú, por ejemplo, existen cuotas de adopción para estas agencias, pues dicho país ha tenido una política de puertas abiertas que ha impulsado el florecimiento de un mercado mucho mayor que el chileno.
En 2013, el gobierno de Sebastián Piñera envió un proyecto para reformar el sistema de adopción. Desde el Sename acotan que durante este gobierno se introdujeron indicaciones; una de ellas es modificar el orden de prelación para que, contrario a lo que ocurre hoy, solteros, separados y viudos chilenos tengan prioridad sobre matrimonios extranjeros a la hora de adoptar. Sin embargo, advierten que la prioridad es aprobar el proyecto que el Gobierno envió al Congreso en marzo para reformular el Sename.
La estructura de costo por enlace
La ofensiva italiana es de orden global. En 2008 destronó a España como principal país europeo de acogida, siendo superado solo por Estados Unidos en cuanto a recepción de niños adoptados a lo largo y ancho del mundo. Antecedentes de la Comisión para las Adopciones Internacionales -autoridad italiana en la materia- muestran que el país concretó un total de 2.216 enlaces en 2015. Según el Sename, se trata de uno de los países con menos barreras para acoger a niños, por ejemplo, en materia de edad.
Las familias se contactan con las agencias en su país de residencia, iniciando la fase de preparación. Una vez aprobado el trámite por parte de sus autoridades, los agentes envían los antecedentes del matrimonio a la autoridad chilena. Hasta que logran un enlace pueden pasar tres o cuatro años.
Sin embargo, la asesoría de estos organismos no es para cualquiera. Dado los costos -el precio final está compuesto por dos partes fijas, una vinculada a la gestión en Italia y otra en Chile, más un monto variable relacionado con el viaje- desde estas entidades reconocen en reserva que el perfil de los padres que llegan en búsqueda de un hijo pertenece a un estrato socioeconómico alto. A continuación, algunos ejemplos de las modalidades de pago de los principales organismos con presencia local:
Fundación Patricia Nidoli: También tiene presencia en Bolivia, Perú, Bulgaria, Rusia y Haití. Su tarifa por el trabajo en Italia es de 5.500 euros ($3.900.000) más 11.500 ($8.153.500) por la gestión en Chile. Por ende, un matrimonio termina desembolsando unos 17.000 euros, o $12 millones, como base. Pero eso no es todo. “El costo total del procedimiento de adopción se calcula sumando los costos de Italia, los costos en el extranjero y los costos variables”, especifica la Fundación.
Este último ítem, dice la fundación, hace alusión a “los costos que la pareja va a tener que soportar para el viaje -como pasajes de avión, alojamiento, alimentación, documentación, exámenes médicos, entre otros- que supondrá la estadía en el extranjero”.
Y hay más. Con el fin de monitorear el enlace, Sename exige un informe de seguimiento anual durante los dos primeros años y otro adicional por el tercer y cuarto año contados desde que el menor se radicó en el exterior. La Fundación agrega que 12 meses después de la vinculación se deben pagar 450 euros, o unos $319.000, por dicho documento.
El sitio web también expone sus logros. A febrero de 2017 aseguran haber concretado 215 enlaces en Chile, equivalentes a unos 300 niños, monto que supera con creces a los resultados obtenidos en Bolivia (49), Bulgaria (54), Haití (7), Perú (13) y Rusia (140).
Instituto La Casa:El Instituto La Casa fue fundado en Milán en septiembre de 1943 como un refugio para quienes durante y después de la Segunda Guerra Mundial perdieron sus casas y empleos. “Hoy en día la sociedad vive en un ambiente impregnado por la inseguridad y la familia pide de nuevo que el apoyo de estos valores internos de guerra. Esa esta reconstrucción que ahora apunta el Instituto La Casa”, declaran.
Cobra 250 euros ($177 mil) por un “entrenamiento pre adopción”. Superada esa etapa, suman cargos de 4.500 euros ($3 millones) por trámites, charlas y recopilación de información en Italia y 1.500 euros ($1 millón) en Chile. En este caso el precio es inferior al que incurren las parejas que buscan en Chad (5.000 euros), Bulgaria (6.500 euros), Bolivia (5.000 euros) y Colombia (2.500 euros), los otros países donde tienen presencia. Al igual que en otras fundaciones, los gastos de viaje y estadía en el extranjero corren por cuenta aparte.
En caso de cancelación de la adopción, devuelve 70% antes de haber enviado el informe al país del menor y 40% después de éste. “No se devuelve si la pareja llega al extranjero pero no se materializa la adopción ya en el país”, advierten.
Asociación de familias adoptivas Pro Icyc: Obtuvo la acreditación del Sename en 2008 para operar en Chile, pero fue constituida en marzo de 2000 por familias adoptivas de Italia para darle continuidad a la experiencia en la adopción de niños del Centro de Protección Icyc (instituto de colonias y campamentos) de Quinta de Tilcoco en Chile, actual Villa Padre Alceste Piergiovanni. El sacerdote llegó a Chile en 1956 -murió en 2003- y fundó en 1970 centros de acogida para niños abandonados.
“En 1973 padre Alceste hizo la primera adopción de un chileno en Italia y desde ese entonces gracias a su trabajo más de 1.200 niños chilenos han encontrado una familia de acogida en Italia”, destaca el sitio web de la Asociación.
Esta entidad cobra 4.300 euros por los gastos en Italia (información, entrevistas, correo, expedientes, administración, conversaciones, impuestos, traducción) y 5.200 euros por el trámite en el exterior. Es decir, un total de 9.500 euros, o $6.735.500, por niño. Este monto no incluye nuevas reuniones con el psicólogo solicitadas por la pareja, gastos de legalización documentos, ticket de avión, alimentación, alojamiento ni exámenes médicos. En caso de cancelación no hay devolución.
Asociación Ariete: Nació en Nápoles en diciembre de 1993, pero recién en 2000 consiguió la acreditación para llevar a cabo adopciones. Han desarrollado proyectos en Ucrania, Rusia. Nepal, Vietnam, Cambodia y Bielorussia. De acuerdo a la Commissione per le Adozioni Internazionali, el precio de los servicios prestados por esta entidad alcanza los 9.251 euros, o unos $6.558.959.
Para contribuir a la elección de los padres sobre la nación de procedencia de su futuro hijo, esta organización entrega insumos sobre las características de cada país. Sobre Chile, destaca sus atractivos geográficos y realiza un análisis sobre su situación socioeconómica. “A pesar del fuerte crecimiento económico, confirmado por la reciente entrada de Chile como un Estado miembro de la Ocde, las condiciones psicosociales de la población chilena están cargadas con una de las diferencias más notables en la distribución de la realidad, el ingreso per capita de Chile es complejo. A pesar del neoliberalismo exagerado, Chile se caracteriza por las extrema desigualdad en la distribución del ingreso per capita, con 728 mil personas consideradas indigentes. Dos millones de chilenos viven en pobreza (…) Es deficiente en importantes factores psicosociales y económicos, tales como la marginación, la pobreza, el tráfico de drogas, las continuas violaciones de los derechos humanos, especialmente a lo que respecta a los derechos económicos sociales para la mayoría de la población (…) hay un contexto psicosocial de fuerte malestar (…) la población de Chile es muy joven sin embargo las políticas nacionales todavía no invierten en educación, así como en apoyo a niños y familias”.
Asociación N.A.A.A. Onlus (Network Aiuto Assistenza Accoglienza Onlus):Esta agencia cobra 4.900 euros por los trámites en Italia ($3.474.100) y 8.000 euros ($5.672.000) por el procedimiento en el extranjero, totalizando unos 13.900 euros, o $9 millones. Los desembolsos constituyen cargas deducibles del impuesto sobre la renta de las personas sobre la certificación emitida por la asociación.