Poco antes de que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) presentara un requerimiento contra CMPC y PISA (actualmente SCA) por coludirse en el negocio del papel tissue, un ejecutivo de la papelera del Grupo Matte tomó entre sus manos un documento clave del acuerdo y lo destruyó. Los antecedentes que quería eliminar no tenían relación con la colusión que ya todos conocen, la del papel higiénico y servilletas en el mercado masivo. Era más bien información que implicaba y probaba la participación de ambas empresas en una extensión del acuerdo colusiorio principal, involucrando a grandes clientes del mercado institucional, como restaurantes, el Aeropuerto de Santiago, farmacias, clínicas y hospitales.
Ese capítulo desconocido de la colusión entre ambas empresas fue develado, en parte, por la propia CMPC en el documento de delación compensada que presentó reservadamente el 27 de marzo de 2015 ante la FNE. En dicho documento, que la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío publica íntegramente por primera vez, CMPC reconoce que además de la colusión en el segmento masivo, ambas empresas se repartieron a dedo los clientes institucionales (revisa acá la delación compensada de CMPC sin censura).
Las dos compañías, según señaló CMPC en su delación compensada, “habrían acordado repartirse un grupo de clientes atendidos por la división institucional de cada empresa”. Para llevar a cabo ese acuerdo, ejecutivos de CMPC y PISA elaboraron una lista en la que identificaron con detalle dichos clientes, se los asignaron y cuando tenían que ofertar como proveedores en una licitación, o vía trato directo, lo hacían a un precio mayor para respetar el acuerdo y mantener la lista sin cambios.
De esa forma, grandes empresas, hospitales y clínicas, entre otros, pudieron verse afectados al comprar papel tissue de proveedores coludidos. Lo anterior habría gatillado querellas y denuncias, pues la práctica pudo afectar licitaciones públicas de hospitales y a otros organismos del Estado. Pero ninguna de esas grandes empresas y organismos públicos lo supo, pues la FNE nunca lo reveló. De hecho, cuando se requirió y entregó al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) la delación compensada de CMPC, tarjó en negro los antecedentes que quedaron a disposición del público, aunque los ministros del TDLC tuvieron a la vista todo el documento.
Un ejemplo de eso aparece en la tercera página de la delación de CMPC que hizo pública la FNE. En ella se lee: “Respecto del negocio tissue masivo, PISA y (CMPC) Tissue habrían acordado mantener participaciones de mercado de 76% para (CMPC) Tisuee y 24% para PISA, esto sin considerar otros competidores”. El resto del párrafo aparece tarjado en negro. Sin embargo, tras la investigación de Radio Bío Bío, ahora se conoce su contenido:
“Respecto del negocio institucional, se habría confeccionado un listado de clientes señalándose cuáles correspondían a PISA y cuáles a (CMPC) Tissue. Las sumatorias de las toneladas que representaban los clientes de cada empresa incluidos en esta lista habrían sido equivalentes”.
En la página cinco, también tarjada por la FNE, la papelera del Grupo Matte profundiza en el acuerdo que alcanzó con PISA para coludirse en el segmento institucional: “Se habrían realizado reuniones periódicas y conversaciones telefónicas de implementación a nivel de gerentes de dichas divisiones. En esas reuniones y conversaciones habrían participado a lo menos Ximena Manzano y Rodrigo Pacheco, por PISA, y, en distintos momentos, Felipe Winter, Rodrigo Cood y Claudio Palacios por (CMPC) Tissue. Para materializar la mantención del respeto a los clientes en el negocio institucional, la empresa que debía respetar el cliente a la otra no cotizaba o cotizaba caro en los requerimientos de cotización o licitación que el cliente realizaba, ya sea directamente o a través de distribuidores”.
En la FNE aseguran que investigaron estos hechos y que no los incluyeron en su requerimiento porque no pudieron probarlos hasta 2009, fecha de corte para establecer la prescripción. “La investigación incluyó eventuales acuerdos en los dos canales a través de los cuales se distribuyen los productos tissue: el masivo y el institucional”, dijo la FNE en una respuesta a un cuestionario escrito que envió a este medio. “En ese contexto, se indagó exhaustivamente eventuales acuerdos en el canal institucional, lo que puede confirmarse consultando la versión pública de nuestro expediente de investigación”, agregó.
Sin embargo, el persecutor económico no pudo encontrar pruebas que acreditaran una conducta colusiva en el segmento institucional. “La FNE circunscribió su acusación sólo al canal masivo y a las empresas respecto de las que existe evidencia que acredita la existencia la conducta y permite fundar una condena” (revisa acá la respuesta completa de la FNE).
Una querella que no prosperó
Hay quienes creen que la investigación pudo ser diferente, lo que habría derivado en sanciones. El exalcalde de Melipilla, Mario Gebauer, presentó una querella en noviembre de 2015 a nombre del municipio en contra de ambas empresas. Gebauer acusó un perjuicio en torno a los 45 millones de pesos en su comuna. No obstante, y tras varios cambios de tribunales, en junio de 2016 el 34° Juzgado del Crimen de Santiago rechazó la acción legal, en parte, por falta de antecedentes para acreditar los eventuales ilícitos.
“Nosotros tomamos todas las facturas de la corporación, incluyendo las que afectaron a colegios y consultorios. Con eso nos querellamos, calculando un perjuicio a través de estas licitaciones de unos 45 millones de pesos. Pero el tribunal extrañamente desestimó los antecedentes”, dice Gebauer (revisa acá la querella).
Cuando el entonces alcalde presentó la querella, lo hizo sin conocer la delación de CMPC. “Era obvio que también se habían coludido en este segmento de grandes clientes. Muchas otras municipalidades y organismos públicos también pudieron verse afectados”, plantea.
No es el único. Hernán Calderón, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), cree algo similar. “Muchos alcaldes sospechaban esto y declaraban abiertamente que habían sido perjudicados por esta colusión, pero por la restricción que puso la FNE en cuanto a tarjar ciertas partes de la delación compensada, no se pudo tener los antecedentes necesarios y suficientes para poder demandar el daño que se le produjo a organismos del Estado”, dijo Calderón.
El caso colusión sí tuvo un correlato penal. El fiscal Cristián Galdames, de la Fiscalía Metropolitana Sur, investigó los hechos tras la denuncia de un grupo de diputados. Pero el persecutor no pudo avanzar mucho y no perseveró en la investigación.
“Durante la investigación sí teníamos antecedentes de que grandes consumidores, como hoteles, farmacias y eventualmente hospitales dependientes del Estado, pudieron haber pagado un precio mayor al que correspondía. Pero no se pudo llegar a buen puerto, ya que la fiscalía económica no nos entregó todos los antecedentes, lo que hizo inviable continuar con la investigación”, dijo el fiscal Galdames a Radio Bío Bío.
Escucha acá al fiscal Galdames:
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Sobre este punto, en la FNE, organismo que ganó una contienda de competencias con el Ministerio Público por este caso, se defienden. “Al solicitar la autorización judicial para allanar a SCA, la FNE dio cuenta a los tribunales pertinentes de que se contaba con antecedentes de un posible acuerdo entre CMPC y SCA en el canal institucional”, dijo el organismo, insistiendo además que si bien tarjó los antecedentes de la delación, otros que no estaban censurados sí contenían elementos que podían advertir que se estaba investigando el segmento institucional.
Además, planteó que “es importante destacar que este deber de confidencialidad de la FNE quedó zanjado mediante la resolución pronunciada por el Tribunal Constitucional y la Corte de Apelaciones de San Miguel, con ocasión de la solicitud del Ministerio Público de acceder al contenido confidencial de la solicitud de delación de CMPC”.
Caída del acuerdo
Para probar la colusión en el segmento institucional, la FNE debía contar con pruebas que profundizaran y acreditaran la delación de CMPC. Una elemento fundamental de aquello eran las listas que ambas empresas habían confeccionado para repartirse a dedo sus grandes clientes.
El acuerdo había comenzado en 2000, cuando CMPC ingresó al segmento institucional que en ese entonces estaba dominado por PISA. De hecho, ese era casi su único negocio, pues su participación en el mercado masivo era marginal. Solo pudo crecer en este último cuando ese mismo año se inició la guerra de precios con CMPC, tras elaborar el papel higiénico de gama baja Acuenta, para supermercados Líder.
Ambos hechos motivaron que ejecutivos de CMPC y PISA iniciaran la colusión. Así surgieron las primeras reuniones entre el exministro del Deporte, Gabriel Ruiz-Tagle, entonces dueño y presidente de PISA, y Jorge Morel, gerente general de CMPC Tissue, en el restaurante Las Brisas de Chicureo, y luego en otros lugares, para acordar los términos del acuerdo. En el segmento masivo, se elaboraron sofisticadas listas en Excel en las que introducían datos de toneladas de papel tissue para ir calculando sus participaciones de mercado. Como parte del mismo acuerdo, se construyeron listas con los grandes clientes del segmento institucional que ambas empresas se respetarían.
“Alrededor de los años 2005 ó 2006, al menos (CMPC) Tissue habría cambiado su forma de operar en este negocio pasando de un modelo en que mayoritariamente atendía en forma directa a sus clientes, a un modelo en que los atendía a través de distribuidores”, dice CMPC en su delación compensada. “Bajo esta nueva forma de operar, paulatinamente se habría dejado de mantener el respeto a los clientes incluidos en la lista acordada”, agrega.
Los nuevos distribuidores de CMPC no conocían de la colusión en este segmento de clientes, por lo que fueron a competir con PISA. Fue así como le arrebataron el Aeropuerto de Santiago como cliente, lo que motivó llamados de recriminación entre ejecutivos de ambas empresas y un declive paulatino del acuerdo.
“Existirían antecedentes de que, al menos el año 2009, todavía se respetaban algunos clientes incluidos en la lista. De la investigación (interna de CMPC) no han aparecido antecedentes de que con posterioridad a esa fecha haya seguido el respeto de clientes acordado”, plantea CMPC en su delación.
Ambas listas desaparecieron. Ninguno de los ejecutivos, empresas y organismos consultados por este medio dice haberlas visto. Pero sí se sabe que por parte de CMPC, al menos, un ejecutivo implicado en la colusión la destruyó poco antes que se hiciera publico el caso.
Radio Bío Bío se comunicó con CMPC para obtener una versión sobre estos hechos. Sin embargo, desde la empresa señalaron que “de acuerdo a la legislación vigente, el proceso de delación compensada establece obligaciones de reserva de las partes involucradas, lo que impide a CMPC Tissue efectuar mayores comentarios” (revisa acá la declaración completa de CMPC).