La carrera política de Joaquín Lavín Infante parecía estar viviendo un segundo aire, tras volver en diciembre de 2016 a la municipalidad de Las Condes, comuna que lo catapultó a una histórica campaña presidencial en 1999 y lo posicionó como la principal figura política de la Unión Demócrata Independiente (UDI). Pero la luna de miel le duró poco. Una denuncia presentada el 18 de septiembre pasado en su contra ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) por su yerno, Isaac Givovich, develó un profundo quiebre familiar y eventuales irregularidades en su fallida campaña senatorial de 2009.
Givovich, casado con su hija Asunción Lavín, dice que la empresa de ambos, GES Consultores, operó como intermediadora con los proveedores de la campaña. Y que en ese rol, se cometieron una serie de irregularidades financieras y tributarias que Lavín le instruyó “ocultar” y que, de no hacerlo, se le vincularía a “otro caso de connotación pública” por el cual se le “imputarían multas”. Givovich se refería al caso Caval.
La disputa entre ambos, que tiene sus inicios en 2014, cuando el Servicio de Impuestos Internos (SII) comenzó su fiscalización a GES Consultores, escaló y tocó a otros miembros de esa campaña, como Cristina Bitar, ex generalísima de Lavín y socia de la firma de comunicación estratégica y lobby, Azerta; y Lorena Espinosa, su histórica secretaria. Pero también a otros colaboradores de esa elección y miembros de la familia Lavín, como Cathy Barriga, alcaldesa de Maipú; y Joaquín Lavín León, diputado por el distrito 20.
El entorno de Lavín recibió la denuncia como una bomba. Sabían de la disputa, pero no se esperaban una acción como esa. A casi un mes de ese hecho, Givovich dice no arrepentirse. Asegura que la decisión la tomó junto a su esposa y que, precisamente, fue ella quien lo incentivó a realizarla.
¿Por qué decide hacer la denuncia ahora, a más de siete años de la campaña de 2009, y no cuando ésta terminó?
En ese minuto no veía ningún problema en no declarar. Pero años después, cuando parte este tema del financiamiento de la política, nos dimos cuenta que podía haber un problema y después de eso, en 2015, se nos hace una liquidación de impuestos que se libera hace cuatro meses. Al tratar de solucionar ese problema nos dimos cuenta que nos quedamos solos y que la única vía de solución era poner una denuncia para poder hacer las rectificatorias de los años anteriores a esta liquidación, que es lo que nos afecta.
¿Por qué tiene que hacer esas rectificatorias?
Porque la Operación Renta 2010, año comercial 2009; y la Operación Renta 2011, año comercial 2010, están objetadas por el Servicio de Impuestos Internos. Nunca se rectificaron ni corrigieron por lo mismo, para no entregar todos los antecedentes que estamos entregando hoy día.
Sin embargo, el martes Joaquín Lavín dijo en Twitter y su programa de radio que la denuncia que usted hizo no tenía “ni pies ni cabeza”…
Le soy súper sincero. Lo que estoy haciendo es entregar una serie de antecedentes al SII con relación a ciertas situaciones en las cuales me veo afectado. Si tiene pies y cabeza no es algo que yo deba definir, ni sé si él tendrá la capacidad de hacerlo. Creo que son las instituciones las que tienen que funcionar.
Usted dice en su denuncia que Joaquín Lavín habría influenciado, de alguna manera, su eventual formalización en el caso Caval producto de esta situación. ¿En qué se basa para afirmar algo como eso?
Mire, de cierta manera, quizás me equivoqué en esa parte de la redacción. Lo que estoy queriendo decir es que nosotros sabíamos que no teníamos ningún delito con relación al caso Caval, pero siempre la justificación era que el señor alcalde había podido averiguar en el SII y que esta supuesta plata que le estábamos cobrando tenían que ver con eso, con Caval. Y esos mensajes los recibimos durante mucho tiempo. Que era Caval, que era Caval. A nosotros nos llamaba la atención que se consultara en el SII y de pronto nos encontramos con la formalización.
¿Joaquín Lavín, según usted, averiguó en el SII que estas platas correspondían al caso Caval?
Sí, él le dice eso a mi esposa.
¿Su esposa estaba al tanto de la denuncia y de todos los otros elementos que rodean esta situación? Me refiero a los correos y mensajes, entre otros.
Absolutamente. La decisión de presentar la denuncia y de enfrentar esta situación, la tomamos muy en conciencia con mi esposa y es ella quien me incentiva mucho a tomar esta vía.
¿Cómo quedaron las relaciones en términos familiares?
Con mi familia tengo la mejor relación del mundo. Hablo de mi esposa, hijos, mi padre y mis hermanos, que es mi familia.
Le pregunto por el otro lado de la familia.
Siempre va a ser el abuelo de mis hijos, el padre de mi esposa y las puertas siempre estarán abiertas. Pero en la familia todos saben la relación que hemos tenido y no creo que eso vaya a variar ahora, porque no se distancia mucho de lo que ya hemos vivido en los últimos años con ellos.
De hecho, Joaquín Lavín mencionó en su programa radial otros casos en los que usted ha estado involucrado y le atribuye un nutrido prontuario.
Lo único que le puedo decir en esa área, es que yo doy la cara y no me escondo detrás de nadie. Yo no me voy a esconder detrás del historial de nadie para enfrentar mis responsabilidades y espero que nadie lo haga.
Volvamos a su denuncia ante el SII. ¿Qué tipo de irregularidades describe en ella?
Lo que hemos hecho fue presentar una denuncia en el SII con relación a la tributación de la campaña. En su minuto, Joaquín Lavín me pidió prestar servicios ad honorem (gratis), como ayuda familiar, para poder administrar los proveedores de esa campaña. Por ejemplo, para obtener crédito directo con los proveedores, porque no le daban crédito a los políticos. Y dentro de eso, en la rendición de gastos electorales y en la tributación de la campaña, hay varias situaciones anómalas. Por ejemplo, la no presentación de facturas, la no presentación de gastos, facturar por menos montos y boletas de honorarios por menos montos a los realmente pagados, lo cual, en mi relación con la campaña, afectó la situación tributaria de mi empresa hasta hoy.
“Tienes que morir en la rueda”
Insisto, ¿no le pareció correcto denunciar esto en 2009 entonces?
Para nosotros es un proceso súper doloroso, porque es nuestra familia. Es la familia de mi esposa. Nosotros, de cierta manera, fuimos coaccionados a tomar una línea de acción en ese minuto, que decía relación con mi situación personal y comercial.
¿A qué se refiere con que fue coaccionado?
Me sentí inducido. En esa época yo venía saliendo de una situación económica muy compleja y, lógicamente, cuando te pide un favor quien te está ayudando económicamente, mas que un favor te dice ‘tienes que hacer esto’, uno cree que lo está haciendo por un afán familiar, por un bien superior. Mirándolo en retrospectiva, fui coaccionado a cometer ciertos errores o a omitir ciertas situaciones que eran realmente irregulares.
¿Quién lo coaccionó, según usted?
Joaquín Lavín.
¿Puede dar un ejemplo de esa supuesta coacción?
Por ejemplo, en 2014, cuando estallan todos los casos de irregularidades en la política, se me requiere en algunas partes entregar cierta información…
¿De qué “partes” estamos hablando?
De instituciones como el Servicio de Impuestos Internos y sus diferentes áreas. Yo le cuento esto que está pasando (a Lavín) y él lo primero que hace fue contratarme un abogado para que tengamos una defensa conjunta con sus abogados. Siempre se me solicitó guardar silencio, no entregar la información por ningún motivo, con dichos como ‘tienes que morir en la rueda’, que viene directo de Joaquín Lavín.
¿Qué tipo de información le pide el SII? ¿Por qué recurre a usted?
Nosotros como empresa prestamos servicios en esta campaña y en el año 2010 varios proveedores, que son comunes en política, aparecen facturándole a mi empresa para la campaña de Joaquín Lavín. Como se me pide a mi directamente que después de terminada la elección no emita ninguna factura a la campaña de Joaquín Lavín, nosotros para no cometer ningún acto irregular con relación a esos impuestos, rebajar nuestra carga tributaria ni nada de eso, tampoco declaramos esos gastos. Entonces, lógicamente al SII le llama la atención en ese minuto que habían facturas por altos montos a mi empresa, que yo no había declarado como gasto. Empiezan aparecer estas facturas por los proveedores, que yo no había declarado. No las declaré precisamente porque como no había hecho un acto comercial, no había ganado dinero con esto, pero además no había facturado, podría haber aprovechado esto para aumentar mi crédito fiscal, lo que no hice tampoco por una cuestión ética. Inclusive, tengo objetada mi declaración de impuestos del año 2010, que se refiere al periodo comercial 2009, con referencia a la campaña.
La campaña es de 2009, sin embargo, Radio Bío Bío pudo revisar una liquidación a GES Consultores de los años comerciales 2011, 2012 y 2013. ¿Qué relación tiene esa liquidación con la campaña concretamente?
El SII nos hace una fiscalización en 2014 y nos requiere información desde 2012 en adelante, porque además las declaraciones de GES Consultores de los años comerciales 2009 y 2010, los que hacen referencia a la campaña, están objetadas. Lo que debemos hacer ahí son rectificatorias declarando gastos que no están declarados. Y eso me afecta en la situación tributaria de 2011, entonces la liquidación de 2015 hace referencia a estos años, pero para poder levantar esas observaciones tengo que hacer las rectificatorias de los años anteriores.
¿Usted ya realizó esas rectificatorias de los años de campaña?
Se están presentando desde hace tres o cuatro meses en el Servicio de Impuestos Internos. Estoy fuera de periodo, así que son RAV (Reposición Administrativa Voluntaria) especiales que uno hace, aprovechando la liquidación de impuestos que se realizó en noviembre de 2015, de la cual fuimos notificados recién hace unos meses. Entonces, lo que estamos haciendo es ir aclarando punto por punto. Cuando el Servicio de Impuestos Internos nos hace la liquidación, nosotros nos acercamos a Joaquín, al padre de mi señora, para decirle ‘mire, para solucionar este problema tenemos que hacer las rectificatorias de los años 2009 y 2010, lo cual influye en su campaña porque tenemos que declarar gastos, tengo que declarar ejercicios de venta que yo no hice’. Eso es un poco lo que implica esta liquidación de impuestos.
¿Qué le dice Joaquín Lavín cuando usted le comunica las rectificatorias que tiene que hacer?
Nos contactamos con él y lo hablamos directamente. Le dijimos tenemos este problema y hay dos opciones: ‘me allano a la liquidación de impuestos y pago esta multa, o tengo que rectificar. No tengo plata para pagar esa liquidación de impuestos, que es millonaria, y la podría rectificar pero afecta la situación anterior’. Entonces le pedimos ayuda para solucionar este problema y él lo que nos dice es que no se acuerda ni siquiera que yo haya trabajado en su campaña, lo cual es mentira. Después de eso nos pide que nos reunamos con los abogados de él. Lo hicimos, se les presenta esta liquidación, nos dicen que no tienen ningún problema en revisar los papeles, pero ahí se cortan las comunicaciones porque se nos señala que nosotros estábamos tratando de aprovecharnos de la situación para ganar dinero.
¿Quién y de qué forma le señala eso?
Vía WhatsApp a mi esposa, por parte del mismo Joaquín Lavín.
¿Qué le dice concretamente?
Le señala que nosotros nos queremos aprovechar de él, que le queremos sacar plata. También se nos advierte, vía WhatsApp y por parte de familiares de mi esposa, que Joaquín Lavín dice que esto se debe al caso Caval…
¿Que la plata que ustedes le pedían por la liquidación tiene relación con Caval?
Sí, y de hecho si miras la liquidación aparece una factura a Wiesner S.A. (la quebrada empresa que vendió los terrenos en Machalí a Caval). Hay dos facturas en el fondo que tienen que ver con el caso Caval, pero en la misma liquidación aparece que están anuladas en tiempo y forma y que no representan ningún ejercicio tributario ni hay ninguna multa sobre ellas…
La conexión con el caso Caval
Concretamente, ¿cuál fue su rol en el caso Caval?
Mi rol en el caso Caval es lo mismo que he dicho desde el primer día. A mi se me solicitó, por parte de Juan Díaz, quien venía de parte del liquidador, Herman Chadwick, prestar un servicio de análisis del plan regulador. Yo venía de una situación económica bastante precaria en ese minuto, y lógicamente para poder hacer ese estudio que requería mucha inversión, necesitaba el dinero para hacerlo. Hablo de contratar profesionales y cosas así. Juan Díaz me dice que habría que presentar la factura a la junta de acreedores para que se apruebe el presupuesto, la cual yo emito…
¿A quién le emite la factura?
A la empresa Wiesner S.A. y se la envío directamente a la oficina de Herman Chadwick.
Usted emite una factura y luego la anula. Después emite otra factura y también la anula. ¿No le parece, al menos, extraño todo eso?
La primera factura me dicen que son $300 millones y el mismo día me llaman y me señalan que no es número cerrado, sino uno abierto.
¿Quién lo llama?
Fue Juan Díaz. Al día siguiente me llama nuevamente, se anula esa factura y se emite una nueva. Díaz estaba en la oficina de Herman Chadwick, me llaman de un teléfono fijo, con un contador presente, y me dan un correo para mandar esta otra factura. Pasa el tiempo, se desaparece esta gente y yo no tenía la capacidad técnica para hacer el trabajo, así que mis contadores se dan cuenta de esta factura y me preguntan qué pasa con esto. Yo le dije que en realidad el servicio no se había prestado, porque tampoco había sido requerido ya que se había desaparecido la gente que me había contratado, y no sabía qué hacer. Ahí ellos me dicen que estaba en tiempo y forma de anular esta otra factura y que si ellos requerían el servicio, me iban a llamar.
¿Cuánto tiempo pasó entre que usted emitió y anuló esta última factura?
No más de noventa días.
¿Usted no se concertó, como dice la fiscalía, con Juan Díaz para facilitarle esta factura falsa y así extraer dinero de la quiebra de Wiesner S.A.?
En ningún caso. Nunca lo haría. Tal cual como tampoco acepté cuando Cristina Bitar y Lorena Espinosa, vía mail, me piden emitir facturas a otros proveedores que no fueran de Joaquín Lavín, porque yo sabía que eso era un delito.
Sin embargo, la fiscalía se apoyó en escuchas telefónicas entre usted y Juan Díaz para establecer su rol en el caso. (Revisa acá la transcripción de la escucha telefónica entre Isaac Givovich [voz masculina] y Juan Díaz [voz masculina 1]).
Dos cosas. Es un hecho público que este señor (Juan Díaz) sabía que lo estaban escuchando. Por eso involucró a mucha gente. Pero además, si uno lee las escuchas, se da cuenta que mi versión es la misma que yo entrego en la fiscalía sin saber que me estaban escuchando. Entonces, hablar de una concertación me llama mucho la atención.
“Se me ha pedido constantemente que me esconda”
Volvamos a la elección de 2009. ¿Por qué Espinosa y Bitar le pedirían emitir facturas a empresas no relacionadas a la campaña, como dice usted?
Me explican que no puedo facturarle a Joaquín Lavín porque estoy relacionado con él, lo cual es muy raro porque mi empresa es de servicios. Por otra parte, yo tampoco le iba a facturar por utilidades, lo que yo tenía que hacer era netear lo que había comprado respecto a lo que le había entregado. Nunca entendí por qué y para mi esto no fue más que un lío tributario. En ese minuto, que es lo que me perjudica hasta el día de hoy, tuve que sacar de mi contabilidad todo este gasto en mi Operación Renta, porque yo no iba a facturar. Hoy tiendo a pensar que lo que se trataba de hacer era ocultar el gasto electoral.
¿Por qué?
Porque es mucho más que lo que realmente se gastó.
¿Cuánto calcula usted que se gastó en esa campaña?
No tengo un cálculo estimado, pero es bastante más de lo que se declaró.
¿Habían ordenes directas de Joaquín Lavín también?
Habían instrucciones directas de él respecto al manejo de proveedores. Me solicitaba servicios y me decía cuáles proveedores eran muy caros. Después, incluso, cuando había que pagar las deudas, me pidió que interviniera con algunos proveedores que estaban cobrando en ese minuto. No le estaban facturando a él, sino que los mandaban a facturar a la UDI o hacia otro lado, o que simplemente facturaran por montos menores de lo que realmente habían vendido, lo que seguramente para ellos también era un problema.
¿De dónde venía la plata para la campaña de Joaquín Lavín?
De Lorena Espinosa.
Ella es su secretaria, intermediaba. Le pregunto de dónde venía inicialmente ese dinero.
No sé. Se nos entregaba en efectivo o depósito bancario.
¿Cuánto dinero se le entregó?
Cerca de $200 millones.
Espinosa reconoció ante la fiscalía que Ernesto Silva Bafalluy le entregó recursos para la campaña. Silva, a su vez, recibió esa plata de Carolina de la Cerda, la que finalmente facturó a SQM, aunque nunca realizó servicios para la empresa. ¿No es clara la ruta?
La verdad es que no conozco el origen de los fondos. Lo que sí tengo claro es que cuando me junté con mi esposa y Joaquín Lavín, en 2014, a conversar sobre el tema, una de las principales preocupaciones nuestras era si el origen del dinero era lícito o ilícito. Y la respuesta directa de él fue que no sabía si tenían un origen lícito o ilícito.
¿Joaquín Lavín le dijo eso?
Sí, Joaquín Lavín nos respondió eso.
Dado todo este proceso, ¿usted no ha podido establecer si ese dinero venía de un crédito, ahorros, o habían empresas financiando, regular o irregularmente, dicha campaña?
No puedo decir si tengo una sospecha o no. Lo que puedo decir es que si no tengo ningún problema en declarar algo que tenga origen lícito, no tengo por qué esconderme. Pero a mi se me ha pedido constantemente que me esconda.
Usted también involucra en su denuncia a Cathy Barriga, alcaldesa de Maipú; y a Joaquín Lavín León, diputado por el distrito 20…
Yo no involucro a nadie, lo que hago es hacer un detalle de hechos. Entre ellos, el cobro de honorarios y la declaración de honorarios bastante menor a lo que realmente se cobró.
¿Cuál era el problema de que trabajaran en la campaña?
Ninguno. Lo que pasa es que se declara que cobraron un monto muy inferior a lo que realmente se les pagó en la campaña.
¿Cuál, según usted, sería la motivación de declarar menos?
Tiene que ver con ocultar el excesivo gasto de la campaña seguramente. Pero no conozco las motivaciones personales. Mire, tengo hasta una boleta de honorarios de este señor (Joaquín Lavín León) en mi contabilidad, que no fue autorizada por mi, para encubrir esos gastos. Entonces, lógicamente es algo que me complica y que tengo que explicarle al Servicio de Impuestos Internos y hacer todas mis rectifcatorias. De hecho, en esas rectificatorias tengo que denunciar estos hechos también para que el Servicio de Impuestos Internos los pueda investigar.