Tras la entrega de los resultados de la PAES esta semana, tres jóvenes de Concepción, que lograron un puntaje máximo en la prueba M1, explican cuáles fueron las claves que más les ayudaron a la hora de estudiar. Estos estudiantes asistieron, además, al preuniversitario Cimma, desde donde una experta cuenta la utilidad de asistir a este tipo de instituciones.
Esta semana se dieron a conocer los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), nueva medición fue aplicada por primera vez en nuestro país en noviembre pasado.
Con su puntaje, que puede variar entre 100 y 1000, los estudiantes pueden postular a las instituciones de Educación Superior adscritas al Sistema de Acceso durante el Proceso de Admisión 2023, liderado por el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre).
¿Cuál es la diferencia de la PAES con la PSU? El Demre explica que “las preguntas de la PAES están diseñadas para evaluar competencias, es decir, las habilidades fundamentales que les permiten a las y los postulantes integrar y utilizar los conocimientos en diversos contextos, más que la evaluación centrada en los contenidos, que era el foco de la PSU.”
Y en el camino entre la PAES y la PSU se encuentraba la Prueba de Transición (PDT), que fue rendida por última vez en julio. Recordemos que ahora el examen se puede rendir dos veces al año.
Si deseas rendir la PAES, quizás te sirvan los consejos que nos entregó la directora del preuniversitario Cimma, María Jesús Arteaga, y tres jóvenes de esa entidad que obtuvieron puntajes máximos en Concepción: Karla Alarcón (19), del colegio Almondale San Pedro; Juan Pablo Villela (18), del colegio Saint John’s; y Andrés Carvajal (20), egresado del colegio Concepción San Pedro.
Preuniversitarios: mientras menos estudiantes, mejor
Hubo 6 estudiantes del preuniversitario Cimma que obtuvieron puntaje máximo (1000 puntos) en esta PAES, específicamente en la de Competencia Matemática 1 (M1), indica la directora María Jesús Arteaga.
La entidad nació en el Gran Concepción en 2012 y desde entonces ha ayudado a numerosos estudiantes que obtuvieron puntajes altos en sus cuatro sedes (tres en la capital del Bío Bío y una en Chillán).
Arteaga afirma que una de las claves para lograr estos excelentes resultados está en realizar clases con muy pocos alumnos, lo que permite que los profesores se enfoquen en cada uno de ellos.
“Nuestra principal diferencia con el resto de los preuniversitarios tiene que ver con la personalización. El promedio de alumnos por cursos es de 14 a 16, mientras que, en otros preu más grandes, suelen ser 35, 40 e incluso 50 personas por curso”, dice.
Además, considera importante distribuir bien el tiempo, porque algunas asignaturas requieren de muchas horas de estudio y el tiempo de los estudiantes es limitado.
“Tratamos de ser eficientes porque los alumnos tampoco tienen tanto tiempo. Además del colegio y el preuniversitario, algunos hacen deporte o tienen otras actividades extraprogramáticas. En muchos casos, la prueba de ciencias tiene menos ponderación que las pruebas de Competencia Matemática y Competencia Lectora”, recalca.
¿Sirve un preuniversitario?
La directora de Cimma relata cómo es que este tipo de instituciones ayudan a los alumnos con su rendimiento en la Prueba de Acceso a la Educación Superior.
“En sus colegios, los alumnos reciben los contenidos que se evalúan en la prueba desde séptimo básico, entonces ir a un preuniversitario permite que puedan reforzar esta materia que vieron desde hace mucho tiempo, y también les entregamos estrategias y tips para contestar la PAES”, dice María Jesús Arteaga.
Los estudiantes, con puntaje máximo en la prueba M1, están de acuerdo en que la principal utilidad del preuniversitario para ellos fue contar con personas que los guiaran en el estudio y les entregaran estrategias específicas para enfrentar la PAES.
Andrés Carvajal: “Me sirvió hacer preuniversitario para poder tener una base sobre la cual empezar a trabajar. Empezar sin tener un guía es más difícil”.
Karla Alarcón: “Sirve porque muchas veces uno no se hace el tiempo para estudiar todos los días o durante la semana. Teniendo clases del preu, es seguro que ese día vas a estudiar, y con esa práctica no se te olvida el contenido (…) Es distinto un profesor de preuniversitario que estudia la PAES, porque toda la materia la enfoca en que la apliques en la prueba, no te enseña de forma general”.
Juan Pablo Villela: “Creo que el preuniversitario ayuda mucho porque me aportaba material para practicar y reforzar las habilidades, para poder responder más rápido”.
Realizar ensayos… y corregirlos
Otro hábito que fue vital para el éxito de los tres jóvenes fue realizar muchos ensayos en los meses previos a la PAES, pero lo que más destacaron fue la importancia de revisar en profundidad los resultados, corrigiendo todas las respuestas a las preguntas donde fallaron.
Andrés Carvajal: “Hice muchísimos ensayos, sobre todo de matemáticas, que era mi punto débil. De hecho, los últimos meses hacía un ensayo casi todos los días. Corregirlos marcó un antes y un después para mí. Hay que corregirlos y tratar de no volver a equivocarse en lo mismo, porque no sirve de nada hacer un ensayo y no saber en qué te equivocaste”.
Karla Alarcón: “Para la PAES de lenguaje, hay que leer mucho. Leer lo que sea, incluso libros de ficción, es lo más importante. Para matemática, es practicar, hacer ejercicios. Dos semanas antes, hacía ensayos todos los días. Y no solamente estudiar, sino que hacer los ejercicios y revisar en qué te equivocaste”.
Juan Pablo Villela: “Hacerse el hábito del ensayo. Yo creo que uno va mejorando a punta de ensayo y error. Como sabía que matemáticas era la que más me exigía, siempre le di más importancia. Esa es donde más se aprende del error porque es más aplicación. A diferencia de ciencias, por ejemplo, en que hay que saber más materia”.
Otros consejos prácticos para la PAES
Además de preuniversitarios y ensayos, quisimos preguntar a los estudiantes por algún consejo práctico que les haya servido de forma personal, durante su camino de preparación para la PAES.
Karla Alarcón asegura que, en su experiencia, fue vital todo el apoyo que el entregaron los profesores, tanto del colegio como del preuniversitario Cimma.
Asimismo, advierte cuál fue su error más frecuente, para que no le ocurra a otros: “Me pasó mucho que me equivocaba en leer los enunciados. La pregunta era ‘cuál es la alternativa falsa’ y yo marcaba la verdadera. Esos errores no los vuelves a cometer cuando revisas los ensayos.”
Por su parte, Andrés Carvajal apunta que lo más difícil de superar fue su propio pesimismo. Él dio la PAES luego de tomarse un año solo para hacer preuniversitario, tras egresar del colegio en 2021. “Tener la confianza fue lo que más me costó. Al haberme tomado un año, eso te baja la confianza en poder lograrlo. Eso fue lo que más tuve que trabajar”, expresa.
Y para Juan Pablo Villela, la mejor ayuda fue tener todo el apoyo de su círculo cercano. “Además de hacer hartos ensayos, creo que es muy importante tener un ambiente de apoyo. Personas que te ayuden a salir adelante, a mejorar. Encuentro que tuve un ambiente muy bueno, porque mis amigos, mi equipo de rugby, me ayudaron mucho a tener un ambiente sano para poder hacerme hábitos de estudios y poder mantener el equilibrio”, sostiene.