A orillas del Río Tinguiririca, en la región de O’Higgins, la Brigada de Homicidios de la PDI realizó los peritajes en el cuerpo del pequeño Luis, de 11 años de edad.
El niño, que vivía en la casa de su abuela materna en la comuna de Santa Cruz, salió de su casa el lunes por la tarde para pasear en su bicicleta en los alrededores de la comuna de Palmilla.
Pero nunca llegó de regreso.
A eso de las 21:00 horas, y al notar que se oscurecía y el menor no regresaba, su familia comenzó la búsqueda que terminó con el terrible hallazgo en la localidad de El Huique, en la provincia de Colchagua.
Después de varias horas, su padre, Luis Díaz (32 años), concurrió a Carabineros diciendo que había hallado el cuerpo de su hijo en un sitio eriazo de difícil acceso, donde fue encontrado durante la madrugada del martes, a un par de kilómetros de su domicilio. A primera vista, el cuerpo presentaba múltiples heridas cortopunzantes atribuibles a la participación de terceras personas.
Una vez que la PDI tomó el caso, hizo entrevistas y analizó el lugar del crimen, detuvo al padre como autor de parricidio durante la tarde de martes.
El fiscal de Santa Cruz, Gabriel Meza, precisó que las diligencias “vinculaban directamente al hombre y con los antecedentes existentes el imputado reconoció su participación en los hechos”.
No obstante, los motivos del crimen aún no están claros ni menos son comprendidos por la familia del menor.
-El hijo era los ojos de él. Y él también. “Mi papi, mi papi”, decía habitualmente el niño, de acuerdo al testimonio que entregó la abuela paterna de la víctima y madre del detenido a T13.
-¿Usted no cree que él haya sido entonces?
-No, no creo. Porque él Lucho no es así.
Hasta el cierre de esta edición no está claro si el progenitor actuó premeditadamente y citó al niño para ocasionarle la muerte.
Con todo, este miércoles el padre del menor será formalizado por parricidio en el Juzgado de Garantía de Peralillo, y la Fiscalía entregará más detalles respecto a qué habría motivado que Luis Díaz asesinara a su hijo.
No obstante, hasta última hora del martes, la investigación barajaba la posibilidad que el imputado hubiera actuado en venganza y motivado por celos hacia la madre del menor.