El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron en Davos (durante el Foro Económico Mundial) su voluntad de cerrar en las próximas semanas un acuerdo comercial, una declaración inesperada que busca calmar el juego a ambos lados del Atlántico.
¿Qué se anunció?: “Prevemos lograr en pocas semanas un acuerdo que podríamos firmar conjuntamente”, declaraba Von der Leyen en Suiza, un día después de reunirse con Trump, sin dar más detalles.
Sus declaraciones buscan desactivar el riesgo de una guerra comercial con Washington y, sobre todo, la amenaza recurrente de aranceles del 25% a los autos europeos, reiterada el miércoles por el presidente estadounidense.
La llegada al poder de Trump, que convirtió en una prioridad la lucha contra el déficit comercial de su país, dañó las relaciones con la UE, con impuestos al acero y amenazas a los autos europeos, entre otras medidas.
Las reacciones de sorpresa al anuncio predominaban ayer en Bruselas, tanto en el seno de las instituciones comunitarias como entre los Estados miembros.
“Honestamente, no entiendo nada. Hablé ayer con miembros de la Comisión, de alto nivel, y tampoco lo entienden”, aseguró el eurodiputado alemán Bernd Lange, presidente de la comisión Comercio Internacional de la Eurocámara.
Varias fuentes en el Consejo de la UE, institución que representa a los países del bloque, también expresaron su sorpresa.
Las fuentes de los países consultados por la Agence France-Presse aseguraron que la Comisión Europea, responsable de la política comercial en nombre de los 28, no les consultó antes del anuncio.
“Por desgracia, nadie sabe nada”, agregó un diplomático de un gran país, para quien “existe la voluntad de poner en marcha un nuevo paquete de medidas para hacer ‘las paces’ [con Washington], pero nadie sabe el contenido”.
Mientras se revela lo que el acuerdo significaría, otras distracciones han restado protagonismo a la cita.
Greta y sus choques con EEUU
La militante contra el cambio climático Greta Thunberg y el secretario del Tesoro estadounidense chocaron este jueves en el foro de Davos, dejando en evidencia una vez más el rechazo de Washington al concepto de gran emergencia climática.
Preguntado sobre la exigencia de Thunberg sobre el cese inmediato de la inversión en combustibles fósiles, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, dijo en conferencia de prensa: “Que estudie primero economía y vaya a la universidad, y que luego venga a vernos”.
La joven sueca respondió en Twitter que su año sabático, en el que no tuvo actividad escolar, finalizó en agosto y que, en todo caso, “no hay necesidad de un título universitario” para constatar que los esfuerzos en cuanto a limitar las emisiones de CO2 no son suficientes.
My gap year ends in August, but it doesn’t take a college degree in economics to realise that our remaining 1,5° carbon budget and ongoing fossil fuel subsidies and investments don’t add up. 1/3 pic.twitter.com/1virpuOyYG
— Greta Thunberg (@GretaThunberg) January 23, 2020
La administración Trump y Greta Thunberg se han enfrentado en Davos desde el martes, pero hasta ahora de una forma velada, y nunca se han reunido personalmente.
Al abandonar la estación de esquí suiza, Donald Trump afirmó que le hubiera “encantado” reunirse con ella.
Sin dejarse impresionar, Thunberg martilló sus advertencias a la élite política y económica, diciendo una vez más que se justifica el “pánico”, porque “la casa se está quemando”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, utilizó fuertes palabras en un discurso este jueves: “¡seguimos perdiendo la guerra contra el cambio climático!”.
Señalando una “amenaza existencial” para la humanidad, pidió “una reorientación masiva de los recursos” hacia una economía verde. Añadiendo: “si los ‘grandes emisores’ de CO2 no se unen al esfuerzo internacional, ‘estamos perdidos"”.
La canciller alemana, Angela Merkel, aprovechó su 12ª participación en el foro de Davos para defender “la impaciencia de la juventud”, sin mencionar directamente a Greta.
El momento de Guaidó en Davos
Un año después de haber sido reconocido por medio centenar de países como presidente encargado de Venezuela, el opositor Juan Guaidó pidió este jueves a los líderes mundiales reunidos en el foro de Davos apoyo internacional contra la “dictadura” de Nicolás Maduro y descartó negociar de nuevo con el presidente socialista, tras dos intentos fallidos que calificó de “burlas” .
“Nunca vamos a cerrar la puerta a una solución más, no vamos a prestarnos para más burlas y que ellos traten de burlarse de todos, no solamente de los venezolanos”, dijo Guaidó a la prensa en el foro suizo, donde vino a buscar respaldos en su ofensiva contra el gobierno de Caracas.
En 2017 hubo un primer intento de negociación en la República Dominicana y en 2019 un segundo intento, con mediación de Noruega, ambos sin resultado.
“La reina de los mecanismos de resolución de conflictos es la mediación y la negociación. Lo hemos intentado dos veces y lamentablemente ha sido la dictadura la que ha bloqueado esta opción”, añadió .
El opositor reiteró que quiere “presionar” internacionalmente al gobierno de Caracas y en un discurso pronunciado el jueves por la mañana pidió ayuda a los líderes políticos y económicos de Davos porque “solos no podemos”.
Para ello mantuvo durante la jornada breves encuentros o reuniones con la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro de Holanda Mark Rutte o el secretario de comercio estadounidense Wilbur Ross.
Violando una prohibición para salir de su país, Guaidó viajó a principios de semana a Colombia y desde allí arrancó una gira europea que, tras pasar por Londres y Bruselas le llevará a España, donde confirmó que estará el sábado, y probablemente a París, en una etapa todavía por confirmar.
El paso de Guaidó por el Foro Económico Mundial (WEF), que reúne cada año en esta pequeña estación de esquí suiza a la élite económica y política mundial, coincide con el primer aniversario de su autoproclamación como presidente encargado de Venezuela, el 23 de enero de 2019 en Caracas.
Sin embargo desde entonces la crisis parece estancada, a pesar de los apoyos internacionales a su causa, que incluyen Estados Unidos, la mayoría de países de la Unión Europea y vecinos de la región como Ecuador o Colombia, presidida por Iván Duque, uno de sus principales apoyos y que también está en Davos.
En su discurso del jueves, Guaidó dibujó un panorama sombrío para Venezuela, que enfrenta según él “una tragedia sin precedentes”. “Venezuela no es un país en guerra. No oímos las bombas, pero sentimos el llanto, el dolor de las madres”, aseguró, y denunció un territorio en manos de un “conglomerado criminal” donde actúan según él grupos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y del Hezbolá.
“No vamos a descansar hasta lograr nuestra segunda independencia”, afirmó.