El lunes pasado Meng Wanzhou, ejecutiva de la firma asiática Huawei cuyo arresto desató un serio impasse entre Canadá y China, llegó a un tribunal de Vancouver para comenzar con una serie de audiencias en las que buscará evitar una extradición a Estados Unidos.
Tal como recoge la agencia de noticias Agence France-Presse, la directora financiera de la compañía e hija de su fundador Ren Zhengfei, ingresó a la corte sin realizar declaraciones y usando un vestido negro que dejaba a la vista el brazalete electrónico en su tobillo izquierdo.
Detenida el 1 de diciembre de 2018 durante una escala en Vancouver, Meng, de 47 años, está en libertad condicional y vive en una lujosa residencia de su propiedad en la metrópoli canadiense.
¿Pero por qué razón la ejecutiva de la gigantesca asiática se encuentra detenida? ¿Cuáles son los cargos que se les imputan? ¿Por qué Estados Unidos quiere su extradición?
Lo primero que hay que tener presente es que Huawei, número dos mundial de los teléfonos móviles y líder en equipamiento para redes de telefonía móvil 5G, está acusado por Washington de usar sus infraestructuras para espiar a favor del gobierno chino, algo que la compañía niega.
Entre otras medidas, la administración de Donald Trump prohibió a las empresas estadounidenses vender equipamientos a Huawei y presionó a sus aliados occidentales para que no recurran a su tecnología 5G.
Dentro de otras consecuencias, esto hizo que los equipos de la firma asiática se hayan quedado sin acceso al sistema operativo Android de Google, medida que hace temer una “guerra fría tecnológica” entre occidente y China.
Teniendo en claro este complejo escenario, lo segundo que hay que saber es que las autoridades de Estados Unidos comenzaron a investigar a Huawei, al menos desde 2016, por supuestas violaciones a las sanciones impuestas a Irán.
Recordemos que en 2018 volvieron a regir las sanciones de Estados Unidos al país de Oriente Medio, luego que Donald Trump retirara a Estados Unidos del acuerdo firmado por varias potencias internacionales con Irán en 2015.
Específicamente, el objetivo de dicho tratado era el de limitar el programa nuclear de Irán, a cambio del levantamiento de varios de los bloqueos que le impedían negociar con países de occidente.
Tras la salida de Washington, la administración de Trump comenzó a aplicar sanciones a la venta o transferencia directa o indirecta hacia o desde Irán de metales como el grafito y aluminio, además de software para integrar procesos industriales.
Bajo este panorama, la directora financiera del gigante chino enfrenta cargos de fraude por presuntamente mentir a los bancos sobre el uso de una subsidiaria encubierta para vender a Irán en violación de las sanciones.
La ejecutiva fue acusada de “conspiración para defraudar a múltiples instituciones financieras”, por lo que afronta una posible condenada de más de 30 años de prisión.
Específicamente, Washington indicó que Meng le mintió al banco HSBC sobre la relación entre Huawei y Skycom, una subsidiaria que vendió equipos de telecomunicaciones a Irán, lo que expuso al banco al riesgo de violar las sanciones estadounidenses contra Teherán.
“Para ponerlo de manera sencilla, hay evidencia de que ella engañó a HSBC para inducir al banco a continuar prestando sus servicios a Huawei”, aseguró el Departamento de Justicia estadounidense en documentos judiciales.
Sin embargo, desde Huawei han afirmado que desconocen cualquier presunto “delito” cometido por Meng.
“La compañía recibió muy poca información sobre las acusaciones y no tiene conocimiento de ningún delito por parte de Meng”, dijo la compañía poco después de su detención, agregando que Huawei cumple todas las leyes aplicables en los países en los que opera.
“La empresa cree que los sistemas legales canadienses y estadounidenses finalmente llegarán a una conclusión justa”, sentenció el gigante asiático.
Cabe señalar que para evitar su traslado a Estados Unidos, la directora ejecutiva y los abogados de Huawei deben convencer a un juez canadiense de que los cargos, basados en las sanciones estadounidenses contra Irán, no serían procesables en Canadá y tienen motivaciones políticas.
El fundador de Huawei estimó en una entrevista con el diario canadiense The Globe and Mail, que Washington usó a su hija en su lucha con el gigante de las telecomunicaciones.
Por su parte, el Departamento de Justicia estadounidense argumentará para buscar su extradición que las acusaciones contra Meng serían consideradas un crimen en Canadá si hubieran ocurrido allí. Esto es una prueba clave conocida como “doble incriminación”.
Sus abogados, sin embargo, expondrán que el caso no llega a ser un fraude y que en cambio se trata de un intento de Estados Unidos de forzar sus sanciones contra Irán, que no han sido secundadas por Canadá.