El atleta sueco Truls Moregard, logró un hito en el tenis de mesa al romper 20 años de duelos con dominio chino entre los finalistas masculinos de los Juegos Olímpicos y, además, se lució con un invento que hasta provocó la risa en su rival, el representante de China, Zhengdong Fan.
Como era de esperarse, el triunfo y la medalla de oro quedó en manos del asiático Zhengdong Fan por 4 a 1, pero el sueco dejó su huella en París 2024.
Y es que durante los cinco sets (se juega al mejor de 7) de la final y todo su recorrido en París 2024, destacó por su atrevido juego y su singular paleta hexagonal, que sin duda causó revuelo entre los seguidores del popular deporte.
Truls Moregard, de 21 años, tuvo un recorrido perfecto en los Juegos, venciendo incluso al representante de China Taipei, Kao Cheng-Jui, en octavos de final.
Con el partido 3-1 en sets para el chino Fan y 9-2 en la quinta manga, el tenimesista sueco respondió una pelota casi al ras del piso y sirvió un globo con un efecto hacia atrás impresionante.
Fue tal la rosca que tomó la esférica, al punto que tras picar del lado rival, se devolvió hacia el de Moregard, impidiéndole a Fan devolver.
La jugada despertó la ovación del público y la transmisión oficial hizo foco los rostros de los deportistas, con sonrisas nerviosas y de incredulidad en ambos atletas, principalmente por la calidad de la muñeca derecha del sueco.
Lo que llamó también la atención es que en una instancia de tanta presión como una final olímpica, Moregard se animara a lanzar un golpes que ahora da la vuelta al mundo.