La velocista de Santa María, Julien Alfred, dio la sorpresa en la final de los 100 metros femeninos al convertirse en la nueva campeona olímpica y frustrar el sueño dorado de la gran favorita, la estadounidense Sha’carri Richardson, que se tuvo que conformar con la plata.
Todo estaba ‘preparado’ para que Richardson, dominadora estos últimos tiempos de la velocidad, que había logrado un magnífico triplete en los Mundiales de Budapest el pasado año, acabara con el maleficio de Estados Unidos en la prueba… pero no fue así.
Julien Alfred, que había dado muy buenas sensaciones en la semifinal, tuvo una mejor salida que la norteamericana. Víctima de su mala puesta en acción, no pudo más que remontar hasta la segunda plaza.
Otras grandes ausentes fueron las atletas insignes de Jamaica, : Shelly Ann Fraser-Pryce y Elaine Thompson-Herah, que habían dominado con mano de hierro los cuatro últimos JJOO. Sin embargo, ninguna de las dos pudo llegar a la final.
Thomson-Herah ni siquiera compitió en París 2024 por una lesión en el tendón de Aquiles, y Fraser-Pryce se dio de baja este sábado justo antes de disputar la ronda semifinal, también con problemas físicos.
En este mismo escenario emergió Alfred, de la isla de Santa Lucía, para ganar el oro olímpico contra todo pronóstico al imponerse por un crono de 10.72, por 10.87 de Sha’carri Richardson y 10.92 de la también estadounidense Melissa Jefferson.
En territorio local la expectativa era tan grande, que un grupo de personas se reunió en la capital del país, Castries, para ver en pantalla gigante la consagración de su compatriota, que consiguió la primera presea dorada en la historia de Santa Lucía en unos Juegos Olímpicos.