Empezó con polémica, y terminó con más. La pelea entre Angela Carini y Imane Khelif, boxeadoras de Italia y Argelia respectivamente en los JJOO de París, acabó con controversia.
Recordemos que en la previa ya había una especie de escándalo porque organizaciones y exatletas pidieron al COI vetar a la africana, a quien no la dejaron participar en el Mundial de la disciplina el año pasado por no pasar la prueba de género y presentar niveles altos de testosterona.
Debido a estos datos a la púgil argelina se le acusa directamente de ser hombre, tanto rivales como fanáticos.
Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional entregó un permiso especial para que ambas estuvieran en suelo parisino argumentando que cumplen los criterios para participar de la categoría femenina.
La pelea de 50 segundos
Con todo esto, Carini y Khelif se subieron al cuadrilátero para enfrentarse por cuartos de final… aunque no por mucho tiempo. Cuando iban solo 50 segundos la italiana detuvo la pelea, fue hacia su esquina y le pidió a su entrenador retirarse.
Carini ya había recibido un par de puñetazos y prefirió decir adiós a su sueño olímpico, por mucho dolor que eso le provocara.
De hecho, en el momento en el que el juez levantó el brazo de Khelif en señal de triunfo, la italiana ‘explotó’. Primero, porque le quitó la mirada totalmente a su rival y ni siquiera le dio la mano para despedirse. Y, segundo, porque se derrumbó al medio del ring y se largó llorar.
Carini experimentó una sensación de injusticia y se la hizo saber a todo el mundo en el cuadrilátero. La polémica recién comienza.