Gran polémica desató la información revelada por la Unidad de Investigación de Bío Bío en torno a Cristián Aguirre Ramírez, un peligroso líder narco de la banda “Jalisco Melipilla” quien llevaba más de 2 meses internado en la clínica Las Condes.
Aguirre fue trasladado al centro de salud privado tras recibir 6 tiros en la espalda durante una emboscada de una banda rival, causando desde entonces incomodidad entre los funcionarios de la clínica, quienes denunciaron la presencia de “soldados” del narcotraficante, quienes habrían estado vigilando de forma permanente el recinto, incluso bajo rumores de un posible “rescate”, lo que obligó a reforzar la guardia por parte de Gendarmería.
Sin embargo, su abogado defensor penal privado, Óscar Álvarez Suárez, conversó con Bío Bío negando tajantemente que la resolución sobre el traslado de su representado al hospital del CDP Santiago 1 se debiera a razones de seguridad, indicando que la decisión fue tomada por el tribunal sólo en base a fundamentos médicos.
“Mi representado estuvo mucho tiempo en clinica Las Condes porque su estado de salud era muy delicado. Él salvó de un atentado contra su vida en melipilla, y permaneció en la clínica porque lo mantenían estabilizado. Él estaba en la UTI, porque requiere curaciones diarias para una herida en el hígado. Entonces el tiempo que permaneció privado de libertad en clínica Las Condes fue sólo porque no estaba en condiciones físicas para ser llevado a otro centro asistencial. Me atrevería a decir que ningún otro centro en Melipilla tenía las condiciones para estabilizar a una persona con tal riesgo para su vida”, aseveró el defensor.
“Nunca hubo alguien armado ni visitas extrañas”
Según Álvarez, el tribunal ordenó este viernes el traslado de Aguirre en base a dos elementos: el informe médico de la propia clínica Las Condes, y otro del hospital intrapenitenciario respecto de que se encontraban en condiciones de recibir al líder narco.
“Todo lo que se señaló extrajudicialmente (sobre soldados o intentos de rescate) no tiene asidero, porque ni siquiera tenía visitas de su familia. Básicamente sólo me veía a mí porque era muy difícil visitarlo. Hubo un tiempo en que estuvo muy mal, con su vida en serio peligro”, indica el legista.
“Las veces que logré entrevistarme con los funcionarios de Gendarmería, que fueron muy amables conmigo, no me manifestaron ningún reparo o prevención al respecto (sobre una eventual acción armada). Me consta que nunca hubo ningún inconveniente de ese tipo. Ellos estaban a la espera de estabilizar a mi representado, por lo que nunca hubo alguien armado, ni visitas extrañas como se ha rumoreado“, añade.
Álvarez agregó que en un lapso de dos a tres meses, sólo un familiar pudo pasar a visitarlo, y que su defendido no posee acceso a dinero ni teléfonos celulares, sumado al hecho de que está conectado a aparatos de control permanente de su salud.
“El tribunal, criteriosamente, señaló que cada 3 días se informara del estado de salud de mi representado, que por razones médicas fue trasladado al hospital del CDP Santiago 1, donde se le realizarán curaciones en forma diaria y se informará al tribunal sobre su evolución”, concluyó.
Escucha aquí las declaraciones completas del abogado Óscar Álvarez:
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