La tercera edición de la encuesta Estamos Conectados (Ipsos Chile – Educación 2020) estableció que 58% de los padres no enviará a sus hijos a clases presenciales este 2021.
Aquello “independiente de las cifras de contagios”, por lo cual prefieren continuar con la educación a distancia al menos por el resto del año.
La medición se enfocó en indagar las causas que están impidiendo un retorno a las clases presenciales masivo, pese al consenso sobre lo fundamental que son para el aprendizaje, a un año y medio que el sistema escolar fuera interrumpido por la pandemia.
La encuesta fue realizada de manera online y estuvo disponible en redes sociales entre el 16 junio y el 14 julio, siendo contestada por escolares, apoderados, docentes y equipos directivos, totalizando 3.438 personas.
Los de mayor participación fueron los apoderados, con 1.577 madres y padres, donde un 66% señaló no haber enviado a sus hijos a clases presenciales este año, contra un 34% que sí lo hizo.
Por dependencia, el 72% de los apoderados de escuelas pagadas enviaron a sus hijos de manera presencial, cifra que cae abruptamente para el caso de los municipales llegando a un 18%, mientras que en los subvencionados se alcanzó el 38%.
En los estudiantes, en tanto, la valoración del colegio llegó a un 73%, mientras que un 70% prefiere las clases presenciales, como explicó Alejandra Ojeda, gerenta de asuntos públicos de Ipsos.
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Razones
Entre las razones de los apoderados para no enviar a sus hijos a clases presenciales está el miedo a que no respeten las medidas sanitarias, con un 29%.
En tanto, un 26% señaló que esperará a que los menores estén vacunados.
La directora ejecutiva de Educación 2020, Alejandra Arratia, sostuvo que los resultados de la encuesta dan cuentan como las brechas según dependencia escolar se van profundizando, reflejando dos Chiles: uno con colegios que tienen todas las condiciones para volver y otros que no.
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En cuanto al trabajo de los docentes, el 82% considera que tienen las capacidades para continuar con los procesos a distancia.
Sin embargo, un 87% indicó que su jornada laboral aumentó en comparación a antes de la pandemia y un 80% cree que esto está repercutiendo de manera negativa en sus vidas familiares.