“Banda Ancha y brechas en el rendimiento” es el nombre de uno de los últimos estudios del Quello Center de la Universidad Estatal de Michigan, el que fue realizado junto a Merit Network en 15 distritos escolares de Estados Unidos con el objetivo de entender las consecuencias de la falta de Internet en el hogar de estudiantes y la relación con su rendimiento escolar.
Dentro de los principales hallazgos, el estudio – que culminó días antes de que se declarara la pandemia del Covid-19- revela que la mala conexión a Internet, o el acceso limitado a este servicio desde el hogar, puede contribuir a que los estudiantes se atrasen en términos académicos, teniendo hasta medio punto menos en el promedio de sus notas.
Esto podría tener un impacto negativo en el desarrollo de habilidades digitales, en la admisión universitaria y oportunidades de carrera a futuro.
Según el mismo estudio, uno de los factores que influyen en los resultados es que muchos de los estudiantes entrevistados viven en pueblos pequeños, áreas rurales o granjas que no tienen la infraestructura necesaria para desplegar esta tecnología.
Paralelamente, aunque los niveles de pobreza son frecuentes en estas zonas rurales, muchos escolares viven en hogares que admiten la posibilidad de contratar Internet de alta velocidad si este estuviera disponible en su área.
Ante ese escenario, que se ha visto profundizado debido a la rápida propagación del Covid-19 y el confinamiento prolongado aplicado en países de todo el mundo, Johannes Bauer, director asociado del estudio del Quello Center y profesor de la Universidad Estatal de Michigan, declaró estar muy sorprendido con los resultados del análisis.
“Los estudiantes que no tienen acceso a Internet o aquellos que solo dependen de un celular para acceder a la red tienen medio punto por debajo en sus notas en comparación con aquellos que tienen Internet rápido. Esta brecha puede tener un efecto dominó que perdure para siempre en sus vidas”, señaló.
El experto mencionó que la falta de habilidades digitales incide directamente en la propensión de los alumnos para no optar por carreras universitarias. Asimismo, aquellos jóvenes que no han tenido opciones de desarrollar habilidades digitales, tienden a no elegir aquellas profesiones acordes a una mayor empleabilidad en el futuro, como es el caso de las relacionadas con la nueva economía.
El caso de Chile
El caso de Chile no está ajeno a la realidad anteriormente descrita, si no es incluso peor.
Hoy existen 380.000 estudiantes de zonas rurales con bajo acceso a internet, y aproximadamente 1500 localidades en nuestro país que están completamente a oscuras. Según cifras de la OCDE, tenemos un 12.5% de población que no tiene conexión.
El problema se amplía si explicamos que los estudiantes con planes básicos, que son la mayoría, no tienen capacidad suficiente para asistir a una clase online, sostener videoconferencias con sus profesores, llenar fichas en línea, o simplemente, subir una tarea realizada. Y tampoco tienen los recursos económicos para pasar a un mejor plan.
Según cifras de la OCDE (2019), Chile es el segundo país con la mayor brecha digital después de Turquía, situación que, si se aplica directamente a la educación, constituye una perpetuación de las condiciones de inequidad para las próximas generaciones. Sobre todo, si consideramos que, por esencia, las localidades más pobres y desconectadas, ya cuentan con una peor calidad educativa.
Con una mirada más general, Matías Hoyl, Country Director Laboratoria Chile, explica que las brechas digitales hoy están más presentes que nunca en todos los aspectos.
“Cada lado que miramos, encontramos brechas, desafíos por delante: espacios educativos y de formación que no saben cómo adaptarse a esta realidad y que han dejado a los estudiantes en un limbo, donde no aprenden y el sistema los sofoca; colaboradores que pierden empleos, y organizaciones que se han visto sin posibilidades de reinvención porque no cuentan con el talento que los lleve a nuevos espacios de negocios”, sostuvo.
“Todo esto porque no hay acceso garantizado a la conexión y porque estamos dejando de lado a segmentos de la población que aunque son sumamente talentosos, desconocen los medios y las oportunidades para no sólo ser parte, sino protagonistas en este nuevo contexto social”, finalizó.