El 1 de mayo de 1994 quedará para siempre grabado en la historia del automovilismo. En la curva Tamburello del GP de San Marino, Ayrton Senna, considerado uno de los mejores pilotos de todos los tiempos, sufrió un violento impacto contra la barrera que le costó la vida. Fue un golpe devastador para la Fórmula 1 y para millones de fanáticos alrededor del mundo.
Treinta años después, el mundo aún recuerda ese fatídico accidente como un punto de inflexión en la historia del ‘Gran Circo’. La tragedia de Senna no solo conmocionó a sus seguidores, sino que impulsó importantes cambios en las medidas de seguridad del deporte.
En homenaje a esta leyenda, Netflix lanzó una miniserie que encapsula la vida de Senna, cargada de adrenalina, pasión y emociones. La serie, dividida en seis capítulos, revive los momentos más significativos del brasileño tanto dentro como fuera de la pista.
Sus inicios en el Go Kart
La producción comienza con el día de su muerte, desglosando la serie de incidentes que marcaron el GP de San Marino. Desde ese oscuro inicio, la narrativa retrocede a su infancia, cuando Ayrton comenzó a destacar en los Go Kart construidos por su padre.
A través de imágenes cautivadoras, la serie muestra los primeros pasos de Senna en el automovilismo, desde la Fórmula Ford hasta su salto a la Fórmula 1. Es un viaje emocional que explora el ascenso de un piloto que marcaría para siempre la historia del deporte.
Gabriel Leone, quien interpreta a Senna, logra capturar la esencia del piloto con una actuación memorable. “Ayrton fue mucho más que un piloto de F1; se convirtió en un ícono cultural”, declaró el actor en una entrevista con The Associated Press.
La serie también detalla la compleja vida personal de Senna, abordando sus relaciones sentimentales y el impacto de su figura pública. Desde su breve matrimonio con Lílian de Vasconcellos hasta sus romances con Xuxa Meneghel y Adriane Galisteu, la producción no deja fuera ningún detalle.
Uno de los momentos más conmovedores es el vínculo entre Senna y los fanáticos brasileños. La serie muestra cómo el piloto se convirtió en un símbolo nacional, llevando la bandera de Brasil a lo más alto en cada una de sus victorias.
Entre los hitos retratados, destaca su épica victoria en el GP de Interlagos en 1991, donde manejó en sexta marcha durante varias vueltas para ganar frente a su público. Esta hazaña, junto con sus habilidades bajo la lluvia, consolidaron su reputación como un maestro al volante.
La tensión entre Senna y Prost
El director Vicente Amorim dedicó especial atención a la rivalidad entre Senna y Alain Prost, uno de los aspectos más icónicos de la carrera del brasileño. Las tensiones entre ambos, recreadas con fidelidad, ofrecen algunos de los momentos más emocionantes de la serie.
Matt Mella, en el rol de Prost, retrata con detalle cómo ambos pasaron de ser enemigos en la pista a forjar una amistad tras el retiro del francés. Esta dinámica es un reflejo de la evolución de Senna como competidor y como persona.
La serie, sin embargo, no escapa a ciertas licencias creativas. Por ejemplo, se exagera la tensión entre Senna y Jean-Marie Balestre, expresidente de la FIA, al vincularlo incluso con eventos de la juventud del piloto.
Más allá de las libertades artísticas, lo que destaca son las escenas de las carreras. Los productores no escatimaron en detalles para recrear los momentos clave de la trayectoria de Senna. Desde el rugir de los motores hasta las maniobras más arriesgadas, cada escena está cuidadosamente elaborada.
La producción utilizó réplicas exactas de los monoplazas que Ayrton condujo a lo largo de su carrera. Fabricadas por el argentino Tulio Crespi, estas réplicas respetan cada detalle, desde los patrocinadores hasta el diseño aerodinámico.
Amorim explicó que también se grabaron sonidos originales de motores y componentes de los autos para aumentar la autenticidad. “Construimos 22 réplicas de autos de Senna y sus rivales”, detalló el director.
Las escenas de carreras
En los aspectos gráficos de la serie, las transiciones de las carreras llenan de emoción y tensión cada kilómetro recorrido por Ayrton y los pilotos retratados en la serie.
Mónaco, Suzuka, Interlagos, San Marino y muchos otros, son eventos cruciales para entender la forma de manejo y conducción de Senna, plasmadas en planos cargados de adrenalina.
Se nota que el director tomó ideas y revisó meticulosamente cada aspecto gráfico de películas como Rush;, cinta digna de admirar por cada fanático de la F1 y que hace esperar con ansias la película del ‘Gran Circo’ esperada para el 2025.
Filmada en locaciones de Brasil, Argentina, Uruguay e Irlanda, la serie busca capturar la esencia de los circuitos donde Senna dejó su huella. Las escenas de carreras son un espectáculo visual que transporta a los espectadores a los momentos más intensos de la F1.
El legado de Senna es palpable incluso en la Fórmula 1 actual. En el pasado GP de Brasil, Lewis Hamilton rindió homenaje al brasileño conduciendo uno de sus antiguos monoplazas. “Es el mayor honor de mi vida”, expresó emocionado el británico.
La miniserie también resalta el impacto de Senna fuera de las pistas, desde su labor filantrópica hasta su papel como símbolo de esperanza para millones de brasileños durante una época de crisis económica y social.
Ayrton Senna no solo fue un piloto excepcional, sino un ícono global. Treinta años después de su muerte, su legado sigue vivo, inspirando a nuevas generaciones dentro y fuera del automovilismo.
Con esta producción, Netflix ofrece un tributo que no solo celebra al piloto, sino también al hombre detrás del casco, un hombre cuya pasión y determinación trascendieron los límites del deporte.
La serie, sin duda, invita a recordar no solo las victorias y rivalidades de Senna, sino también el espíritu indomable que lo convirtió en una leyenda eterna del automovilismo.