Max Verstappen está escribiendo su nombre con letras doradas en la historia de la Fórmula 1. El actual tricampeón de la máxima categoría del automovilismo, sigue corriendo como si no hubiera un mañana para buscar contra todos el cuarto título personal de manera consecutiva en el ‘Gran Circo’.
En la actual temporada se encuentra luchando ante la arremetida de McLaren y su examigo y actual rival, Lando Norris, todo para conquistar la cuarta corona en la F1 y dejar atrás nombres como los históricos Jack Brabham, Jackie Stewart, Niki Lauda, Nelson Piquet y el legendario Ayrton Senna.
No obstante, el apellido Verstappen no es nuevo en la Fórmula 1, ya que su padre, Jos, también fue piloto de la máxima categoría y además, fue protagonista del peor incendio que se ha vivido en la mejor categoría de motor del mundo.
Jos Verstappen ingresó a la máxima categoría en 1994 y permaneció hasta 2004, pasando por equipos como Benetton, Simtek, Footwork, Tyrrell Racing y Minardi, pero lo que sucedió en su temporada debut fue algo que quedó en la historia de la competición.
Fue en específico el GP de Alemania disputado en el circuito Hockenheim en julio de 1994 que Jos Verstappen que en plena carrera principal, el neerlandés ingresó a los boxes corriendo para Benetton.
No obstante, un desperfecto ‘humano’ hizo que se rociara gasolina en el auto y este, rápidamente comenzó a incendiarse, envolviendo en llamas a Jos Verstappen, quien no tuvo posibilidad de salir del vehículo en el que estaba corriendo debido a los cinturones de seguridad y finalmente tuvo que escapar una vez apagado el fuego.
Sin embargo, no fue el único perjudicado por le hecho, ya que también fue capturado por las llamas, Paul Seaby, uno de los mecánicos de Benetton que quedó inmortalizado en una foto tomada por el gráfico, Steven Terr.
Para explicar con mayor detalle el desastre sucedido en ese icónico momento de la F1, MotorSport acudió a los tres grandes implicados en el accidente, Verstappen padre, Seaby y Terr.
Primero, Jos Verstappen brindó declaraciones al medio citado afirmando que “recuerdo haber ingresado para la que creía que sería una parada normal en boxes. Sentado en el auto, siempre abría la visera del casco porque cuando me detenía sudaba mucho, así abría el casco para tomar un poco de aire fresco”.
“Necesito salir de aquí”
“Entonces vi venir el fluido. Esto fue antes de que pudiera oler nada, y por eso agitaba el brazo. Entonces todo se incendió y de repente estaba oscuro y negro, y no podía respirar. Era una situación en la que normalmente no piensas: es como si de repente te pusieran en una habitación oscura, y luego piensas: ‘Necesito salir de aquí…”, indicó.
Por último, aseguró que “fue difícil quitar el volante, y eso me llevó un par de segundos. Luego tuve que soltar los cinturones. Así que había muchas cosas que tenía que hacer antes de que me diera cuenta de lo que había pasado”.
Quien también habló sobre su traumática experiencia en el GP de Alemania en 1994 fue el mecánico envuelto en llamas en una histórica postal, Paul Seaby.
En conversación con MotorSport, Seaby apuntó que “mi trabajo era como uno de los responsables de la rueda delantera derecha, así que le di la espalda al hombre encargado de cargar combustible. Por eso terminé siendo rociado en la parte de atrás”.
“Creí que era agua”
“Hasta entonces había sido una carrera normal, y estábamos pasando por la parada de Jos. Estábamos a punto de poner las ruedas cuando vi lo que creí que era agua en el aire”, deslizó, asegurando que nunca pensó que era gasolina lo que estaba en su traje.
Fue ahí donde sintió el terror al destacar que “pensé ‘es inusual que haya agua’. Entonces me di cuenta de que era combustible y en ese momento decidí salir de allí, que es el momento en que se encendió. Hubo un gran ‘wuf’ cuando subió y me fui volando. Me dirigí al garaje que era la ruta más directa lejos del auto”.
Por último, el gran artífice de la postal que hasta el día de hoy se recuerda, Steven Teer, reveló que “estábamos trabajando para Benetton en ese momento y decidí que haría la carrera desde el lado interno de la pista”.
“La parte media de la carrera resultó ser un poco aburrida, así que pensé en volver y hacer las paradas en boxes, ya que estaba a cinco minutos a pie. Fui al garaje de Benetton y se estaban preparando para la parada en pits, así que disparé fotos desde donde estaba parado, justo al frente”, contó.
“Una bola naranja”
Posteriormente reveló que “me estaba alejando y noté que algo se estaba derramando, pero no le presté demasiada atención. Luego pasé de ver a Jos en el auto con los mecánicos a su alrededor, a literalmente ver una gran bola naranja. Pero seguí disparando fotos”.
“Tan pronto como sucedió pude ver a los mecánicos corriendo hacia el garaje, y algunos de ellos estaban ardiendo. Me retiré un poco para salir del camino y luego no pensé más en lo que había tomado”, asegurando que nunca se percató de la foto que hasta el día de hoy se recuerda en el mundo de la F1.
“El tercer cuadro del rollo de ese día era el que se ha hecho muy famoso – que es básicamente él completamente envuelto en llamas, alejándose de allí claramente. ¡Parece robado de una película!”, deslizó.
“Paul y yo hemos bromeado sobre ello a lo largo de los años. Lo he puesto en los periódicos, ¡y en algún momento la imagen terminó como posavasos en alguna parte! Se ha utilizado en todas partes. Es un recordatorio constante para él”, cerró.
Las secuelas del incendio
Han pasado 30 años y Jos Verstappen sigue recordando ese día, fecha que cambió para siempre ciertas actitudes del padre de Max.
En sus palabras, Verstappen padre confesó que “no tengo problemas duraderos, salvo a veces, cuando bebo alcohol, principalmente vino – y no siempre es así, sólo a veces- de repente lo siento arder. Y luego también se pone rojo donde me quemé la cara”.
“Lo siento aparecer en mi cara. No sé por qué. Creo que es una especie de reacción que se obtiene. Eso es todo lo que me queda de esto”, finalizó.
Quien aseguró no tener secuelas tras lo ocurrido fue Seaby, mecánico que zafó de milagro de no morir envuelto por las llamas.
Con relación a esto, el mecánico contó a MotorSport que “lo único que noté la otra semana es que mi mejilla izquierda está un poco más roja en un lugar, pero aparte de eso no hay efectos secundarios”.
“Cuando vi la fotografía por primera vez, hablé con Steve Teer y le dije: ‘¡Podrías haberme apagado el fuego en vez de tomar fotos!’ Pero me alegro de que las tomara”, añadió.
“Cuando te encuentras en una situación así, sólo estás arrancándote cosas en llamas, así que en realidad no sabes lo que pasó. Así que fue muy interesante mirar y estudiar y ver lo que pasó“, finalizó.
Una situación que impulsó -aunque lentamente- la prohibición de cargar combustible en los pits de cada Gran Premio. Debieron pasar 16 años para que en 2010 se vetada dicha situación de las carreras.
La excusa que daban para no evitarlo antes era que los estanques eran muy pequeños para cargar todo el combustible necesario antes de cara carrera.