“Empezó como un amor de hacer algo que me costaba. Me compré una moto y más me fallaba que andaba, era viejita”. Así comenzó contando su historia John Medina Salazar, el rider chileno de 43 años que hoy se luce como campeón de la categoría Rally3 del Rally de Marruecos disputado en octubre.
Mucho antes de ello, el oriundo de Pedro Aguirre Cerda dejó pinceladas de su pasión deportiva en el fútbol amateur, antes de sufrir una lesión que lo forzó a cambiar rumbo.
Logró estudiar ingeniería tras realizar estudios vespertinos y el día, lo ocupaba para trabajar. A puro pulso, le comenzó a ir bien, pasando de ser operador, obrero en Borde Río hasta tener su propio negocio de arriendo de máquinas y reparación de herramientas.
Todo iba normal, hasta que vio a Francisco ‘Chaleco’ López en Canela Baja durante el Rally Dakar de 2013, cuando aun la competencia se corría en Chile. Ahí, entre el público, Medina se entusiasmó y su amigo, Rafael Muena, lo metió al mundo motor.
Contra la edad y la arena
A los 35 años, recién Medina se atrevió, primero, a andar en moto y en la arena. Después, siguió avanzando, hasta tomar clases con pilotos profesionales. El experimentado Felipe Prohens fue su guía.
“Más que velocidad, era ir con seguridad. La barrera que más cuesta es la edad, cuando el cuerpo no te da y la cabeza tampoco, sobre todo cuando tienes familia. Uno tiene que pensar en todo”, comentó.
En ese sentido, reconoció que a su familia “no le gusta la moto, ni la bicicleta con la que entreno porque lo hago en la vía pública, pero no les quedó otra que apoyarme”.
Ya en 2018, compitió en el Desafío del Desierto. Tres años después, debutó, con atrevimiento, en el Rally Dakar de Arabia Saudita y consiguió un notable puesto de 74° en la general de motos.
Pese a que en 2023 disputó cuatro etapas antes de abandonar por una caída en la categoría Originals, Medina quiso su revancha en 2024, la que llegó en el Rally Cross Country (Rally3) de Marruecos.
“Lo complicado fue la aclimatación de mi cuerpo el primer día y el calor, sofocante, fue lo único y fue tremendo, perdimos a compañeros, otros rescatados en helicóptero. Me fallaba la moto, pero es parte del Rally y uno tiene que ser más completo, nosotros vamos y es como hacer el test”, rememoró.
El camino al título
Como piloto del equipo KTM-XRaids Experience obtuvo un cuarto puesto en Portugal y un triunfo en Argentina, resultados que sumados a su segundo lugar en África, le permitieron alzarse con el título.
Con el logro bajo el brazo, ahora reconoce que su carrera empieza, de a poco, a tomar vuelo.
“Uno comienza en algo y espera que le vaya bien, pero la mayoría de las veces es todo al revés. Lo que yo quiero reflejar es que si uno se saca la mugre, lo puede lograr. Algunos pilotos ahora me conocen, pero antes no figuraba, me trataba de cuidar”, dijo.
Por más que tenga un título, la familia es parte del podio de John Medina.
“Yo partí en este mundo (de motos) ya con hijos y la familia es primordial, no pondría en riesgo más de lo necesario por solamente un resultado. Si yo llegué a ser campeón, fue porque lo tenía programado”, aseveró.
Pese a su creciente éxito, insiste en ir más allá de lo deportivo al contar su historia.
“Con lo que cuento quiero decir que el que va en la calle, en la micro, puede. Yo no andaba nada en moto, soy el octavo campeón mundial de motociclismo en Chile, me siento realizado. Hay más caídas que premios, pero en algún minuto las cosas se dan”, sostuvo el rider nacional, que también dejó espacio para lo emotivo.
“Me caen lágrimas cuando pienso solo, no es fácil. Estaba peleando el tercer lugar en Portugal, freno para cumplir la regla y un quad me quiebra una mano, pero acá estoy. De repente, cuando estudiaba en la noche, veía cabros que no les resultaba algo, veía historias de gente común y corriente… Yo vengo de Pedro Aguirre Cerda y la cosa está difícil, hace poco hubo una balacera cuando fui a ver a un primo. A veces, sirve contar que no todo es malo y que hay que trabajar, no hay otra”, sentenció.