Pilotos deshidratados, al borde del desmayo y superando sus límites físicos. Eso tuvo el Gran Premio de Qatar de Fórmula 1, celebrado este domingo en el circuito de Lusail.
Con una humedad superior al 70%, y hasta 40° de sensación térmica, el circuito se volvió el más complicado de la temporada para los corredores y, en palabras de algunos de los más experimentados, fue uno de los más duros en la historia del ‘Gran Circo’.
“Creo que es una de las carreras más duras que he hecho, entre las cinco peores sin duda”, comentó el flamante tricampeón, el neerlandés Max Verstappen (Red Bull).
Prueba de lo anterior, es que cada equipo ubicó hielo sintético al interior de los monoplazas para amainar el calor de los pilotos, pero ni con eso se pudo dar pelear al fuerte calor qatarí.
De acuerdo a Marca, durante la carrera fueron varios los pilotos que clamaron por ayuda. “Échenme agua o algo cuando pase por boxes”, dijo Fernando Alonso (Aston Martin), mientras que Logan Sargeant pensó en retirarse porque no se sentía bien.
“Es tu decisión. No hay que avergonzarse por parar si te sientes mal”, le respondieron desde Williams. El estadounidense, de hecho, fue uno de los que necesitó asistencia médica.
Pilotos de Fórmula 1 acabaron en el centro médico
Sargeant, quien debió ser sacado de su auto con evidentes síntomas de deshidratación, no fue el único que acabó en centro médico del circuito.
El otro Williams, Alexander Albon, también debió ser asistido por un golpe de calor. Lo mismo le pasó a Esteban Ocon (Alpine), quien estuvo vomitando dos horas.
“A falta de 20 vueltas mi condición empezó a empeorar, me estaba desmayando en el coche”, dijo, por su parte, Lance Stroll (Aston Martin).
Otro que habló fue Oscar Piastri (McLaren), quien apenas pudo reponerse para subirse al podio para recibir su trofeo de segundo lugar en el GP de Qatar de Fórmula 1.
“Ha hecho mucho calor, con tres paradas hemos tirado a tope. Han sido 57 vueltas de clasificación que creo que las he hecho”, dijo el australiano, mientras que su compañero de escudería, Lando Norris, fue categórico: “Hemos llegado a los límites del cuerpo humano”.