“Hay una crisis económica y no nos podemos dar el lujo de perder una oportunidad”, es una frase recurrente entre los habitantes de Magallanes. Para ellos, encontrar vías de desarrollo es crucial. Cada oportunidad merece ser analizada, especialmente en una zona aislada como esta.
Por eso ha resurgido la idea de retomar el comercio con las islas Malvinas. Los argumentos principales son dos: la corta distancia —898 kilómetros entre Punta Arenas y Port Stanley— y la posibilidad de ofrecer productos chilenos a precios más competitivos que los que actualmente pagan por mercancías provenientes de países como Uruguay.
Este vínculo se interrumpió formalmente en 1999, cuando el entonces presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle habría acordado con su par argentino, Carlos Menem, suspender las relaciones con las islas. No obstante, al ser un acuerdo de palabra: no existe tratado ni documento oficial que lo respalde.
El tema podría ser abordado durante la visita del presidente Gabriel Boric a la región, prevista para mañana, en el marco de la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se realizará en Punta Arenas.
Expertos estiman que la región pierde al menos 12 mil millones de pesos anuales por esta inactividad comercial. Una cifra menor para el país, pero significativa para la economía local.
Radio Bío Bío consultó a autoridades políticas, empresarios y al Ministerio de Relaciones Exteriores para esclarecer el estado actual del tema.
Apoyo local
Para la comunidad regional, reactivar el comercio con las Malvinas representa una oportunidad.
Vania García, presidenta de la Cámara Franca A.G. de Usuarios de Zona Franca de Punta Arenas, afirma que establecer relaciones comerciales con las islas “podría representar una oportunidad significativa para la Región de Magallanes”. Aunque advierte que es esencial considerar el contexto geopolítico y diplomático actual, destaca que este tipo de vínculos podría generar beneficios logísticos, culturales y laborales.
“La ubicación estratégica de Magallanes nos posiciona como un punto clave para el comercio en la Patagonia y el continente antártico. Establecer relaciones con las Malvinas abriría nuevas oportunidades para nuestros operadores y clientes”, señala.
Salvador Harambour, presidente de la CPC Magallanes, sostiene que “Magallanes ha tenido una larga historia de vínculos comerciales e incluso familiares con las Falklands/Malvinas”, y ve con buenos ojos un eventual incremento en las relaciones.
Desde el sector energético, el gerente de Gasco Magallanes, Sergio Huepe, también se muestra favorable: “Sería muy deseable. Retomaríamos una tradición de más de 100 años. Además de los ingresos, permitiría a productores locales comercializar madera, materiales de construcción, alimentos y vegetales con las islas”.
Huepe añade que Gasco estaría dispuesta a retomar la exportación de gas propano en cilindros, como se hacía en décadas pasadas. “Actualmente lo importan desde Inglaterra. Llevarlo desde Magallanes por barco significaría ahorro para ellos y presencia de una marca chilena de prestigio”.
Solicitud del alcalde
El alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich (RN), también se refirió al tema y expresó que “toda la vida se tuvo un vínculo directo entre las comunidades. Estamos hablando de dos lugares que son muy poco poblados y por eso es que este vínculo de comercio era tan importante”
Ejemplifica que “la leche, todos los productos, las frutas salían desde nuestra ciudad y era muy importante como una inyección de dinero hasta nuestra economía. Por tanto, para nosotros esto es volver a lo que se hizo siempre y que lamentablemente en estos últimos años se ha suspendido por una razón política”
Según Randonich “los cálculos conservadores indican que estarían hablando de 12.000 millones de pesos al año”.
El hace un llamado al mundo político y pide que se analice el caso. “Hoy el perjuicio lo tienen dos comunidades pequeñas, las islas Falklands y sobre todo nuestra ciudad. (…)Con este tema yo sé que no se mueve ningún tipo de aguja a nivel nacional. El Estado tiene una posición sobre esta reclamación argentina y creo que hablar justamente también aprovechando el nuevo gobierno argentino que es muy liberal, como lo ha manifestado para los temas económicos, no veo cuál es la razón para que se nos prohíba a dos comunidades pequeñas vincularnos económicamente”.
Radonich ya conversó con el gobierno, tuvo reunión con las ex ministras de Interior, Carolina Tohá, y de Defensa, Maya Fernández, pero “es un tema que depende hoy de Cancillería. Chile no firmó ningún tratado para este tema. No es un acuerdo formal, pero hay un perjuicio que lo carga directamente nuestra ciudad”.
Agrega que: “Nuestro estrecho de Magallanes es un estrecho libre de tránsito. Por tanto, autoimponernos una restricción exclusivamente con una isla, esto sí nos perjudica directamente y no veo ningún tipo de compensación”.
Apela a que Punta Arenas con las islas Malvinas tienen un vínculo diferente. “Nuestros vínculos son personales. Por ejemplo, durante este último mes llegan delegaciones de niños de estas islas que juegan con niños argentinos en hockey sobre hielo o en fútbol. Hay un vínculo que traspasa el tema político”.
Y que “sobre todo perdemos la posibilidad de poder tener más empleo. En este momento dado, donde hay crisis económica, vamos a hacer todo lo posible para no perdernos y ser coherente con los discursos, pero sobre todo yo como alcalde quiero explicar que este es un problema entre dos comunidades. Este es un problema que se ve desde Santiago, pero que afecta directamente a los puntos de referencia. Y por eso espero que haya un cambio pronto para que se permita el libre tránsito para todos”.
Opinión parlamentarios
Desde el mundo parlamentario la visión es similar. El senador Karim Bianchi fue el primero en responder. Dijo desconocer “la historia comercial entre ambos territorios” pero que “no me parece que exista ningún problema en el comercio y que eso beneficia a nuestras empresas. Los problemas de Argentina son de ellos y no tendrían porqué afectar el comercio nuestro”.
Por su parte el diputado, Christian Matheson, también habla del vínculo histórico entre las dos comunidades y de la necesidad de generar cambios para lograr retomar el comercio.
“Las islas Falklands (Malvinas) para su abastecimiento históricamente tuvieron relaciones comerciales con Punta Arenas en nuestro país y la República Oriental del Uruguay, sin embargo desde hace unos años las comunicación con la región de Magallanes se detuvo, principalmente por tres causas, una corresponde a burocracia, otra a los elevados costos que tiene la contratación de un práctico para circular por el estrecho de Magallanes sumado a los costos de atraque en nuestro muelle y la tercera a la desaparición del transporte marítimo que una vez al mes realizaba el cabotaje entre Punta Arenas y Port Stanley, cosa que puede ser consecuencia de las dos anteriores, sin embargo con Uruguay este intercambio comercial se mantienen”, indica.
Explica que si hay un real interés por restablecer el comercio hay que “salvar las dos primeras causales enunciadas, especialmente la excesiva burocracia, lo que puede dar pie para que alguna línea comercial de cabotaje se interese por restablecer la comunicación marítima”.
Finaliza enviando un mensaje: “A los que puedan decir que el comercio con las islas nunca fue de gran importancia, decirles que cualquier acción que tienda a desarrollar la actividad económica de nuestra región es valorable, por cuanto aporta al crecimiento y crea mayores expectativas de trabajos para nuestros coterráneos”.
Cancillería chilena
Fuentes de la Radio, explicaron que la posición de la Cancillería chilena sobre la relación con las Malvinas es, por el lado de derecho internacional, de principios contra la colonización y a favor de la autodeterminación.
También, por el lado diplomático y político, la soberanía argentina sobre las Malvinas es apoyada por toda América Latina y es difícil que cambie.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores señalaron a La Radio que: “No existe una política de restricción al comercio con las islas Malvinas ni menos un tratado o acuerdo que lo impida, por lo que Cancillería no ve ningún problema en que aumente el comercio con las Malvinas. En la práctica, la difícil conectividad hace compleja una relación comercial más fluida”.