Edición de Constanza Escobar | BBCL (RRSS)

Un pederasta francés oculto en Chile: los pasos del depredador sexual autoexiliado en La Serena

14 octubre 2024 | 06:00

Arnaud Gerard Simón Monier se autoexilió a Chile en junio de 2023 tras ver un video en YouTube que mostraba a nuestro país como un destino libre de extradición. No leyó la "letra chica" y creyó que estaría a salvo. Logró pasar desapercibido hasta que Interpol emitió una notificación roja internacional. Se instaló en La Serena y por un tiempo el plan le resultó. Antes de cumplir seis meses en el país se casó con una chilena y montó un negocio de pizzas en su casa. Hasta que fue capturado en marzo y hoy espera para ser llevado de regreso a Francia, donde podría enfrentar hasta 400 años de cárcel por sus crímenes.

Arnaud Gerard Simón Monier (49 años) está acusado de cometer al menos 26 distintos delitos sexuales en contra menores de edad en Francia. Cuando la justicia de su país le pisaba los talones, decidió autoexiliarse a Chile ¿La razón? Un video en YouTube que le mostró que nuestro país podría ser el destino ideal para alguien en su situación.

Conocedores de las atrocidades que cometió lo consideran, por lo bajo, “un depredador sexual”. Aunque el concepto se queda corto. Es un pederasta con todas sus letras. En su tierra natal se le acusa de violación reiterada, abuso sexual, inducción a la prostitución y exhibición de material pornográfico a menores de edad.

Entró a territorio nacional como un turista más. Acá intentó escabullirse de la justicia y estuvo cerca de conseguirlo. De hecho, alcanzó a pasar varios meses completamente desapercibido, incluso después de que la Interpol de Paris publicara una notificación roja internacional con su nombre.

Así, con la alerta vigente, igual pudo pavimentar —en parte— la vida nueva que planeó. Hasta se casó. En cuestión de meses una mujer chilena de La Serena le dio el “sí” y se fueron a vivir juntos a un condominio cerca de la playa.

La fuga

Era junio de 2023 y a esa altura la justicia francesa venía siguiéndole los pasos de cerca a Arnaud. Una denuncia anónima había motivado el inicio de un proceso en el que alcanzó a prestar declaración. Como era de esperar, en la oportunidad el sujeto descartó de plano todas las acusaciones.

Además, una de sus principales víctimas no ratificó la ocurrencia de los delitos. Pese a ello, él sabía que en cualquier momento podía caer.

En ese contexto, de acuerdo con antecedentes recopilados por la Unidad de Investigación de BioBioChile, comenzó su fuga desde la localidad francesa de Tassenières donde vivía, ubicada al este de Francia, muy cerca de la frontera con Suiza.

Arnaud, viudo y pronto a llegar a los 50 años, decidió dar curso a su plan junto a su único hijo. Su primera esposa ya había fallecido por una enfermedad y desde entonces se quedó al cuidado del niño, quien biológicamente sólo es hijo de ella, pero al tiempo fue legalmente reconocido por él. Eso sí, siempre conservó el apellido de la madre.

Para financiar su viaje utilizó parte del dinero que consiguió por la venta de una propiedad que había heredado de su padre, aunque un porcentaje importante del total alcanzó a ser congelado por los tribunales una vez comenzaba la avalancha de denuncias.

El abandono

Hasta ahí el plan parecía funcionarle. Dejó su trabajo como profesor de un liceo, subió a su hijo al auto y viajaron juntos por buena parte de Francia para luego cruzar a España, específicamente hasta Madrid.

Según apuntan conocedores del caso, el trayecto de unos 1.400 kilómetros lo completaron en cerca de 17 horas. No hubo paradas en hoteles u hostales, pues la idea era no dejar huella. Sólo se detuvieron una vez en una zona de descanso al costado de la ruta ¿El objetivo final? Tomar en la capital española un avión con destino a Chile.

En el aeropuerto de Barajas compró dos pasajes con destino a Santiago. El plan marchaba bien hasta que una vez adquiridos los tickets se percató que el pasaporte de su hijo estaba vencido. De todas formas, para él no había vuelta atrás, así que decidió comprarle al menor un boleto a Paris.

Lo devolvió a su país, pero en la capital aún seguiría lejos de casa. A unos 400 kilómetros, de hecho. Por eso Arnaud llamó a su hermano y le pidió que lo fueran a buscar en auto hasta allá. Además de abandonar a su hijo, hizo lo propio con su auto, el cual simplemente dejó tirado en el aeropuerto de Barajas.

Acto seguido, se embarcó solo hacia su nueva vida en Sudamérica.

A Chile arribó el 22 de junio de 2023 en un vuelo sin escalas desde Madrid. De acuerdo con los registros, su ingreso lo hizo en calidad de turista y no tuvo ningún inconveniente legal. Es que hasta esa fecha, confirman fuentes de este medio, todavía no existían prohibiciones de ingreso para el francés.

En concreto, según complementan desde la Policía de Investigaciones (PDI), la notificación roja contra Arnaud fue publicada recién en agosto de 2023 por la Interpol de Paris. Es decir, cuando él ya llevaba varias semanas en territorio nacional.

El casamiento en Chile

Alertas internacionales aparte, Arnaud Gerard Simón Monier escogió la región de Coquimbo para radicarse definitivamente. En su propia casa montó una pyme de venta de pizzas y en menos de seis meses consiguió casarse. Posiblemente, una estrategia para extender indefinidamente su permiso de permanencia.

De acuerdo con documentación tenida a la vista por este medio, la ceremonia se realizó el sábado 9 de diciembre de 2023 a las 16:00 horas en un inmueble particular ubicado en la circunscripción del Registro Civil de Tongoy. ¿La novia? Una chilena de 53 años que, según indagó este medio, hasta hace un tiempo atrás trabajó como secretaria de un centro odontológico serenense.

Desde el Registro Civil aclaran que, pese a la notificación roja de Interpol vigente, no había ningún impedimento legal para la realización de la ceremonia. Entre otras cosas, porque sólo las policías tienen acceso a esa información.

Con el matrimonio y su emprendimiento, Arnaud intentó dejar atrás las acusaciones en su contra por violación reiterada, abuso sexual, inducción a la prostitución y exhibición de material pornográfico a menores de edad.

Hasta la fecha no se sabe si el sujeto contactó a la que sería su esposa antes de viajar hasta Chile o la conoció acá. Tampoco se tiene claridad si ella conocía los terribles delitos por los que está acusado su esposo en Francia o se enteró al momento de la detención. Incluso, algunos consultados afirman como posibilidad cierta que todavía no lo sepa.

Sea como sea, y salvo una riña al interior de un bar de disidencias sexuales en La Serena, distintas fuentes consultadas afirman que no hay registro de que Arnaud haya cometido delitos en Chile, menos de la magnitud de los que protagonizó en Francia.

Un video en YouTube y búsqueda en Google

Coincidentemente sólo un par de semanas después de su casamiento, la justicia francesa pudo confirmar que Arnaud Gerard Simón Monier estaba en Chile. En consecuencia, iniciaron las gestiones para solicitar a nuestro país la extradición del imputado. Esto último, pese a que entre ambos países no hay un tratado que agilice el proceso.

Este último antecedente es clave. El propio Arnaud reconoció más tarde ante los tribunales chilenos que escogió nuestro país precisamente por la ausencia de tratado de extradición.

Sin embargo, lo que el imputado no consideró fue lo que un conocedor de estos procesos denomina la “letra chica”. En términos concretos, Chile —a diferencia de otras naciones— de igual forma da curso a las solicitudes de países con los que no hay un acuerdo previo en estas materias.

Después de ver con detención un video que encontró en YouTube donde se enumeraban los países que no tenían tratado de extradición con Francia, entre ellos Chile, Arnaud corroboró la información en Google y decidió definitivamente que se vendría a ocultar a nuestro país. Para sus pretensiones, un gran error.

La captura

En este escenario, con la solicitud en curso y después de un par de meses de búsqueda, finalmente el 13 de marzo de 2024 detectives de la Interpol Chile capturaron al individuo, quién registraba domicilio en un condominio ubicado cerca del Jardín Japonés de La Serena. Así, un equipo especializado de la Oficina Central Nacional (OCN) de Interpol viajó desde Santiago para apresarlo.

Desde entonces el individuo permanece recluido en la celda 25 del módulo de máxima seguridad del Complejo Penitenciario de La Serena. Allí, contando los días, está a la espera de ser extraditado a su país, antes que el resto de la población penal conozca de sus fechorías, lo que podría ser incluso fatal para él. Quienes han seguido de cerca el proceso explican que el traslado a Europa se materializaría a más tardar en noviembre.

Todo ello luego que la Unidad de Cooperación Internacional y Extradiciones (UCIEX) de la Fiscalía Nacional consiguiera que la Corte Suprema concediera el 9 de agosto recién pasado la extradición por 17 de los 18 delitos contemplados en una primera solicitud de extradición hecha por Francia.

Semanas antes del fallo, la justicia Francesa solicitó ampliar la solicitud por otros 8 delitos más cometidos por Arnaud en contra de menores de edad. De esos, el máximo tribunal autorizó la extradición por 3, argumentando que la acción penal del resto estaba prescrita en nuestro país. Dicho revés fue en buena medida un error de los franceses, pues las causas eran anteriores a las primeras. Y si hubieran presentado las acusaciones en una sola solicitud probablemente esos delitos hubieran estado vigentes y no se habría aplicado prescripción. Es decir, fue una desprolijidad relevante.

Como sea, la suerte ya está echada y en el país europeo se le podrá juzgar sólo por los delitos autorizados en Chile. El subdirector de la UCIEX, Álvaro Hernández, detalló que una vez llegó la solicitud de extradición “se llevaron a cabo (en la Corte Suprema) todas las audiencias que establece la ley y en definitiva el señor Monier fue extraditado a Francia por gran parte de los múltiples delitos sexuales contra menores que se le imputaban y ya está afinado (…) está a la espera de poder enfrentar a los tribunales franceses”.

400 años de cárcel

Desde la última resolución ya está corriendo el plazo de tres meses para que la policía francesa venga por él. Tal como en todos los casos de extradición, en el caso hipotético que aquello no ocurra, simplemente quedaría libre.

Durante el proceso en Chile explicaron algunas cosas. Por ejemplo, que simplemente eligió huir desde Madrid porque los pasajes eran más baratos desde allí.

En el primer juicio de extradición, renunció a su derecho a guardar silencio y declaró. Aunque eran claramente mentiras, entregó su versión. Aseguró que las denuncias respondían a que sus vecinos se habían enterado de que había vendido una casa y, por ende, tenía dinero. Y que todo esto era una artimaña de las familias de los niños para obtener plata. “Es un complot”, dijo. Algo que —a su juicio— podía llegar a ser creíble, pues todas sus víctimas provenían de entornos vulnerables.

De hecho, a los menores los hacía caer en su círculo precisamente por eso. En su mayoría ellos venían de hogares disfuncionales, con padres alcohólicos o de escasos recursos. Él los acogía, les brindaba un espacio de entretención, con un living con consola de videojuegos, paseos al parque, cine y karting. Básicamente les daba cosas que era imposible que obtuvieran en sus casas.

Para el segundo juicio no declaró. Simplemente guardó silencio.

Su esposa, por su parte, no asistió a ninguna de las audiencias. Ni para declarar ni como público. Adicional a la extradición, desde Francia pidieron también tomar testimonio a la cónyuge para usarlo eventualmente en el juicio. Dicho requerimiento hoy está en manos de la Fiscalía de Coquimbo, aunque hasta la fecha no se habría concretado. Sin duda, aquello podría dar más luces de lo que fue la vida de Arnaud en Chile.

En tierras europeas, en tanto, podría ser condenado hasta por un total de 400 años de cárcel considerando las penas asociadas a los delitos que se le imputan.