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Hospital enfermo: negligencia y corrupción carcome al San José

Hospital enfermo: negligencia y corrupción carcome al San José

Viernes 28 junio de 2024 | 06:00

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El Hospital San José, un emblemático centro de salud ubicado en Independencia, atraviesa una crisis escandalosa. La Contraloría ha expuesto graves falencias en su gestión contable, inventario y contrataciones, dejando al descubierto riesgos de fraude y corrupción. Desde el Servicio de Salud Metropolitano Norte, lejos de minimizar la gravedad de la situación, reconocen la crisis y buscan soluciones urgentes. Los detalles los revela la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.

Pacientes en peligro debido a que las mesas quirúrgicas se rompen durante los procedimientos. Ascensores en desuso por falta de mantenimiento, lo que impide el traslado de personas en camas o sillas entre los pisos. Salas de espera sobrepobladas. Millonarias máquinas médicas guardadas por años en los subterráneos del recinto asistencial. Todo esto acompañado de problemas en nombramientos, contrataciones, contabilidad y compras.

En pocas palabras, el Hospital San José, ubicado en la comuna de Independencia y que, según la última cuenta pública, tiene una población objetivo de 1.060.149 personas, es un hospital enfermo.

Así lo confirmó un informe financiero de la Contraloría General de la República enviado el pasado 13 de junio a Patricio Vera Munizabal, director del establecimiento desde 2023. El informe evidenció no solo una falta de control en casi todos los ámbitos contables del recinto, sino también hechos que podrían constituir delitos.

El establecimiento, reinaugurado a fines de los años 90, atiende a las comunas de Independencia, Recoleta, Conchalí, Huechuraba, Quilicura, Lampa, Colina y Til Til.

Los signos de la enfermedad

Para quienes han asistido al recinto asistencial, es evidente que las cosas no van bien. Desde el ingreso al hospital, las deficiencias saltan a la vista, no solo por los ascensores fuera de servicio, sino también por la infraestructura que muestra un notable deterioro, claramente debido a la escasa capacidad de gestión que ha tenido el recinto, el cual ha tenido 22 directores en 25 años.

Frente a esto, los funcionarios antiguos, testigos del deterioro del recinto hospitalario, no ocultan su preocupación. Muchos de ellos, cansados de esta realidad, reconocen que la corrupción sería la principal responsable de haber llegado a este complejo momento.

Estas impresiones de usuarios y trabajadores están plasmadas en el informe de la Contraloría. De hecho, la actual Contralora Dorothy Pérez, al asumir el cargo de forma subrogante en diciembre de 2023, realizó su primera actividad en el Hospital San José. Su visita, que pasó desapercibida para los medios de comunicación y políticos, tuvo como eje central dar una charla sobre “probidad en el ámbito de la salud” a los funcionarios. En pocas palabras, este hospital se ha convertido en el emblema de los problemas de gestión pública en salud.

De dolor de cabeza a desafío

Antonio Infante Barros, director del Servicio de Salud Metropolitano Norte desde septiembre de 2023, reconoce que está frente a un “hospital descompuesto”.

“Yo comparto que el Hospital San José podría ser mucho mejor de lo que es. Claramente, por el informe de Contraloría, tiene procesos internos que están enteramente desarticulados”, explicó. Incluso reconoció que en la actualidad existen 4.000 facturas que no se encuentran. “Es hablar de un desgobierno absoluto”, aseveró.

Y claro, los datos del informe, que Infante advirtió de entrada todavía no se les ha notificado de forma oficial, demuestra una cadena de problemas que, en base a los antecedentes, su fuente de origen viene desde hace tiempo.

De hecho, tras la revisión de los saldos de cuentas, bienes y existencias, la Contraloría concluyó una falta de certezas sobre los activos y deudas del hospital, acompañada de una ausencia de control interno y, por ende, un aumento en el riesgo de fraudes.

“Hay que pedirle a la Contraloría y al Ministerio Público que sean extraordinariamente rigurosos y profundos en lo que surja de las investigaciones que se hagan. En ese sentido, el Hospital tiene que querellarse contra quienes resulten responsables y el Consejo de Defensa del Estado lo tiene que acompañar”, pronunció Infante.

Los “errores” financieros, como advierte el Director del Servicio de Salud, también se repiten en el registro contable de las compras de medicamentos e insumos, a lo que se le suma un desconocimiento sobre la cantidad de productos, las fechas de vencimiento y el deterioro de estos. Ignorancia que, de acuerdo al mismo informe, expone al hospital a sufrir faltas de stock, utilización de medicamentos por terceros, robos, ventas no reconocidas, etc.

Uno de los ejemplos sobre las irregularidades del inventario es el caso de una máquina osteopulmonar —para radiografía de huesos y articulaciones— que lleva siete años guardada en bodega, y cuyo valor de adquisición ascendió a $280 millones.

“La situación es aún más complicada todavía, porque tenemos en el horizonte el hospital de la Zona Norte. Llegaría un nuevo hospital público a la zona” evalúa Infante. “La calidad del desempeño del Hospital San José de aquí para adelante, pasa a ser central. No podemos correr el riesgo de que el hospital nuevo de la zona norte entre frente a un San José que está descompuesto”.

El tratamiento

A pesar de la preocupante situación, Antonio Infante ve una oportunidad para mejorar este recinto. “Aquí hay una oportunidad de que el Hospital San José se sacuda de las viejas prácticas, que el equipo directivo tome un liderazgo, que se retomen las rutinas propias de un hospital de primer nivel y que el diálogo con la atención primaria siga mejorando”.

La solución, según apuntó Infante, comienza desde dos flancos: fortalecer una directiva estable y solicitar una extrema rigurosidad en las investigaciones de Contraloría y el Ministerio Público, acompañadas de una querella por parte del hospital.

De acuerdo a Infante, el centro del problema está en el detrimento de una cultura ética de trabajo: “Hay que recuperar una cultura centrada en el servicio a la comunidad, no lo entiendo de otra manera y creo que es posible. Pero para eso necesitamos liderar, y para eso necesitamos nosotros como Servicio de Salud estar acompañando muy estrechamente lo que haga el hospital”.

En ese sentido, apunta a que uno de los hechos que ha deteriorado el establecimiento es la alta rotativa de los directores. “La rotación de directivos hacía que todos los cargos de segundo nivel estuvieran subrogantes y que, por lo tanto, ahí nadie corría ningún riesgo en tomar decisiones. Y con eso comienza el descalabro”, explicó.

Es por ello que el primer paso que ha tomado el Servicio es concursar los distintos puestos de jefaturas y gestión, con el objetivo de poder realizar un verdadero seguimiento de la gestión.

“Hay espacio que ganar, llamémoslo así, en la gestión del San José que tiene que ser posible. Yo me niego a pensar que los colegas y la estructura no sea capaz de responder a las necesidades de la población”, declaró.

En ese sentido, el Director del Servicio afirmó querer dejar bien encaminado el establecimiento de aquí a un par de años. Para esto, sostiene que le interesa demostrar que son capaces de absorber listas de espera, aumentar la producción quirúrgica y absorber consultas nuevas de especialidad. Además, recuperar rutinas sanas dentro de un hospital, como son las reuniones clínicas, las auditorías clínicas, “cosas que hoy día se han perdido”.

Tratos directos: ¿Desorganización o corrupción?

Pero uno de los capítulos que más tensión ha generado ha sido la pelea, literal, de empresas de trato directo en el ámbito del aseo. Este punto está ahora en manos de la Contraloría, para revisar los últimos tratos directos de empresas de aseo.

Contratos que, debido a su modalidad, plantean la duda sobre si detrás de esto se encuentra el mismo desorden que se ve en las otras áreas del hospital, o si podrían haber “chanchullos”, como explicó una fuente que conoce del tema, y todo “para que alguien salga favorecido”. Ambas opciones son posibles para el Servicio de Salud Metropolitano Norte, como lo dejaron claro ante las consultas.

Esta es una de las dudas que envuelven los contratos de limpieza con Limchile y Asedo, con cuestionamientos contra ambos sobre la transparencia de los mismos.

Y de hecho, una de las controversias inició con el trato directo realizado a mediados de 2023 entre el Hospital San José y la empresa Asedo para la realización de la limpieza del establecimiento durante diez meses. Este acuerdo, por el servicio que antes prestaba Lim, no habría pasado por los conductos regulares, según denunciaron fuentes internas del hospital.

Por su parte, desde Asedo también se acusaron irregularidades en el contrato con Lim que siguió al término del suyo, también por trato directo, y que supera los $307 millones mensuales. Estas irregularidades también fueron comunicadas desde un oficio de la Contraloría al director del hospital, al argumentar que no está justificada la modalidad de contrato, y llamar la atención sobre que este se hizo por $75.845.903 mensuales más que el anterior.

Acusaciones cruzadas que vienen a enredar todavía más a un hospital enfermo que entró a la UCI y, por ahora, su diagnóstico sigue siendo reservado.

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