Más de mil millones de pesos desembolsó la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) en tres recintos educacionales que, tras siete años, nunca han llegado a funcionar. Los dineros fueron adjudicados a Nidia Díaz Pereira, una estilista y empresaria de nacionalidad paraguaya que —entre 2016 y 2017— apareció en la escena pública penquista al hacerse de siete contratos con la institución.
En concreto, los terrenos fueron entregados a la contratista por parte de la Junji para iniciar los trabajos de construcción y remodelación en las comunas de Talcahuano, Concepción y Penco. ¿El resultado? Dos establecimientos a medio terminar y otro que simplemente no existe.
La Unidad de Investigación de BioBioChile analizó los concursos públicos, visitó las instalaciones y conversó con vecinos que aún sufren los efectos de una mala planificación que no sólo arrojó a la basura cuantiosos recursos fiscales sino que también abrió sendos procesos judiciales que aún tienen al organismo público en tribunales.
“Estamos muy dolidos de no poder haber entregado (…) los jardines infantiles para la comunidad”, reconocen desde la Junji. Con todo, pese al tiempo transcurrido, esperan comenzar la atención de niños recién en 2025. Es decir, nueve años después del inicio de la tramitación de los últimos los proyectos.
CENTINELA II, TALCAHUANO: “Queridos vecinos…”
A 30 minutos en bus desde la plaza de la comuna de Talcahuano, se encuentra el sector Centinela II. Una comunidad unida, que ha hecho noticia a raíz de diferentes problemáticas: inundaciones, proyectos públicos sin terminar, y el polémico operativo de salud que terminó en denuncias de abusos contra menores en una escuela local. Desde 2014 esperan que su sala cuna y jardín infantil esté terminado. No hay otro establecimiento de este tipo dentro del sector.
El jardín, bautizado como Centinela II, al igual que el barrio que lo alberga, está en construcción desde 2009. Primero a cargo de la municipalidad y desde 2014 en manos de la Junji. En total, el proyecto ha pasado por tres empresas diferentes y ninguna lo ha terminado. En la comunidad lo ven como una gran necesidad pendiente.
—Hay un montón de mamás solteras que no pueden salir a trabajar porque no tienen donde dejar a sus hijos —relata Margarita Cabaña Ramos, presidenta de la junta de vecinos.
A simple vista, el edificio parece un jardín infantil común, pero al acercarse se pueden ver los restos de construcciones pasadas, ventanas rotas, pasto crecido y metal oxidado.
Sobre la puerta se lee un letrero mal puesto de la Junji: “Queridos vecinos, al igual que ustedes, queremos (…) este jardín lo antes posible. Estamos trabajando para retomar”.
1.600 millones extra
En resumen, el jardín ha pasado por tres licitaciones diferentes y todas han finalizado en término anticipado de contrato, quiebre de las empresas y abandono. Por eso, jamás se pudo concretar la obra.
El último proyecto, que tenía como objetivo ampliar y terminar por definitivo su construcción para 144 niños, tuvo un presupuesto de más de 475 millones de pesos chilenos. Adjudicado a Nidia Díaz, del total, 388 millones fueron pagados por la Junji. Es decir, aproximadamente el 80% de los fondos.
Según Paulina Salas Lobos, abogada representante de Nidia, ya llevaban meses trabajando y las renovaciones iban al día, cuando llegaron unos hombres contratados por Junji a tomar posesión de la construcción bajo la justificación de abandono de obras. Desde el organismo, la explicación es simple: la empresa no estaba cumpliendo los plazos establecidos en el contrato.
Consultado por BBCL Investiga, David Acevedo Tapia, el actual director subrogante de Junji Bío Bío, asegura que pronto publicarán un concurso público.
—Después de todo este tiempo ya estamos ad portas de subir la licitación.
El nuevo proyecto planea por fin finalizar la construcción del jardín infantil y sala cuna Centinela II, con un presupuesto mucho mayor al anterior, con más de 1.600 millones de pesos. Contará con una capacidad de 109 niños e instalaciones modernas para el cuidado y entretención de los infantes. Solo queda esperar que al salir la licitación una empresa tome el proyecto y lo lleve a cabo con éxito.
COSTANERA SUR, CONCEPCIÓN: Solo era una ampliación
Peor está el antiguo jardín en Pedro de Valdivia Bajo, Concepción. Previo a su “renovación”, funcionaba con normalidad. Luego, con 549 millones de pesos de presupuesto, el proyecto de la Junji para el mejoramiento y ampliación de la Sala Cuna y Jardín Infantil Costanera Sur se detuvo prematuramente y hoy se encuentra en ruinas.
En 2017 empezaron las obras a cargo de Nidia Rossana Diaz Pereira, con un plazo de 240 días. Este es un establecimiento histórico del sector Pedro de Valdivia bajo, donde cientos de niños de la comunidad han asistido por más de 40 años, desde 1980. No obstante, a pocos meses de que iniciara la remodelación, se detuvieron las construcciones por incumplimiento de plazos y la encargada del proyecto, Nidia Diaz, demandó a Junji. Organismo que luego realizó una demanda reconvencional contra Diaz.
El establecimiento recibía a 110 niños. Hoy sigue funcionando, pero a modo de jardín modular. En buenas cuentas, consiste en una estructura de dos pisos a base de containers posicionados justo a un lado del edificio abandonado. Hoy tienen una capacidad de atención de 92 niños, entre sala cuna y jardín. El paisaje lo componen microbasurales, animales muertos y una estructura simplemente destrozada.
El antiguo establecimiento se encuentra rodeado por una nueva cerca desde julio, que funciona como una barrera de seguridad para impedir la entrada de transeúntes y principalmente visitantes nocturnos que se reunían en las noches para beber y drogarse. Incluso, vecinos sostienen que el edificio estuvo ocupado por familias sin hogar.
Luis Aranibar, miembro de la junta de vecinos de Los Aromos, cuyo hogar se encuentra cruzando la calle del Jardín Costanera Sur, cuenta que entre 2021 y 2022 entraba mucha gente al antiguo jardín. ¿La razón? Robar ventanas, madera, latas y lo que pudieran encontrar.
Basura, animales muertos y proyecto desde cero
Si bien Junji instaló la pandereta, guardias de seguridad y mantiene en funcionamiento el jardín modular, con los años los vecinos han perdido confianza en recuperar el espacio.
—Esto de que este año vamos a hacer un proyecto nuevo, después este otro año, no sé… Porque aquí cada cuatro años se cambia el gobierno, y cada cuatro años se cambian los proyectos. Entonces no sé en qué va a quedar esto po.
David Acevedo, director (s) de Junji Bío Bío, explica que —al igual que lo ocurrido en Talcahuano— están trabajando en un nuevo proyecto. Con este, planean tirar abajo el antiguo jardín y comenzar desde cero, con una construcción de más de 1.200 metros cuadrados. Aunque aún no se termina de planear, ni se ha lanzado la licitación, el director planea que esté listo en dos años:
—Esperamos con toda certeza que en 2025 tengamos atención de niños. Nosotros deberíamos empezar a construir el 2024.
Hasta ahora no existe un presupuesto para la totalidad del proyecto, pero se está elaborando una consultoría de diseño. La iniciativa supone un edificio moderno de dos pisos y una capacidad de 192 niños, entre infantes y sala cuna, además de juegos infantiles.
Desde el Ministerio de Desarrollo Social, en tanto, informaron que el diseño del jardín tiene un presupuesto de $53 millones y que “el área de inversiones de la seremi está a la espera del ingreso del proyecto para la etapa de ejecución, para poder ser revisado”.
Una vez ese proceso sea finalizado, se publicará la licitación, y la empresa que la obtenga tendrá que llevar a cabo la construcción.
MAVIDAHUE, PENCO: La vecindad que nunca quiso jardín
En la entrada de Penco, subiendo el cerro, se encuentra el sector Mavidahue. Se trata de un barrio compuesto por vecinos que esperaron entre 2001 y 2013 la construcción de sus viviendas. Aquí nadie supo que se edificaría un jardín infantil junto a sus domicilios.
—Nos dimos cuenta de que se iba a construir algo cuando la empresa constructora empezó a cerrar el perímetro y a instalarse en noviembre del 2016 —cuenta Rosa Loyola Mayea, presidenta de la Junta de Vecinos de Los Altos de Mavidahue.
Con un presupuesto de 756 millones de pesos, el proyecto consistía en la construcción del jardín y sala cuna para 96 niños. La iniciativa partió cuando Junji le pidió un terreno para construir al alcalde de la comuna, Víctor Hugo Figueroa Rebolledo, quien ejerce el cargo desde 2012. Como resultado, la municipalidad cedió el terreno.
Diez casas en altura rodean su área en forma de media luna. Previo a la llegada de los constructores, consistía en un terreno “basura”. Es decir, estaba relleno de las sobras de la edificación de las casas del vecindario, por lo que no era apto para construir. De ahí que debieron escarbar hasta encontrar tierra firme. El problema fue que en abril de 2017 las excavaciones terminaron por crear un socavón que afectó la estructura de las viviendas de los vecinos.
—Nosotros contamos más de 100 camiones que sacaban tierra y tierra y tierra —afirma la presidenta de la vecindad.
Producto del uso de maquinaría pesada constante, en las casas adyacentes aparecieron grietas y tras la caída de un muro que dividía el terreno de Junji de el de los vecinos, cayó tierra de sus terrenos, dejando las vigas de las casas a la vista y provocando la caída de sus patios.
—Empezaron a pasar una un rodillo inmenso de grande, que para nosotros aquí era un constante terremoto desde las 8:30 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde. (…) Yo me tenía que ir a la casa de mi hija.
Si bien su hija vive a pocas cuadras, igual sentía las vibraciones de la maquinaria.
El proyecto avanzó hasta la recuperación del suelo firme y fueron pagados 265 millones a la responsable de llevar a cabo la construcción: Nidia Diaz. Luego Junji tomó posesión del terreno, debido al estado de insolvencia económica de la constructora y abandono de obras. Como Nidia no cumplió con los plazos, Junji no le pagó.
En 2019, Junji intentó volver a comenzar el proyecto, para lo que citó a los vecinos para conocer su opinión. Cada uno de los presentes se negó a la construcción del jardín en el terreno, ya que estaban hartos del desgaste físico de sus casas y emocional producto del estrés. Además, Rosa asegura que no necesitan el edificio, visto que hay otro jardín de Integra cuadras más arriba llamado Montahue, al cual van todos los niños. Aparte, asegura, la mayoría de los residentes del sector ya son personas mayores.
—La gente quedó psicológicamente mal, mal, muy mal, porque era desesperante. (…) A nosotros lo que ahora nos preocupa y de lo que estamos pendientes es de que no se construya el jardín.
Para contener la situación, la Junta Nacional de Jardines Infantiles construyó un nuevo muro de división para los vecinos. También informaron que ya obtuvieron la autorización del Ministerio de Desarrollo Social para una nueva licitación, con el objetivo de dejar el terreno listo para devolverlo a los vecinos y lo puedan volver a utilizar como prefieran.
La lluvia de demandas
Pese a que ninguno de los proyectos llegó a terminarse, Nidia Díaz Pereira ingresó una demanda por cada jardín en contra de la Junta Nacional de Jardines Infantiles. En todos ellas, exigió el total del valor de los proyectos, más indemnizaciones por término injustificado de contrato. Sumando las tres demandas, Díaz pidió más de dos mil millones de pesos a la Junji.
A modo de respuesta, para los jardines Costanera Sur y Centinela II, el organismo público realizó una demanda reconvencional, es decir una demanda judicial que ejerce el demandado dentro del mismo proceso judicial. Esta requería compensaciones similares al demandante, ascendiendo la suma de dos mil doscientos millones de pesos.
La sentencia de los tres casos fue más o menos la misma. El juzgado reconoció la documentación otorgada por la Junta Nacional de Jardines Infantiles, que evidenciaba el incumplimiento de obligaciones del contrato por parte de la constructora. Por lo tanto, se rechazaron por completo las tres demandas de Nidia Diaz y se acogieron parcialmente las demandas reconvencionales. Nidia tendría que pagar a Junji $141 millones por el jardín en Concepción y casi $307 millones por el de Penco.
No obstante, el organismo público no está conforme con tal resolución… El 4 septiembre pasado BBCL Investiga visitó su oficina regional ubicada en Concepción para realizar las primeras preguntas. Apenas un día después, decidieron apelar en búsqueda de obtener el monto total de la demanda por uno de los jardines, el Costanera Sur en Concepción.
El director de Junji Bio Bío considera que los miles millones de pesos gastados en los jardines no fue una pérdida de dinero, sino una inversión pública en construcción determinada por avance. Además, planean recuperar el monto a través de la apelación que realizaron contra Nidia Diaz.
—Estamos muy dolidos de no poder haber entregado (…) los jardines infantiles para la comunidad, pero en este momento estamos con la premisa de poder sacar lo antes posible todos los que teníamos pendientes. (…) Esperamos que en un futuro bastante cercano tener niños y niñas dentro de los jardines infantiles, más que mirando por fuera qué pasa con la ampliación y no ver avance —dice Acevedo.
BBCL Investiga intentó obtener una entrevista con Nidia Díaz, pero no accedió hasta el cierre de esta edición.