“Ganamo, ganamo, ganamo, acá (…) ¿No tienen nada en visual?. Oye no muevan el móvil de esa wea, ni un puto vehículo pasa, hasta que se aburran y busquen otra (inentendible). Me importa un pico si una mujer se va a morir, y hayan mujeres al otro lado” (sic).
El extracto corresponde a las conversaciones radiales y telefónicas que mantuvo el teniente segundo de la Armada, Luis Videla Cid, con sus subalternos, en medio del enfrentamiento que terminó con la vida de Yordan Llempi Machacan (23).
Los hechos ocurrieron la tarde del 3 de noviembre de 2021, en el sector San Miguel, en las cercanías de Cañete. El procedimiento no sólo significó la muerte del joven comunero que -en medio de los disparos intentó refugiarse junto a su familia en la parte trasera de su vivienda- sino también la detención y procesamiento del uniformado a cargo del operativo y del cabo segundo Ricardo Seguel, sindicado por la fiscalía como autor de los disparos.
La Unidad de Investigación de Bío Bío accedió a las transcripciones de comunicaciones entre los marinos en pleno enfrentamiento y declaraciones que apuntan a un actuar que incluso sorprendió a funcionarios de Carabineros que participaron de manera conjunta en el operativo.
“Indios culiaos”
Según se desprende de los antecedentes contenidos en el expediente judicial, los hechos ocurrieron en medio de un duro enfrentamiento armado entre fuerzas de orden y manifestantes que mantenían cortada la ruta P-72S, que une Cañete y Tirúa.
Así, a medida que el intercambio creció en intensidad, personal de la Armada debió pasar de la munición de salva a escopetas antidisturbios y finalmente a balas reales.
Un reporte de la Brigada de Homicidios, firmado por los subcomisarios Jonathan Agurto y Camilo Torres -fechado el 27 de marzo de 2022- da cuenta de los diálogos extraídos de la cámara GoPro que ese día utilizaba el teniente segundo.
-Teniente segundo Videla: Atento, ahí están disparando los hueones… Ya conchetumare, ¿teni salva?.
-Subalterno: Sí, tengo.
-Teniente segundo Videla: ¡Dale, dale, ahí, dale!
-Subalterno: Mi teniente, allá teníamos dos en visual.
-Teniente segundo Videla: Dale, otro, gástalo todo.
-Subalterno: No se escucha nada esa wea, de allá no se escucha nada, de allá menos.
-Teniente segundo Videla: Yo voy a hacer uso de munición, pero al suelo (sic).
El episodio continúa: Videla se comunica por teléfono con su Plana Mayor, a la que le solicitó el cambio de armamento. La petición quedó registrada en las transcripciones que presentó el fiscal Nelson Vigueras al Juzgado de Garantía de Cañete para conseguir la detención de Videla y Seguel.
-Teniente segundo Videla: Mi comandante.
-Superior: Dime.
-Teniente segundo Videla: Se me está acabando la salva y se escucha menos que un peo… necesito disparar munición real pero al suelo.
-Superior: Verifica a cuánto está (inaudible) espérate que Sánchez ya está llegando ahí (inaudible).
-Teniente segundo Videla: Necesito disparar un par tiros para que estos hueones paren un poco, que no han parado con la salva… ¿Aló?
El intercambio se interrumpe con la intervención de otro funcionario de la Armada no identificado:
-Funcionario desconocido: Mi teniente acá están juntando más y más pobladores andan con palo y hueá, preferible reforzar acá.
-Superior (siempre por teléfono): Videla, Videla…
-Teniente segundo Videla: Mi comandante…
-Superior: Autorizado… (inaudible).
-Teniente segundo Videla: Listo, listo. Chao.
Inmediatamente, Videla se dirige a los subalternos que lo acompañaban:
-Teniente segundo Videla: Ya oye atentos, voy con fuego real, el único que puede disparar soy yo, ya, el resto, concentrado, ubicado mirando el enemigo, nadie hace ni una wea sin que lo autorice.
-Funcionario (Guti): Al agua… al agua…
-Teniente segundo Videla: ¿Eso es sí o no? Indios culiaos. Guti atento, si ves algo raro o distinto con estos tiros que acabé de hacer.
-Funcionario (Guti): Recibido.
-Teniente segundo Videla: Voy de nuevo.
“Me importa un pico”
Otra de las conversaciones contenidas en el expediente judicial fue la que en medio del operativo tuvo Videla y el sargento primero de Carabineros, Raúl Canales.
-Teniente segundo Videla: Mi sargento usted que conoce el área, por este camino, ¿puedo llegar allá?
-Sargento primero Canales: Llega a la comunidad no más directamente, pero es ir a patear la jaula. La idea es darle el paso a estos niños no más, porque mi comandante se devolvió. Dice que nos resguardemos en San Carlos y la manera de resguardar es irnos turnando, formativo uno aquí y entrar a San Carlos y ahí estar, porque tenemos dos Carabineros ahí.
-Teniente segundo Videla: ¿San Carlos está pasado esto?
-Sargento primero Canales: San Carlos está ahí… (indica con la mano) donde está esa bodega tenemos un container blindado hay agua baños, de todo. La idea es tener un informativo acá. Vamos, volvimos y despejamos la ruta.
Nuevamente la conversación es interrumpida por un subalterno que le habla directamente a Videla.
-Subalterno: Mi Teniente, llegaron dos mujeres al dispositivo, al bloqueo, llegaron dos mujeres, parapeto…
-Sargento primero Canales: Lo dejo a su libre albedrio.
-Teniente segundo Videla: Puta no, no, no… De aquí no me muevo. Con lo que estoy no voy a liberar la ruta, no voy a liberar la ruta, porque puede servir pa’ cualquier wea.
-Sargento primero Canales: Mi comandante no entiende, esa cosa si entregamos este punto vamos a estar aquí esperando que vayan pa’ allá y nos ataquen con altura.
-Teniente segundo Videla: Ganamo’, ganamo’, ganamo’ acá, le bloqueamos el sur a estos hueones, bloqueamos el blanco derecho y el izquierdo, si tengo una unidad que apoye, voy a maniobrar y voy a seguir manteniéndome acá, ¿no tienen nada en visual? Oye no muevan el móvil de esa wea, ni un puto vehículo pasa, hasta que se aburren y busquen otra (inentendible) me importa un pico si una mujer se va a morir y hayan mujeres al otro lado.
Videla prosigue. Esta vez se dirige al cabo primero Ricardo Seguel, imputado en la causa y a quien fiscalía sindica como el autor del disparo.
-Teniente segundo Videla: Ven, ven, tiéndete, tiéndete. Seguel dispárale al paradero que es de cemento, dispárale conchasumadre. Atento, Guti que va disparo al paradero. (Seguel) al paradero, hueón.
-Cabo primero Seguel: ¿Al de la izquierda?
-Teniente segundo Videla: Al de la izquierda, al de cemento, dispárale a la wea que no haya nadie y dispárale, dispárale, ¡vamos Seguel con todo!, tiéndete, tiéndete.
-Cabo primero Seguel: No. Aquí estoy más cómodo.
-Teniente segundo Videla: ¡Vamos, vamos, mi perro! (Se escucha primer disparo)
-Cabo primero Seguel: ¿Chocó?
-Teniente segundo Videla: ¿Chocó? Otro. (Se escucha segundo disparo) Bien, bien, bien. Otro. Atento, Guti, atento Guti que te estamos apoyando. (Se escucha tercer disparo) Informa cuándo, dame luz verde o rock and roll.
-Voz radial: Espere, estamos en aproximación.
-Teniente segundo Videla: De nuevo. (Se escucha cuarto disparo). Espera, espera… de nuevo, de nuevo, al paradero.
-Cabo primero Seguel: ¿Le doy no más?
-Teniente segundo Videla: Sí, al paradero.
“Se arrancó con los tarros”
De acuerdo a lo que se desprende de la presentación del Ministerio Público, el actuar de los infantes de marina desconcertó a los testigos de la escena.
Uno de ellos fue el sargento primero de Carabineros, Raúl Leonardo Canales Almuna, quien prestó declaración el 6 de diciembre de 2021.
“El teniente Videla no tomó en cuenta la instrucción entregada por mi mando a fin de replegarnos al fundo San Carlos y tuve que quedarme en el camino de tierra junto a ellos, ya que este no quería retirarse del lugar”, lanzó.
Y agregó: “(Videla) estaba obsesionado con recuperar armamento de quienes nos disparaban y llegar hasta el sector del corte de ruta, donde había un árbol tirado y cruzado en la calle, cercano a un paradero en dirección Sur”.
El carabinero comentó que transcurrido el tiempo, perdió de vista a Videla, por lo que preguntó a un marino dónde se encontraba el teniente. Minutos más tarde, lo identificó junto a otros dos o tres infantes en una esquina. Allí -afirmó- vio cómo el hombre “se arrancó con los tarros”.
“Aprecié que uno de ellos disparaba como de rodilla y luego tendido en el suelo. Es decir, utilizó dos posiciones y lo hacía hacia un paradero ubicado al sur de esa posición, tomando conocimiento que los atacantes estaban cercano al corte de ruta donde estaba el árbol, cerca del paradero, pero recuerdo que los disparos fueron por instrucción de teniente Videla”, contó.
“De hecho, al ver esa situación ni siquiera quise dialogar con él, ya que pensé que este ‘se arrancó con los tarros’. Es decir, no me hizo caso y quiso hacer su procedimiento sin tomar en cuenta a mi persona como el más antiguo de Carabineros”, relató.
Como consecuencia, aseguró que decidió retirarse hacia el sector del corte de ruta, en el cruce. Allí escuchó disparos y lanzó lacrimógenas, luego de que personas los atacaran con piedras y palos, justamente por la interrupción de la vía.
Cerca de las 15:59 horas volvió “al sector de tierra” y confesó a su comandante el comportamiento del infante de marina.
“Decidí dar cuenta a mi comandante, que el teniente Videla se ‘había arrancado con banderas propias’. Por tal motivo, lo dejé actuar solo con su patrulla, incluso mi comandante me respondió que ellos deben actuar en coordinación con Carabineros, siempre y cuando haya un procedimiento policial, por lo que, manifesté, que no había adoptado ningún procedimiento, solo pedí la cooperación, pero no di mayores detalles a mi comandante, ya que él venía de camino, pero por los cortes de ruta no fue rápida su llegada”, explicó el sargento.
La leñera
Segundos después de esa conversación, Yordan Llempi fue abatido. De acuerdo a la presentación de la fiscalía, el joven comunero se encontraba en su vivienda cuando un grupo de manifestantes entró al predio propiedad de su familia. Fue su cuñada la que se percató del ingreso.
Al escuchar los disparos, buscaron refugio en la parte posterior del domicilio, en una especie de bodega que servía como leñera.
Fue en ese instante que Llempi gritó que había sido alcanzado por un tiro. Cayó casi de manera automática a un costado de la estructura, donde fue rápidamente auxiliado por su familia.
El padre de la víctima testificó:
“Mientras estaba en el interior de la casa junto al grupo familiar, escuché disparos desde el exterior. Por tal motivo, decidimos salir de la casa, cada cual se trató de refugiar como pudo, por lo que llegué solo a la bodega, no pasaron muchos segundos, escuchando la voz de mi hijo Yordan, quien gritó ¡me dispararon los culiaos!”.
“Salí rápidamente de la bodega para ver qué había pasado, observando que este venía en dirección a donde me encontraba, pero dio un par de pasos y cayó al suelo. No me fijé en dónde tenía la herida, pero él desde el suelo me indicó el lugar de su herida, creo que era cerca de su hombro izquierdo”, agregó.
Pese a los esfuerzos, murió por un traumatismo torácico causado por el disparo.
De acuerdo a información recopilada por fiscalía, en todo el operativo, el teniente Videla vació 19 cartuchos calibre 5.56.
Por su parte, el cabo Seguel ocupó ese día 58 cartuchos calibre 5.56.
“Yo le disparé”
Otro informe policial resume los diálogos contenidos en la cámara corporal del sargento Milton Esteban Cabello Bastías y el cabo segundo Seguel. El intercambio da cuenta del momento exacto en el que Llempi cae herido.
-Cabo segundo Seguel: Se metieron a una casa que está por ahí… pero la gente se fue arrancando (…) Los hueones andan con ametralladora toda la hueá, salieron acá.
-Sargento Cabello: ¿Sí? ¿Le dieron tranca a los hueones?
-Cabo segundo Seguel: Sí, cayó un hueón ahí, pero andaba con chaleco.
-Sargento Cabello: ¿No era un hueón de buzo negro?
-Cabo segundo Seguel: Y chaleco verde…
-Sargento Cabello: Porque de aquí se llevaron en el auto a un hueón que iba herido en un hombro.
-Cabo segundo Seguel: Ya, ese fue. Yo le disparé y cayó el culiao’. Iba con chaleco y toda la hueá.
-Sargento Cabello: Sí, ya…
-Cabo segundo Seguel: ¿Se lo llevaron las paisas? ¿Sí?
-Sargento Cabello: Sí, de aquí de la misma casa en un furgón azul, en un Suzuki.
-Cabo segundo Seguel: Ya, sí. Andaba de azul o de negro…
-Sargento Cabello: De negro.