Francisco Orrego, en la recta final de la segunda vuelta del próximo domingo 24 de noviembre, ha buscado mostrarse como “el candidato de las oposiciones”. No sólo de RN, su partido; o su coalición, Chile Vamos; sino también de Republicanos y hasta algunos actores de centro.
Y pese a su discurso de derecha dura y anticomunista, que ha forjado principalmente como panelista del programa Sin Filtros, no cree ser parte de ese grupo. Sencillamente se considera de centroderecha y, pese a que hace una semana José Antonio Kast le entregó su apoyo, no siente cercanía con él.
“Muy buena onda, muy simpático, pero yo soy Chile Vamos”, afirma en entrevista con BBCL Investiga.
Busca retratar a su contrincante, el actual gobernador Claudio Orrego, como el candidato del oficialismo. Más allá que no pertenece a la coalición de gobierno, pero que ha conseguido el respaldo del Frente Amplio y el Partido Comunista.
Por eso le reprocha a su contendor que haya difundido videos junto a figuras de derecha. “Están intentando vestirse con ropajes ajenos. Si se quieren vestir tanto con los ropajes de los líderes de la centroderecha yo los invito a ponerse la guayabera y que se sumen a mi campaña”, enfatiza.
Matthei v/s Kast
Francisco Orrego hace su lectura del escenario tras las elecciones del 27 de octubre.
—En política siempre todos ganan, entonces en política podís ganar perdiendo —subraya.
Evita hablar de la derecha como un todo. Prefiere hablar de “el mundo de las oposiciones”. Destaca que tuvieron un avance significativo, recuperando alcaldías emblemáticas como Ñuñoa, Independencia o Santiago Centro, pero también admite las derrotas.
—Puente Alto es una cuestión que nos dolió en el corazón, en el alma, eran 24 años de administración desde el mundo de la centroderecha.
Y también es mesurado al analizar la vereda de enfrente.
—El gobierno termina perdiendo muchas alcaldías. No fue un desfonde total, pero tampoco yo esperaba que fuera un desfonde total.
—Usted tiene un discurso de derecha dura, pero es candidato de RN…
—Yo partí siendo el candidato de Chile Vamos, y al pasar a segunda vuelta me he ido transformando en el candidato de las oposiciones. Logramos sumar el apoyo de los amigos del Partido Republicano, de los amigos del Partido Demócratas, del Partido Socialista Cristiano, sumamos el apoyo oficial e institucional del Partido de la Gente, tenemos apoyo de personas que vienen del mundo de la centroizquierda, fue muy importante el apoyo que me dio Jaime Ravinet, y exconcertacionistas que hoy día están en nuestra candidatura.
—Y en el debate que se viene para el próximo año ¿Cuál es su candidato presidencial?
—Creo en las primarias amplias. Yo soy un tipo que respeta mucho la institucionalidad y me voy a cuadrar con el candidato que determinen mis correligionarios.
—¿Pero le gusta más Evelyn Matthei o José Antonio Kast?
—Claramente hay que cuidar a los liderazgos de mi sector. Ella está en la pole position para ser la candidata presidencial del sector. Hay algunos actores que también tienen bastantes intenciones, como por ejemplo Rodolfo Carter, que está pidiendo hoy en día la primaria.
—¿No siente cercanía con Kast?
No, no. Muy buena onda, muy simpático, pero yo soy Chile Vamos, y en primera vuelta el próximo año vamos a estar probablemente con candidatos presidenciales distintos, y está bien que así sea, es parte de la diversidad de las derechas. Hay que unirse cuando tenemos candidaturas uninominales, y ahí es donde tenemos que mostrar generosidad, tenemos que construir un proyecto político conjunto.
Test de drogas para todos
En medio de una larga discusión en torno a los test de drogas, Francisco Orrego decidió tomar la batuta. En el Congreso, su sector decidió incorporar una indicación en la Ley de Presupuesto 2025 para que el Presidente Gabriel Boric y su gabinete se hagan un examen obligatorio.
—Soy 100% partidario de aplicárselo a las altas autoridades del país. Yo personalmente lo hice. Me hice un test de drogas completo, de orina y de pelo, a objeto de acreditar que no hay ningún tipo de dependencia que pueda afectar el trabajo que uno va a realizar en calidad de representante de la ciudadanía.
—¿Y cuáles fueron sus resultados?
—Negativo, todo negativo. 100% negativo el de orina y estamos lógicamente esperando el de pelo, que debería llegar en 5 días más y estamos seguros que también va a salir negativo.
—¿Y lo va a dar a conocer públicamente?
—Sí, estamos trabajando en el video, de hecho lo vamos a lanzar lueguito, y después va a venir el segundo video cuando salga ya el de pelo.
—¿No le parece inapropiado poner esta discusión en el marco de la Ley de Presupuesto, que no tiene nada que ver?
—Es una discusión que se viene dilatando bastante tiempo y sería mucho más fácil que el mundo político dijera: “Listo, examen de droga. Chao, se acabó, hagámoslo”. ¿Cuál es el problema? Seamos transparentes, es súper simple.
Trayectoria ¿Defecto o virtud?
La eterna discusión de la experiencia también se ha tomado la disputa por la gobernación Metropolitana, particularmente ante un electorado que sobrepasa los 8 millones de personas. Claudio, su contrincante —que también fue invitado a una entrevista en este mismo espacio, pero que declinó acusando problemas de agenda— apuntó durante la semana contra Francisco: “No conoce la región, yo vengo de la escuela del terreno y él de la TV”, disparó.
—Claudio Orrego tiene evidentemente más trayectoria política. Ha sido concejal, alcalde, ministro. Por contraparte ¿Cuáles son sus credenciales para ser gobernador de la Región Metropolitana?
—Yo soy abogado de la Universidad de Chile, estoy terminando mi Magíster en Pensamiento Político, tengo mi Diplomado en Procesos Constitucionales, trabajé en el primer gobierno de Sebastián Piñera, estuve en el Ministerio de Educación acompañando a Harald Beyer, me he dedicado al mundo de los think tanks durante cuatro años, llevo ya cinco años en los medios de comunicación, he estado vinculado a la sociedad civil a través de movimientos ciudadanos muy relevantes para este país, como por ejemplo el movimiento “Con Mi Plata No”, estuve levantando el movimiento cabildero de cara a lo que fue el proceso constitucional de Michelle Bachelet.
De todas formas, reprocha que la falta de experiencia hoy sea considerada un problema y que hace poco era una virtud.
—Me parece extraño que en algunos momentos la experiencia sea relevante y en algunos momentos no lo sea.
—¿Pero la trayectoria y la experiencia sí le parecen un factor importante?
—Yo creo que siempre es importante saber asesorarse con los mejores y estar capacitado para asumir un cargo público. El principal acto de corrupción de un funcionario público es asumir un cargo para el cual no está capacitado. Yo estoy capacitado para ser gobernador, me he preparado para ser gobernador, tengo mi profesión que me avala y mi experiencia que da cuenta de que conozco el funcionamiento del Estado, del mundo municipal y también del mundo privado.
Un centro de seguridad
Orrego enfatiza que su foco será mejorar los niveles de seguridad. Y en particular piensa que su legado va a ser un sistema unificado de cámaras en toda la capital. Según dice, es lo que le pide la gente: articular el trabajo de las municipalidades y también de los organismos que se encargan de la persecución del delito: Carabineros, Policía de Investigaciones, la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT).
Por eso quiere implementar un sistema de cámaras con inteligencia artificial, con patrones de reconocimiento de conducta, pórticos lectores de patentes, financiar drones e implementos para la seguridad ciudadana. Todo lo resumen en un gran sueño: un centro de seguridad integrado como el Centro de Monitoreo Urbano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en Argentina.
—¿Cuánto cuesta eso y cómo podrían, desde el punto de vista presupuestario, hacerse realidad todas esas cosas?
—La Gobernación Metropolitana, en la actualidad, maneja un presupuesto de 176 mil millones de pesos, el presupuesto de 2025 debería estar rodeando los 182 mil millones de pesos. La mayor parte del presupuesto de la gobernación, cuando uno ve la Ley de Presupuestos de la Nación, proviene del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), a eso hay que sumarle también los ingresos que se perciben en la actualidad por reforma tributaria, por ley de royalty, por Ministerio de Bienes Nacionales, entonces se genera un fondo bien grande de administración, el gobernador pasa a ser uno de los presupuestos más importantes de la región. Lo más importante hoy día son las cámaras, y las cámaras lo que hemos estado analizando es que cada punto de cámaras en promedio está en 12 millones de pesos.
Pero destaca que lo más importante es la coordinación entre alcaldes. Incluso unificando la seguridad municipal, mediante un número único de denuncias como el 1414 de Providencia. Siempre siguiendo la experiencia de Medellín, en Colombia, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
—¿Estuvo visitando esas ciudades?
—Estuve en Buenos Aires, no me alcanzó para llegar a Medellín. Vimos cómo ellos tenían 15.000 cámaras integradas en 4.000 puntos distintos, con 26.000 agentes de seguridad, de los cuales 19.000 de ellos eran policías. Implementaron 4 centros de monitoreo, el más grande con 98 puestos de vigilancia permanente.
Anticomunismo
Si bien destaca la importancia del trabajo coordinado con todas las comunas, lo cierto es que su discurso es férreamente opositor al gobierno y, en particular, a los comunistas. Aunque asegura que con dicha postura no intenta imitar a Javier Milei.
—¿Cómo con un discurso de línea tan dura, anticomunista, anti izquierda, va a trabajar con los municipios que no son afines?
—Mi responsabilidad, mi deber y mi obligación, como gobernador, es representar a los 8.4 millones de habitantes de la Región Metropolitana. Yo puedo tener diferencias que son valóricas, ideológicas, dogmáticas, con aquellas personas que defienden las ideas de la izquierda más dura, pero acá la preocupación principal nuestra tienen que ser los vecinos. Tengo la obligación de conversar con los 52 alcaldes y trabajar con los 52 y preocuparnos en conjunto de mejorar la calidad de vida de los vecinos. Y yo estoy dispuesto a eso 100%.
—¿Aunque sean comunistas?
—Aunque sean de cualquier signo político, sí. Porque las responsabilidades cambian.
—Cuando asumió la candidatura usted apuntó contra los “comunistas de mierda” y “delincuentes de mierda” ¿Va a mantener ese estilo confrontacional en el ejercicio del cargo?
—Ese ejemplo en particular es respecto de cómo se robaron la elección en Venezuela. Me refería a los actores políticos de Venezuela.
—¿Ese comentario no iba contra los comunistas de Chile?
—No, ese comentario en particular fue al día siguiente de cuando se habían robado la elección. He tenido diferencias políticas con el Partido Comunista acá en Chile y creo que están profundamente equivocados en torno a respaldar este tipo de regímenes y eso es una cuestión de valoración política y lo voy a seguir diciendo con todas sus letras. No se puede avalar una narcodictadura, no se puede avalar violar los derechos humanos. Estamos en pleno siglo XXI y acá el respeto de los derechos de las personas es fundamental, el respeto de la democracia es fundamental. Yo no soy de aquellos que crean que hay que proscribir al Partido Comunista como la ley de 1948. No, yo creo que hay que ganarles en el debate y hay que ganarles en las urnas.
—¿Con el anticomunismo intenta replicar el discurso de Javier Milei?
—Es que Javier Milei es libertario, yo no soy libertario. Sí me encanta la libertad, sí me encanta la sociedad libre. Son ideas que se amparan en el paraguas de la libertad y ahí tenemos distintas visiones. Yo no soy libertario, pero sí valoro mucho aquellos actores que están defendiendo las ideas que a mi parecer dan prosperidad al desarrollo de las sociedades.
Meritocracia y amiguismo
Mediante su slogan, “el Orrego del esfuerzo”, Francisco busca levantar la bandera de la meritocracia, el esfuerzo y su historia familiar. Pese a que también ha debido sortear algunos reproches incluso de Contraloría gracias a sus conexiones, en particular con Rodolfo Carter en La Florida.
—Cuando en su campaña se define como “el Orrego del esfuerzo”, ¿Usted busca reivindicar la meritocracia y terminar con el amiguismo?
—Soy el primer profesional de mi familia, todos mis primos son profesionales, mis tíos ninguno. Vengo de esa historia, me encanta reivindicarla y creo que es la historia de Chile. Entonces cuando a mí me dicen: “No fueron 30 pesos, fueron 30 años”, yo siento que le están faltando respeto a mi papá y a la gente que construyó este país.
—Pero gracias a su cercanía con el alcalde Carter, con ese mismo amiguismo usted terminó haciendo unos informes de dudosa reputación, cuestionados por Contraloría, en la Municipalidad de La Florida ¿Dónde está la meritocracia en eso?
—En mis atributos personales. Yo soy abogado, tengo una dilatada trayectoria en la asesoría comunicacional, soy una persona que se ha dedicado a las comunicaciones hace 5 años, soy panelista estable en diversos medios de comunicación, me dedico a la comunicación estratégica. Yo fui contratado para realizar labores de comunicación, se cumplió con toda la normativa y la pega se hizo.
—De todas formas Contraloría reprochó la contratación.
—La Contraloría efectivamente señaló que había que regularizar y nosotros contestamos y estamos en ese proceso. Sí.
—¿Entonces devolvió o va a devolver esos fondos?
—Primero hay que respetar al Estado de Derecho, segundo hay que respetar a la Contraloría, tercero no hay que caer en que estas son persecuciones políticas. Acá la Contraloría hace su pega y hay que respetarla. Antes de que la Contraloría emita un informe final, porque estamos en ese proceso todavía, yo le ofrecí a la municipalidad firmar un contrato para dar cumplimiento, eventualmente en el caso de que se solicite una restitución. Yo fui, yo firmé un convenio, yo ofrecí la devolución y dejé cuatro cheques en garantía.
—O sea, eventualmente se van a cobrar.
—Si es que la Contraloría así lo determina, 100% dispuesto, porque aquí hay que cumplir con las normas que establezca el ordenamiento jurídico. No estoy dispuesto a que se me juzgue o se me cuestione por cuestiones en donde yo estoy involucrado.
La contracampaña
El candidato opositor dispara contra quienes lo califican como un “desequilibrado mental”. Asegura que lo hacen como un acto de desesperación. En la misma línea, fustiga que su contrincante esté publicando videos junto a figuras de derecha.
—Están intentando vestirse con ropajes ajenos. Si se quieren vestir tanto con los ropajes de los líderes de la centroderecha, yo los invito a ponerse la guayabera y que se sumen a mi campaña, porque esos líderes hoy día están apoyando mi candidatura. Es deshonesto y en política el principal activo que tenemos los políticos es nuestra trayectoria, nuestras convicciones, nuestro discurso.
Precisamente sus coloridas camisas las ha transformado en el sello de su campaña. Orrego admite que tiene en su closet más 80, aunque poco más de la mitad están usables. Cuenta que varias se le han estropeado cuando las ha lavado y no tiene una tienda favorita. Simplemente compra donde haya algo que le guste.
—En redes sociales hay una contracampaña que intenta retratarlo como alguien desequilibrado ¿Qué le parecen estas acciones?
—La desesperación nunca es buena consejera. A mí me encantaría que tuvieran un debate de ideas, pero no he visto eso. Paulina Vodanovic, la presidenta del PS, poniéndome apodos de “Pancho Malo”. A mí mismo me ha funado, el mismo personaje me ha perseguido, me ha insultado. Gonzalo Winter diciéndome que quién financia a Francisco Orrego.
—¿Se siente un poco en los zapatos de Trump, de que con tanta contracampaña termine sumando más respaldo y ganando la elección?
—Yo siento que desde el momento en que a mí me ningunean por mi origen, se le está faltando respeto a mucha gente. Y cuando se me intenta poner el catálogo de un desequilibrado mental, creo que fue la palabra que utilizó Vlado Mirosevic, se están burlando de quizás miles de vecinos que han tenido problemas de salud mental.
—Y para terminar, una pregunta que usted mismo dice que se hacen sus contendores. Hoy por hoy ¿De qué vive Francisco Orrego?
—Yo vivo de las asesorías políticas, vivo de las comunicaciones y de mis programas de radio, de mis programas de tele y de mis asesorías comunicacionales. Y no me quejo.