Carlos Palma, fiscal regional de Aysén, se sumó recientemente como otro de los personajes a la interminable trama del caso Hermosilla. Según se conoció este jueves, la fiscalía abrió una investigación contra él por supuestamente entregar información confidencial en 2022 al hoy cuestionado abogado.
En concreto, todo se enmarca en el caso “Viejos Arrayanes”. Se trata de un decomiso de más de 20 kilos de cocaína (equivalente a $350 millones) que involucraba al ingeniero Ignacio Yáñez, cliente del buffet de Hermosilla y sus asociados. La droga había sido adquirida en el norte del país y se trasladaba a la región de Aysén, por lo que la investigación correspondía al territorio de Palma.
Así, también surgió otro personaje clave: el abogado Juan Urrutia, parte del buffet y defensor de Yáñez. Él sería el principal lazo para la conversación que se dio entre Hermosilla y Palma.
En entrevista exclusiva con Bío Bío, el persecutor niega cualquier tipo de filtración y afirma que nunca se afectó la investigación.
“Jamás he entregado información secreta”
—Fiscal, lo primero que queremos conocer de su boca es qué pasó y por qué habría ocurrido la decisión de la fiscalía de abrir una investigación en torno a una comunicación que hubo entre usted y el abogado Luis Hermosilla ¿En qué contexto se da esto?
Yo creo que hay que hacer la distinción, son cosas distintas. Uno es en qué contexto y lo otro la indagatoria propiamente tal que se sigue en mi contra. Respecto a esto último, es super importante señalar que siempre que existe algún indicio de algo que pudiera constituir delito, el Ministerio Público tiene la obligación de investigarlo y creo que es lo que corresponde. Y entre más rápido, objetivamente y públicamente se haga, es mejor para la sensación de seguridad del país.
—¿Y qué es lo que ocurrió?
Quisiera dejarlo muy claro. Jamás he revelado información confidencial al señor Hermosilla. Jamás he entregado información secreta, menos en la causa en que se está señalando. Esto es una causa por tráfico de droga que se sigue en la Fiscalía Regional de Aysén el año 2022 y había un grupo de personas, nueve personas aproximadamente, que estaban traficando droga desde el norte del país hasta la región de Aysén. Y, entre esos, habían personas involucradas que eran de la comuna de Vitacura, efectivamente. El día 20 de octubre del 2022 se controló la detención de estas personas, comenzó la formalización el 23 y se extendió hasta el día 24.
Y esto es muy importante, porque entiendo que pueda generar algunas suspicacias y entiendo que la prensa puede hacer su trabajo, pero es muy importante dejarlo en claro. Esta causa al momento del control de la detención ya no se encontraba secreta por la ley de drogas. El 18 de octubre, la fiscal de la causa había resuelto alzar el secreto de la ley de drogas, había sido comunicado al tribunal el alzamiento del secreto, el tribunal le había comunicado a todos los intervinientes el día 20 que ya se había alzado el secreto y desde ese día además todos los intervinientes tenían copia de todos los audios y de los antecedentes de la carpeta fiscal.
En este contexto, se verifica la audiencia de formalización cuando se estaba transmitiendo vía Zoom. Una audiencia completamente pública y con antecedentes públicos y no secretos, me percato que había un abogado que era del estudio del hoy día imputado señor Luis Hermosilla. Y, a propósito de eso, le consulto vía WhatsApp al abogado Hermosilla que por qué hay un abogado de ese estudio defendiendo en una causa de drogas.
—¿Y esto por qué?
Porque él trabajaba como abogado del Ministerio del Interior hasta pocos meses antes y tenía causas donde representaba al Estado de Chile, donde evidentemente eso estaba prohibido. Entonces, en el marco de esa conversación, donde yo le pregunto qué es lo que ocurre, le represento esto o se lo digo y él me contesta que efectivamente ese abogado es de su estudio jurídico y que hablará con él, porque entiendo que él no sabía de esa defensa a pesar de que era su estudio la persona que estaba trabajando ahí.
—Es decir, en la audiencia usted toma contacto con Hermosilla para hablar de que el estudio jurídico ahora estaba defendiendo narcotraficantes.
Así es, así es. Audiencia que vuelvo a reiterar, una audiencia completamente pública y donde los antecedentes ya no eran ni secretos ni mucho menos reservados.
“No hubo ninguna afectación a la investigación”
—¿Pero por qué un fiscal se comunica con un abogado para comentarle esto?
Lo que pasa es que era delicado porque el abogado Hermosilla, en aquella época, era un abogado de un estudio jurídico importante en Santiago, que había representado en muchísimas causas como querellante al Ministerio del Interior. Muchas de ellas conmigo. En el sentido de causas de alta connotación pública, era relevante consultarle a él. ¿Por qué? Porque eso evidentemente podría traer consecuencias en otras investigaciones. Fue solamente una conversación a ese nivel.
—¿Pero lo estaba protegiendo a él? ¿Estaba avisando algo a él?
No, no, no. Le estaba preguntando. Le estaba preguntando de por qué estaban defendiendo y él me dice que él tampoco sabía. Solamente eso.
—¿En qué otro tipo de investigaciones estaban juntos?
No sé si ustedes recuerdan, el señor Hermosilla era el querellante del Ministerio del Interior en una causa que se llamaba Huracán, que fue una causa muy delicada que todavía se encuentra abierta. Por supuesto que eso podría traer algún tipo de consecuencias en investigaciones y yo no sabía tampoco si eventualmente tuviese otras investigaciones donde podría afectarse la persecución penal.
—O sea, que el bufete de abogados de Luis Hermosilla estuviese involucrado en una causa de narcotráfico, a su juicio, podía tener estas consecuencias que usted señala.
Claro, así es.
—¿Y usted habitualmente se comunica con abogados?. Me imagino que Luis Hermosilla no es el único abogado que está involucrado en este tipo de causas ¿Es frecuente que un fiscal le haga estas advertencias a los abogados?
Mire, yo creo que es súper importante entender el contexto. No puedo hablar por todos los fiscales. Yo soy un fiscal que lleva más de 23 años de ejercicio. Soy uno de los fiscales más antiguos en persecución de crimen organizado y de delitos de corrupción pública. Por lo tanto, conozco a muchos abogados, a muchos estudios jurídicos. Y, por supuesto que a propósito de esas relaciones, uno entabla relaciones más cordiales con los estudios. En ese contexto, la conversación no es para filtrar ningún tipo de información reservada ni mucho menos afectarla. Y también quisiera afirmar algo, que es muy importante: nosotros perseguimos esa causa desde el principio, y a pesar de que se declaró la incompetencia y se fue la causa a Santiago, seguimos tramitándola hasta lograr la condena de todos los imputados. Por lo tanto, aquí no había antecedentes secretos ni reservados, la audiencia fue completamente pública y no hubo ninguna afectación a la investigación. Muy por el contrario.
—Luis Hermosilla recibió su comunicación sobre el caso que involucraba narcotraficantes ¿Y cuál fue su reacción? ¿Qué pasó?
No lo recuerdo, no recuerdo qué ocurrió después, porque tampoco seguimos en conversaciones. Lo que sí le puedo decir es que el abogado de ese estudio siguió tramitando la causa hasta el final, hasta la audiencia del juicio oral respectivo, donde fueron todos condenados.
—Él siguió en la causa, entonces renunció al bufete, ¿no? Es lo que dijo Juan Pablo Hermosilla.
Eso yo lo ignoro.
—¿Pero no le parece imprudente?
La verdad que la prudencia es algo bien subjetivo, no me pareció imprudente en el momento, solamente le hago presente que era una causa de gran connotación para nosotros como región, 19 kilos, y sí sabía a ciencia cierta que no había ningún perjuicio ni para la investigación ni para el resultado de la misma. Ahora, visto desde hoy día, donde el estudio jurídico de Luis Hermosilla es altamente cuestionado, por todo lo que ya sabemos públicamente, por supuesto, pero hay que ubicarse en el contexto donde el señor Hermosilla venía saliendo de ser abogado de interior durante un gobierno de un presidente por más de cuatro años, y donde había representado al Estado de Chile en muchísimas causas que había interactuado con el Ministerio Público. Era una persona, un estudio, en ese momento 100% de seriedad y credibilidad, por lo tanto no tenía ninguna razón para sentir que podría ser imprudente.
—¿A usted lo que le parecía extraño, y por eso toma contacto, es que estuvieran defendiendo a narcotraficantes?
Absolutamente.
—¿Cuál es la reacción del señor Hermosilla cuando usted le advierte justamente que se está involucrando el bufete de abogados en una causa de narcotráfico?
Según lo que recuerdo, él se molesta también, y entiendo que iba a conversar con el abogado del estudio.
“Si uno persigue a personas no es moneda de oro para toda la gente”
—¿Qué viene ahora, fiscal? ¿Usted tiene claridad respecto a este tema que se conoció el día de ayer y que fue confirmado por la Fiscalía Nacional?
No, ahora viene, como bien dije al comienzo, una investigación penal, que es lo que tiene que hacerse, esclarecerse qué es lo que ocurrió, qué es lo que yo les acabo de mencionar, ni un ápice distinto a aquello. A juicio evidentemente nuestro, aquí no existe ningún delito. Si hubiese existido delito, por supuesto que hay que aplicar las penas más altas de la ley, pero aquí no existe delito, y por lo tanto tengo la tranquilidad absoluta de que la Fiscalía siga investigando como siempre, con la misma objetividad y con la misma transparencia de siempre.
—¿Cuál es su relación con el abogado Hermosilla?
Hoy día ninguna.
—¿Y antes?
Como dije, lo conocí en el contexto de la causa Huracán, como abogado del Ministerio del Interior, donde ellos fueron querellantes por cerca de cuatro años.
—¿Y era una relación cercana? ¿WhatsApp? Claro, se entiende el contexto, a usted le llamaba la atención porque él también prestaba servicios para Interior. Evidentemente es muy raro. Pero cuesta entender que en una audiencia usted se comunica con él como para advertirle, da la sensación de un cierto nivel de cercanía o de protección a esa persona o a su bufete.
No, no, no. Ninguno de los dos calificativos son ciertos. Ni cercanía ni protección bajo ningún respecto. Ese es el contexto que le acabo de decir. Un abogado de Interior no puede estar involucrado en causas que están reguladas por la Ley 20.000. Ese es el contexto.
—Claro, tiene implicancias, porque todo abogado que defiende a narcotraficantes queda en un registro que va a la Contraloría, donde queda registro de estos abogados y no pueden tomar por cierta cantidad de tiempo algunas cosas que pueden tener que ver con temas públicos.
Exactamente. Ningún abogado del Estado puede representar causas de la Ley 20.000.
—Cuando se molesta Luis Hermosilla, en el momento en que usted le advierte justamente que un abogado de su bufete está defendiendo a un narcotraficante ¿Se molesta porque no tenía idea? ¿Él no conocía a la familia Yáñez-Tillemann tampoco, no había ninguna relación? Porque recordemos que es una familia del barrio, es de la comuna de Vitacura, son empresarios, se dedicaban a la minería también…
Ignoro absolutamente si ellos se conocían o no, no lo sé. Y en cuanto a la sensación de molestia, si mal no recuerdo, él me lo manifiesta, así como que le molestaba esa situación y que iba a conversar con el abogado, pero detalles del por qué se molesta, si se conocían o no, si él sabía o no, la verdad que yo lo ignoro.
—Esto sale ahora ¿Por qué sale ahora?
Es una buena pregunta, por qué empiezan a salir estas cosas ahora. Yo solamente quiero recordar que soy un fiscal de anticorrupción y que he llevado investigaciones muy complejas, en contra de muchas personas, hemos condenado a jueces, policías, políticos. Hemos realizado allanamientos en el mismo tiempo de manera masiva, y por supuesto uno puede entender que son gajes del oficio, en el sentido de que hay gente que está molesta, que podrían hacer denuncias. Pero bueno, lo único que uno espera como fiscal del Ministerio Público, respetuoso de las normas, es que las investigaciones sean realizadas de la forma objetiva y transparente que corresponde.
—¿Gente molesta dentro del mismo Ministerio Público?
No, no, digo en general, en general. Obviamente que si uno condena a personas y persigue a personas en el rol que uno cumple, no es moneda de oro para toda la gente.