Gobierno y distinción de The Economist a Chile: "No cabe ninguna duda que es correcta la afirmación"

Un oficio que tiene siglos de historia. Así es la extracción de la sal en Cáhuil. Primero, se espera que las mareas vivas de la zona alcancen casi dos metros de altura y empujen el agua siete kilómetros arriba, por el estero Nilahue hasta el punto en que se abren los cuarteles, como se llama localmente. En estas especies de piscinas rectangulares, después de meses, el agua se evapora con la ayuda del sol y una costra de sal queda en el lugar. Extraído de manera artesanal, la sal de Cáhuil es uno de los productos recién incluidos en el Acuerdo de Marco Avanzado (AMA) con la Unión Europea. Ahora podrá ser exportado con un valor más alto para el mercado europeo.

Firmado el pasado 13 de diciembre, en Bruselas (Bélgica), el nuevo acuerdo moderniza el anterior, que estaba vigente desde 2003. Una de las novedades en las relaciones comerciales entre Chile y UE presente en el documento es la inclusión del desarrollo sostenible como uno de sus ejes. La actualización del AMA incorpora estándares del Acuerdo de París, abarcando áreas como la protección de los derechos laborales y del medio ambiente.

Un dato no menor: justamente desde 2003, el intercambio comercial con la Unión Europea se ha duplicado. En efecto, con el paso de los años, el bloque europeo se convirtió en el cuarto socio comercial de Chile. Solo tras China, Estados Unidos y Mercosur. Además, es el primer inversor extranjero, sobre todo en el sector de servicios.

“Tenemos una relación comercial bien importante con la Unión Europea que ha crecido anualmente en los últimos 20 años a una tasa promedio anual de 4,5% y se ha mantenido constante. Esperamos que esta firma de la modernización del acuerdo permita también cambiar la tendencia y que la tasa de crecimiento sea levemente mayor o igual”, destaca la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza.

La autoridad gubernamental recibió a BioBioChile en su oficina para conversar no solo respecto del AMA, sino también de los temas que marcaron sus primeros diez meses a frente de la SUBREI. La Política Exterior Feminista, que desde junio pasado ha sido incluida en los acuerdos comerciales chilenos, fue uno de los asuntos abordados. La subsecretaria también comentó respecto del avance de la influencia de China en Chile, la distinción de la revista The Economist al país, y la planificación para 2024.

Dos décadas de acuerdo comercial con la UE

— Tras la firma de la actualización del Acuerdo de Marco Avanzado con la Unión Europea, ¿qué nuevos productos chilenos podrán ser comercializados a partir de ahora en el continente europeo?

Nosotros teníamos una negociación con la Unión Europea del año 2003 que ya incluía una liberalización importante de los aranceles, que cubría el 94,7% de los productos. Y ahora esta rebaja arancelaria se amplía para todos los productos, llegando al 99,6%. Además, se amplían las cuotas sobre productos que usualmente exportamos y que tienen que ver, principalmente, con agroalimentos. Incorporamos también el área de servicios, lo que es importante para la diversificación de la canasta exportadora. Además, se incluyó el reconocimiento de indicaciones geográficas para varios productos chilenos, que implica un acceso a un mercado donde estos bienes son más valorados también. Un ejemplo: no es solamente el aceite de oliva, sino que es el aceite de oliva del Valle del Huasco, producido en el Valle del Huasco, autóctono de esta región.

— Es una manera de promocionar el país también…

Sí. Hay otros productos como la sal de Cáhuil, las aceitunas de Azapa, el atún de Isla de Pascua… Son más de 50 y eso es importante para los productores de estos lugares también.

— Respecto a las inversiones de la Unión Europea en Chile, usted ha destacado que la firma del acuerdo puede impulsar inversiones con valor agregado. Explíquenos cómo esto podría suceder.
 
Uno de los principales mecanismos es el reconocimiento de algo que Chile, más o menos ya establece con algunos contratos. Por ejemplo: este año, se adjudicó a una empresa china una licitación para poder producir cátodos de litio con precios de acceso un poco mejores para la empresa. En el Acuerdo de Marco Avanzado con la Unión Europea existe esta posibilidad también, en condiciones que están establecidas en el documento, de que los países que sean parte del bloque económico, puedan hacer productos en Chile de mayor valor agregado, accediendo a insumos y a materias primas a un precio más bajo.

— ¿Además del litio, hay otro ejemplo?

El cobre. En general son materias primas… Bueno, eso ya es bastante en términos monetarios.

— ¿Qué impactos económicos puede tener la firma del AMA para Chile en un corto plazo?

Nosotros tenemos una relación comercial bien importante con la Unión Europea que ha crecido en los últimos 20 años a una tasa promedio anual de 4,5% y se ha mantenido constante. Esperamos que esta firma de la modernización del acuerdo permita también cambiar la tendencia y que la tasa de crecimiento sea levemente mayor o igual. La base sobre la cual crece ya es bastante grande.

Igualdad de género en la política internacional

— Uno de los ejes de la Política Exterior Feminista es el “comercio y género”. ¿Cómo los dos temas se conectan?

Se conectan, primero, porque la Política Exterior Feminista (PEF), que es un énfasis que le ha dado este gobierno a la política exterior, no nace hoy. Tiene que ver con la historia que Chile ha tenido en este ámbito. Una historia de firmas, de acuerdos internacionales al combate de la violencia de género, de disminución de las brechas de género. En el comercio, es especialmente importante porque Chile no solo ha firmado acuerdos comerciales donde hay capítulos de género y comercio, sino que el país ha liderado la inclusión de ellos. Chile fue el primer país que firmó un acuerdo comercial con estas condiciones y, actualmente, el 18% de nuestros acuerdos comerciales tienen capítulos de género y comercio.

La inclusión de estos capítulos han tenido efectos positivos. En la última radiografía de las mujeres exportadoras, por ejemplo, encontramos algo muy interesante: hay menos mujeres líderes en el sector exportador. La distribución de esas mujeres, en términos del sector económico y de región, es equivalente a la de los hombres. Sin embargo, cuando uno analiza la distribución de los destinos de esas exportaciones eso cambia drásticamente. Los hombres están más concentrados en Asia y las mujeres en Europa.

Entonces, lo que te muestra ese hallazgo es que no da lo mismo con quien uno comercia. Algunas elecciones podrían tener que ver también con las condiciones que los países dan al acceso de la mujer a la economía y al mercado laboral. Por lo tanto, los acuerdos que nosotros podemos impulsar son importantes también porque significa elevar los estándares en ese sentido.

— Desde que la Política Exterior Feminista fue implementada, en junio de este año, ¿qué avances ya podemos observar?

Primero, hay un interés internacional extendido. Las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores han sido invitadas a explicar y a contar qué estamos haciendo. Además, este énfasis también le habla al mundo y tiene elementos de continuidad que son principios permanentes de nuestra política exterior, que en el caso de Chile son el respeto al derecho internacional, el respeto a los derechos humanos, el multilateralismo y la defensa de la democracia. ¿Y qué le dice a los otros países? Que tenemos un Estado que está preocupado de que su política exterior también tenga componentes de equidad de género. Desde que la PEF fue implementada, hemos observado que han llegado a Chile muchas embajadoras mujeres provenientes de otros países.

— ¿Algún país inspiró ustedes para implementar esta política?

El documento que sustenta la Política Exterior Feminista fue escrito por varias manos y se miró la experiencia de algunos países, como Alemania y Suecia. Desafortunadamente, no hay muchos que han adoptado esta política.

— ¿Cómo usted evalúa el machismo en Chile en los más diversos ámbitos? ¿El país está entre los más machistas de nuestra región?

Hay algunos estudios que muestran que factores culturales determinan, de alguna manera, las decisiones de participación en el mercado laboral y en la economía. Creo que estos factores culturales, producen ciertos efectos negativos en términos de autonomía de las mujeres, en términos económicos, y eso implica también en la pérdida de participación en otros espacios de decisiones. O sea, países donde la mujer participa más en espacios de decisión, invierten mejor sus recursos, invierten más en capital humano. Son países donde hay una mayor cohesión social.

Sé que los cambios son un poco lentos, no es de un día para otro que los actores que insisten en restringir los espacios para las mujeres desaparecerán. En la medida en que surgen nuevas generaciones, ellas van adquiriendo también otra cultura y otra forma de decidir sus temas. Eso también va cambiando la sociedad y es un poco lo que uno puede ver en Chile. Las nuevas generaciones piden mayor equidad en el mundo laboral. También ha habido cambios en la participación política.

Hay algunas iniciativas que estamos impulsando desde el gobierno que son importantes, como la participación de mujeres en los directorios de empresas.

“Habrá todo un desafío de aumentar la integración regional”

— ¿En los últimos años, China ha tenido cada vez más participación en la economía chilena. ¿Estados Unidos ha cedido influencia por sobre China en el país?

Cuando uno compara a Chile con otros países, nosotros tenemos una canasta exportadora bastante equilibrada. A pesar de que China, obviamente, ha aumentado su participación, para Chile es muy importante también su comercio con Estados Unidos, con la Unión Europea, con el resto de la región. Este año, por ejemplo, tuvimos el acuerdo que evita la doble tributación con Estados Unidos que había estado 15 años detenido en el Congreso. Así que es bastante importante que mantengamos nuestros vínculos bastante estables y equilibrados.

— Durante el segundo semestre de este año usted viajó a China, India y Japón con la finalidad de consolidar y expandir la canasta exportadora de Chile. ¿Qué otros países son estratégicos y deberán ser contemplados con visitas del gobierno chileno en 2024 para realizar este trabajo?

Estamos justo en un trabajo de planificación del próximo año. Pensamos que India todavía va a ser un país importante. Corea del Sur y los países que forman parte de RCEP (Asociación Económica Integral Regional) también, porque eso diversifica un poco los vínculos comerciales con Asia. Además, tenemos un tema con nuestra región. En 2024, Chile tendrá la presidencia protempore de la Alianza del Pacífico y habrá todo un desafío de aumentar la integración regional. Con México ya firmamos los términos de referencias para la modernización del acuerdo económico y comercial que tenemos con el país. Así que diría que en eso estará el foco. Sin perjuicio de que tenemos que empezar a legislar también sobre el Acuerdo de Marco Avanzado con la Unión Europea, lo que también es un desafío porque tenemos que promover en el mercado europeo los nuevos productos que comenté anteriormente.

— Usted llegó a la subsecretaría en marzo de 2023. Durante el tiempo que ya ocupa el puesto, ¿qué no fue posible concretizar este año y será postergado para 2024?

De todas las cosas que teníamos como prioridad, la verdad es que logramos concretizar todo y hay avances. Me cuesta pensar en algo que no ha sido logrado…

— ¿Cómo ha sido su relación con la oposición? ¿Le ha dejado gobernar en materia económica? ¿Cuáles han sido los obstáculos?

En términos de política exterior, mucho del trabajo que hacemos tiene que ver con cosas que siempre se hacen de alguna manera. Sin embargo, otras cosas que hemos impulsado, como la Política Exterior Feminista, la introducción de capítulos de género y comercio en los acuerdos comerciales, hemos comunicado al Congreso estos avances y, en general, hasta ahora no hemos encontrado una oposición grande. Durante el primer año del gobierno hubo muchas críticas a la agenda de modernización de los acuerdos bilaterales de inversiones, pero creo que eso ha ido decantando en la medida que entendemos que son parte de una agenda de modernización que va más allá de nuestro gobierno.

— ¿Las críticas que usted ha recibido se justifican? Un ejemplo son las que partieron desde la oposición y desde los gremios empresariales respecto a la gira del gobierno por Asia.

No… al menos en el viaje a India, que fue algo que lideramos desde la SUBREI, al contrario. Muchos esperaban que yo fuera, se realizó un trabajo previo donde habían ido los empresarios junto a ProChile… Hace cuatro años una autoridad política no iba a la cumbre del G20, entonces era algo muy esperado. El vaje fue muy productivo y apoyado, los actores empresariales estaban muy contentos con los avances que tuvimos. Y el viaje a China, que fue la visita de Estado realizada por el presidente Boric, fue un grupo bien diverso de empresarios y políticos también.

— La revista británica The Economist publicó recientemente un artículo en el que destaca a Chile como una de las mejores economías de 2023. ¿Usted concuerda con el medio? ¿Por qué?

Estos rankings suelen utilizar distintos indicadores macroeconómicos y creo que Chile tiene una política macroeconómica, en general, que permite que la economía funcione bien y se ajuste de manera bastante ordenada. Por lo tanto, no me cabe ninguna duda que es correcta la afirmación de la revista. Las políticas macro chilenas ayudan para que eso sea posible. Eso es distinto de evaluar, por ejemplo, de qué manera nosotros respondemos a los desafíos que existen en términos de política sociales y acceso a estas. Creo que ahí, incluso el Fondo Monetario ha dicho eso, necesitamos avanzar en los temas, tanto en pensiones, como en la Reforma Tributaria.