Los rumores sobre el amaño de partidos y las apuestas volvieron a encender las alarmas en el planeta fútbol. Sobre todo tras los dardos del delantero de Cobreloa, David Escalante, quien apuntó contra algunos exjugadores “perdidos en las apuestas”. Y, en particular, acusó que el mediocampista Axl Ríos se hizo expulsar a los 20 minutos del primer tiempo en la dura goleada que sufrieron ante Deportes Copiapó, en noviembre pasado, que los dejó a las puertas del ascenso a Primera.
En conversación con BioBioChile, el diputado gremialista Marco Antonio Sulantay, hijo del histórico DT de La Roja Sub 20, repasa sus intentos por frenar la influencia de las casas de apuestas en la actividad deportiva; desclasifica también el “lobby feroz” en el Congreso para evitar el avance de un proyecto de ley que él impulsa; y, a un mes de su muerte, recuerda a su padre, José Sulantay, pionero en su época a la hora de parar el despliegue de Fernando Felicevich, el representante estrella de la generación dorada.
“Si no paramos ahora, el fútbol chileno está destinado a los fracasos más absolutos”
—Este 2023, en particular, se han hecho muchas revelaciones en torno al mundo del fútbol. David Escalante acusó arreglos de partidos. En su opinión ¿Cómo llegamos a este escenario en Chile?
Lamentablemente, esto no es nuevo y, peor aún, ha ido escalando. Porque a veces la memoria nuestra es de corto alcance y nos olvidamos de los escándalos en que ha estado sumido el fútbol chileno en los últimos años. Un expresidente de la ANFP vive en Estados Unidos como testigo protegido por el caso FIFA, involucrado en uno de los fraudes más grandes que se haya conocido en cuanto a la designación de sedes. Me refiero al expresidente Sergio Jadue. Y de ahí hacia arriba se han ido sucediendo distintas anomalías, que tienen que ver todas con lo mismo: con la transparencia y la probidad, tanto administrativas y ahora incluso con las sospechas sobre lo deportivo, en cuanto a la posibilidad de amaño de partidos.
Han habido hitos. Lo primero, yo me venía dando cuenta que la ley de sociedades anónimas no estaba prestando el servicio para el cual fue legislada en su momento. Es una ley muy genérica, muy laxa y eso es un punto fundamental. En la última década se fueron encontrando ventanas, recovecos y zonas grises donde no estaba clara la legislación. Y se fue metiendo la corrupción. Si bien se entiende que, por ejemplo, los representantes de jugadores no pueden ser dueños de las sociedades anónimas, en la práctica se está haciendo igual. Se la están arreglando para trabajar con palos blancos.
Después vino todo un problema con el campo de acción que deben tener los representantes. Y ahí empezaron con representación de entrenadores, de jugadores, a tener injerencia en los clubes, en las sociedades anónimas, se metieron también en la ANFP a hacer presiones para poder generar la lista de los jugadores en la selección chilena. La figura del representante ha sido muy negativa en el fútbol chileno. Y me refiero a Fernando Felicevich y su empresa, que fue la que ha hecho los nexos con las plataformas de apuestas online, que en Chile están prohibidas. Son ilegales, no están constituidas en Chile, no tributan en Chile y tienen capitales extranjeros en paraísos fiscales de dudosa procedencia. Se hace este nexo y se instalan de forma ilegal, haciendo contratos publicitarios millonarios con los clubes y también con la ANFP, aceptando la posibilidad de bautizar con el nombre de una determinada plataforma de apuestas a los campeonatos nacionales. Y eso yo creo que justamente ha sido la guinda de la torta. Y si no paramos ahora, yo creo que el fútbol chileno está destinado a los fracasos más absolutos.
—¿Tiene arreglo toda esta situación?
Lo primero es revisar las sociedades anónimas, y hay algunos proyectos. Yo he estado en conversaciones con el senador Matías Walker (DC), que también es de mi región, representa a Coquimbo. Él como diputado aportó mucho. Hemos conversado mucho este tema, respecto a posibles soluciones al actuar de los representantes en la propiedad de los clubes, que tengan limitaciones.
Yo soy partidario de que las Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales (SADP) finalmente se sinceren y sean sociedades anónimas. El fútbol chileno, si lo quieren privatizar de alguna forma, que sea definitivamente y que lo reconozcan, porque están en una zona gris. La mitad funciona como privado y la otra mitad como público, porque hacen algunos convenios con los estadios, hacen canje, los integrantes de las sociedades no pagan todos los impuestos que corresponden.
—¿Y ese cambio en particular qué diferencia puede hacer?
Lo primero es la transparencia. Podemos tener clubes en que los hinchas sepan exactamente quiénes son los dirigentes, cuánto es lo que van a invertir para un año, si los dirigentes están exclusivamente en un club y no en otro. Pasa, por ejemplo, que equipos que son controlados por un grupo ven despotenciados sus planteles. Cuando destaca un jugador, lo sacan -incluso a mitad de año- y lo mandan al otro plantel del que son dueños, generando la frustración de los hinchas. Con reglamentos claros se podría generar lo que estamos buscando, que es mejorar la calidad del fútbol chileno.
Las ligas ejemplares
—La ANFP presentó los antecedentes de Escalante a Fiscalía ¿Con la normativa actual se puede hacer algo?
Sí, absolutamente, porque las fiscalías son autónomas, pueden incluso actuar de oficio. Que la ANFP lo haga es una señal potente. A diferencia que lo haga cualquier hincha, un exjugador o un dirigente. A mí me alegra, pero que no quede en eso, aquí hay que hacer arreglos al interior. La ANFP tiene un reglamento. Ahí viene el segundo punto. La ANFP es una corporación que depende del Ministerio de Justicia, y, por lo menos desde el punto de vista del Parlamento, uno lo puede fiscalizar. Pero ahí es clave que ese reglamento vaya en concordancia con cualquier cambio profundo que se haga a las sociedades anónimas y poder tener claridad respecto a cómo funciona el fútbol chileno y cuáles son las sanciones deportivas, administrativas y financieras para quienes incumplan los reglamentos establecidos.
—A la hora de elaborar propuestas ¿Qué países tienen una legislación digna de seguir?
Siempre hay que estar nivelando hacia arriba. Sabemos que no vamos a estar a la altura de Italia, España o Inglaterra, pero son tres ligas que funcionan en equilibrio. Tienen equipos altamente competitivos a nivel mundial, con alto poder adquisitivo, pero también con alto poder de generación de recursos. Me refiero a vender un espectáculo, una marca. Por ejemplo, Real Madrid, Manchester United, etcétera. Creo que nosotros tenemos la posibilidad de mirar hacia esas ligas, corregir y copiar lo bueno.
El 2020, la liga española, mediante un decreto de la Real Federación Española de Fútbol, prohibió la relación comercial entre las plataformas de apuesta y los clubes a través de sponsors. Incluso Real Madrid tenía un contrato vigente, millonario, y devolvieron el dinero. Punto. Y eso se acabó. Con un reglamento interno muy duro con los jugadores que se vean involucrados en este tipo de cosas. En marzo, Inglaterra siguió el mismo camino. En la década del 80, 90, Italia también hizo esas correcciones.
Empantanado en el Senado
—Usted ha impulsado un proyecto para prohibir la publicidad de las casas de apuestas en el deporte.
El proyecto de mi autoría tiene que ver con la prohibición de la relación comercial de las casas de apuestas con todas las organizaciones deportivas, sean clubes, ligas y todo tipo de organizaciones. Ellos obtienen ganancias millonarias. Yo le estoy pagando a ese club para ser su sponsor, pero también, como plataforma de apuestas, accedo a la base de datos de ese club, de esos hinchas, para poder promocionar el juego. He conocido casos en que plataformas le entregan vía correo electrónico, o de cualquier forma, vouchers de juego, que es parte de una relación absolutamente impropia desde el punto de vista de la transparencia deportiva.
—Su proyecto avanzó en la Cámara ¿Por qué ahora está entrampado en el Senado?
Lamentablemente, por dos cosas. Lo primero es que el gobierno, que tiene siempre la llave de oro en estas cosas, no le ha dado la urgencia que se requiere. Yo se lo planteé a la exministra Ana Lya Uriarte en su momento, al ministro de Deportes, que estamos ante un caso flagrante. Todos los días vemos que se está burlando la ley chilena, cuando vemos un comercial, un equipo con un sponsor o que los estadios están llenos de plataformas de apuestas. Necesitamos darle urgencia a este proyecto, a la espera del proyecto que se está desarrollando en la Comisión de Economía, que tiene otro objetivo, respecto a la regulación de las plataformas. Yo creo que vale la pena cerrar este camino, especialmente sabiendo lo que nos hemos enterado por las declaraciones del jugador de Cobreloa, David Escalante.
Y el segundo punto es que en el Senado no hay Comisión de Deportes y se fue a la Comisión de Cultura, que no le veo la relación. Y el presidente de esa comisión es el senador Alfonso de Urresti (PS), que se comprometió a ponerlo en tabla lo antes posible, pero de eso han pasado tres meses.
—¿El proyecto no considera prohibir la publicidad en programas deportivos? Las casas de apuestas auspician clubes, pero también a la mayoría de espacios en TV y donde se habla de deporte.
No. Yo le voy a contar cuál fue mi argumento cuando se discutió ese punto. Mirando en Europa, en general, los comerciales que se contratan en radio, en televisión, solamente tienen restricciones de horarios para que no lleguen a menores de edad. Este proyecto, de mi autoría, que tiene que ver con la transparencia deportiva, no la regulación de las plataformas en general, solamente tiene restricciones de horarios para radio, prensa y televisión. No es el espíritu de este proyecto dejar en la ilegalidad las plataformas de apuestas. Porque todos sabemos que cuando uno prohíbe y deja a la clandestinidad, aparece todo un mercado negro. Es preferible regularlas.
—En Europa, por ejemplo, algunas regulaciones prohíben la publicidad mediante influencers. En Chile, tenemos varios periodistas deportivos en sus redes sociales promocionando casas de apuestas, como Manuel de Tezanos, Arturo Millán, Max Cárdenas y otros, por lo cual reciben significativos ingresos. Y ahí es difícil limitarlo a un horario y un espacio determinado.
Justamente, si nosotros estamos hablando de horario, es porque se podrá eventualmente levantar algún tipo de fiscalización o de denuncia, si es que hay algún elemento que está haciendo publicidad y no cumpliendo con los horarios de restricción. Si es así, yo creo que lo que corresponde es estar constantemente fiscalizando para que se cumpla esa normativa.
Baeza, el señor del lobby
—¿Están las casas de apuestas haciendo lobby en el Congreso?
Absolutamente. Yo lo denuncié el año pasado. Un lobby total, así como parafraseando el libro de Renato Garín, un lobby feroz. Yo sabía que esto ocurría en el mundo del lobby, por algo se reguló, cosa que también yo no encuentro que sea un delito, ni mucho menos, está regulado eso, hay una ley. Pero de verdad es muy incómodo darse cuenta y ver cómo estas plataformas de apuestas dan a conocer toda su artillería, todo su poder. Se está haciendo, desde el minuto uno, lobby muy fuerte en el Congreso para desactivar este tipo de iniciativas. Yo no acepté nunca una reunión por lobby de ninguna de las empresas, ni tampoco de la Ley de Casinos.
—No ha aceptado conversar con ellas.
No, no, no, con ninguno. Especialmente con Carlos Baeza, que es el abogado más fuerte de las cuatro plataformas más poderosas que están operando hoy día en Chile. Si no me equivoco, Betsson, Betano, Latamwin y algunas más. Pero a él usted lo puede ver ahí en el Diario Financiero, en páginas enteras, en el diario La Segunda, haciendo lobby, señalando miles de aristas y cosas que en realidad son injustificables.
Ahora, que las plataformas estén tratando de, o se esté legislando para que sean reguladas en Chile, ningún problema. Pero aquí son temas deportivos, de transparencia, yo creo que eso es lo más importante de dejar claro, y que evidentemente no puede ser que los clubes deportivos estén cooptados mediante contratos publicitarios millonarios, de estas plataformas de apuestas. Entre paréntesis, pagan mucha plata, millones de dólares, pero tampoco pagan los impuestos que corresponden en Chile. O sea, yo dejo de pagar 70 u 80 millones de dólares al fisco. Le estoy dando 20 a los clubes deportivos para tener este negocio. Y bueno, negocio redondo, estoy evadiendo por un lado para pagar un poco en el otro.
—¿Qué otros actores, aparte de Baeza, están involucrados en el mundo de las apuestas?
Yo personalmente sólo he conocido de él por las entrevistas en los medios de comunicación. Ha sido muy persistente, muy vehemente en sus argumentos y como este proyecto pasó al Senado, ya soltó a los integrantes de la Comisión de Deportes y los demás, porque este proyecto está en el Senado. Me imagino que ya estará en el Senado instalado. Pero también está en la Comisión de Economía, haciendo lo suyo, también está tratando, a través de otra ley, anular ya un proyecto de ley que estaba orientado. Me refiero a que la publicidad con los clubes deportivos sea regulada en esta ley de economía, y que tenga un patrocinio que sea mucho más potente, y que pueda dejar en el camino al proyecto de ley que está en el Senado, que es de mi autoría. Eso puede ocurrir.
—¿Y usted ha sabido de contactos de este lobista ahora con integrantes del Senado?
Del Senado no. Yo no tengo relaciones con el Senado, salvo un saludo en el pasillo con algún senador.
—Pero en su momento sí hubo con algunos de sus colegas de la Cámara.
Sí, sí, por supuesto. Yo tuve solicitudes por mi página de ley del lobby, que yo no acepté. Y en rumores de pasillo también me preguntaron si había podido conversar conmigo Carlos Baeza, que a mí me está pidiendo una reunión, y él ha hecho su pega de hacer el lobby.
—Y aparte de los intentos de acercarse a usted, ¿con qué otros colegas se puso en contacto él?
No, yo no sabría decirle, solamente puedo hablar por mí, porque la solicitud la hizo conmigo, y lo otro han sido conversaciones de pasillo. No me he metido en las páginas de Transparencia, probablemente ahí están. Pero ha sido absolutamente incómodo tratar de sacar una regulación importante teniendo estos grupos de poder, con representantes ahí encima tratando de influir.
Integración vertical
—¿Usted cree, entonces, que las casas de apuestas deberían regularse, no prohibirse en términos absolutos?
En términos generales, mi definición es no prohibir nada, porque finalmente si tú prohíbes el alcohol, genera un mercado negro del alcohol, el cigarrillo… salvo -evidentemente- la droga, eso es otro cuento.
—¿Prohibir el auspicio a las organizaciones deportivas es suficiente para alejar el problema de las apuestas?
No, nada es suficiente, porque el juego es un problema. Muchos jugadores están en problemas por la ludopatía. Aquí también tiene que haber situaciones de educación en los niños, restricciones a la redes sociales en general. Hay muchas cosas que se pueden aportar. En lo personal, mi granito de arena fue un proyecto de ley para poder tener transparencia deportiva en los resultados, no tener esto que señalaba el jugador Escalante, estas sospechas que ya venían ocurriendo. Jugadores denunciados en Argentina, denunciados en España también, jugadores incluso condenados por lo mismo.
—Tal como revelamos en BBCL Investiga, Felicevich opera en las sombras un club de su región, Deportes La Serena. También tiene influencia en muchos otros ¿Cómo se pueden frenar estas prácticas?
La ley de sociedades anónimas es clave. Que sea una ley mucho más estricta, para que se puedan normar este tipo de situaciones. La propiedad de los clubes, los porcentajes de propiedad de los dirigentes; estas relaciones que pueden haber de personas, entre un representante y un dirigente; o un abogado de un club, y también abogado de otro club. Todo ese tipo de cosas, que hoy día no están normadas ni sancionadas, como se debería hacer. Han permitido que pase esto.
El famosísimo Fernando Felicevich, quien es dueño de los entrenadores, los pone en un club, porque tienen gerencia en ese club. Después el entrenador le dice, yo te traigo diez jugadores, los jugadores también son de él, después hay un jugador que destaca, y lo manda a otro club, que está un poquito más arriba. Y lo valoriza y lo hace pasar por la Selección Chilena, después lo vende al extranjero. Bueno, es todo un tema que tiene que ser normado a través de la ley de sociedades anónimas. Además del reglamento de la ANFP, son los dos puntos centrales para poder solucionar este tipo de problemas.
—Felicevich en particular parece estar en todas partes. No sólo como representante y administrando clubes. También representa en Chile a algunas casas de apuestas ¿Debería la legislación de sociedades anónimas restringir esta especie de “integración vertical”?
Exacto. A las leyes uno le puede incluir lo que se estime conveniente. Pero yo creo que además tiene que haber un nexo de estas leyes con el reglamento de la ANFP, con el reglamento que se le aplica a los clubes, porque también por ese medio se pueden hacer estas correcciones y restricciones. Por ejemplo, si por reglamento la ANFP le dice a un club, que todo aquel entrenador que llegó con un representante al club, ese representante no puede tener jugadores representados en el mismo plantel. Entonces, usted ahí va cortando. Y así poder tener una limitación y todo esto esté informado a nivel de reglamento ANFP. Así como el límite de jugadores extranjeros, que en cada plantel tiene que haber un máximo de cinco jugadores representados por la misma persona. Entonces usted va limitando estas integraciones verticales.
—Al margen de la legislación, ¿igual falta que se ponga las pilas la ANFP?
Sí, por supuesto, a través del reglamento. Porque la ANFP es el organismo rector y evidentemente sus afiliados son los clubes. Y ahí sabemos que a los clubes les va a costar muchas veces restringirse, porque en los clubes están los mismos representantes. Y por eso lo que debiera ocurrir es que la ley general de esto debería ser la de sociedades anónimas. Y obligar de alguna forma, a través de la ley, a los clubes a que hagan un reglamento decente en ese sentido.
“Mi papá decía que los más nefastos eran los representantes”
—Su padre, José Sulantay, fue un hombre muy respetado en el mundo del fútbol. Me imagino que usted con él tuvo conversaciones en torno a este tipo de temas. ¿Qué le transmitía él de este funcionamiento del balompié nacional?
Muchas veces conversé con él. Además de ser mi padre, fue mi amigo desde siempre. Por el 2012-2013, cuando se hacen los primeros titulares que señalan que las sociedades anónimas llegan al fútbol chileno. Y me recuerdo de los colegas de la prensa eran bastante positivos, decían que las sociedades anónimas iban a llegar a ordenar el fútbol chileno. Y recuerdo, se puede encontrar ahí en los archivos de prensa, que mi padre planteó todo lo contrario, que la llegada de las sociedades anónimas al fútbol chileno iba a ser el principio del fin.
Era una voz disidente, lo criticaron. En privado, sostenía justamente lo que estábamos hablando recién. Me señalaba que van a llegar los dueños de un club, van a traer al entrenador que quieran, y ese entrenador ya no va a poder poner sus términos técnicos, sino que va a estar bajo el alero y la obediencia del dueño del club. Y si el dueño del club le tiene simpatía, lo va a dejar, si no, no. Entonces, lo que decía mi papá, es que los resultados y el desarrollo deportivo van a pasar a tercer, cuarto, quinto y sexto plano. Lo primero va a ser el negocio. Él anticipó muchas veces todo este vicio que venía.
En su paso por la Selección Chilena, mi papá también decía que los personajes más nefastos eran los representantes. Hay una nota, que se ha recordado a propósito del fallecimiento de mi papá, donde alguien por ahí decía que el único que limitó la presencia de Felicevich en Juan Pinto Durán fue mi papá. Y un día le dijo: “Yo no estoy en desacuerdo con lo que tú hagas, pero del portón de Juan Pinto Durán hacia afuera, porque aquí adentro mando yo”. Y eso le molestaba a los dueños de los clubes, al dirigente, a los representantes. Por eso mi padre, hasta el día de hoy, ya a un mes de su fallecimiento, ha sido muy respetado. No se entregó por ningún contrato, ni por nada.
Yo lo conversaba con él muy seguido, hasta prácticamente sus últimos meses, cuando ya se enfermó con mayor crudeza y, finalmente, falleció.
—Como le tocó acunar a la generación dorada, y a la mayoría los representaba Felicevich, asumo que -en su momento- le tocó confrontar con él directamente.
Ese es un episodio que es conocido. Había otro punto aquí. Como eran niños menores, había muchos papás que estaban muy interesados, que estaban soñando con que su hijo fuera el futuro crack, para que los sacara de la pobreza. Él decía, en el portón de Pinto Durán, de ahí para afuera, los papás, las pololas, los representantes, los dirigentes, la prensa. Aquí en la cancha, yo y los jugadores. Y eso lo aplicó durante los cinco años. Logró lo que logró y, hoy día, con lo que ocurre, es muy difícil que que eso se vuelva a repetir.