Harold Elías Vilches Pizarro acarrea a cuestas una historia particular: aún no alcanzaba a terminar la universidad cuando ya se había convertido en el contrabandista de oro más grande de Sudamérica.
Sus contactos en los Emiratos Árabes Unidos no sólo lo llevaron a transar lingotes de oro directamente desde Chile a Dubái, sino también a coronarlo con el apodo que lo llevó a ser conocido mediáticamente: el ‘Rey del Oro’. Un mote bastante obvio para alguien que comercializaba 1.500 millones de pesos del metal precioso a la semana y que, según confiesa, le ha traído más problemas que beneficios.
Hoy, su nombre vuelve a concentrar la atención de policías y del Ministerio Público: figura en calidad de imputado en la trama del caso Relojes. Tal como reveló este medio, intercepciones telefónicas y seguimientos dejaron al descubierto un encuentro entre Marco Antonio López Spagui (alias Parived) y el propio Vilches Pizarro en el Hotel Sheraton. Cita que, a juicio de los investigadores, se concretó para “realizar negociaciones con especies producto de delito”.
En entrevista con la Unidad de Investigación de BioBioChile, el Rey del Oro —quien fuera condenado en 2018 por asociación ilícita, contrabando y lavado de activos— alega inocencia sobre los cargos que actualmente pesan en su contra y se lanza contra funcionarios de la Policía de Investigaciones y la fiscalía. “Muchos de los PDI que participan (de la causa) han estado vendiendo la investigación como locos por todos lados”, reclama.
El Rey de Oro, Tonka y Parived
—En una entrevista (con CHV) mencionaste que Tonka Tomicic y Parived te debían varios millones, ¿te los pagaron? ¿En qué está la relación con ellos?
No hay relación. No me han pagado, pero más allá de eso, fue un negocio totalmente lícito y regular. Me compraron primero unas monedas de oro (…) se pagó bien el primero y luego, después, fueron unas monedas de plata. Finalmente no me pagaron los cheques, pero más allá del pago o no pago, fue un negocio legal. Parte del negocio era dedicarme a importar monedas que son exentas de curso legal, como método de inversión, entonces no era nada raro.
—¿Hasta el día de hoy no se ha regularizado el pago?
No, no se ha regularizado.
—Me imagino que te interesa recuperar ese dinero, ¿o no?
Sí, pero también veo la situación y comprendo que es como un pelo de la cola con el total de la deuda que tienen. Creo que de a poco podrán ir pagando, arreglando y solucionando.
La deuda de Tonka Tomicic y Parived con el Rey del Oro no sólo se conoce por la entrevista donde este último ventiló los problemas de la pareja para ponerse al día. También consta en una intervención telefónica captada por la PDI en agosto de 2019, en la que Vilches habla con una persona no identificada respecto de la venta de un reloj a Parived.
Según se desprende del informe policial, Tomicic no estaba al tanto de los negocios que su entonces marido realizaba con los cheques de ella. Al Rey del Oro y al desconocido incluso se les oyó reír al respecto: “Cualquier cosa (si Parived no paga) llamarían a Tonka” para decirle que “el weón no le está pagando los cheques”, reza el documento.
—¿Finalmente delataste a Parived con Tomicic?
Sí, obvio. Tengo cheques de ella (…) y obviamente supo cuando los cheques salieron malos.
—¿La encaraste?
Yo les pregunté si me iban a pagar o no. Me dijeron que no me iban a pagar y cuando no me pagan es cuando aparezco dando una declaración por televisión.
—¿Se comprometieron a pagarte?
No se han comprometido a pagarme, pero veo que también tienen tantos problemas que en algún momento tendrán que resolverlo. Hoy en día no han tenido, yo creo, ni el espacio ni la cabeza para poder pensar en eso.
—Esa es una visión bien solidaria, si se quiere, porque son 40 millones igual…
Pero es que también… ¿Quién soy yo para juzgar? ¿A quién no le ha pasado algún problema? A mí me ha pasado un problema legal gigante y después tuve que arreglar ciertos temas que tenía, particulares. Entonces también entiendo un poco las circunstancias que están pasando.
—Pero 40 millones no dejan de ser…
No dejan de ser. Pero también hay que ser un poco más humano.
—Me imagino que esta visión también tiene que ver con los movimientos de dinero en tus negocios, que eran por miles de millones de pesos… ¿Tienes una percepción distorsionada del dinero?
Tal vez eso es un error en mí. Pero, claro, existe una percepción distinta del dinero. También por haber movido mucho dinero.
“Voy a la iglesia todos los domingos”
La reunión con Parived, dada a conocer por este medio, no es la única que figura en el expediente de la fiscalía. También hay otra que tuvo lugar en agosto de 2019 en la Plaza de Armas de Santiago y en el Caffè Pascucci del Portal Bulnes, donde Vilches se vio las caras con otros imputados en esta misma causa: la joyera Estrella Dinamarca y Domingo Jalil, apodado el Rey del Artificio (ver imagen principal del artículo).
—¿Qué relación tienes con Jalil y Dinamarca?
Bueno, yo he estado en el rubro de la joyería hace años. Eso ya es conocido por todos. Con Estrella Dinamarca, en realidad, ella tiene una joyería y la conozco hace más de 10 años, entonces esa es la relación que tengo con ella. Es una relación de ser parte de la industria.
—¿Y con Domingo Jalil?
Con Domingo Jalil, bueno, tuvimos una reunión en la cual me lo presentaron, pero como casualidad ¿cachai? No es algo puntual de hacer algo con él. No, no, no. Es otro empresario, pero relación no tengo.
—¿Has mantenido algún tipo de relación comercial con Estrella Dinamarca y Domingo Jalil, que podría vincularte de cierto modo a esta red que se está investigando?
No, no, no. No, nada.
Lo mencionado por Vilches contrasta, sin embargo, con otra intervención telefónica fechada en junio de 2020. En la conversación, Harold le confidenció a Estrella Dinamarca que una de las joyas que él vendió era presumiblemente robada. Un aspecto que dijo (en el mismo intercambio) conocer recién cuando la transacción ya estaba hecha.
En un pasaje del mismo diálogo, según el informe policial, la joyera le hizo saber que “si fuera de familia cristiana”, Vilches “no podría trabajar en lo que él trabaja” y que tanto él como Dinamarca “son deshonestos al comprar robos, que ella se ha tratado de retirar, pero que todos empezaron iguales”.
Harold Vilches respondió que “de saber que las hueás eran malas (es decir, robadas) jamás las habría llevado” para su transacción.
—Tu familia es bien destacada en el mundo evangélico…
Mi tío tenía iglesia, fue pastor. Mi papá también estuvo ligado.
—¿Cómo es tu vida de fe actualmente? Te lo consulto a propósito de lo mismo: tras la reunión en el Sheraton se dijo que Parived era tu guía espiritual.
Yo voy a la iglesia todos los domingos. No es mi visión tener un guía espiritual de esa forma. No es parte de mi creencia.
Una piedra de fantasía
—Cuando salieron estas imágenes de tu reunión con Parived en el Sheraton, uno de los informes de la PDI decía textualmente que “tuvo como fin realizar negociaciones con especies provenientes de delitos”. ¿Cuál es tu apreciación respecto de esa conclusión de la PDI?
Falso. Es una opinión malintencionada e infundada respecto a una junta. Yo me puedo juntar con cualquier persona y no por eso estoy cometiendo un delito. En realidad, la PDI no me está investigando a mí, sino que lo está investigando a él por el caso Relojes, pero ¿qué hice en la reunión? Comí, conversamos… Infundada totalmente la suposición de la PDI. Es como que nosotros nos juntáramos y después: “No, ellos están haciendo algún delito”. También coartan un poco la libertad, porque yo me puedo juntar con cualquier persona.
—¿Y sigues manteniendo relación con él?
No, no, ningún tipo de relación con él.
—Dentro de estos mismos informes también se dice de que tú podrías haberle entregado una piedra a Parived, que luego él la habría ofrecido en el extranjero. ¿Eso es real?
Lo único es que a mí me habían ofrecido una piedra, pero era una… A ver, para que no se malentienda, no era ni robada ni nada ilícito, pero efectivamente era una piedra que era de fantasía.
¿Pero esa se la entregaste tú en ese momento?
No, o sea, él como que la vio, la revisó y finalmente no hicimos ningún negocio. Yo tampoco después la compré, nada, porque era una piedra falsa. Ni siquiera se hizo un negocio con esa cuestión. Tiene que haber valido 20 pesos.
—De lo que tú tengas conocimiento, ¿Parived compraba o vendía joyas o piedras de algún origen ilegal o desconocido, por lo menos?
Por lo que yo sé, ilegal nada.
—¿Y transó en algún momento alguna que sea de origen legal?
Sí, sí, efectivamente. De Casa Barros, de Mosso Relojes (…) son relojes que provienen de distintas casas comerciales y él los comercializaba, pero tenía su certificado de origen de reloj y todo.
—¿Ustedes participaban juntos de estos negocios lícitos?
No. Hice cosas puntuales con él.
—¿Cómo llegaron a conocerse a ustedes dos?
Estrella Dinamarca trabajaba con Jaime (Quiroz, otro de los imputados) y Jaime Quiroz me lo lleva un día y me lo presenta.
—¿En una de las joyerías de Estrella?
Fui a la oficina de él, que está en el Mall Vivo, en la oficina de Parived.
“Feliz voy y declaro”
—En una de las escuchas que constan en el expediente y que toman de tu teléfono hay un llamado tuyo con una persona desconocida a la que le dices que le estabas vendiendo un reloj a Parived, en agosto de 2019. ¿Cuál es el origen de este negocio?
Yo creo que he tenido, en mi vida, dos relojes que son Rolex, que los compré en Miami, en una tienda. Creo que le ofrecí uno de esos a Parived.
—¿Y en cuánto se transaban más o menos estos relojes?
Eran relojes baratos, como de seis millones cada uno. Se lo ofrecí, no lo compró, así que ahí quedó el tema. Pero tengo la boleta de mi reloj y todo, así que, que hablen lo que quieran.
—Yo te consulto en base a los informes policiales que están en la carpeta…
Los informes son bien infundados, también muchos de los PDI que participan en la investigación han estado vendiendo la investigación como locos por todos lados, entonces…
—¿Te refieres a alguien en particular?
Hay otra causa relacionada con esto, por lo que estoy diciendo. Creo que en la misma Bío Bío se publicó un artículo (ver link a continuación).
—¿Existe una desconfianza de tu parte entonces?
Obviamente, es una investigación totalmente… (ríe, sin finalizar la respuesta).
—Pero quizás es porque tu pasado te condena…
Porque obviamente no tengo irreprochable conducta anterior. Entonces, obviamente se ve como que en cualquier negocio que hago hay algo malo, algo sucio, algo oscuro po’.
—¿Te han citado a declarar?
No me han citado a declarar todavía. Feliz voy y declaro.
“Algún testigo está poniéndole de más”
—En todo este entramado se ha involucrado a personas ligadas al mundo del espectáculo y deportistas. ¿Estás al tanto de famosos que hayan transado joyas robadas?
Yo creo que algún testigo que tiene la fiscalía igual está poniéndole de más. No sé por qué me tinca que la investigación un poco se deterioró y están metiendo hasta al Rafa Araneda ¿cachai? Como que ya… la cosa es meter a cualquier persona por hacerle daño, eso está de más.
—¿Nunca tuviste negocios con los que han salido mencionados?
A los únicos que conozco son Parived y a Tonka. No tengo idea de nadie más.
—Por conversaciones con Parived ¿sabes si él hizo negocios con alguno de ellos?
No, tampoco.
Los movimientos del Rey del Oro: $1.500 millones a la semana
En 2018 Harold Vilches fue condenado a cinco años de libertad vigilada y el pago de una multa de 14 mil millones de pesos por contrabando, asociación ilícita y lavado de activos, entre otros delitos. La fiscalía descubrió sus negocios fuera de la ley con firmas de Estados Unidos y los Emiratos Árabes. Una investigación de Ciper lo puso en el radar público como el contrabandista del metal precioso más grande de Sudamérica. Para entonces, recién había cumplido los 23 años.
—En un momento, bien joven, te viste con mucho dinero. ¿Cuánto dinero movías? ¿Eso afectó tu percepción del dinero?
Exportaba de 60 a 100 kilos de oro por semana a Dubái, así que imagínate las cantidades que eran.
—Cuéntame como era eso… ¿te llevabas lingotes?
Hacía todo con Brinks, entonces no era tanto. (Vilches saca una cuenta rápida) 60 kilos eran como 1.500 millones de pesos, eso es lo que a la semana yo vendía.
—¿Movías 1.500 millones a la semana?
Sí, a la semana.
—¿Y de donde era el oro?
Era de Tacna nomás.
—¿Tu estilo de vida cambió?
Me compré una casa gigante, tenía varios autos, pero tampoco un tema de que cambió mi forma de pensar o me volví loco y que me compré un avión o un yate… eso no.
—Cuando finalmente caes detenido no fue mucho lo que te encontraron para alguien que mueve $1.500 millones a la semana.
Lo que pasa es que me habían incautado oro en Arica y Santiago, entonces mi capital no era tanto.
—¿Qué te parece el apodo del Rey del Oro?
Es un tema mediático, yo no me puse ni El Rey del Oro ni nada. Era solamente porque exportaba mucho oro nomás. Es como “El Rey del Pan”, un tipo que vende mucho pan nomás, no sé.
—Tampoco te molesta…
Yo creo que más me ha perjudicado que me ha hecho un bien en mi vida, entonces prefiero ni siquiera jactarme de eso.