Agencia UNO | Edición BBCL

Juan Ignacio Latorre, presidente RD: "Este proceso constitucional parte con una cierta desconfianza"

04 marzo 2023 | 06:02

Marzo ha tenido un inicio agitado para Revolución Democrática. La atención se ha centrado en la diputada Maite Orsini y su intervención a favor del exfutbolista Jorge Valdivia ante la generala de Carabineros, Karina Soza. Sin embargo, el partido oficialista tiene otras prioridades: el próximo aniversario del gobierno del Presidente Gabriel Boric y el re-inicio del proceso constituyente. El senador y presidente del partido, Juan Ignacio Latorre, defendió a Orsini y destacó la importancia de enfrentar la brecha de confianza en esta nueva discusión constitucional, que -asegura- puede ser vista como "muy elitista".

Fue sin duda una semana turbulenta para Revolución Democrática (RD), principalmente agitada por la polémica -inicialmente farándulera- que implicó a la diputada de sus filas, Maite Orsini. Rápidamente se tornó en un asunto político cuando se supo de un telefonazo de la parlamentaria para interceder en favor del exfubtolista Jorge Valdivia ante la generala de Carabineros, Karina Soza, a cargo de la dirección de Derechos Humanos.

Sin embargo, en el partido oficialista hay otras prioridades por delante, teniendo en cuenta que el próximo sábado se cumplirá un año del Gobierno del Presidente Gabriel Boric y, también, que este lunes parte oficialmente el nuevo proceso constituyente, con la instalación del comité de 24 expertos designados por los partidos políticos y el arranque del periodo de campaña para los candidatos al Consejo Constitucional.

En medio de esa vorágine, el senador y presidente de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre, hizo una pausa para conversar con BioBioChile. Tal como lo hizo en la semana, defendió a Orsini: “Llamadas de parlamentarios a otras instituciones hay permanentemente, eso es parte del trabajo”, aseguró.

Asimismo, cree que es fundamental que el nuevo proceso constituyente enfrente la brecha de confianza que existe con la ciudadanía: “Sabemos que este proceso parte con una cierta desconfianza de un proceso más tomado por los partidos o controlado por los políticos, o que también puede ser visto muy elitista, como con este grupo de expertos designados por el Congreso”, admitió.

“La oposición es más hábil para instalar agendas”

– Hace una semana está retomando la agenda tras el receso legislativo ¿Cuáles son las prioridades para el ciclo que viene?

Estamos en una semana con varios frentes simultáneos. Estamos preparando por un lado el Congreso Estratégico Nacional que tenemos este fin de semana. El sábado y domingo culmina el Congreso Estratégico que ya iniciamos hace un par de meses atrás. Es un evento bien importante para el partido. Un congreso estratégico que define la hoja de ruta a seguir para todo este ciclo. Me refiero hasta el 2025, finales o inicio del 2026. En política de alianza, cómo enfrentar las elecciones que vienen, que son de distinto tipo: las municipales, las parlamentarias, etcétera.

También hay una discusión sobre el proceso constituyente y sobre el fortalecimiento interno. Por otro lado están las conversaciones sobre cambio de gabinete y por otro lado está el ayudar o estamos levantando el elenco de las candidaturas, las campañas que ya empieza el 7 de marzo, las campañas para el proceso constituyente.

-Ya se cumple un año de la instalación de este Gobierno y me imagino que en la interna han realizado un balance ¿Qué ha sido lo que ustedes consideran más destacable? ¿Lo han conversado?

Sí, sí, sí. Sobre todo a nivel de directiva y consejo político. Consideramos que hay cosas que van avanzando respecto de nuestro programa de Gobierno. Va avanzando la reforma tributaria, ya se presentó la reforma de pensiones, 40 horas laborales, hay algunas materias de medio ambiente, por ejemplo, el Acuerdo de Escazú.

-Y en lo negativo ¿hay una autocrítica?

Bueno, nos tocó la derrota del plebiscito, porque septiembre es una derrota para las fuerzas oficialistas que estábamos comprometidos con el proceso constituyente anterior y eso implicó negociar un nuevo proceso constituyente mucho más acotado, probablemente más moderado. Con la centroderecha también, creo yo, ciertos problemas comunicacionales en términos de que la agenda del Gobierno a veces, todas estas noticias que para nosotros son positivas, no tienen suficiente capacidad de llegar a todo el país y llegan muchas veces debajo de crisis, contingencia, polémica.

La oposición a veces es más hábil, digamos, en instalar agendas y hay que estar reaccionando y nos cuesta en eso subirle el volumen -por decirlo así- a las noticias positivas. Entonces ahí hay una autocrítica que hay que realizar. Hay que fortalecer el aspecto comunicacional, el poder retomar agenda, llegar a los territorios. En regiones también fue bien lenta la instalación del Gobierno.

-Y respecto a las conversaciones de un cambio de gabinete ¿Le parece necesario hacer un ajuste?

Es una prerrogativa del Presidente. Sabemos, él tiene la última palabra y se viene hablando de un cambio de gabinete hace harto tiempo. Me acuerdo, antes del receso legislativo, había un vocería en que decían que había que hacerlo de manera inminente, rápido y ojalá un gran cambio de gabinete. Y algunos fuimos más prudentes en de decir: “Mire, que el Presidente se tome el tiempo que necesite para evaluar, él verá el momento en que se hace”.

-Más allá de los nombres ¿En qué áreas le parecería más razonable un ajuste?

En mi opinión no se debería tocar mayormente el comité político. Yo creo que viene funcionando bien el comité político y hay un liderazgo importante. Creo que hay un equilibrio también de las fuerzas del Socialismo Democrático con Apruebo Dignidad y además hay un comité político mayoritariamente de mujeres que me parece están muy bien empoderadas y, por tanto, entonces, podrían haber espacio para algunos cambios sectoriales. Yo no creo que haya que hacer una gran cirugía mayor, sino que más bien pueden haber algunos cambios sectoriales para reforzar algunas agendas o algunos sectores que pueden estar más débiles en términos del despliegue político, la agenda pública, que le agreguen valor al gabinete y que le agregue valor al Presidente.

-¿Les gustaría sumar más integrantes al comité político o tal vez en otros ministerios? La reincorporación de Giorgio Jackson a esa instancia…

Creo que Giorgio Jackson está bien. En el Ministerio Desarrollo Social sabemos las dificultades políticas que ha tenido Giorgio, recordemos la acusación constitucional que el logró sortear positivamente, pero en el fondo la evaluación que hemos hecho es que sea un ministro que pueda desplegarse, lo hizo muy bien el verano con los incendios y las políticas sociales. Ahora viene todo el tema de la revisión de la CASEN. Y por lo tanto creemos que Giorgio debería profundizar y ganar experiencia en un ministerio que es muy importante. No vemos que sea necesario en este momento hacer un cambio en el comité político.

Por otro lado, el partido está muy bien representado también por Miguel Crispi, que es el jefe de asesores del segundo piso y que está muy cerca de él, de las decisiones que va tomando el Presidente y que le acompaña también el comité político. Por tanto, no nos sentimos excluidos del espacio importante de incidencia. O sea, en el fondo hay un permanente diálogo entre el partido, la directiva, el partido y el presidente.

-¿Y siente en alguna forma que su participación en el Gobierno ha perdido un poco de fuerza frente al Socialismo Democrático? Considerando que también es una de las principales colectividades fundadoras del Frente Amplio.

Yo la verdad no lo siento así. Puede haber distintas miradas al respecto en la militancia, puede haber distintas sensibilidades, pero mi opinión es que somos importantes en el Gobierno. Le pongo un ejemplo. La directora de Presupuestos, Javiera Martínez, es un cargo clave en el centro del Gobierno de mucha confianza, más del ministro Marcel. Y ella, claro, no es ministra, no es subsecretaria, pero es un cargo estratégico clave. Muchas cosas pasan por ahí. O el mismo Miguel Crispi en el segundo piso, tenemos además dos ministros en áreas relevantes como Educación y Desarrollo Social. Tenemos seis subsecretaría en Vivienda, en Hacienda, Transporte, Cultura. Tenemos una importante presencia en el Gobierno.

-Tal vez le interesaría tener algún ministro en algún área clave como Hacienda o Interior ¿no?

Sí, lo que pasa es que a veces uno podría, en la típica lógica de las cuotas de poder, que yo creo que a la gente poco le importa. Lo que nosotros nos interesa es que el gobierno marche bien, tenga éxito. Hay otros que están haciendo bien su pega en áreas clave, por ejemplo Marcel en Hacienda o Tohá en Interior, que son un aporte al Gobierno. No creemos que estamos perdiendo terreno, por lo menos es mi percepción.

“Sabemos que este proceso constitucional parte con una cierta desconfianza de un proceso controlado por los políticos”

-Este lunes comienza oficialmente un nuevo proceso constitucional. El anterior tuvo muchas tensiones y crispación entre las distintas fuerzas ¿Cómo RD y los partidos en general pueden aportar para que ese escenario no se repita?

Parte el trabajo de los expertos y parten las campañas de la candidaturas al Consejo Constitucional. Nosotros a nivel de expertos tenemos a Domingo Lovera, que creemos sabe mucho, que es una persona muy reconocida en el derecho constitucional, un profesor académico, pero además con capacidad política de diálogo y de explicarle a la ciudadanía también de manera pedagógica, las discusiones, que a veces son bien técnicas.

Sabemos que este proceso parte con una cierta desconfianza de un proceso más tomado por los partidos o controlado por los políticos, o que también puede ser visto muy elitista, como con este grupo de expertos designados por el Congreso. Entonces parte con una cierta brecha de confianza con la ciudadanía, una cierta desafección y por lo tanto es muy importante, desde el primer día, ir ganándose esa confianza y construyendo esa confianza, y que las discusiones constitucionales que se den ahí puedan ir haciéndole sentido a la gente, a la mayoría de la gente.

Y por otro lado, en las campañas hay que aprender del proceso anterior, evitar polarizaciones e innecesarias descalificaciones o que pueda haber un clima, digamos, donde muchas veces se pone el acento en los conflictos o en cuestiones accesorias, a veces no tan relevantes, pero que terminan permeando negativamente la percepción de la gente en el mismo órgano constituyente o los mismos convencionales constituyentes.

Creo yo, el rol nuestro es de poner contenidos, de poner ideas sobre la mesa, de poner capacidad de diálogo y capacidad de llegar a acuerdos. Y en eso por lo menos ir bajando los niveles de desconfianza que pueda haber de la ciudadanía. El objetivo final es que Chile tenga una nueva constitución democrática, escrita en democracia, validada por la ciudadanía, con un plebiscito además de salida obligatorio, con elecciones, etcétera y que deje atrás la Constitución escrita en dictadura, por más reformas que se hayan hecho en democracia, pero que finalmente la matriz sigue siendo la misma de la matriz ideológica de la Constitución del 80, que sigue vigente y más en un año tan importante simbólico como es la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.

-Pero ¿Cuáles son los principales temas que ustedes van a poner sobre la mesa? Cuáles creen ustedes que son los intransables y los mínimos?

Nosotros como oficialismo hicimos un ejercicio que duró un par de meses, diría yo, de trabajo con los expertos, con equipos técnicos de todos los partidos oficialistas, incluso antes de la inscripción de pacto, donde hubo listas separadas del oficialismo. Nosotros ponemos estos énfasis, por ejemplo, en lo que entendemos por un estado social y democrático de derecho, y eso para nosotros es muy importante. Toda la gama de pactos en materia de derechos humanos que Chile ha firmado.

Y luego otro eje que tiene que ver con una Constitución que habilite la política, el sistema político en el fondo, que sea capaz de canalizar las demandas de la ciudadanía, dar respuesta a ella y al mismo tiempo dar gobernabilidad y estabilidad al país, pero que habilite el proceso de cambio político. Los temas de seguridad pública, la profundización y la defensa de la democracia frente al riesgo de los populismos de distinto tipo, de izquierda, de derecha, etcétera.

Caso Orsini: “Llamadas de parlamentarios a otras instituciones hay permanentemente, eso es parte del trabajo”

-En otro ámbito, la polémica de la semana toca de cerca a RD: el caso de Maite Orsini. Entiendo que los cuestionamientos internos no apuntan contra su vida personal, en ningún caso, pero ha generado malestar el episodio ¿no?

Hemos discutido el tema, obviamente a nivel de directiva, a nivel de consejo político. Al principio surge como una noticia más bien vinculada a su vida personal y con cierto ribete en los medios de comunicación de la farándula. Ahí, claro, el partido no tenía mayor opinión y la misma diputada sacó una declaración diciendo bueno, que es soltera, que vive su soltería y recibió mucho bullying, mucha violencia psicológica digital, también ella, su familia, lo cual la afectó bastante y nosotros en eso solidarizamos y la respaldamos porque no estamos para hacer juicios de valor respecto a su vida privada.

Pero claro, después surge esta otra arista del telefonazo a Carabineros y ahí la definición del partido que hay hasta ahora… En el fondo esto es una noticia en desarrollo, pero la definición que hay hasta ahora es respaldar la autodenuncia al Ministerio Público para que sea el Ministerio Público el que defina y que investigue. Es decir, no queremos meter bajo la alfombra o hacer defensas corporativas respecto de cuestionamientos que tienen que ver ya con su rol de diputada y acciones que pueda haber hecho como diputada con Carabineros, ya sea si es una falta, si es un eventual delito, etcétera. Todo eso lo dirá el Ministerio Público.

Y lo mismo en el caso que se abra en la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados, que es su espacio de trabajo, poner todo, colaborar con esa instancia y poner toda los antecedentes a disposición y que sean esas instancias las que definan finalmente qué consecuencias tiene en este caso.

-¿Fue un error de Maite Orsini haber realizado ese llamado?

No me quisiera pronunciar respecto a hacer juicio de valor, de error, etcétera. Por ahora, insisto, nos quedamos en ese respaldo a la acción de la autodenuncia al Ministerio Público y luego, bueno, el partido podrá seguir discutiendo otros elementos y lo iremos comunicando en su momento.

De todas formas, el tema tiene implicancias políticas. Hoy día (viernes), por ejemplo, la ministra Orellana salió a desmarcarse un poco, dando a entender que ella cuando salió a darle este respaldo, no estaba enterada de lo del telefonazo. Tal vez igual hubo ahí una aproximación un poco errónea de la ministra saliendo a apoyar tan rápidamente a Orsini.

No, yo creo que nosotros respaldamos también lo humano, una compañera militante que no lo ha pasado bien y que además creemos son muy injustas todas las críticas que ha recibido, sobre todo los medios digitales o ciertos medios de comunicación más vinculados a la farándula, que hacen de esto como un caso y le suben el volumen y lo ponen ahí, al centro de la polémica.

-¿Qué tan frecuente es que parlamentarios -del sector que sea- intercedan de esta forma ante las policías o ante otro sujeto de interés?

Pasa en el trabajo parlamentario, suele pasar. Ahora hay que ver el objetivo del mismo. Si es un acto vinculado a fiscalización, si es un acto vinculado a ayudar a alguien… hay que ver. Insisto que no me gustaría opinar mucho ahora, llamadas de parlamentarios a otras instituciones hay permanentemente, eso es parte del trabajo. La pregunta es para qué, con qué fin. ¿Es parte de tu rol de fiscalización o se está intentando ayudar a alguien por tu vínculo familiar o afectivo? Ahí hay también una discusión ética-política al respecto. Pero esas llamadas existen de lado y lado también. Las instituciones llaman a parlamentarios por distintas cosas.

-¿Usted lo ha hecho?

No, yo no, yo no, al menos yo no lo he hecho.