No conoce personalmente al Presidente Gabriel Boric, pero aquello no fue impedimento para que el Ejecutivo lo designara como consejero del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). “A una nominación del Presidente de la República, sea esta cual sea, es complicado decirle que no”, dice el abogado de la Universidad de Tarapacá Juan Carlos Cayo (37). Y es que tras la fallida nominación del historiador Fernando Pairicán, el ariqueño se convirtió en la carta de La Moneda para integrar el consejo del organismo hoy presidido por Consuelo Contreras.
Es aymara, pero no vive en comunidad, por eso dice ser un “indígena urbano”. Se desempeñó en la Municipalidad de Calama, en asesoría jurídica, y luego en la Dirección de Desarrollo Comunitario (Dideco). A partir del año 2014 trabaja solamente con comunidades. Es máster en Derecho Constitucional y actualmente cursa un doctorado en Derecho. Fue asesor de la exconvencional Isabel Godoy, escaño reservado Colla en la Convención Constitucional. Con su arribo al INDH se cumplió el quórum para elegir a un nuevo director, en este caso mujer. Votó por Consuelo Contreras. “Me parece una persona muy preparada que ya tiene experiencia en la institución”, explica sobre su elección.
– ¿Cómo tomó el nombramiento del Ejecutivo?
Con sorpresa. No estaba dentro de mis expectativas tomar este cargo, sin perjuicio de que uno siempre tiene que estar disponible para nuevos desafíos y sobre todo para cuestiones tan relevantes como ser parte de una institución como el INDH. Así que con sorpresa, agrado, y con mucha responsabilidad.
– ¿Conoce al Presidente Boric?
Personalmente, no.
– Entonces, ¿por qué cree que se transforma en la carta del Ejecutivo?
Es complejo hablar de uno mismo, de sus propios méritos, pero llevo 10 años trabajando en derechos humanos y pueblos indígenas. Pertenezco a un pueblo indígena y he trabajado la temática de diferentes ámbitos: efectivamente desde el ejercicio de la profesión, además lo he visto desde la academia y también lo he trabajado inclusive, en este último tiempo, desde el punto de vista político intentando poner en la palestra en el proceso constituyente los derechos de los pueblos. Entonces, si es que se pudiera preguntar, ¿dónde están los méritos de Juan Carlos Cayo?, creo que más o menos están por ahí para que se nomine a un cargo de esta naturaleza.
– ¿Aceptó de inmediato?
A una nominación del Presidente de la República, sea esta cual sea, es complicado decirlo que no. Es un honor que el Ejecutivo te nomine y hay que estar a disposición de poder hacerlo.
– ¿Por qué?
El rol del instituto, relacionado con la promoción y la educación en cuanto a derechos humanos, es fundamental para el Estado. (…) Entonces, es muy importante poder estar ahí, visibilizar la temática de los pueblos indígenas, y tratar de que en cada discusión relevar ese aspecto.
Interna
– ¿Cuál es tu balance durante este mes de trabajo?
Es intenso el trabajo en el instituto, sobre todo por las diferentes materias que vemos y porque también hay muchas cuestiones que ocurren en el día a día y que es necesario, si es que uno se dedica con seriedad al cargo, a ponerle mucha atención.
– ¿Está polarizado el INDH?
No. La relación en el consejo, lo que me ha tocado, es bastante cordial. Claramente todos tenemos una posición, no tan solo política, sino que también respecto de visiones en razón de los derechos humanos, que me parece que son legítimas, pero te puedo decir que el diálogo en el consejo es respetuoso, cordial, democrático, como corresponde en las instituciones del país.
– ¿Te encuentras con un INDH fracturado en el diálogo con otros poderes?
El instituto está mirando hacia adelante. (…) Lo que sucedió, por ejemplo, en esta subrogancia de la directora Contreras es que ella no tenía equipo, entonces ahora está formando sus equipos para poder proyectar el trabajo hacia adelante. Y desde ahí tener también el trabajo hacia afuera, en las funciones propias del instituto, y también hacia adentro con los distintos tipos de estamentos, con las distintas unidades y con las distintas direcciones regionales.
– ¿Cómo se encuentra la relación entre el INDH y el Ejecutivo?
La relación es la que tiene que existir entre un órgano autónomo y un poder del Estado. O sea, tiene que mantenerse la suficiente distancia para entender de que nosotros como instituto tenemos que ver cuando existen situaciones que entran o riñen con los derechos humanos y eso se tiene que hacer respecto de todas las instituciones del Estado. No te podría decir si es que están rotas o no, o cómo se dan, sino que se dan en el marco del relacionamiento.
– ¿Votó por Consuelo Contreras en la votación?
Sí.
– ¿Por qué?
En lo personal, me parece una persona muy preparada que ya tiene experiencia en la institución, muy cercana y que creo que está capacitada para llevar este periodo en el instituto para posicionarlo como la institución que es, desde el punto de vista del resguardo y promoción de los derechos humanos en nuestro país.
– ¿Por qué no votar por un director de los nuevos?
Lo importante en una institución como el INDH, y en general en todas las instituciones, es la experiencia respecto de la misma. No voy a entrar a calificar los méritos de todos los que estamos ahí, todos los consejeros y consejeras podemos asumir el rol, pero reconozco en Consuelo la experiencia para conducir este proceso que está llevando el instituto.
– ¿Cómo evalúa la gestión de Sergio Micco?
Para mí esa pregunta es compleja, porque yo entro al instituto cuando él ya había renunciado, entonces ahora estoy recién formándome una opinión respecto de aquello, entonces a esta fecha que llevo poquito más de un mes, no te podría dar una opinión certera respecto de aquello. No porque no quiera, sino porque estoy en ese proceso de formarme una convicción más profunda.
Derechos humanos
– ¿Cuál es el rumbo que debe tomar el INDH post era Micco?
Esto es más bien desde mi posición académica. Siempre se ha visto o siempre se relacionan los derechos humanos desde una posición post violatoria, es decir, desde cuando ya ocurrió la vulneración, y ahí entra el instituto, se realizan los informes, las querellas, los recursos de protección, hay un trabajo ahí. Pero creo que también hoy día es muy importante educar en derechos humanos, que se puede decir como esta visión más bien emancipadora, luminosa respecto de los derechos humanos que nos permite, en el fondo, que todos y todas conozcamos en democracia qué son los derechos humanos, cuáles son nuestros derechos humanos y desde ahí, en el fondo, proyectarnos hacia la sociedad y de cómo contribuimos a la sociedad.
– Un rol preventivo…
De educación en derechos humanos. El tema es cómo evitamos llegar a esa lógica post violatoria cuando ya no se puede hacer nada.
– ¿En qué situación se encuentran los derechos humanos en el país?
Estamos en una etapa en la cual… a ver, no podría decir que esto es un desastre ni nada por el estilo, vivimos en sociedades complejas del siglo XXI y tenemos que estar constantemente revisándonos cómo somos capaces, insisto, de vivir de manera más democrática y en derechos humanos. Eso puede significar que a veces estamos bien y a veces puede significar que estamos mal, o que a veces no estamos tan bien. Tenemos que hacernos siempre esa pregunta de cómo podemos ir mejorando.
– Esta última semana ha estado marcada por las movilizaciones de secundarios en las calles de Santiago. ¿Cómo evalúas esta nueva irrupción secundaria?
El derecho a la manifestación es un derecho humano… y que esta manifestación sea pacífica, libre, es la gran mayoría de lo que sucede. Respecto de la violencia que vemos, efectivamente hay que condenarla y desde ahí en el caso de que eso pase a ribetes de otra naturaleza existe la institucionalidad que funciona y lo investiga y que también tiene que desde ahí actuar. Y también con respeto a los derechos humanos en el actuar de las fuerzas de orden y seguridad.
– ¿Cómo debería ser el actuar de las fuerzas policiales en estas manifestaciones?
Ahí el instituto tiene una línea, que en el fondo tiene que haber un respeto irrestricto de los derechos humanos en cuanto a las manifestaciones. Y esto lo digo más bien a tono personal, a tono súper personal, tiene que haber un respeto irrestricto de los derechos humanos en las manifestaciones y al uso racional y debido de la fuerza. Creo que las manifestaciones de los estudiantes también encierra otra cosa, y que también nos tenemos que hacer cargo como sociedad y como país, el descontento y reclamo creo que no ha desaparecido, está ahí, y es por eso que los secundarios se siguen manifestando. Y también tenemos que como sociedad comprender esta cuestión de que no se acaba simplemente con el hecho de un proceso constituyente que tuvo un Rechazo, sino que también sigue abierto porque finalmente las razones profundas del estallido social del 2019 siguen ahí y a eso hay que darle un cauce.
Actualidad
– ¿Por qué crees que perdió el Apruebo?
Hubo una campaña de desinformación por un lado tremenda, que no tan solo comienza en el periodo electoral la campaña, sino que al muy poco andar de la convención empezó la campaña del Rechazo a trabajar. Y también un problema de la misma convención y de las personas que trabajamos, y ahí está quizás la autocrítica que no fuimos capaces de entre todas y todos de comunicar finalmente los resultados y que todo más bien pasó por las formas y los procesos a la interna. Creo que era más relevante trabajar el fondo del proceso, comunicar lo que se estaba haciendo, el contenido de las propuestas, y ese objetivo lamentablemente no se pudo dar.
– Te postulaste como convencional, candidatura que no prosperó. ¿Por qué?
Tuvimos la idea junto con la candidata principal que era en ese tiempo Marcela Gómez de poder llevar un proyecto que nacía desde las mismas comunidades. Ella es presidente de su comunidad, dirigenta histórica del pueblo aymara, y nuestra intención era llevar un programa que pudiera plasmar las demandas y lo que se ha conversado en los últimos 15-20 años respecto de las comunidades del norte del país.
– ¿Cree que hay presos políticos en Chile?
Estoy más bien por revisar que se cumplan los estándares de los derechos humanos de las personas que están detenidas, sobre todo a propósito del estallido, y de que no se sobre ocupe la prisión preventiva. Entonces, si es que existe o no existen presos políticos… no sé. Nosotros, o yo más bien, estoy enfocado en los casos de las personas y que se resguarden sus derechos humanos.
– Posterior al 18 de octubre, ¿hubo en el país violaciones sistemáticas a los derechos humanos?
Hubo violaciones a los derechos humanos en el periodo anterior y estamos en ese proceso de constantemente revisar la sistematicidad o no respecto de las mismas, pero creo que hubo violaciones graves, y que en algunos casos fueron constantes y fuertes respecto de los derechos humanos de las personas.
– ¿Te refieres…?
En el proceso del estallido social.
– ¿Lo dices por los casos emblemáticos?
Me refiero en el contexto de la represión de la protesta social que ocurrió en el proceso del estallido.
– El país vive una crisis de seguridad. ¿Cuál es tu análisis respecto de esta y que la gente pida más presencia de la policía?
Es complejo eso, porque impacta directamente en la vida de las personas. El hecho de que existan mayores políticas de seguridad no implica necesariamente que se vulneren los derechos humanos de todas y de todos, y creo que en eso están empeñadas todas las instituciones del Estado, no tan solo el Ejecutivo de turno, sino que también el Legislativo y el Judicial, por tener políticas claras en cuanto a la seguridad de las personas y cada uno en los roles legales y constitucionales que le corresponden. Es posible, si es que queremos ser un país moderno que mira de frente el siglo XXI, tratar estos problemas de frente como es la seguridad del país y lo podemos hacer en serio y trabajar con todas las perspectiva, incluida la perspectiva de derechos humanos.
– ¿Cuál esperas que sea su legado al finalizar esta etapa en el INDH?
Espero trabajar fuertemente el tema de la promoción, educación, en una sociedad basada en derechos humanos, y que por lo tanto amplíe su visión democrática y también con un fuerte acento en la relación intercultural que existe en nuestro país. Nuestro país es un país diverso en el cual sí somos capaces de convivir, donde no existen mayorías ni minorías, sino que existen diferentes pueblos que habitamos este Estado y que nos merecemos vivir todas y todos en paz.