“Hoy día no es el momento de las vocerías de los presidentes de los partidos de Chile Vamos”, asegura el exministro vocero de Gobierno -bajo Piñera II-, Jaime Bellolio. A su juicio, ahora es el turno de aquellas personas que “antes se sentían interpretadas por una centro-izquierda o inclusive de gobiernos de más izquierda, pero que creen que esta es una mala propuesta”.
En conversación con BioBioChile, el militante UDI analizó la interna del Rechazo y tuvo palabras para las declaraciones del Presidente Gabriel Boric, en torno al impulso de un nuevo proceso constituyente en caso de que el actual no llegase a buen puerto.
De acuerdo al ingeniero comercial, el mandatario lo hizo “con tal de darle más agua al molino del Apruebo”, pero terminó “por chocar con sus propios seguidores”.
Asimismo, el exdiputado se refirió al silencio de Sebastián Piñera respecto de su voto para el Plebiscito del 4 de septiembre: Él “cree que todavía no es el momento para hacerlo ver y que la mayor parte de la ciudadanía ya sabe lo que piensa él”, lanza.
“Choca abiertamente”
-¿Qué opina de los dichos del Presidente Gabriel Boric? Dijo que en caso de ganar el Rechazo, impulsará un nuevo proceso constituyente.
Yo me imagino que el Presidente Boric lo dice como una fórmula para aumentar “el costo” de rechazar para reformar, porque ha salido en muchas encuestas que una de las principales razones para el Rechazo son los excesos y radicalismos de algunos convencionales.
La performance de algunos yendo disfrazados, el hecho de haber dejado de lado a cualquier persona que no fuera de las izquierdas, el convencional que votó desde la ducha o el que cantó lo de “Pluri Chile”, esos excesos obviamente que a las personas no les parece, y al decir que habría un nuevo proceso, me imagino que lo que quiere decir es: “Ojo, vamos a tener esta discusión de esta forma”.
Es impensado suponer que el 5 de septiembre no va a ser necesario reformar, inclusive 3 de cada 4 votantes del Apruebo dicen que creen que hay que modificar la propuesta constitucional, según Cadem. Entonces yo creo que lo que él quiso fue asumir el costo de decir: si usted vota Rechazo vamos a tener un nuevo proceso”. Esa es la propuesta que él está haciendo, no es que sea obligación.
Y creo que eso choca obviamente con la izquierda por dos razones. La primera es que choca con esa izquierda más dura porque en el fondo se está poniendo en la alternativa del Rechazo. Está diciendo que esto es lo que va a hacer el gobierno en caso de que gane el Rechazo y está garantizando que con el Rechazo igual habría una nueva Constitución.
Por el otro lado también choca con las acciones de parte de su coalición, cuando esta misma semana escuchamos al presidente del PC diciendo que no estaba por suscribir un acuerdo el día 5 de septiembre. Esto a raíz que el presidente de la Cámara de diputados dijo que se necesitaba de un acuerdo para ese día, ya sea si gana el Rechazo o el Apruebo. Y el presidente de Revolución Democrática sostuvo que la reforma para bajar el quórum de reformas constitucionales a 4/7 no tenía que ser votada hasta después del Plebiscito.
-Entonces…
Entonces, la idea de Aprobar para reformar choca con su coalición, choca con los transitorios y creo que ahora choca con esa izquierda que le dice que por qué se abre a la opción del Rechazo. Algunos dicen por ahí que era mejor que se quedara callado, otros lo trataron de traidor, etc. Lo sienten como una afrenta y yo veo que es algo que el Presidente está haciendo quizás con tal de darle más agua al molino del Apruebo, pero que termina por chocar con sus propios seguidores.
Piñera: ¿Apruebo o Rechazo?
-Usted fue ministro durante el pasado gobierno de Sebastián Piñera. ¿Por qué cree que él ha demorado en explicitar su opción?
Yo ya no soy vocero del presidente Piñera, así que es él quien tiene esa decisión. Sin embargo, por supuesto que sigo teniendo contacto con él de forma sistemática. Lo que yo veo es que él ha considerado que no es necesario dar a conocer más evidentemente su posición.
Lo que me imagino, porque no es algo que haya conversado con él, es que cree que todavía no es el momento para hacerlo ver y que la mayor parte de la ciudadanía ya sabe lo que piensa él.
-Pasando a otro tema, ¿cómo está la interna de la UDI?
Yo creo que Javier Macaya ha ejercido un muy buen liderazgo en esto. Primero, en unir a las distintas sensibilidades dentro del partido en la idea de que si llega a ganar el Rechazo, evidentemente hay que hacer modificaciones para entregar una nueva Constitución. Nadie está pensando en volver al 17 de octubre de 2019, no sólo sería absurdo sino que también sería ilógico pretender algo como eso.
Y sabe el mismo Javier que es la UDI la que tiene que iniciar con ciertos compromisos. De ahí el apoyo al proyecto de los 4/7, la carta que se ha hecho de los partidos de Chile Vamos. Creo que ese liderazgo demostrado por Javier, la directiva y varios convencionales, muestra este interés por decir que estamos en una alternativa viable y termina por generar lo que hoy día vemos, que en el Rechazo hay personas de posiciones políticas transversales mientras que en el Apruebo sólo está la izquierda.
Eso creo que ha sido bien recibido, no sólo en la UDI sino que en los partidos de Chile Vamos, que saben que hoy día no es el momento de las vocerías, llamémoslo así, de los presidentes de los partidos de Chile Vamos sino que de la ciudadanía y de otras personas que antes se sentían interpretadas por una centro-izquierda o inclusive de gobiernos de más izquierda, pero que creen que esta es una mala propuesta. Entonces, lo que al menos yo he visto adentro es que hay bastante consenso en esta línea.
-Por lo que desprendo de sus palabras, hace una buena evaluación de la gestión de Javier Macaya.
Sí, por supuesto. Yo hago una buena evaluación, creo que ha sido un grupo, dado las circunstancias que tenemos que son tan complejas, en donde lo clave es actuar en unidad y con generosidad, y creo que eso se ha hecho adecuadamente.
-¿Y cómo evalúa el rol que ha tenido María José Hoffman, secretaria general del partido?
Lo que es para mí es imposible ser imparcial en la evaluación, evidentemente con muchos de ellos fuimos compañeros en el Congreso, planteábamos propuestas y recorrimos el país varias veces juntos. La secretaría general ha intentado, y creo que con éxito, el poder convocar a personas más jóvenes, por ejemplo a los mismos convencionales que eran de la UDI para que estuvieran más permanentemente en contacto y en actividades de formación para el mismo partido para personas que fueran de diversos lugares del país.
De hecho, el fin de semana pasado me tocó hacer una charla el día que llovía muchísimo y había 250 jóvenes debajo de una carpa que cada cierto tiempo había que vaciar porque se llovía. Y eso demuestra que no solamente estamos en un momento político que es importante sino que también hay que mostrar cuáles son las propuestas de futuro, y en eso creo que la directiva ha estado bien.
-Y en relación a esta gestión de Javier Macaya, si la comparamos con la que tuvo Jacqueline van Rysselberghe, ¿cómo lo ve usted?
Es obvio que yo tenía diferencias. Pero lo que ha permitido estas nuevas elecciones es que esas se agoten. Para ser franco, antes de que terminara la gestión de la senadora Van Rysselberghe en ese momento, ya el tema en discusión era otro, no eran temas internos sino que más bien era sobre cuál era la posición que debía afrontar el partido en los meses que venían.
Yo diría que la mayor controversia ya había pasado hace muchos años así que creo que lo que hizo Javier y la Pepa fue poder dar certezas para todas las personas del partido de que aquí había una conducción con futuro y que no iba a ser con divisiones, porque ya habíamos aprendido todos, y no me quiero referir a alguien en particular, que esa no era la fórmula para el partido.
La derecha
-En relación al escenario político, ¿usted cree que el partido ha ido perdiendo terreno ante la irrupción del Partido Republicano?
Yo creo que lo que la UDI ha hecho en este último momento, particularmente con el mismo Javier (Macaya), es dar una mirada, más que hacia ver si es el Partido Republicano el que compite o no por votos, es cuáles son las ideas adversarias a las cuales hay que ir a ganarles, y esas están puestas al frente, no al lado. (…)
Entonces, el foco para la UDI no tiene que ser ni parecerse al Partido Republicano ni tampoco pensar que ahí está la disputa. La disputa está en las ideas de una izquierda radical y no con otras personas con los que eventualmente podrían tener ciertos acuerdos. Ahora, sí, lo que hemos visto es una dureza gigante por parte de algunos seguidores del Partido Republicano hacia la misma UDI y eso a mí no me causa problema en lo absoluto, porque cuando uno lo hace con convicción, no necesariamente vas a caerle bien a todos.
-Lo anterior se lo preguntaba a propósito de las elecciones presidenciales, en donde terminaron apoyando a Kast, que no era un candidato precisamente de ustedes, sino que era un candidato del Partido Republicano.
Sí, es porque la alternativa era el Frente Amplio con el Partido Comunista, y fue José Antonio Kast quien pasó a segunda vuelta, en dónde creo que sí incorporó varios de los planteamientos que le hacían los partidos de Chile Vamos. Hay que recordar que, por ejemplo, la misma Paula Daza junto a Evelyn Matthei fueron muy relevantes en modificar parte del programa y en hacer campaña frente a la otra alternativa que se ponía.
Y a la UDI en los partidos de Chile Vamos, bueno, fueron a una primaria en donde ganó un candidato que no era de Chile Vamos, que era Sebastian Sichel, quien venía de afuera. Creo que en ese momento, parte de la elección se trató de lo nuevo. Y eso nuevo, en el área de la centro-derecha, significó Sichel. Y en la primaria de izquierda, de Apruebo Dignidad, significó Boric.
En la primera y segunda vuelta creo que el debate estaba puesto en seguridades por un lado, no solo la seguridad pública en términos de delincuencia que obviamente es un tema súper importante, sino que también en la posibilidad de planificar familiarmente hacia futuro: saber si mi hijos iban a llegar al colegio o no, si podía tomar la micro a cierta hora y volver sin temor a que estuviera tomada la calle, poder abrir la cortina del negocio en el centro de la ciudad. Y eso lo representó mejor José Antonio Kast.
Pero por el otro lado también había una fuerza muy grande sobre cambio político en las lógicas de pasado que evidentemente la representaba mucho mejor Boric. Creo que esa es la razón por la cual ambos pasan a segunda vuelta, en donde fue el mismo Boric el que más se hizo cargo de la demanda por seguridad y creo que lo que le faltó ahí a la candidatura de Kast fue hacerse cargo de la demanda por cambio. Pero bueno, esas eran las dos alternativas, y por eso es que todos los partidos de Chile Vamos se sumaron a la candidatura.
Las figuras
-¿Consideran que fue un error que Evelyn Matthei no compitiera en las elecciones pasadas?
Es que esa política-ficción ya es compleja. Yo creo que Evelyn tiene un potencial gigantesco, siempre lo ha tenido. Me tocó hacer campaña con ella cuando fue candidata presidencial y uno ve la cercanía, además de la dirigencia y dirección. Más que pensar en hacia atrás, sobre si hubiese pasado algo distinto, yo creo que es importante pensar hacia adelante. Evelyn tiene un liderazgo muy potente y actual.
-¿Le gustaría que ella compitiera en próximas elecciones?
Yo creo que de todas maneras, ella es una muy buena figura para el futuro. Sin embargo, hoy no es el momento para estar pensando en eso, falta mucho. Llevamos tres meses y medio del actual gobierno entonces falta muchísimo. Hay una elección en pocos meses más que es clave para el futuro del país y ese tiene que ser nuestro foco. Lo otro ya va a venir en adelante, pero no hay ninguna duda que Evelyn Matthei es un liderazgo muy potente.
-¿A quién ve como figura fuerte de la UDI?
Uno tiene que pensar en parlamentarios y no parlamentarios. Entre los parlamentarios está Javier Macaya, Jorge Alessandri, Guillermo Ramírez o Juan Antonio Coloma, quienes juegan un rol muy relevante. Y entre los que no están en el Congreso encontramos a la Pepa Hoffmann, Isabel Plá, Daniela Peñaloza, Evelyn Matthei. Es decir, figuras que están o en los municipios o en el partido quienes juegan un rol muy importante en la interna.
-¿Se considera a sí mismo como un recambio en la UDI?
Yo no sé si recambio, el recambio más bien fue la opción que eligieron los militantes en la elección. Es un recambio que en este momento era súper necesario. Sobre todo, dado los desafíos que vienen en adelante, en donde nuestro Presidente de la República tiene 36 años.
Entonces, obviamente ahí hay un cambio generacional y de cómo se entienden las lógicas políticas, lo cual no significa en ningún caso que las personas que tienen más experiencia en política, o tienen más edad, no puedan ser parte de este recambio. Yo creo que hay algunos que tienen la facilidad no sólo de adaptarse sino que también de comprender la diferencia de la política de hoy versus la política de hace algunos años atrás.
Pero a mí mismo… tengo 41, fui candidato, no ganamos pero después sí se hizo un camino en equipo que continuó Javier Macaya con Pepa Hoffmann y que hoy día permite que ellos estén dirigiendo el partido.