Edición: Jaime Silva

Mayol repasa a Izkia Siches y se pregunta por Jackson: ¿Por qué él no es ministro del Interior?

30 abril 2022 | 07:00

El sociólogo, Alberto Mayol, hace -en diálogo con la Unidad de Investigación de BioBioChile- un análisis de los primeros 50 días de Gabriel Boric en el poder. La ex carta a La Moneda por el Frente Amplio afirma que la actual administración carece de diseño y control. Además, señala que Izkia Siches no es idónea para el cargo de ministra de Interior. "No tiene las condiciones estructurales", advierte.

De entrada, Alberto Mayol golpea fuerte al gobierno del Presidente Gabriel Boric Font. El analista político advierte de las carencias en diseño y control que ha mostrado el Ejecutivo en el mes y medio de existencia.

Y lanza: “La falta de capacidad política yo creo que se debe fundamentalmente a que la coalición de gobierno es una coalición unipolar, o sea, tiene solo un grupo de poder”.

Sobre quién debería haber sido el titular de Interior, Mayol no duda en mencionar a Giorgio Jackson: “Venía trabajando con Gabriel mano a mano durante 10 años, han hecho todo juntos, tiene confianza y se leen de memoria”.

Además, el politólogo responde sobre los liderazgos que podrían surgir en la derecha para recuperar nuevamente el poder.

Por último, el académico entrega su pronóstico de cara al Plebiscito de salida y comenta qué pasaría si gana el “rechazo”.

Los primeros 50 días

-¿Cómo resumiría las primeras semanas del gobierno de Gabriel Boric?

Considero que estos primeros 50 días (Boric) ha tenido poco control. La palabra ‘gobernar’ viene del griego kybernaein que significa timón, que significa control. Evidentemente los niveles de diseño, planificación y la calidad de las discusiones han estado lejos de permitir esa capacidad de gobernar. Ese es el principal rasgo y en ese sentido entonces tiene que preocuparse el gobierno de darle un eje a su trabajo político.

Hay como una obsesión por el eje comunicacional, pero hay cosas que van más allá de lo comunicacional, que se plasman comunicacionalmente, pero que son estrictamente políticas en el sentido amplio. O sea, política de coaliciones, políticas de los grupos de los ministerios y diseño de políticas públicas.

Todo eso es algo a lo que el Gobierno tiene que ponerle más énfasis, porque eso le va a dar una vertebración. Si yo tuviera un término para hablar de este proceso en Chile, no solamente el Gobierno, es una situación…. es como un ser vivo invertebrado que no tiene una columna que organice su lugar en el mundo.

-¿Compartes la crítica que se ha hecho al Gobierno sobre falta de manejo político o experiencia?

Yo creo que cualquier Gobierno que llega, que no ha tenido la experiencia de gobernar, va a tener problemas de experiencia. La falta de capacidad política yo creo que se debe fundamentalmente a que la coalición de gobierno es una coalición unipolar, o sea, tiene solo un grupo de poder.

Porque objetivamente en la coalición de gobierno está el Partido Comunista, pero en rigor pesa menos que partidos que están fuera de la coalición del gobierno como el Partido Socialista, que está en el Gobierno pero no está en la coalición.

Esos errores de organización revelan una problemática efectivamente. Ahora, yo diría que los problemas no están fundamentalmente en la experiencia, sino en la capacidad de comprender dónde está el centro de la acción de gobierno.

Hay una tesis dentro de la coalición de gobierno, que creo que está equivocada, que indica que este es un cambio generacional en un sentido amplio. O sea, no solamente de liderazgos y edades, sino que también de agendas y de temas con un conjunto de personas que llegan provisto de eso que se denomina en sociología ‘valores posmateriales’, que son temas más relacionados con la política de las identidades, los temas más relacionados con aquellos países que han resuelto sus problemas de subdesarrollo y van a una siguiente agenda.

La circunstancia es que eso está en el marco de un país con problemas materiales que fueron los que gatillaron la crisis. Entonces hay un problema de diálogo ahí. Hay una falta de comprensión sobre que la solución no es solamente tener una nueva oferta política., nuevos partidos políticos, nuevas agrupaciones políticas y nuevas formas de hacer política. Si no que la oferta fundamental estaba en la capacidad de relación de un modelo de economía, de un modelo de sociedad asociado a ese modelo de economía y un modelo de Estado que protegiera de la sensación de intemperie en la cual muchas veces la gente se siente frente a la vida económica y que permitiera al mismo tiempo promover y desarrollar aquellas promesas de desarrollo que Chile ha llevado adelante por muchos años.

En ese sentido, esa expectativa es el tema central y creo que ha estado fuera de la agenda en la práctica. Hay otros temas que se están viendo, pero ha estado fuera de la agenda. No basta con una agenda de derechos, porque para que exista la agenda de derechos tiene que haber un modelo de sociedad que permita que sus derechos existan en términos materiales, no solamente la declaración.

-¿Crees que se aplica el dicho de “otra cosa es con guitarra”?

En ese sentido hay una situación interesante. Es evidente que ser gobierno no es lo mismo que ser oposición y eso ha pasado con cualquier generación o grupo. Es evidente que otra cosa es con guitarra.

El juego es dónde reside la prudencia del actuar político que es parte muy importante. La prudencia no significa hacer política muy aburrida, no significa dejar de ser osado a veces, porque a veces la osadía significa ser prudente.

Probablemente convocar a un cambio constitucional un mes después de un estallido social fue un acto prudente, aunque fue osado. La crisis lo ameritaba.

Creo que el punto de fondo es dónde está la prudencia. Yo tengo la impresión de que el Gobierno a veces acepta la tesis de que otra cosa es con guitarra y realmente se trae una guitarra que no es propia.

Otras veces sencillamente descree que ‘otra cosa es con guitarra’ e insiste incluso, a pesar de la evidencia, en trabajar con agendas completamente nuevas, sin diálogo alguno con los ministros del pasado y por tanto, en el fondo, no contemplan que los ministros del pasado aunque sean muy de derecha, muy distintos, miembros de una élite que tu quieres sacar del juego o reducirle el poder, resulta que esos ministros al final tuvieron una experiencia que te puede aportar si tienen buena voluntad y te lo dicen. Pueden no decírtelo, pero tú le preguntaste e hiciste lo que debías.

Yo creo hay un poco de ambas cosas. Hay un poco de las veces en que usan más la guitarra anterior a su propia guitarra y hay otras veces que sencillamente se olvidan, dejan en un trastero la guitarra anterior y quieren hacerlo todo nuevo.

Las dos cosas me parece que no son lo que una generación de impugnación política y de transformación social debiera hacer.

-Entonces…

Hay que tener elementos conservadores naturalmente, porque no todo lo vas a poder cambiar y tienes que definir cuáles son tus agendas de transformación y en ellas sí tratar de tener algo que sea no solo otra guitarra, sino que sea una mejor guitarra que la que había.

¿Mayol al gabinete?

-En algún momento se habló de Alberto Mayol como posible integrante del gabinete… te hubiese gustado o te imaginas siendo parte?

La verdad es que nunca tuve noticias de verdad. O sea, gente que me dijera seriamente. Los rumores siempre existen con toda clase de nombres, como trabajé en BancoEstado también alguien me comentó por ahí que sonaba en el banco. La verdad es que no tuve nunca una noticia medianamente seria si quiera.

Desde el punto de vista de mi disponibilidad, yo soy un convencido de que en todas las dimensiones de la existencia profesional -y esto también es un trabajo- hay una cosa fundamental que es el diseño. Si uno no tiene diseñado el proceso de ingreso y va a estar reaccionando más bien a los escenarios, a las pulsiones, a tus propias ganas… creo que no es aconsejable en general.

Puedo entenderlo, porque yo también lo he hecho en la vida. A veces uno dice ‘no, pero esto es importante y lo vamos a intentar’, pero yo creo que no es aconsejable sumarse en condiciones que no tengan un diseño que al menos tú conozcas. Yo no conozco un trabajo de diseño… estamos con una generación que tiene que cambiar el modelo de sociedad, el modelo económico, el modelo político y el modelo social en general.

Si me preguntas si yo veo que hay un claro modelo de sociedad al que se va a girar… sé que hay algunas cosas que están claras, estamos tratando de ir a una especie de Estado de bienestar, pero me da la impresión que eso no tiene un diseño robusto y por eso me parece que, en principio, para mí no sería particularmente interesante estar en el Gobierno en un cargo, si no tengo esa sensación de que estamos en posibilidad de construir un diseño.

Siempre estoy disponible para ayudar y para apoyar en ciertas cosas. Yo soy súper claro, yo nunca le he dejado de contestar el teléfono a ninguna persona de ningún signo político que quiera tener una opinión mía o incluso un consejo mío. Lo he hecho con cualquier gobierno, con cualquier autoridad que me lo haya requerido y cuando no me lo han requerido, y he tenido algún informe que me parece que puede ser útil para cargos importantes del país, si tengo cómo hacerlo llegar lo hago llegar.

Me parece que es un acto obvio de todos los que estamos en el mundo académico intelectual, el tener esa disponibilidad. He recibido llamadas desde lugares bien lejanos políticamente y he estado disponible para esas conversaciones sin ninguna duda.

Factor Siches

-¿Sientes que son justas las críticas que ha recibido la ministra Siches?

Yo creo que ella ha tenido una gestión donde se ha expuesto a una situación de debilitamiento político de manera ostensible. El ministro del Interior tiene funciones y tiene roles. Las funciones son las que marcan la ley en torno a la seguridad, principalmente, y otras relacionadas con el peso en el comité de ministros.

Pero también hay roles. Un rol muy importante es que en la práctica (el ministro de Interior) debiera ser el jefe político del Gobierno. En este caso además, como no hay una sola coalición en el Gobierno, cosa que es un problema, tú como ministro debieras ser más fuerte que la jefatura -que tampoco existe- de coalición y por tanto tendrías que tener una capacidad política sobre otros ministerios.

Por tanto, no podría ocurrir que la vocera de Gobierno dijera que de alguna manera se está trabajando contigo para poder apoyarte y darle sostenibilidad a tu gestión. Al revés, tú (ministra) eres quien va al ministerio de la vocería de gobierno y después de hablarlo con el Presidente le dices ‘quiero que el eje político de la comunicación de nuestro gobierno sea este’.

¿Pero qué pasa? Que ese es el problema de no dimensionar ciertos elementos estructurales. Cuando la persona que llega al Ministerio del Interior es alguien que se sumó a la coalición un par de meses antes de estar en el Gobierno… no es posible, no es viable. No es pensable que esa persona pueda llevar a cabo las tarea de liderazgo político dentro de la coalición. Requería una situación muy particular en la que habría que construir las condiciones para que eso acontezca.

Ese a mi juicio es el principal problema, que finalmente Izkia Siches no pertenece a ninguno de los partidos, no pertenece a la coalición, no pertenecía anteriormente a la coalición. Viene de un mundo que estaba colateral, que en muchos aspectos era periférico al sistema político, no tiene experiencia ni en el ámbito del Poder Ejecutivo ni en el ámbito del Poder Legislativo y, por tanto, era un aterrizaje en un escenario del cual había que todo absorberlo y aprenderlo. Eso te quita la posibilidad de tener un liderazgo político sobre las personas que trabajan contigo.

-Entonces…

En ese sentido allí hubo un error importante (…) Había una persona que venía trabajando con Gabriel Boric mano a mano durante 10 años, han hecho todo juntos, tienen confianza, se leen de memoria y que tiene el peso político sobre toda la coalición y es Giorgio Jackson, quien es el núcleo de poder más importante incluso que Boric dentro de la coalición. La pregunta es por qué él (Jackson) no es el ministro del Interior.

Si él pensaba que el cargo era muy difícil, por qué poner una persona que viene con menos recursos políticos que los que él tenía para hacerse cargo. Por qué entonces -aunque me parece impensado- no le exportaron el problema a otro partido fuera de la coalición de Gobierno. Me hubiera parecido insólito algo así, pero en la práctica pasó (con el nombramiento de Siches) escogiendo a una persona independiente, nueva en el circuito y que está a cargo del Gobierno en términos de liderazgo político y no lo puede ejercer porque no tiene las condiciones estructurales para hacerlo.

Rol de la oposición

-¿Cómo ves el rol que ha tenido la oposición? ¿Qué líderes proyectas de ese conglomerado?

La derecha quedó en ruinas. Sebastián Piñera destruyó a la derecha allí donde es más importante. El problema de no tener liderazgo existe, pero el problema más de fondo es que el gobierno de Piñera comienza con la posibilidad de poder volver a generar un poco de fe en el modelo de sociedad que la derecha había impulsado para Chile desde la dictadura hasta esa fecha.

Después del estallido social y de la gestión de Piñera con su enorme incapacidad política, después de sus gestiones incomprensibles -en términos políticos- respecto a la discusión sobre las 40 horas laborales y una serie de otros errores de gran alcance, en medio de una persona que creía que iba a tener liderazgo internacional, que se iba a meter al G20, que tenía cuatro o cinco eventos internacionales en agenda, que según él le iban a dar la posibilidad -entre ello- botar un gobierno extranjero, tenía (Piñera) un trastorno de realidad muy claro.

En ese trastorno de realidad entrega Piñera el gobierno. Con las AFP prácticamente muertas, con el modelo económico derrumbado, entrega las condiciones políticas de la derecha muy débiles y además, entregando la Constitución en su propio gobierno, algo que era uno de los tesoros preciados de la derecha.

La derecha está muy débil y no sólo está muy débil, sino que no se ve muy bien por dónde pudiera salir. Al final del día en la larga duración de los procesos políticos, la capacidad de traducir los intereses de los grupos en grandes proyectos políticos en grandes ideas es la clave.

¿Quién tiene la capacidad en la derecha para hacer eso? Con toda honestidad yo no lo veo.

Quinto retiro

-¿Qué validez le das a quienes han criticado al gobierno por una cierta “incoherencia” al oponerse al quinto retiro? Es un tema impopular.

Dejemos la popularidad al lado incluso. El problema es la disonancia. Cuando tú empiezas a repetir los mismos argumentos que dijiste de parte de la derecha que eran inapropiados, como la inflación, entonces tienes un problema.

Es lo mismo que ha pasado con el ministro de Educación diciendo se equivocaron en la postura con respecto al retorno a clases y otros reconocimientos que se han hecho en el ámbito de la salud. Y ahora sobre los retiros. El Gobierno está diciendo exactamente lo mismo que se había dicho en la administración anterior para negarlo.

Eso es problemático, porque da cuenta de la ausencia de una línea política. Es cierto que Gabriel Boric siempre había dicho que los retiros no eran la forma de hacer política pública, pero que en situaciones extremas era necesario.

Como todavía estábamos en una situación extrema e incluso más ha aumentado el costo de la vida y de forma significativa, cuando tú condenas entre el impacto de una cosa o la otra, perfectamente se podría haber evaluado de manera distinta.

Yo creo que la capacidad política está en ser capaz de hacer cosas que tengan significado y lo que hizo el Gobierno respecto al retiro no tuvo significado. Lo que debió haber ocurrido es que debió haber llegado a un acuerdo político validando el retiro pero cerrando la compuerta. Dejar en evidencia por qué se cierra la compuerta a partir de un conjunto de medidas acordadas y negociadas con otros sectores políticos y hacer un cierre donde queden tres o cuatro actores ladrando, pero no generar una situación como la que se generó, donde finalmente yo creo que sencillamente no se entendía. Y eso es lo más complicado en un escenario. La confusión es uno de los principales escenarios negativos que puede tener una sociedad.

Apruebo vs Rechazo

-¿Cómo ves el escenario para el Plebiscito de salida?

Mi impresión política con miras al Plebiscito, yo creo que va a ganar el “apruebo”, pero evidentemente lo ganará en una condición muy distinta a cómo se ganó en la entrada y eso genera una situación que yo juzgaría de compleja, porque el principal activo del proceso constituyente es la legitimidad. Es algo que hoy día está con posibilidad de estar cuestionado, por una serie de razones que podría detallar que son bastante extensas y complejas en términos de análisis.

-¿Qué pasaría si gana el Rechazo? A nivel político o social.

En términos históricos, las sociedades no saben ir hacia atrás. Cuando tú fracasas yendo hacia adelante, convirtiéndote en lo que deseas ser, a veces te vas a refugiar al pasado y eso en la sociedad es una muy mala noticia. Si alguien compara la Cataluña de hace 20 años con la de hoy, creo que todos estarán de acuerdo que la Cataluña de hace 20 años pintaba mejor que la Cataluña de ahora, porque estaban mirando hacia el futuro, estaban mirando hacia Europa y no -por decirlo así- a cómo hablo mi idioma ancestral y no me comunico con nadie más.

Esto es más o menos lo mismo, si Chile decide ir hacia atrás pagará un costo importante como país. ¿Eso significa que hay que aprobar cualquier texto? Yo entiendo a la gente que dice que no, por su puesto. Pero evidentemente hay que lograr que la Constitución que salga sea no sólo lo más parecido a lo que se desea, sino que también a un formato serio desde el punto de vista técnico y ese es el gran desafío.