De vez en cuando Gaspar Domínguez tose. Sentado en el despacho en el primer piso del exCongreso, literalmente a pasos de donde trabaja la presidenta María Elisa Quinteros, comenta que el COVID-19 que lo afectó la semana pasada le trajo consecuencias: “La verdad es que no estoy al 100%”, asume. “Me siento un poco más cansado”.
Y aunque su aislamiento terminó este martes y no está contagiando, dice que “no canta victoria todavía”, ya que “hay casos de gente que le aparecen a los días otros síntomas, como pérdida del olfato o falta de energía”.
El 5 de enero pasado, Domínguez fue electo vicepresidente del órgano, sucediendo a Jaime Bassa. Logró el espacio en la testera en una sola vuelta con 112 votos, prácticamente un 70% de las preferencias.
Hoy, entre el trabajo de comisiones y reuniones, asume que su vida ha cambiado desde que tomó este nuevo rol. En julio del 2021 vivió la primera modificación a su rutina: pasó de ser un médico general de zona en Palena, en plena patagonia chilena, a ser convencional constituyente. Desde ahí tuvo que alternar de residencia: vivir una semana en su casa en la comuna austral y trabajar telemático, y laborar una en Santiago.
Pero hoy ya se estableció totalmente en el centro de la capital, su ciudad natal. La carga que conlleva el cargo, las citas, los documentos a firmar y el estar en la testera no le permite volver a su hogar, principalmente porque tendría que hacer cada fin de semana uno de los viajes más largos que debe hacer cualquier convencional: dos días completos de traslado desde su casa al trabajo.
“Tuve que encargar a una colega que vive en la casa de al lado que me riegue las plantas. Yo tengo unos arbolitos en unos maceteros, tengo muchas plantas, y le he pedido a ella que vaya. Además, yo crío lombrices, y tuve que pedirle que vaya a ponerle sus restos orgánicos a mis lombrices porque no he podido ir a la casa. Eso me da mucha lata. Pero es parte de vivir lejos”, lamenta el magíster en Salud Pública.
Un aspecto curioso: dejó las llaves de su casa puestas. “Así, han pasado un par de amigos que por razones de turismo viajan allá. Eso se usa allá en Palena, por eso no me da miedo. De hecho, hasta el auto lo tengo abierto. Mis amigos que se quedan allá, usan mi casa y mi auto”.
Y en una de las semanas de discusión y trabajo más álgidas de la Convención —aunque él tiene claro que vendrán semanas más difíciles—, ofrece esta entrevista a BioBioChile, en la que comentó los difíciles momentos en el órgano, la renuncia de Lorena Penjean, la Consulta Indígena y su relación con el nuevo Gobierno.
Como médico, ¿puede diagnosticar lo que está pasando en la Convención?
“(Ríe). Bueno, en realidad la medicina y el arte de diagnosticar cosas tiene que ver con poder leer y juntar distintos signos y síntomas para generar una categoría diagnóstica. Eso permite definir tratamientos y hacer pronósticos. Y a mi juicio, hay algunos síntomas y signos en el funcionamiento de la Convención que permiten hacer diagnósticos para mejorar el pronóstico. Dentro de los síntomas que tenemos está que el tiempo que queda hasta el 4 de julio es una variable que no podemos modificar”.
“Y como no podemos modificarla, tenemos que intentar modificar otras que están a nuestro alcance. Podemos controlar la dinámica interna. Y de hecho, como presidenta y vicepresidente yo diría que no es algo que podemos, sino que es algo que debemos hacer.
El 15 de febrero es el primer pleno deliberativo, donde se votarán las primeras normas en el hemiciclo para comenzar a incluirlas en la nueva Carta Magna. Para llegar a cumplir este hito, dice Domínguez, determinaron las dos comisiones que estaban más cerca de tener un informe —Sistemas de Justicia y Forma de Estado—, y junto a los cuatro coordinadores, los dos secretarios y la Secretaría técnica, las priorizaron para que pudieran llegar con sus informes a esa instancia. “Esas comisiones tuvieron un trabajo maratónico, y lo lograron. Ambas lograron sus plazos para sacar su informe”, asegura.
¿Cuál es la situación de las otras comisiones?
“Todas las comisiones están en situaciones distintas. Hay dos comisiones que tienen situaciones especiales. Por ejemplo, Derechos Fundamentales. Allí hay particularmente muchísimas iniciativas. Por esto, es crítico que se logren consensos o acuerdos. Con esto me refiero a que las iniciativas que son similares, que los colectivos las bajen. Que el esqueleto que utilicen sea uno, y que a ese le agreguen los elementos de otra iniciativa. Esa es la estrategia que se logró de acuerdo”.
“Eso pasó el día jueves de la semana pasada en esa comisión: había en tabla 108 votaciones al empezar el día. Los colectivos se pusieron de acuerdo, se bajaron votaciones y finalmente votamos 37 iniciativas. También (desde la Mesa) hicimos un llamado para que las indicaciones en la comisión sean de vocación de dos tercios: es decir, que todos los colectivos de todo sector, más allá de divisiones clásicas, hagan indicaciones juntos. Así se van a aprobar todas”.
¿Por qué eso no pasó de un principio?
“Es que como el tiempo ha sido muy rápido y han habido muchas sesiones, hasta antes del 1 de febrero muchas personas se preocuparon de hacer un trabajo importante para incorporar sus normas e incluir elementos que ellos consideraban fundamentales. Se ingresaron las normas el 1 de febrero, empezaron las discusiones en las comisiones y empezamos a descubrir, al ya tener los temas ordenados, que habían normas muy parecidas. (…) Ahora que las propuestas de norma están ingresadas por tema y comisión, uno puede buscarlas, conocer quienes la escribieron y hablar con esas personas”.
“Entonces, creo que llegar a los plazos es perfectamente posible, hacer una pega bien, profesional, cumpliendo los plazos, haciendo un trabajo de calidad. Pero para que eso sea posible hay que cumplir algo necesario, que es ponerse de acuerdo”.
Se habla de que se trata de ganar ese gallito político, para ganar el titular o ganar puntos políticos. Quizás dejar de lado esa práctica.
“Es de extrema importancia para esta etapa el pragmatismo. Eso significa dejar de pensar en los discursos que intentan posicionar temas, porque ya están todos posicionados a través de las distintas iniciativas. Debemos pensar en términos pragmáticos: quedan nueve semanas para que se deshagan las comisiones. De ahí, vienen seis semanas de armonización. Y se acabó el proceso constituyente. No hay más. Es así: impresionante”.
“Entonces, podríamos hacer modificaciones de cronograma, quizás, alguna interna. Cambiar alguna fecha interna, acortar un poco otra comisión. Pero la fecha límite sigue siendo el 4 de julio. Y la comisión de armonización es una comisión muy importante. Es la que le dará el orden y la estructura al texto. Corregirá algunas inconsistencias, también. Le va a dar la calidad jurídica y técnica. Por eso, a mi juicio, no es buena idea al principio, para prolongar el tiempo de las comisiones, quitarle demasiado tiempo a la armonización, atendiendo que el tiempo es rígido y hasta el cuatro de julio”.
Futuro Gobierno
¿Se ha comunicado con el presidente electo Gabriel Boric?
“No. El día en que fuimos electos con María Elisa Quinteros y se hizo la ceremonia, a ella la llamó y a mi me mandó un mensaje amable de presentación por Whatsapp. Ahí comprometió su apoyo. Pero nunca hemos conversado ni nos hemos reunido, ni hablado con teléfono con él. No chateo con él. Yo creo que ese día que llamó a la presidenta fue un mensaje de cortesía, como también lo ha tenido el Gobierno actual. He recibido también mensajes del actual ministro de la Segpres manifestándome su disposición a colaborar. Pero con la presidenta tenemos la convicción profunda y real de que es tan poco el tiempo, que estamos extremadamente abocados a lo estrictamente necesario. Y si por alguna razón necesitamos reunirnos con el presidente Piñera o Boric, lo vamos a hacer en su momento para hacer una tarea específica. Pero no hemos visto la necesidad de hacerlo”.
¿Ha tenido acercamientos con Giorgio Jackson?
“No. Yo por lo menos, no”.
¿Va a colaborar usted con el nuevo gobierno?
“Yo voy a colaborar para que el proceso constituyente salga adelante. Y atendiendo que el proceso constituyente es autónomo, un órgano independiente, y que yo no milito, y nunca he militado en ningún partido, ni Convergencia Social, ni el Frente Amplio, ni la Concertación… Yo ni siquiera fui independiente apoyado por una lista, yo fui independiente porque busqué patrocinios. Entonces me debo solamente a la gente que me apoyó en mi región”.
¿Qué espera de la nueva administración en Segpres?
“Hemos conversado con la presidenta sobre esto. Y la contracara de la Segpres con nosotros es el señor Matías Cox. Él es la Segpres acá. Y con ella compartimos el diagnóstico de que él ha hecho un trabajo de lujo, ha facilitado mucho las cosas. Ha sido un bálsamo para las relaciones y las gestiones. En ese sentido hemos explicitado que asumiendo que va a cambiar el gobierno, ministro y subsecretario, queremos seguir trabajando con Matías Cox, porque creemos que ha hecho un buen trabajo. No sería bueno que en medio del proceso cambie la persona que representa a Segpres. Él ya tiene un conocimiento aprendido y creemos que el proceso constituyente es independiente de las turbulencias que ocurran fuera. Es mejor mantenernos con él.
¿Lamenta que la Convención haya tenido que ocuparse de tantos temas administrativos y de gestión, casi como una empresa, desde cero? Que haya recaído en ustedes esta responsabilidad.
“Cuando nosotros asumimos el 4 de julio del 2021, me acuerdo muy bien: había mucha esperanza, ánimo, ambiente de empezar con mucha energía. Y fue un balde de agua fría llegar al Hemiciclo. Me acuerdo perfectamente de dónde me senté: no funcionaba el internet, no cabíamos en la misma sala, no estaba determinado el aforo. Había que irse a otras salas, pero no estaban conectadas entre sí. Quería pedir la palabra pero no sabía usar el monitor. Esa primera sesión, o seudo sesión, no había transmisión funcionando (…) No teníamos nada para funcionar”.
“Entonces sí, lo lamento. Creo que si hubiéramos llegado y hubiera un protocolo covid validado por Seremi funcionando, los micrófonos funcionando, la internet funcionando, las salas habilitadas, creo que hubiéramos empezado más rápido. Pero son las dificultades. Nadie sabía que esto iba a ser asi. Yo, la verdad, no creo que haya sido intencional o de mala fe. Más bien fue una torpeza de no saber. Una torpeza de la administración que tenía que preparar las condiciones para que el proceso constituyente saliera adelante, que es ‘del Presidente de la República o en quienes este delegue la responsabilidad’, como dice la Constitución. Entonces yo sería más genérico y diría que fue responsabilidad del Ejecutivo, que no estaban las condiciones. Y por cierto que dificultó, pero hoy día, la responsabilidad es exclusivamente nuestra”.
¿Teme que una prórroga…?
“Me preguntan día por medio eso”.
¿Y usted la niega… pero no teme que el hecho de que haya una prórroga inunde toda la agenda del nuevo gobierno?
“Nosotros estamos haciendo todo lo que hay que hacer para terminar en los plazos. Y si logramos consensos y ponernos de acuerdo, vamos a terminar en los plazos. Va a pasar. Pero es legítimo pensar que algún grupo de convencionales pueda creer que es mejor pedir más tiempo. Desde esta Mesa, presidencia y vicepresidencia, no está ese ánimo. Pero esa decisión le corresponde al órgano. Es legítimo que un grupo de convencionales solicite la palabra y pida que se discuta en el hemiciclo el tema. Pero yo reflexiono y digo: ¿qué pasaría si dos tercios o todos en la convención definiera que es bueno tener más meses? No sé, tres, cuatro. No es una decisión que depende de nosotros. Y podemos ocupar días discutiendo esto, incluso ingresar una solicitud formal -no sé por qué medio, porque no existe una conexión formal con el Parlamento tampoco– a través de un oficio, y quizás ellos deliberan que no. Entonces, habríamos perdido ese tiempo tan valioso”.
“Por eso yo creo que nada está escrito en piedra, eventualmente esto podría verse razonable para efectos de mejorar aspectos técnicos del texto. Podría ser. Pero como no es una discusión que nos compete a nosotros, creo que lo mejor es ni siquiera llevar esa discusión, o no por el momento. Porque a mi juicio es posible terminar en los plazos, siempre y cuando se logren construir los amplios acuerdos que se requieren para tener los dos tercios”.
Volviendo al punto anterior: si hay una extensión del plazo, por ejemplo dos meses, habría nueva constitución en noviembre. De alguna forma, eso inundaría toda la agenda del primer año de gobierno de Boric. ¿Usted espera que eso no suceda?
“Las consecuencias o alcances que pudiera tener para el Gobierno la verdad no está dentro de mi plan de análisis. La constitución tiene vocación de ser de largo plazo. El peor error que podemos cometer es tomar decisiones que incidan en la constitución pensando en un gobierno, atendiendo que esta constitución tiene, espero, inspiración para poder guiar el camino de los próximos 20 gobiernos. Creo que sería una muy mala idea tomar decisiones pensando en un gobierno actual. Eso, para todos los efectos. Y cuando pensemos en duración del período presidencial, de los parlamentarios, posibilidad o no de reelección y todas esas cuestiones, a mi juicio, deben comenzar desde el próximo gobierno y no desde el gobierno de Gabriel Boric. Porque no podemos permitirnos que las decisiones se nublen por una situación circunstancial, que es quien gobierna ahora. La constitución debe estar aparte de la política contingente. Si no, estamos destinados a que sea la constitución que venga a responder un momento puntual de la historia. Y en realidad tiene que ser una constitución que permita construir un nuevo modelo de estado, un nuevo rol del estado, y que esto sea a largo plazo, independiente de la administración que esté ahora.
“A mi juicio en particular, en relación a la reelección y duración del periodo presidencial, debe empezar desde el gobierno que siga después de Gabriel Boric. No antes, porque a Boric lo elegimos con esas reglas. Si no, se va a prestar para que los sectores pro Boric voten porque el período de duración sea de 6 años con reelección, o los anti Boric porque sea sin reelección. Vamos a terminar votando pensando en el Presidente que tenemos ahora. Y creo que las decisiones tienen que ser pensando en la figura de un presidente o presidenta en general, cualquiera que sea”.
Comunicaciones
Renunció Lorena Penjean, directora de la secretaría de comunicaciones de la Convención. Acusó una “deuda comunicacional” producto de un “presupuesto inexistente” y del “comportamiento de la mesa directiva”, en la cual usted está. ¿Es efectivo que se le quitó presupuesto de $361 millones y que hay restricciones para contratar gente?
“Efectivamente existen restricciones presupuestarias. Y me gustaría dar números para iluminarlo: la ruta CH 235 une a Chaitén y Palena. Se aprobó un proyecto para pavimentar 33 kilómetros de esa ruta. Y como referencia: el costo total de funcionamiento de la Convención para el año 2021, considerando sueldos, viáticos, asignaciones, viaje a Concepción, guardias, agua, luz, gas, edificio, carpa de prensa, es igual a la pavimentación de 10 kilómetros de esa ruta. Esa ruta va a requerir mantención en 12 años. Nosotros estamos escribiendo una constitución que va a incidir en todo Chile y por varias décadas.
“El presupuesto de la Convención para el 2021 fue de $8.500 millones de pesos. Eso equivale también al 12,5% del presupuesto total de la Cámara de Diputados, el mismo año. Las reglas que se determinaron para este proceso no venían con un presupuesto asignado, quedó establecido que el Ejecutivo, el Presidente, definiría el presupuesto necesario para hacer el trabajo. Y el Presidente, a través de sus asesores, definieron que el proceso constituyente podía funcionar con un presupuesto equivalente a pavimentar 10 kilómetros de la ruta CH 235. Entonces, evidentemente hay problemas presupuestarios. Hay muy poca plata. Yo he dirigido equipos de hospitales y posta, y puedo decir que siento que se parece mucho. Es administrar pobreza. Los montos destinados para un órgano de este tipo son completamente insuficientes. Trabajamos con lo que hay disponible”.
“Entonces, por cierto y con justa razón, Lorena Penjean me dijo que la campaña que está financiando el ministerio de educación para la vuelta a clases vale $267 millones. Yo tengo menos que eso para campaña de comunicaciones de toda la Convención. Entonces sí, comparto el primer punto de la carta de Lorena Penjean, que es explícita: hay un problema presupuestario”.
“Y lo segundo que pone es que hay falta de voluntad. Yo confío en Lorena Penjean, en su trabajo. Tengo buena relación con ella. No he vuelto a hablar con ella, pero hablamos hasta el último día, me dijo que pensaba en renunciar. Le dije que si se sentía más cómoda haciéndolo, que lo hiciera. Me lo dijo antes de informar públicamente. Yo accedí, le dije que por cierto íbamos a aceptar la renuncia, y también entendí que ella no había podido adaptarse a un equipo y un contexto con tal situación de precariedad. Porque realmente es precario”.
¿Es efectivo que se le quitó un presupuesto de 361 millones para Consulta Indígena?
“El presupuesto considerado por la Unidad de comunicaciones es el presupuesto equivalente a pagar las remuneraciones de los funcionarios que ejercen funciones en esa secretaría. Otros productos o servicios que pudieran necesitar comprarse, debían ser visados y autorizados específicamente. Por ejemplo: comprar elementos que pudieran servir para Consulta Indígena u otros aspectos. Comprar cápsulas o animaciones, u otras cosas. Como no había presupuesto, la presidenta solicitó al PNUD apoyo, y ese organismo está apoyando con recursos humanos: community manager, diseñador, periodista, para efectos de implementar una estrategia de comunicación. No existe un presupuesto establecido específico para efectos de la Unidad de Comunicación más que los presupuestos que por los subtítulos correspondientes permiten el pago de la remuneración de los funcionarios de comunicación. No existe ni existió”.
¿Y esos 361 millones denegados?
“No existe documento ni estimación que hable de ese monto. No existía un presupuesto establecido para eso, salvo los incluidos en remuneraciones de los trabajadores”.
Se señaló en un medio digital que se le quitó ese presupuesto a Penjean.
“Desconozco por qué se dirá eso”.
¿Se ha ido más gente del equipo de comunicaciones?
“Hay dos personas que se han ido. Primero se fue Lorena Penjean, que es la jefa de la unidad, y a los pocos días se fue Estefanía Labrín, que es la persona de confianza que ingresó con Lorena Penjean, y que después de que se fue Lorena Penjean dijo que por razones personales tenía que retirarse por proyectos propios”.
Semanas turbulentas
El convencional Patricio Fernández dijo en una columna que la comisión de Medio Ambiente en esta etapa ha “regalado titulares refundacionales”. Yendo más allá, hoy se rechazó de forma unánime una propuesta de ese tenor: una asamblea de 600 personas que sustituya los tres poderes del Estado. ¿Usted piensa que es posible revertir esos titulares “refundacionales”?
“Tenemos libertad de prensa, y cada medio puede titular lo que quiera. Ese derecho es algo que debemos proteger, respetar y cuidar para garantizar la democracia. Y bueno, tenemos más de 1300 propuestas de norma. Hay al menos siete propuestas de norma que hablan sobre la propiedad privada. Una de ellas se rechazó y algunos medios titularon “se rechazó la propiedad privada”. Mire qué absurdo. Yo creo que para resolver esto tenemos que mejorar la educación cívica, la información, y lamentablemente no es legítimo que haya un comité de censura que impida o prohíba que los convencionales ingresen propuestas. Siempre que un convencional tenga ocho patrocinios y junte el apoyo de ocho convencionales, puede ingresar una propuesta”.
“Aquí el llamado es a que los medios de comunicación cubran con la misma energía y énfasis las propuestas que están más alejadas de lo habitual, como la que usted menciona, que tuvo cero votos, como las otras que han consignado apoyo transversal, que ha votado la izquierda y derecha a favor. En la comisión de Régimen Político se votó a favor del padrón indígena. Fue transversal, 100%, ningún voto en contra. Yo creo que el desafío es cómo hacer que los medios se interesen en los acuerdos transversales de normas buenas, con amplio apoyo y no solo en las iniciativas que por cierto son más sui generis, por decir una expresión”.
¿La población se está haciendo una idea errónea de lo que se está debatiendo o aprobando?
“La ciudadanía toma posición basado en la información que recibe. Y la gente recibe y consume información a través de medios masivos de comunicación, portales de internet y televisión. Entonces, de alguna medida, la prensa tiene una incidencia en la opinión de las personas. Y por eso nosotros como Convención tenemos el desafío de poder acompañar este proceso de instalación de temas con la prensa, pero también con información que salga desde la propia Convención que tenga esta vocación de ser objetiva y de transmitir no solo los desacuerdos, sino que los acuerdos”.
“Por ejemplo, ayer una convencional (Teresa Marinovic) en un evento de 30 segundos profirió groserías en un micrófono. Fue tendencia en redes sociales, todo el mundo sabe hoy que pasó eso. Pero a nadie he escuchado conversar que votamos una norma de libertad deambulatoria o que discutimos normas de la libertad de prensa, muy buenas, con amplio consenso. Entonces, creo que es un desafío el que tenemos nosotros”.
Consulta Indígena
Hay preocupación por la Consulta Indígena. Hay convencionales que han declarado abiertamente que si el proceso no se lleva de buena forma, el proceso puede fracasar. ¿Lo ve así?
“El proceso de consulta indígena va a funcionar, porque se está haciendo todo lo necesario para que funcione. De hecho, la presidenta María Elisa Quinteros ha tomado personalmente la responsabilidad de seguir este proceso. Eso ha costado que pase gran parte del día exclusivamente trabajando para esto. Y como trabajamos en equipo para esto, se han delegado otras responsabilidades en mí”.
Esta misma semana usted dijo que iba a estar listo el presupuesto en cifras. Eso finalmente no pasó de forma exacta. Se quedó con este presupuesto no fijo, con una proporción de pago del 60% desde convenios con instituciones y 40% la Convención y sin pedir fondos nuevos al gobierno. ¿Esto quedará así?
“Sí. Se estableció que los montos que están hoy en el CUECH, los $974 millones, alcanzan para cubrir ese 40% que va a tener el costo total que va a tener la consulta, que probablemente será de entre $1.400 y $1.700 millones. Ese 40% lo pagará la Convención con la plata del CUECH. Y eso fue puro empuje de la presidenta. Se escucha su voz ahora, en la oficina de al lado. Yo la he visto tardes completas llamando a los gobernadores uno a uno, a los ministerios, al de educación y otros. Yo he visto cómo ella se ha comunicado personalmente con decenas de personas para conseguir el apoyo que hoy tenemos. Entonces, si se ha hecho todo para que esto funcione, no veo por qué no tendría que funcionar”.
¿Pero está atrasado?
“Hay un cronograma que se estableció en la comisión y va al día. Ahora, si tú consideras la planificación inicial que tenía la mesa directiva anterior, efectivamente ellos tenían considerado partir el año pasado. Pero desde que nosotros llegamos y el cronograma que está aprobado por la comisión ahora, vamos en los plazos”.
¿Se va a realizar el plebiscito dirimente?
“Es una solicitud que sigue en pie hecha por esta Convención hacia el Parlamento, que tiene la atribución de generar el mecanismo de ley que permite que se habilite. De hecho, en nuestro cronograma actual está fijada su fecha disponible para el 29 de mayo. Entonces, si por alguna razón el parlamento define que es legítimo hacer eso, que implicaría por cierto un despliegue legislativo para hacerlo, con el Parlamento nuevo, bueno, bienvenido será”.
¿Hay ánimo de que brote la iniciativa de realizarlo desde la Convención?
“Es que no puede brotar desde acá. Nosotros hicimos el Reglamento, sugerimos una forma de armarlo y oficiamos al Parlamento para solicitar que se habiliten las condiciones para que esto ocurra. Entonces, es responsabilidad de ellos. Y de nuevo: no podemos esperar a ver lo que ellos responden para tomar decisiones, porque tenemos que ser extremadamente eficientes en el uso del tiempo. Y por eso vamos a seguir haciendo el trabajo. Si se habilita, bien, lo vamos a usar. Si no se habilita, bien también, y vamos a sacar la pega igual”.
¿Qué pasará con Rodrigo Rojas Vade? Da la impresión que hay 154 constituyentes “de facto” y que esto seguirá así hasta el final del proceso.
“Efectivamente, desde el punto de vista legal y jurídico, sigue el escaño del señor Rojas Vade. Somos 155 para todos los efectos. Y la única posibilidad de que este cargo deje de existir es que el mismo Parlamento haga una reforma constitucional que permita resolver esto. De nuevo: atribución de ellos y no nuestra. ¿Qué hemos hecho nosotros?: la mesa anterior ofició al Parlamento en noviembre para que tramiten los proyectos que permitían posibilitar la renuncia de un convencional y el mecanismo de reemplazo. Esos oficios al Parlamento ya se reiteraron el 8 de febrero pasado. También se ofició al comité de ética, y el convencional fue notificado en su domicilio sobre esta investigación del comité. En septiembre se pusieron antecedentes a disposición del ministerio público para que la fiscalía centro norte inicie la investigación.”.
“Hemos hecho todo lo que tenemos en nuestras manos para que se tomen las medidas que el comité de ética establezca, y que el Parlamento defina. Hemos pedido que se haga eco de esto y no hemos recibido respuesta. Y como hay un nuevo Parlamento, y somos una nueva mesa, vamos insistir y reiterar la solicitud ya hecha por este órgano al Parlamento. Creemos que lo ocurrido es impresentable, atenta y afecta a la democracia y la confianza, y que es preciso que el Parlamento tome una decisión de tal manera que permita que ese escaño no siga siendo ocupado formalmente por Rojas Vade”.
¿Es una meta que el proceso no termine con los 155?
“No, no diría que es una meta, porque no tengo metas que no dependen de nosotros. Nuestra meta es lograr los acuerdos políticos para que se logren los amplios consensos que permitan tener un texto el 4 de julio. Esa es nuestra meta. Por cierto que es deseable que el Parlamento habilite las condiciones para que esto quede resuelto, de una manera que dé mayor legitimidad”.
¿Sería ideal que el proceso concluya sin Rojas Vade entre los constituyentes?
“Para mi sería ideal que culmine el proceso con una respuesta del Parlamento y Comité de Ética a esta situación de Rojas Vade”.
¿Le tiene miedo al rechazo de la nueva constitución?
“No. Incluso como médico, cuando tengo pacientes de urgencia, tampoco le tengo miedo a que la persona se muera, sino más bien concentro toda mi energía en hacer todos los esfuerzos por hacer lo que haya que hacer para que la probabilidad de que la persona que tengo al frente salga de ahí caminando. Esto es lo mismo: hay desafíos, hay situaciones complejas, van a ser cada vez más y los desafíos irán solo aumentando. Eso va a ser cada vez más complejo a medida que vayamos aprobando normas. Y creo que tenemos que hacer todo lo que sea humanamente posible para controlar esos desafíos y llegar bien. Pero el miedo no es un sentimiento que esté en mi ahora. No. Más bien el desafío, el sentido de urgencia y la necesidad de tomar medidas”.