Edición: Jaime Silva

Ignacio Walker apuesta por la revitalización de su partido: "La DC es una idea plenamente vigente"

05 febrero 2022 | 07:00

Ignacio Walker, uno de los miembros históricos de la DC, aborda el futuro que se viene de la mano del nuevo gobierno de Gabriel Boric. Si bien alaba los nombres designados por el presidente electo en Cancillería, admite que la figura de José Ahumada como subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales no le convence. Y aunque evita ahondar en las elecciones internas de su partido de este fin de semana, el extimonel falangista apuesta por la revitalización de su casa política.

Como una decisión “imprudente” calificó Ignacio Walker, exministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno del Presidente Ricardo Lagos, el viaje a España hecho por el canciller Andrés Allamand en plena crisis migratoria.

En ese sentido, y junto con aclarar desde un comienzo que hoy habla a título personal, el extimonel de la Democracia Cristiana (DC) cree que el titular de la cartera debería estar en nuestro país.

A su vez, Walker alabó el nuevo gabinete de ministros y subsecretarios anunciado en los últimos días por el presidente electo Gabriel Boric. Eso sí, pese a que se mostró optimista con los nombres de Ximena Fuentes y Antonia Urrejola como subsecretaria y ministra de Relaciones Exteriores, respectivamente, no ocultó sus dudas sobre el nombramiento de José Ahumada como subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales.

La crisis migratoria, las dificultades que tendrá Boric y el futuro de la DC, entre otros, son algunos de los temas que Walker aborda en esta entrevista con BioBioChile.

Segundo gobierno de Piñera

-¿Cuál es la evaluación que hace de este segundo gobierno de Sebastián Piñera?

Yo creo que este es un gobierno que está más al déficit que al haber, por decirlo con el lenguaje diplomático de la política exterior. Es un gobierno que partió el primer año destruyendo la política exterior, en el sentido que dejó de ser una política de estado para transformarse en una política de gobierno y de la coalición de gobierno. Ahí está Marrakesh y el tema de las migraciones, Escazú y el tema del medio ambiente, el show mediático de Cúcuta… en fin, una serie de episodios muy tristes que comprometieron la política exterior como nunca había sido desde 1990 en adelante.

Vino simultáneamente la contrarreforma tributaria, en la que yo todavía no entiendo cuál era el objetivo de los famosos 820 millones de dólares, cuando evidentemente era mucho mejor un esquema de modernización, actualización o simplificación del tema tributario antes que una contrarreforma, porque así fue percibida.

Y después han venido los problemas que todos conocemos, en el entendido por supuesto que ningún gobierno está preparado para un estallido social, como el de octubre de 2019, y para qué decir de la pandemia, como la del covid-19. Esas son circunstancias atenuantes, por decirlo de alguna manera, pero yo creo que la desaprobación de este gobierno, que es sistemática, con todas las encuestas situando la desaprobación en alrededor de un 75%, demuestra que es un gobierno que está más al déficit que al haber.

Polémica por viaje de Allamand

-Andrés Allamand ha sido blanco de críticas por su viaje a España en medio de la crisis migratoria. ¿Cree que hay un abandono de deberes como han mencionado algunos?

Yo creo que fue una decisión imprudente. Evidentemente que en la medida que está terminando un gobierno, un ministro de relaciones exteriores que tiene esta doble condición de ministro y de secretario electo de la Segib (Secretaría General Iberoamericana), y faltando un mes para el término del gobierno, estando enfrentado a crisis como la de las migraciones en el norte, debiera estar aquí en Chile. Y creo por lo tanto que fue una decisión imprudente.

-¿Le parece suficiente la explicación de Cancillería?

Prefiero remitirme a lo que ya dije. Creo que fue una decisión imprudente.

Crisis migratoria

-¿Cómo cree que ha sido el manejo de la crisis migratoria? Recientemente el el Gobierno decidió retirar el reglamento de la Ley de Migraciones de Controlaría.

Lo primero que hay que destacar en términos del haber, del vaso medio lleno, es la Ley de Migraciones. Recordemos que teníamos un decreto ley sobre extranjería de 1975, entonces evidentemente que hay un desfase y un vacío legal tremendo, por lo tanto yo quiero partir por valorar la dictación de la ley sobre migraciones y toda la institucionalidad que trae consigo. Eso ha sido muy positivo.

Hubo una presentación ante el Tribunal Constitucional (TC) en la que el tribunal acogió varias de las impugnaciones que se hicieron, y por lo tanto creo que es bastante destemplada la actitud del ministro del Interior, Rodrigo Delgado, de empezar a cuestionar a aquellos parlamentarios que acudieron al TC, que es un recurso absolutamente dentro de las reglas del juego. El propio TC le dio la razón en al menos siete de las impugnaciones que habían, entonces yo creo que no se puede sacar partido político partidario en situaciones como esta.

Celebro, por otro lado, las declaraciones muy firmes y categóricas del presidente electo Gabriel Boric del jueves, en el sentido que hay que hacerse cargo del tema de las fronteras, y que el tema de las migraciones hay que tomárselo en serio. Yo creo que es el tipo de actitud que uno espera justamente del presidente electo en un tema tan sensible como este.

Futuro de la cancillería

-Hablando del nuevo gobierno de Gabriel Boric, ¿qué le parece el nombramiento de Ximena Fuentes y Antonia Urrejola como subsecretaria y ministra de Relaciones Exteriores, respectivamente?

Lo primero que hay que decir es que el liderazgo político de Gabriel Boric es el principal argumento del gobierno que parte el 11 de marzo, y que él tiene una legitimidad, demostrando liderazgo junto con una inteligencia y empatía que son muy dignos de destacar. Lo mejor del próximo gobierno, creo yo, es el presidente electo.

En segundo lugar, creo que el gabinete de ministros y subsecretarios, en general, habla bien de su gobierno. Sumando y restando creo que el saldo es positivo. Especialmente es digno de destacar, a mi juicio, el nombramiento de Mario Marcel como ministro de Hacienda y jefe económico del gobierno, eso es el ministro de Hacienda, y además a Macarena Lobos, la subsecretaria de la Presidencia.

Creo que esa va a ser una dupla muy importante desde el punto de vista de la marcha político-legislativa del país, y por lo tanto esto no es sólo crear tranquilidad en el mundo empresarial, en los mercados, en el tipo de cambio, en la bolsa, etc, sino que da cuenta de una cierta opción. Yo quiero creer que da cuenta de una cierta opción, que es el Gabriel Boric de la segunda vuelta, el Gabriel Boric más en clave reformista y socialdemócrata en vez de clave refundacional y populismo de izquierda, que es lo que está en el ADN de Apruebo Dignidad, y por lo tanto creo que eso es interesante.

Me parece bien la designación en el ministerio de relaciones exteriores de Antonia Urrejola, quien tiene una impecable trayectoria en términos de coherencia, desde el punto de vista del abordamiento del tema de los derechos humanos, sin doble estándar, con una postura muy clara frente a temas como Nicaragua y Venezuela.

Por su parte, Ximena Fuentes es una persona muy competente, muy preparada, y por lo tanto me parece una buena dupla. Distinto es lo que ha ocurrido con la Subsecretaría de Relaciones Económicas internacionales, pero creo que la designación de Antonia Urrejola como ministra y de Ximena Fuentes como subsecretaria ha sido muy positiva.

El subsecretario que no le convence

-¿A qué se refiere cuando dice que “distinto es lo que ha ocurrido con la subsecretaría de relaciones económicas internacionales”, cargo que asumirá José Ahumada?

José Miguel Ahumada, por lo que yo he podido leer, es una persona de muy buena formación académica pero que tiene todas las tesis equivocadas en materia de relaciones económicas internacionales, en la medida en que él a través de sus escritos y publicaciones, en el fondo es tributario de la vieja teoría de la dependencia, que era una teoría que floreció por allá por los años `60, principios de los `70, y que ve el mundo en blanco y negro en términos de centro y periferia, y que ve que todo lo que ha ocurrido en materia de libre comercio con Chile, por ejemplo, es producto del imperialismo estadounidense que ha querido imponer el libre comercio por la vía de estos tratados. Yo creo que esa es una visión completamente trasnochada de lo que es el mundo de hoy y pienso que esto es importante porque esta no es sólo una cartera sectorial.

La política exterior está en la esencia de la estrategia de desarrollo del país y en los últimos 30 años hemos ido tejiendo una red internacional desde el punto de vista de la apertura externa de la inserción económica internacional que ha sido la clave del progreso y bienestar de Chile en estos 30 años. Entonces, la pregunta que uno se hace es: aquí va a primar la voz y la decisión del presidente de la república, que es lo que uno espera porque así funciona el presidencialismo y la política exterior; o van a primar los prejuicios y sesgos académicos del subsecretario de relaciones económicas que, como digo, tiene una matriz fundada en la teoría de la dependencia, en el imperialismo estadounidense, en la relación centro-periferia que llevó, por lo menos en el primer programa de Boric en la primaria, a plantear la famosa tesis de la revisión de los tratados de comercio y de inversiones.

Todos los excancilleres de la Concertación y la Nueva Mayoría sacamos una declaración pública en ese entonces, diciendo que esto era un profundo error y que el hecho de que Chile tenga 30 tratados de libre comercio con 65 países, representativos del 90% del PGB global, es un tema que ha tomado mucho tiempo dibujar, y que está en la base del progreso, bienestar y desarrollo de Chile en los últimos 30 años. Yo manifiesto mi preocupación por el carácter y la impronta de la subsecretaría de relaciones económicas internacionales, considerando la trayectoria académica que, insisto, es muy destacada pero con todas las tesis equivocadas.

La DC fuera del gobierno

-Como miembro histórico de la DC, ¿qué le parece la ausencia de miembros del partido en los ministerios y en las subsecretarías?

Esa fue una decisión que tomó prácticamente la unanimidad de la DC en la última junta nacional de noviembre. Nosotros decidimos no ingresar al gobierno, y por lo tanto la decisión del presidente electo de no nombrar ministros o subsecretarios de la DC me parece una señal de respeto hacia el partido, así que no tengo ninguna imputación que hacerle, al contrario; valorar que haya tenido una comprensión respecto de lo que fue la decisión prácticamente unánime de la DC en el sentido de no ingresar al gobierno.

El devenir de Boric

-Respecto al presidente electo, ¿por qué ha planteado que la principal tensión la va a vivir con su propia coalición?

Porque está en el ADN de Apruebo Dignidad la lógica refundacional en clave de populismo de izquierda. Cuando utilizo el término populismo de izquierda lo hago en términos de la defensa de ese término que hacen Ernesto Laclau y Chantal Mouffe que son dos de los principales intelectuales detrás del Frente Amplio que defienden el populismo de izquierda.

Por otro lado, la impronta reformista y socialdemócrata que Gabriel Boric le supo imprimir en su campaña claramente en la segunda vuelta. Recordemos que el programa de Apruebo Dignidad, por así decirlo, fue derrotado en primera vuelta. Boric salió segundo y recibió un 26% de los votos. En cambio, el Boric que ganó en la segunda vuelta con un 56% de los votos es con este discurso, con una lógica reformista y socialdemócrata como lo dijo el diputado Gonzalo Winter del Frente Amplio muy bien.

Yo creo que esa tensión va a estar permanentemente presente en las relaciones del presidente Boric con su propia coalición, la tensión entre reforma o refundación, entre socialdemocracia o populismo de izquierda, entre el programa de la primera vuelta y el adendum que se vio en la segunda vuelta, que son dos documentos extraordinariamente interesantes redactados por Andrea Repetto, Eduardo Engel, Roberto Zahler, en una clara lógica reformista socialdemócrata.

-¿Cuál será el rol de Ignacio Walker ante este nuevo gobierno de Gabriel Boric?

Yo estoy en el mundo académico, en Cieplan y en la Universidad Católica de Valparaíso, por lo tanto yo hablo desde la academia, desde el mundo de las ideas, en el entendido que siempre he jugado un rol político pero en este momento hay otros que tienen vocerías más autorizadas.

Yo hablo a título personal. He seguido opinando, escribiendo, publicando y enseñando, ojalá más allá de la coyuntura, del corto plazo, pensando en algo que ya se nos olvidó hace una década, que es tratar de abordar el tema de Chile en un sentido estratégico de mediano y largo plazo, inserto en el contexto internacional, en América Latina, en el mundo global. Creo que mi aporte va por ese lado, hay otras voces más autorizadas que están en los cargos y en el parlamento, donde creo que la DC va a jugar un rol muy importante, con 13 parlamentarios: cinco senadores y ocho diputados.

-¿Qué diferencias ve entre el nuevo gobierno de Gabriel Boric con el de Ricardo Lagos, administración en la que usted fue ministro?

El mundo ha cambiado, de alguna manera hay una percepción más clara de las amenazas pero sobre todo la postura del PC y el FA, la postura de Apruebo Dignidad, de cuestionamiento de lo que ha sido la estrategia de desarrollo de Chile en los últimos 30 años es lo que a mí me preocupa, porque sin perjuicio de que hay que hacer muchas actualizaciones, modernizaciones, todo el énfasis en el cambio climático, la economía verde, tratar de dotar de mayor diversificación a la estructura productiva y de las exportaciones, todo es muy válido y yo lo comparto, pero aquí hay un cuestionamiento muy radical respecto de lo que fue la estrategia de desarrollo de país en los últimos 30 años. Recordemos que “no son 30 pesos, son 30 años”.

El gobierno del presidente Lagos, y los gobiernos de la Concertación en general, durante 20 años, cimentaron las bases del Chile que hemos conocido y que tiene un aspecto muy central y positivo desde el punto de vista de la inserción económica internacional, su política exterior, la estrategia de desarrollo, que sin perjuicio de las adecuaciones que correspondan, están vigentes en sus pilares fundamentales.

Futuro de la DC

-La DC tendrá este domingo una segunda vuelta, en donde la nueva directiva se definirá en balotaje entre las listas de Joanna Pérez y Felipe Delpín. ¿Con cuál de ambas se siente más afín?

Sí, pero no quiero hablar de eso.

-¿No se referirá a esta segunda vuelta en la DC?

Es que mañana es la elección, así que prefiero no hablar de eso.

-Pero en cuanto a la DC, hay quienes han mencionado que hay una crisis al interior del partido, e incluso hay quienes hablan de una refundación. ¿Cómo ve el futuro del partido?

Yo siempre he pensado que la DC tiene un rol muy importante que jugar en Chile, de hecho así ha sido durante 80 años. Y por cierto, así también ha sido en los últimos 30 años, en los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría. Por lo tanto, desde el punto de vista doctrinario, de su trayectoria histórica, de los valores que profesa, la DC es una idea plenamente vigente. Ahora, hay un desfase muy grande con el partido. Yo como presidente de la DC, con la directiva de la que me tocó formar parte, dejamos el partido hace siete años con un 15% de los votos y 21 diputados. Hoy día tenemos 4% de los votos y ocho diputados. Eso nos habla de los problemas que hemos tenido.

En segundo lugar, en los últimos seis años hemos tenido seis presidentes: Jorge Pizarro, Carolina Goic, Matías Walker, Myriam Verdugo, Fuad Chahín y Carmen Frei. Ningún partido puede enfrentar una realidad como esa. Yo espero, sobre todo ahora que no vamos a estar en las tareas del gobierno, lo que nos da mucha libertad, que podamos hacer una revisión, introspección y una renovación de nuestro partido para ver si logramos concordar en un tipo de partido que sea coherente con los desafíos del siglo XXI.

Se han visto muertos cargando adobes. A la socialdemocracia se le daba por muerta hace cuatro años en Europa y hoy día está gobernando en gran parte de los países europeos, entonces yo creo que las ideas están plenamente vigentes pero hay que adecuar el aparato partidario a los nuevos desafíos del siglo XXI, y creo que desde el parlamento, desde la oposición, desde los municipios, desde los gobiernos regionales y desde las ideas podemos hacer una contribución hacia el futuro, entendiendo que el centro está huérfano de representación política, entre otras cosas porque nosotros lo hemos abandonado, y que la centro-izquierda es simplemente un casillero vacío, porque por mucho que se diga lo contrario, este no es un gobierno de centro-izquierda, es un gobierno de izquierda.

El centro no existe en el gobierno pero existe el espacio político del centro y la centro-izquierda, entonces hay que contribuir a renovar. De hecho hemos escrito un libro con Ernesto Ottone que se llama “Cambio sin ruptura: una conversación sobre el reformismo”, en el que planteamos la idea de renovar el espacio de centro y de la centro-izquierda sobre la base de la convergencia entre socialdemocracia, democracia cristiana y social-liberalismo.