Nadie sabe con certeza lo que ocurrirá en las elecciones presidenciales de este domingo. Muchos la han calificado como las más polarizadas del último tiempo.
Uno de ellos es Hugo Herrera, analista político y filósofo cercano a la derecha, quien en conversación con BioBioChile entrega sus impresiones en la previa al proceso que definirá al próximo Mandatario.
“No hay que olvidar que nosotros tenemos, en el fondo, a un cuerpo abierto en la sala de operaciones que es el país con la constituyente”, plantea el también académico de la UDP.
El experto, a su vez, se da el tiempo de desmenuzar las candidaturas que lucharán por llegar a La Moneda. Destaca los aciertos pero también los errores que han cometido en estos meses de campaña.
Boric y las encuestas
-Gabriel Boric ha liderado muchas de las encuestas en los últimos meses. ¿Logrará demostrar este peso en las elecciones?
Yo pienso que en términos electorales, Boric va a pasar a segunda vuelta, porque no me imagino que Yasna Provoste alcance a pillarlo. Ahora, ¿Qué proyecciones tiene en segunda vuelta? Yo creo que depende de que Boric se instale en esa segunda vuelta porque me parece que hay dos Boric.
Uno es el Boric más de Estado, más republicano, que estuvo dispuesto a firmar el acuerdo del 15 de noviembre y que le permitió dar cauce de salida a la crisis de octubre.
Pero también está el otro Boric, que en el fondo es el miembro de esa juventud dorada que es el Frente Amplio, que son jóvenes de colegios pagados, caros, de universidades de élite, que tienen un discurso bien sofisticado, pero que tienen poca raigambre en la situación popular.
Los veo desconectados de las demandas más básicas, de seguridad, de crecimiento económico. Yo ahí tengo una duda, que es el mismo Boric, por decirlo así, que se saca fotos con la polera de Jaime Guzmán atravesado, o que agarra a gritos a un militar que está haciendo su trabajo cuando a dos cuadras se estaban quemando buses para las protestas.
La pregunta es qué Boric prevalecerá. Porque no creo, más aún si va apoyado por el Partido Comunista, que el segundo Boric sea capaz de alcanzar el 50% +1.
-Hay quienes lo han catalogado como un “joven idealista”.
Yo creo que hay algo de eso. No hay que olvidar que estos jóvenes del Frente Amplio son una generación que pasó directamente desde las universidades de élite en las que estudiaban, luego de haber ido a colegios pagados, a cargos de élite también. Ya sea en la Cámara de Diputados o en municipios, entonces no han tenido contacto paisano o habitual con el país real, más allá de trabajos sociales o cosas de ese tipo.
En ese sentido, yo creo que se plantea usualmente como alguien a quien le falta experiencia. Yo diría que le falta trato humano con la situación. Insisto, tienen un discurso muy sofisticado y son muy inteligentes, pero hay una cierta falta de trato. ¿Hasta dónde te sirve ese discurso tan sofisticado cuando la gente tiene miedo de volver a la pobreza o tiene miedo del narcotráfico en las poblaciones?
-¿Cree que los últimos acontecimientos, como lo ocurrido con Karina Oliva, hayan afectado su campaña?
Esos problemas afectan a cualquier candidatura, pero el problema aquí es que además el Frente Amplio ha hecho de la moral una de sus banderas. Ellos vienen aquí a plantearse como los impolutos y a criticar directamente a una política poluta digamos, sucia, de los intereses. Entonces, en ese sentido, aparece como un doble estándar, no resiste análisis. Ahora, dicho eso, creo que han reaccionado bien con encapsular a esta niña.
Pero también hay un cierto infantilismo con ese escándalo con el que reaccionan, porque quien está en política sabe que se va a encontrar con gente corrupta, ojalá sean pocos, pero hay que tratar con ellos, no hay que despacharlos simplemente así como si uno estuviera tratando con cosas. Hay que preguntarse qué les pasó, cuál fue el error y eventualmente acogerlos. No estoy diciendo con esto que haya que reivindicar a los corruptos, pero tanto escándalo me parece que no es responsable políticamente. En política hay que ser más matizado, no veo ahí una manera constructiva de hacer política.
Discurso de Kast
-En la vereda contraria. José Antonio Kast se ha ido afianzando en las últimas semanas, al menos según las últimas encuestas. ¿Siente que de alguna manera él ha ido moderando su discurso?
Yo tengo una tesis con respecto a Kast. Se le pinta muchas veces como un extremista parecido a lo que sería una derecha neofascista de estas que han aparecido en Europa. Pero no hay que olvidar que José Antonio Kast es un UDI en el fondo. Es decir, es un político que ha estado en el sistema político desde hace muchos años, que conoce las reglas del juego, que se ha ceñido a las reglas del juego y que tiene posiciones duras, por supuesto. Yo no estoy de acuerdo con muchas de esas posiciones, en temas de inmigrantes o en temas de bajar impuestos simplemente, hay como una simplificación de temas y en ese sentido no es adecuado, pero de igual manera no es comparable con una derecha neofascista.
-Entonces…
Él cree en el mercado, pero no hay fascismo compatible con una economía de mercado, así como la que él quiere, que es una economía de mercado fuerte. En ese sentido, hay que tener cuidado al ver dónde uno lo posiciona. Si no quiere equivocarse, incluso estratégicamente, creo que es importante tipificarlo bien.
Él es un UDI noventero podríamos decir, porque une demandas de orden público con economía de mercado, si se quiere un poco salvaje, y con un conservadurismo moral fuerte. Ahora, en ese sentido, así como Boric no gana si no se va al centro y no da garantías que es el Boric republicano el que está ahí y no el Boric del mandarinato de los del Frente Amplio, Kast tampoco gana si no modera su discurso.
Yo creo que la única estrategia posible para Kast sería ganando en primera vuelta e irse al centro con todo para quitarle eventual electorado a Boric.
-Y eso él lo sabe.
Yo creo que sí, porque es clásico. La primera vuelta se pelea dentro del propio sector, esto es como unas primarias. Y ahí si que conviene irse al extremo, porque uno marca posiciones. Cuando Boric habla de Gladys Marín, eso a un demócrata cristiano le hace doler el estómago probablemente, y fideliza su electorado más duro.
Pero en segunda vuelta eso no sirve, porque cada vez que él hable de Gladys Marín va a saltar alguien de centro que se va a ir hacia el otro candidato. O cada vez que Kast invoque a Pinochet, es un voto que perdió, que se va a ir para Boric probablemente.
Entonces, en segunda vuelta, yo creo que ahí se ve cuáles son las estrategias y la estrategia más plausible es ir a conquistar al electorado del centro, porque el del extremo está cautivo ya.
Candidatura de Sichel
-¿Qué tanto pudieron haber afectado a Sebastián Sichel algunos temas, como el no haber reconocido el retiro de su 10% de la AFP? ¿Cree que por ahí pudo haber pasado su caída en las encuestas?
Hay errores que él cometió y fueron varios. Uno ve eso del 10% y probablemente lo de contar tanto su historia y que apareciera su padrastro. Pero, yo creo que el problema de fondo de Sichel es que él se planteó como un agregado muy débil políticamente. En el fondo era una persona joven muy sufrida, con una trayectoria vital muy sufrida, más eficiencia económica.
Ahora, eso no es un proyecto político. Menos aún en la época de una crisis política, en donde lo que está en juego no es un puntito más o un puntito menos de crecimiento, sino que lo que está en juego son las instituciones básicas de la República. Entonces, para una época así, no sirve eso de trayectoria personal, que por lo demás, en política, la trayectoria personal vale cero.
No me imagino a grandes políticos como Winston Churchill hablando de su trayectoria vital, de los sufrimientos que tuvo, si es que haya tenido alguno. Probablemente todos tenemos sufrimientos personales pero que muchos guardan nomás. Eso no cuenta en política.
Y por otra parte, en cuanto al tema de gestión, quedó claro con Piñera que con eso no basta para gobernar, no basta para conducir una campaña. Al final lo que pasó, yo creo, fue más o menos esto. Este individuo era levantado por un grupo de empresarios, porque tampoco tenía bases políticas propias, como un candidato del éxito.
Cuando se vio que su proyecto era vacío en términos políticos, y que era tan vulnerable en campaña, la gente se dio vuelta rápidamente. Se fueron y se desfondó, porque eso es insólito. O sea yo no tengo memoria de que algo así haya pasado en la política chilena, por lo menos desde la transición. Pero antes tampoco.
El único caso que uno podría decir que se desfondó fue Luis Durán cuando la derecha votó por Eduardo Frei Montalva, pero fue distinto porque en el fondo era para parar a Salvador Allende. En cambio aquí es dentro de la derecha en donde se produce un desfonde, eso no se había visto.
-¿Cree que en el domicilio político de Sichel probablemente estén arrepentidos de haber levantado esa candidatura en desmedro de otras que pudieron haber sido más potentes?
Yo creo que fue un error drástico por varias razones. Primero porque demuestra una institucionalidad muy frágil en la derecha. La derecha tiene, o tenía, los dos partidos más grandes del país, que son RN y la UDI. Y en ese contexto, teniendo la UDI un candidato, que era Joaquín Lavín, y teniendo RN otro candidato que era Mario Desbordes, y se haya metido por los palos este tercer candidato, levantado no por un movimiento ciudadano, no por los partidos, sino que por cinco empresarios, revela una fragilidad institucionalidad severa.
Yo creo que se están pagando las consecuencias. O sea, cualquiera de los otros candidatos estaría en una mucho mejor posición que en la que está Sichel hoy día. Hubiese sido Lavín o Desbordes, yo trabajé en su campaña, estaría en una mejor posición para ganarle a Boric.
-No hay que olvidar que también estuvo Evelyn Matthei en algún momento.
Si, también hubiese funcionado probablemente. Y es mujer, tiene una serie de ventajas. Es más rápida además. Si Sichel además no se mueve con rapidez en las discusiones, es poco asertivo, entonces eso también lo afecta. Pero yo creo que lo fundamental es que no hubo una trayectoria política y un planteamiento político, sino que cinco empresarios se organizaron, Juan Sutil con sus otros compinches, y levantan a este muchacho, así como levantaron a Laurence Golborne en su minuto. Pero no se dieron cuenta que se necesitaba algo más, se necesitaba política en el momento de la crisis política más grande en un siglo, uno podría decir. Porque esta crisis es colosal en términos de que hay un desajuste profundo entre la situación popular y las instituciones.
Provoste y su campaña
-Yasna Provoste, en tanto, intentó cerrar filas en la DC. Sin embargo, generó bastante ruido la votación de Carolina Goic en contra del cuarto retiro. ¿Qué tanto afectó esto a su campaña? ¿Cómo ha visto la candidatura de Provoste?
La he visto mal, muy mal. Ella podría haber andado bien porque tenía ventajas comparativas: es la única mujer, es de provincia, yo soy de provincia y eso vale, es como una ciudadana más llana, menos de élite que los demás, pero creo que no pudo ir en contra de un déficit político de la Concertación en este caso.
Ella tenía que parar a un muerto, porque la Concertación tiene dos problemas fundamentales que se reflejaron en la campaña. Uno, no tiene juventud, porque toda la juventud relevante de la Concertación se fue al Frente Amplio. Y dos, la Concertación no ha hecho un diagnóstico propio de la crisis de octubre, y por lo mismo no han podido levantar una propuesta política propia que se distancie con nitidez del Frente Amplio por un lado y de la derecha por el otro.
Entonces, al final, sin proyecto político y sin juventudes, termina siendo el vagón de cola de la izquierda. Terminó como siendo una mala copia de esa izquierda. Más algunas frases vacías de que ella es la estabilidad, pero eso no se lo cree probablemente ni ella, porque está muy frágil. También hay que preguntarse qué es la causa y qué es el efecto, porque yo creo que las primarias tardías y chicas que hicieron fue otro fracaso. Yo creo que la causa es la crisis política de la Concertación.
Parisi desde el extranjero
-¿Cómo lee la candidatura de Franco Parisi, considerando que no estuvo en el país en su campaña y no estará en las elecciones?
Hay que tomárselo un poco como la medicina alternativa, no sana pero tramita el asunto.
-Hay gente que cree en ella.
Claro, por supuesto. Yo creo que Parisi es un poco eso. Él lleva un público que en su minuto le creyó cuando se paseó por el país dando charlas, que tiene alguna noción así como de meritocracia también, que le tiene cierta simpatía. Es el público que no está sintiéndose acogido por las otras candidaturas.
Hay un grupo, y me acuerdo que en la época de Pinochet se apelaba mucho a eso, que son independientes digamos, que desprecian el sistema político, que dicen que son los mismos corruptos de siempre, y están ahí. Ahí está MEO y está Parisi.
Además, hay un tema generacional porque ninguna de las otras candidaturas encarna tan bien esa generación como noventera, Generación X, como de apolítico a lo Chino Ríos de que “no estoy ni ahí”. Es difícil de precisarlo, pero si me apuras, yo diría que es algo así. Es una necesidad de cierto público y ellos se perfilan bien, porque son distintos de los otros candidatos.
MEO y sus temores
-Hablando de Marco Enríquez-Ominami, en su cierre de campaña dijo que “es grave el momento, porque está a punto de pasar a segunda vuelta un extremista de derecha”, refiriéndose a José Antonio Kast. ¿Qué opina de esta estrategia de apuntar contra Kast?
Yo creo que lo que él quiere probablemente, y haciendo como una especie de moderador que está sobre el bien y el mal, es tratar de tener alguna incidencia. Nadie se mete en política para ser irrelevante y él está cerca de ser irrelevante, porque sus votos no le van a permitir estar en segunda vuelta y porque no tiene la fuerza para levantar un partido político.
Entonces, por lo menos, le pega al candidato de quien siempre ha sido adversario. Cumple su rol de alguna manera y su tranquilidad vital puede subsistir, digamos. Pero yo le doy más un carácter personal al asunto que un significado político.
Una segunda vuelta
-En una segunda vuelta, los candidatos tendrán que salir a conquistar los votos de otros espectros políticos. ¿A qué candidato le acomodaría más este escenario de salir a buscar votos donde no los tiene, y a quien se le hará más complejo atraer estos nuevos votantes?
Aquí hay algo que me llama bastante la atención, que tiene Kast y que no tiene Boric. Insisto, yo soy bien distante de Kast pero también de Boric. Pero Kast sabe reírse de sí mismo. Esto no tiene nada que ver con política, pero yo no he visto a Boric reírse de sí mismo, no tiene auto-humor. Y para hacer política de manera realista y con sentido de la oportunidad, hay que saber reírse de uno mismo, no tomarse tan en serio.
Hay que tender puentes, hay que saber mostrarse incluso vulnerable, hay que abrirse al otro. Y ahí, contra todo lo que pueda decir MEO, y contra las declaraciones duras de Kast, yo creo que él tiene más capacidad de mostrarse flexible. No en todos los temas por cierto, yo no creo que en los temas morales él vaya a transar ni un milímetro.
-En los temas valóricos.
Claro, yo creo que ahí él no tiene cintura, pero por ejemplo en los temas económicos, darle fuerte a los grupos empresariales, a los oligopolios, incluso proponer medidas más drásticas, yo lo veo en eso. O incluso revisando su política de impuestos, si no tiene cavernícolas en el equipo económico, yo he criticado hasta el hartazgo a Libertad y Desarrollo. Tiene a gente de Libertad y Desarrollo pero no son brutos, es gente competente y saben cómo ajustar variables sin producir grandes daños.
En ese sentido, yo lo veo más dispuesto, mientras que Boric ha hecho de esto un asunto moral. Cuando uno convierte la política en moral, pucha que es difícil cambiar posiciones. Kast no las va a cambiar en temas morales, pero tiene otras cosas que no se toman moralmente, en cambio para Boric, limitar el mercado es un asunto moral.
Elecciones polarizadas
-Si Boric y Kast llegaran a pasar a segunda vuelta, ¿se podrían considerar estas elecciones como las más polarizadas del último tiempo, considerando el contexto por el que atraviesa el país?
Si, coincido con eso, porque está todo lo que se dice respecto a que esto aumenta la incertidumbre y complica el panorama. No hay que olvidar que nosotros tenemos, en el fondo, a un cuerpo abierto en la sala de operaciones que es el país con la constituyente, entonces a eso agregarle estas elecciones híper polarizadas, es como por una parte los “comunistas” y por el otro los “pinochetistas”. Es como volver atrás muchos años, es una elección polarizada.
Ahora, tomar conciencia de eso creo que es el primer paso para poder operar razonablemente, y los propios candidatos debieran saberlo, porque tienen una responsabilidad con el país. Y de repente, uno puede abrigar esperanza de que la sensatez prime aunque sus posiciones sean más radicales que las de los candidatos que quedaron atrás.