Como si orquestar una maquinaria para emitir licencias médicas falsas no fuera suficiente, un grupo criminal decidió ir más allá: crear empresas de papel, simular contratos de trabajo con altas remuneraciones y luego presentar licencias ilegítimas para defraudar al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) con más de $5.350 millones.
Según información recabada por BBCL Investiga, la organización delictiva funcionó al menos desde 2018 hasta noviembre de 2023 y —de acuerdo al Ministerio Público— estuvo liderada por Juan Jaime Quilodrán Neira. La investigación de Álvaro Pérez, persecutor de Alta Complejidad de la Fiscalía Metropolitana Oriente develó que el imputado contó con la participación de diversos colaboradores, todos unidos por parentesco o amistad.
En total, durante dicho periodo presentaron 3.255 licencias médicas fraudulentas.
El clan de “Los Quilodrán”, para llevar a cabo sus artimañas ilícitas crearon tres empresas: “Asesoría Seguridad SSP Chile Ltda”, “Seguridad Privada Express Security Ltda” y “Transportes de Pasajeros y de Carga Verónica Ltda”.
Supuestamente, las dos primeras prestaban servicios de seguridad y la última de transporte, pero en realidad ninguna desarrollaba actividades propias del giro, sino que servían como soporte jurídico para justificar la contratación y liquidaciones de sueldo de los supuestos trabajadores. En simple: empresas de papel que daban apariencia de legalidad a contratos fantasmas cuya única finalidad era defraudar a Fonasa.
Dentro de la maquinaria ilícita, una vez cobraban las licencias médicas, el dinero se repartía en dos o en tres, dependiendo el caso. Si el propio clan había gestionado la licencia, por regla general se repartía mitad y mitad. En tanto, si la obtenían mediante un intermediario, se dividía en un tercio para Quilodrán, otro para el “trabajador” y otro tercio para el brazo operativo correspondiente.
En varios casos, los facilitadores eran los mismos médicos colombianos que fueron parte del bullado fraude de licencias médicas más grande de Chile.
Crimen organizado
La arista de “Los Quilodrán” quedó al descubierto a fines de 2023. La indagatoria comenzó por una denuncia de la Superintendencia de Seguridad Social (Suceso), en base a antecedentes presentados por la Caja de Compensación Los Héroes, entidad que suele pagar las licencias de Fonasa. En ese contexto fue que detectaron incongruencias en las tres empresas fachada del clan. Todo apuntaba a una estructura completamente organizada.
Por ejemplo, entre un 80% a 90% de los “trabajadores” de esas firman tenían licencia médica. Eso hizo saltar rápidamente las alarmas. Por sí solo ya es un hecho inusual, pero además la mayoría fueron extendidas por salud mental y prácticamente todos —supuestamente— ganaban sueldos superiores a los $2 millones.
El que lideraba el negocio era Quilodrán Neira, ayudado por colaboradores para diferentes asuntos. Aquí figuran la representación de las sociedades involucradas, el reclutamiento de falsos trabajadores y el manejo de listados con sus datos personales. Todo ello para efectos de falsificar los contratos de trabajo y liquidaciones de sueldo. Eso les permitía posteriormente solicitar las respectivas licencias falsas. También realizaban el contacto con los médicos y/o centros médicos que facilitaban los documentos fraudulentos para cobrarle a Fonasa.
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La máquina de dinero
En total, en los casi cinco años que operaron, el clan registró 800 falsos trabajadores para las tres empresas investigadas, quienes presentaron una o más licencias médicas fraudulentas. Más aún, 12 de ellos simularon estar contratados en dos de las sociedades de papel.
Entre las tres firmas, obtuvieron $5.350 millones. El desglose va así:
Transporte de Pasajeros y de Carga Verónica se inventó 249 trabajadores y presentó 847 licencias médicas falsas. Captó $1.420 millones.
Seguridad Privada Express Security alcanzó 273 falsos trabajadores, 1.208 licencias médicas falsas y $2.005 millones.
Y, por último, Asesorías Seguridad SSP Chile registró 290 falsos trabajadores, 1.200 licencias médicas falsas y un perjuicio al Estado de $1.924 millones.
De acuerdo a la indagatoria de la Fiscalía Metropolitana Oriente, Quilodrán Neira era el líder e ideólogo del mecanismo de defraudación. Al menos en principio estaba en todo, pero a medida que fue creciendo la organización optó por delegar algunas funciones, aunque sin perder el control total de la organización.
Además de reclutar falsos trabajadores, él también se hacía parte de la maquinaria. Tuvo contrato como jefe de personas y contador en las empresas parte del fraude. Formalmente también integró una de las sociedades fachada junto a su hermana Solange.
Entre 2018 y 2020 presentó 10 licencias médicas falsas como trabajador, mediante cuyo mecanismo obtuvo $10,7 millones de Fonasa.
Varios de los imputados hacían lo mismo: Solange Quilodrán, la hermana, registró ocho para hacerse con $15,3 millones; Fabián Quilodrán, su hijo, obtuvo $11.7 millones con siete licencias; Fernanda Villarroel Morales, expareja del líder, logró defraudar 34,8 millones con 19 documentos.
Leonardo Núñez Miranda obtuvo la misma cantidad de licencias y recibió pagos por $14,1 millones; mientras Wladimir Calfucura Escobar, amigo cercano del líder hizo lo propio para hacerse con $14,5 millones. Y además era socio en dos de las empresas fachada.
Así también pasó con hijos, primos, parejas amigos y hasta el padre del líder.
Médicos en la mira
Respecto a los médicos, en tanto, la investigación detectó a 158 médicos como proveedores de licencias médicas a los “trabajadores” de las empresas parte de la organización criminal, dentro de los cuales están incluso galenos confesos en otras causas penales por el mismo tipo de delito, en su mayoría de nacionalidad colombiana y venezolana.
Entre los principales médicos con más licencias emitidas figuran Stefany Romero Hernández, Yealfred Espinoza Almeida, Juan Villarroel Gil y Jairo Perdomo Chica, que en agosto de 2024 fueron condenados en un procedimiento abreviado.
A ellos también se suman Leónidas Blanco Delgadillo, Olga Bermúdez Escobar, Jennifer Cavadia Martínez, Natalia Pupo Rosero, César Rozas Muñoz, John Suárez Castro, Elam Otero Ortega, Johanna Sola Tapia, Howard Jiménez Hernández, Andrés Guerra Díaz y Carlos López Van den Berghe.
El último en ser condenado -a mediados de diciembre pasado- fue Leonardo Núñez Miranda, uno de los miembros del clan liderado por Juan Quilodrán. Por obtención de licencias falsas recibió la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio y una multa de 25 UTM. Asimismo, por obtención fraudulenta del dinero ligado a esas licencias obtuvo otra pena de 3 años y un día de presidio menor en su grado máximo, más una multa a beneficio fiscal de $7 millones.
A ello le sumaron también 71 días de presidio menor en su grado mínimo por asociación ilícita, aunque los castigos le fueron sustituido por la pena de libertad vigilada intensiva bajo la observación de Gendarmería.
El proceso judicial, en tanto, continúa contra los líderes del Clan Quilodrán quienes podrían ser llevados a juicio una vez se cierre la investigación. Juan Quilodrán Neira y sus colaboradores más estrechos siguen en prisión preventiva.