El presidente de Azul Azul, Michael Clark, reveló oficialmente a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) que pagó 5,7 millones de dólares para sacar a la cuestionada Sartor de la propiedad de la concesionaria de la Universidad de Chile.
Lo anterior, tras un oficio del ente regulador que el lunes le exigió explicar en 24 horas la fecha, monto, número de cuotas y porcentaje comprado de Tactical Sport, fondo que controla el club. Para dar cumplimiento a ello, durante la tarde del martes ingresó su respuesta, la cual fue publicada por la CMF este jueves.
“Con fecha 13 de diciembre de 2024, Inversiones Antumalal Limitada adquirió 6.354.981 cuotas, de la serie única, del Fondo de Inversión Privado Tactical Sport, a un valor de USD 0,90 cada cuota, correspondiente al 90% de las cuotas, serie única, de dicho fondo”, reportó en su respuesta.
En simple, la operación la concretó una semana antes de que Azul Azul la hiciera pública el viernes pasado. Y, en base a su respuesta, logró hacerse con el paquete por apenas 5,7 millones de dólares.
Un precio a todas luces conveniente, más aún considerando que cuando Heller vendió en 2021 su 63% a Sartor, versiones de prensa valoraron la transacción en 15 millones de dólares.
Una venta en secreto
Al margen, respecto a por qué compró en privado y sin reportarlo mediante una Oferta Pública de Adquisición (OPA), en su respuesta Clark argumentó que fue la propia CMF la que en resoluciones anteriores eximió a Tactical Sports de llevar a cabo un proceso de venta pública.
Esto, porque el regulador -a juicio del mandamás de Azul Azul- es “un fondo de inversión privado y que, por tanto, en su calidad de tal, dado su naturaleza jurídica de patrimonio de afectación, no le son aplicables las disposiciones de la Ley de Mercado de Valores relativas al control de sociedades anónimas”.
“Los cambios que se produzcan respecto de la titularidad de las cuotas del Fondo (es decir, Tactical Sports), que no es una persona ni su controlador, no cumplen con los presupuestos de dicha situación”, complementó Clark.
Pese al entuerto administrativo, altos personeros de la concesionaria descartan que éste se vea reflejado en el ámbito deportivo. Sin ir más lejos, esta mañana fuentes ligadas al club descartaban tajantemente, por ejemplo, que los refuerzos estuvieran congelados. Las mismas voces también calificaron como “un voladero de luces” la posibilidad de que la casa de estudios quite su nombre a la segunda escuadra más ganadora del país.
El golpe de timón
La dinámica fue así. Hasta antes que la CMF lanzara sus dardos contra Sartor, el 63% de Azul Azul era propiedad del Fondo de Inversión Privada (FIP) Tactical Sport, que a su vez estaba compuesto en un 90% por Sartor y sólo un 10% por Inversiones Antumalal. Esta última propiedad de Clark.
Pero, según él mismo reveló, desde esa participación minoritaria ahora pasó a tener el 100% de Tactical Sport por medio de su misma sociedad. De este modo, el mandamás de la concesionaria es hoy por hoy el principal propietario de la U.
A todas luces un golpe de timón. Y si bien se ha rumoreado un pronto traspaso a otro fondo para salir del entuerto, varias voces ligadas al directorio afirman que Clark, de momento, planea mantener la propiedad.
“Sartor lo está pasando mal. Le hace mal a la U tener a Sartor. Y a Sartor le hace mal tener a la U. Es una manera de desvincular rápido y que ellos se puedan concentrar en su tema y no le generen ruido a la U”, confidenció a BBCL Investiga un conocedor de la interna de Azul Azul.
El seguimiento de la ANFP
El embrollo es seguido de cerca por la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). Fuentes de este medio en la entidad de Quilín enfatizan que el asunto no tiene efectos deportivos ni sobre la licencia de operación del club, aunque sí reconocen que produce un daño reputacional a uno de los clubes de fútbol más importantes de la liga chilena.
Asimismo, explican que los equipos están obligados a informarle a la ANFP sobre los integrantes de las sociedades, pues a ellos les corresponde cotejar que no se produzcan situaciones de multipropiedad. En rigor, cualquier cambio debe ser informado a la Unidad de Control Financiero de la ANFP.
Por ejemplo, previo a la salida de Sartor anunciada el viernes por Azul Azul, el ente rector del futbol chileno conocía en detalle la composición societaria de Tactical Sport, dueña del 63% de Azul Azul.
De ese fondo, Antumalal poseía el 10%, cuya propiedad recae en Michael Clark (90%) y su esposa Andrea Toro (10%).
Y el 90% restante de Sartor S.A estaba compuesto por otras siete sociedades. Inversiones Mar del Sur Limitada (26,7%), propiedad de Óscar Ebel (50%) y María Cid (50%); Asesorías e Inversiones Quisis Limitada (26,7%), de Pedro Pablo Larraín (50%) y Ximena Carvallo (50%); además de Inversiones Atlas SpA (17%), propiedad de Atlas Financial Panamá Corp (100%).
El fondo también estaba compuesto por Asesorías e Inversiones Copihual Limitada (11,5%), propiedad de Alfredo Harz (50%) y María Guzmán (50%); al igual que Inversiones Pacaal SpA (11,5%), propiedad de Carlos Larraín Mery (50%) y María Correa (50%).
En menor medida también aparecían Asesorías e Inversiones Cabo Limitada (3,5%), de Rodrigo Bustamante (50%) y Javiera Eusquiza (50%); y Servicios Control de Activos Limitada (3%), de Miguel León (45%) e Inversiones Cordillera Limitada (55%).
Pero ahora dicha madeja de nombres y sociedades, directamente vinculadas a Sartor y a miembros de su directorio, ya no son parte de la U. Sólo queda Clark y su esposa.