Una investigación interna del BancoEstado reveló el modus operandi que encontraron delincuentes para “reventar” las cuentas de cientos de sucursales CajaVecina repartidas por la región Metropolitana.
Fue a principios de año cuando las denuncias de operadores, principalmente dueños de pequeños negocios de barrio, comenzaron a multiplicarse. En ese escenario, el banco inició la indagatoria que desembocó en la presentación de una querella criminal contra los responsables de los robos.
En total, la estatal ya cifra en $60 millones las pérdidas. Ahora será el Ministerio Público el encargado de dirigir las pesquisas que buscarán identificar a los potenciales imputados y enfrentarlos con la justicia.
CajaVecina, blanco de ataque
Hace 19 años el BancoEstado inauguraba la primera CajaVecina de la historia. Fue en la pequeña comuna de El Carmen, de la actual región de Ñuble. Hoy son más de 40 mil las sucursales a lo largo del país. Se trata de una exitosa fórmula que encontró la firma estatal para democratizar el acceso a productos bancarios.
Sin embargo, distintos locales comenzaron a ser víctimas de la delincuencia. Ya no con asaltos a mano armada, sino que con un método un poco más sofisticado: memorizar la clave de acceso del operador, robar el dispositivo y “reventar” el cupo de la sucursal.
Según la investigación interna, la forma de actuar de los delincuentes fue similar en los 372 casos denunciados en lo que va del año. De ahí que la acción penal apunte a la existencia de métodos o modus operandi establecidos detrás de los ilícitos.
El método
Las cámaras de seguridad fueron fundamentales para identificar la táctica utilizada por los defraudadores. Primero, se lee en la querella, el individuo ingresaba al local solicitando hacer un depósito. Era ese el momento clave: cuando el operador de la CajaVecina digitaba su PIN secreto en el dispositivo, el delincuente se quedaba mirando para memorizarlo.
Con la información en su poder, y aprovechando el descuido del dependiente, sustraía la máquina para posteriormente comenzar a depositar dinero a diestra y siniestra en distintas cuentas del BancoEstado. Así, hasta que se “reventara” la línea de crédito de la cuenta del comercio.
En otros casos, según quedó registrado en las imágenes de las cámaras, el individuo simulaba querer hacer una operación para conocer la clave. Más tarde, robaba el terminal, pero dejaba uno idéntico de reemplazo. Muy probablemente uno que había sido robado anteriormente.
“Esto se hace con el objetivo de prolongar el tiempo en que el operador se da cuenta del hurto de su equipo y reporta la situación a CajaVecina para llevar a cabo las medidas de mitigación necesarias, ya que, en un principio, el operador atribuye la inactividad del (dispositivo) POS a una falla tecnológica”, reza la acción penal de cinco páginas, ingresada ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago.
En la presentación, BancoEstado asegura tener el listado completo de RUT de las cuentas en las que se depositaba el dinero una vez eran sustraídos los equipos. Dicha información, plantea la compañía, estará a disposición del Ministerio Público cuando la soliciten.
“Es de suma importancia tomar medidas inmediatas para investigar su identidad, con el objetivo de determinar su responsabilidad penal. Todo esto con el propósito de salvaguardar la integridad financiera del Banco”, advierten.
Las pérdidas
En los documentos tenidos a la vista por este medio, la institución informó que hasta la fecha, en respuesta al reclamo de los operadores, han tenido que restituir $58,8 millones.
“Esta acción ha llevado a que el banco haya absorbido el perjuicio económico derivado de este ardid criminal, lo que justifica la interposición de esta querella”, reclaman.
Con todo, la estatal solicitó a la justicia que se encarguen diligencias a la Brigada de Delitos Económicos de la PDI, apuntando a la existencia de uso fraudulento de tarjetas de pago y transacciones electrónicas.
Consultados por BBCL Investiga, en primera instancia desde el equipo de comunicaciones de BancoEstado se comprometieron a entregar un pronunciamiento formal. Sin embargo, más tarde declinaron hacerlo argumentando que el tema “es materia de investigación”.