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El primo pobre: chilenos acusan discriminación laboral y exigen millonario monto a embajada de Kuwait

Viernes 27 septiembre de 2024 | 06:03

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El cierre de la misión diplomática de Kuwait en Chile ha sido ruidoso, con denuncias de precariedades laborales realizadas por trabajadores chilenos. Nueve de los 26 empleados de la embajada y la residencia del embajador interpusieron demandas laborales por más de millones, acusando incumplimientos como contratos en árabe e inglés, falta de pago de cotizaciones previsionales, horas extra no compensadas, prohibición de sindicalización y falta de finiquito al terminar la relación laboral. A pesar de la inmunidad diplomática, estos trabajadores enfrentan dificultades legales, mientras otros relatan más precariedades laborales como sillas en mal estado, casetas sin ventanas, falta de utensilios de limpieza y compra de electrodomésticos a expensas propias. El embajador Alanbie dejará Chile, hospedándose en un hotel y viajando a España, mientras los trabajadores temen no recibir sus pagos al cerrar la embajada el 31 de octubre. La embajada de Kuwait se negó a comentar sobre las acusaciones.

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Cerca del mediodía del miércoles 25 de septiembre la embajada de Kuwait notificó a sus empleados que el cierre de la misión está fijado para el 31 de octubre. Horas antes, nueve funcionarios chilenos demandaron a la legación diplomática por tutela laboral, exigiendo el pago de más de $795 millones. Los trabajadores, que también presentaron una carta de despido indirecto, denuncian una serie de incumplimientos contractuales “graves” y acusan una discriminación laboral de parte de sus pares árabes, quienes tildaban a los chilenos como “el primo pobre”. En medio de este polémico y judicializado cierre, marcado por precariedades laborales y autos de lujo en venta, el embajador kuwaití Zeaid I. Alanbie decidió dejar su residencia en Valle Escondido en Lo Barnechea y hospedarse en el Hotel Mandarín Oriental en Las Condes hasta salir de Chile.

Bullicioso ha sido el cierre de la misión diplomática de Kuwait en Chile. Cuando la embajada notificó oficialmente a Cancillería el 28 de agosto pasado, Radio Bío Bío publicó denuncias de precariedades laborales sufridas por trabajadores chilenos.

De los 26 que trabajan en la embajada ubicada en San José de la Sierra N°445 en Las Condes, y en la residencia del embajador Zeaid I. Alanbie en Valle Escondida en Lo Barnechea, este miércoles nueve de ellos interpusieron demandas de tutela laboral en contra de la legación kuwaití exigiendo el pago de más de $795 millones. Se espera que ingresen al menos otras dos acciones judiciales en los próximos días, totalizando un monto de más de $1.400 millones.

Los demandantes son funcionarios chilenos que desempeñaron labores de guardias de seguridad para el personal diplomático de la embajada, y los nueve acusan graves incumplimientos contractuales: firma de contratos en árabe e inglés y no español, sin entrega de copia; la no declaración, retención ni pago de cotizaciones previsionales; falta de compensación por trabajos de horas extra; prohibición del derecho a la sindicalización, y el no otorgamiento del finiquito laboral al momento de la desvinculación de la embajada kuwaití.

Además de interponer las demandas ante la justicia laboral, estos nueve funcionarios presentaron el miércoles una carta de aviso de término de contrato de trabajo por despido indirecto e, inmediatamente, abandonaron las dependencias de la embajada, la que quedó sin personal de seguridad suficiente. Incluso se produjo un altercado a las afueras del inmueble entre chilenos y funcionarios árabes, el que se disipó sin mayores problemas.

Los demandantes son Juan Vázquez, Claudio Astudillo, Mario Agurto, Patricio Rodríguez, Gilberto Zúñiga, Juan Espina, Miguel Pérez, Víctor Mardones y Mauricio Bahamondes, todos representados por el abogado Marcelo Ulloa Klug, quienes deberán enfrentar una compleja barrera: la inmunidad diplomática de la misión kuwaití.

El resto de los trabajadores que no demandaron continúan denunciando las condiciones de precariedad laboral con sillas para trabajar y almorzar recogidas de las calles en pésimo estado, casetas sin vidrios ni protección, falta de utensilios básicos de limpieza y compras de artefactos como refrigerador y microondas a expensas de los propios funcionarios chilenos.

Los 26 nacionales fueron notificados este miércoles que la embajada cerrará el 31 de octubre. Por su parte, el embajador Alanbie decidió abandonar su residencia en Valle Escondido en Lo Barnechea, y se hospedará en el Hotel Mandarín Oriental en Las Condes. Mientras se decide su futuro diplomático, el kuwaití disfrutará de Isla de Pascua durante la primera semana de ese mes, y luego saldrá del país con destino final España.

El contrato en árabe e inglés, sin copia

Radio Bío Bío tuvo acceso a las nueve demandas, las que se diferencian en los datos personales de los trabajadores y en el período de tiempo que fueron empleados de la embajada de Kuwait, pero todas comparten los “graves” incumplimientos contractuales.

El primero que se detalla es la firma del contrato laboral en un idioma ininteligible para los chilenos, visto que estaba escrito sólo árabe e inglés, no en español. Además, los funcionarios no obtuvieron copia del documento que firmaron, “a pesar de varios requerimientos en diversas oportunidades”.

En este sentido, los demandantes señalan que “ya el origen de la relación laboral cuenta con graves irregularidades”, y agregan que “lo más grave” es que el contrato “estaba redactado conforme a la legislación foránea extranjera (de Kuwait) que no contempla las instituciones, principios y derechos contemplados en nuestro Código del Trabajo”.

Para los chilenos, “el modo de contratación da cuenta de un abuso y desequilibrio que va más allá del natural desbalance que existe entre un empleador y el trabajador, sino que aquí tenemos una conducta dirigida a desproteger y dejar en estado de permanente vulnerabilidad al trabajador”.

Trabajo “imperado por la incertidumbre”

Los demandantes denuncian inexistencia de horario laboral y aseguran que este “era imperado por incertidumbre”, ya que tenían que atenerse “a los horarios que el personal diplomático requería, sin saber bien la regulación de las horas”. Sólo con el paso del tiempo los funcionarios se tuvieron que “acostumbrar a ‘turnos’ de más de 12 horas de trabajo corrido”.

La legación kuwaití, dicen en los escritos, no respetaron los feriados legales irrenunciables. Pero no sólo eso, sino que además “nunca se realizaron los pagos compensatorios por la obligación de trabajar durante esos feriados”.

El problema fue que los chilenos no pudieron “disfrutar de un esquema de días de descanso regular y determinado, debiendo contar con el mero arbitrio y autorización” del empleador para esos efectos.

Discriminación laboral: “el primo pobre”

Los trabajadores acusan que, pese a llevar varios años de servicio en la embajada (algunos cerca de 10 años), la legación kuwaití nunca quiso negociar o siquiera oír las propuestas de un posible aumento o reajuste de los salarios según la antigüedad de cada funcionario. La remuneración la recibían en cheques en dólares americanos, que luego giraban y después convertían a pesos chilenos.

En este contexto, denuncian a la misión árabe de discriminación laboral, ya que todos los años al staff de la embajada “se le aplicaba un reajuste anual que variaba entre los 30 y 50 dólares estadounidenses”, pero con exclusión del personal de seguridad. Incluso, hace tres años, y también sin considerar a los chilenos, se realizó un aumento del sueldo en un 30%.

Los demandantes señalan que vivieron una “constante discriminación respecto del resto del personal que trabajaba para la embajada, ya que los guardias de seguridad siempre fueron considerados como el ‘primo pobre’”, lo que a su juicio “atenta contra la igualdad laboral” y constituye un “acto indigno y arbitrario”.

Cotizaciones previsionales impagas

A ninguno de los 26 trabajadores chilenos la embajada de Kuwait les retuvo ni pagó las cotizaciones previsionales. Los funcionarios señalan que la legación diplomática “se intentó liberar de cumplir con el deber respecto de las leyes sobre seguridad social” dando un sueldo cuyo monto total incluía las cotizaciones, obligando al empleado a “efectuar las retenciones correspondientes (…) en expresa contradicción del deber legal que pesa sobre el empleador de efectuar las aludidas deducciones”.

La barrera de la inmunidad diplomática

El artículo 31 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 consagra la regla general de la “inmunidad de jurisdicción” que gozan las misiones diplomáticas frente a potenciales conflictos judiciales en sede civil, penal o administrativa.

Sin embargo, el abogado Marcelo Ulloa Klug argumenta que, en este caso, existe una excepción a esa regla general, que está regulada en dicha Convención en su artículo 33 (en relación con el mismo artículo 31), y que procede si en un juicio se hacen valer derechos laborales y de seguridad social.

En este sentido, en los escritos se señala que “la Embajada de Kuwait debe ser entendida como un empleador regular, es decir, como cualquier otro empleador nacional, para los efectos de las acciones enarboladas en este juicio”, ya que “quienes demandan los derechos laborales son nacionales chilenos que deben ceñirse a la legislación de nuestro país, y de paso, quedan sometidos a la jurisdicción laboral”.

Sergio Cortés, académico de derecho internacional de la Universidad de Chile, explicó que dicha inmunidad “opera como una verdadera falta de soberanía de los Estados para poder perseguir judicialmente a entes internacionales que gocen de protección diplomática, como es el caso de las embajadas”.

En este sentido, el abogado señaló que las excepciones a esta regla general “es algo que se ha controvertido en tribunales de primera instancia y también en cortes de apelaciones, pero la Corte Suprema, desde antiguo, sostiene que esta inmunidad de jurisdicción es absoluta, por lo que no se podría accionar judicialmente en sede laboral en contra de una embajada”.

Para Macarena Fernández, académica de derecho internacional de la Universidad Central, aunque “si bien jurídicamente es difícil hacer algo en contra de los agentes diplomáticos”, estos no están exentos de ciertas obligaciones.

La abogada aseguró que “hay obligaciones que subyacen a nivel de derecho internacional que son fundamentales cumplir, como son las obligaciones sociales y laborales que cada una de las embajadas adquiere con personal que no pertenece a su Estado (Kuwait, en este caso), sino que son parte de los nacionales o que viven en el Estado receptor (Chile), y no tienen un vínculo de dependencia con el Estado al que pertenece la embajada”.

Vea una de las demandas:

Precariedad laboral

Otros funcionarios chilenos, en condición de anonimato, relataron a radio Bío Bío más precariedades laborales.

Los trabajadores señalaron que las sillas que utilizan en el trabajo para la jornada laboral y para el horario de almuerzo son recogidas de las calles y están en pésimas condiciones. Algunas no tienen respaldo, otras están sucias y con las patas rotas. Por su parte, para aquellos que trabajan en casetas, estas no tienen ni siquiera ventanas para protegerlos del frío o la lluvia.

Además, los chilenos no cuentan con artefactos básicos de limpieza y conservación de alimentos. Las escobas, aseguraron, también las recogen de las calles. Cloro y otros elementos eran comprados a expensas de los funcionarios. Cuando el refrigerador que utilizaban tuvo una falla técnica y presentó un estado insalubre, no hubo voluntad de parte de la legación kuwaití para auspiciar el reemplazo del electrodoméstico, por lo que los trabajadores adquirieron, también a sus expensas, un refrigerador nuevo. Lo mismo ocurrió con el microondas del personal.

Por otro lado, los funcionarios relataron a radio Bío Bío que, tras hacerse públicas estas denuncias de precariedad laboral, los trabajadores de origen árabe de la embajada comenzaron a acusarlos de “traidores” y a propinar “insultos” contra los chilenos.

El miércoles fueron notificados que el 31 de octubre se producirá el cierre definitivo de la embajada de Kuwait en Chile.

Ahora, todos los trabajadores chilenos temen que, con el cierre de la misión diplomática, no se les pague el finiquito laboral que les corresponde, como ocurrió en los casos anteriores de Francisco Román y Eugenio Machuca (asesorados por el abogado Marcelo Ulloa Klug), quienes también demandaron a la embajada de Kuwait ante la justicia laboral en 2022 y 2023. Las partes llegaron finalmente a acuerdos indemnizatorios que superaron los $85 millones.

Radio Bío Bío se contactó con éxito con la embajada de Kuwait, pero declinó realizar comentarios para este artículo.

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