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Los excarabineros que fingieron ser inspectores para obtener favores sexuales en night club capitalino

17 junio 2024 | 06:01

Se presentaron de madrugada en un club nocturno de la capital, simularon ser fiscalizadores municipales y aseguraron estar en una "ronda extraordinaria". Sin embargo, al poco andar levantaron sospechas. En realidad, sus propósitos eran obtener dinero y favores sexuales de las bailarinas. Carabineros que circulaban por las cercanías los detuvieron y ahora enfrentan cargos ante la justicia. Coincidencia o no, ambos implicados son ex miembros de la policía uniformada.

La Municipalidad de Santiago presentó una querella criminal en contra de dos excarabineros que, con credencial y esposas de seguridad incluidas, se hicieron pasar por fiscalizadores municipales al interior de un club nocturno ubicado en el Barrio 10 de Julio.

En la acción penal interpuesta ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, la repartición municipal expuso la situación, exigiendo el inicio de una investigación penal en contra de los implicados.

Resulta que, durante la madrugada del domingo 26 de mayo recién pasado, ambos individuos llegaron hasta el local “Amores” ubicado en Copiapó a la altura del 541, calle paralela a la reconocida avenida 10 de Julio, con dos propósitos específicos: solicitar favores sexuales y de paso obtener algo de dinero.

Así consta en el líbelo revisado por BBCL Investiga, donde se da cuenta de que eran cerca de las 03:00 de la mañana cuando Jorge Ignacio Reyes Rodríguez y Bastián Enrique Romo Castillo ingresaron al local nocturno. Lo hicieron presentándose como inspectores municipales de la comuna de Santiago.

El plan, en teoría, iba perfecto. Jorge (28) y Bastián (30) portaban vistosas credenciales colgando del cuello, haciendo presente su supuesta calidad de funcionarios municipales a cualquiera que se les cruzara.

“Ronda extraordinaria”

No obstante el armamento y las esposas de seguridad que llevaban consigo para hacer más creíble su versión, las sospechas de un timo inundaron el local y enrarecieron el ambiente.

Tanto así que la situación llegó rápidamente a oídos de tres carabineros que a esa hora transitaban por las cercanías del lugar. De acuerdo con antecedentes policiales, fue un transeúnte el que dio aviso de lo que ocurría.

“Al interior del club nocturno Amores hay dos sujetos haciéndose pasar por carabineros”, les advirtió a la pasada.

Así fue como un sargento segundo Prado Jofré, el cabo primero Guerrero Moscoso y la cabo primero Díaz Machuca ingresaron hasta el recinto para iniciar el procedimiento. Esta vez la fiscalización era en serio.

Ante las consultas del personal policial, ambos manifestaron en primera instancia ser funcionarios de la Municipalidad de Santiago que llevaban a cabo una “ronda extraordinaria”.

Sin embargo, al poco andar y ante la imposibilidad de darle consistencia a su relato, decidieron entregar una nueva versión a los policías. Esta vez reconocieron no ser inspectores y en cambio, afirmaron haber pertenecido en el pasado a la filas de Carabineros de Chile.

La confesión

Fue entonces cuando confesaron que únicamente buscaban beneficios del tipo económicos de dueña del local y sexuales de parte de las bailarinas, según consta en la querella.

En la revisión posterior, Carabineros constató que ambos portaban una pistola de aire comprimido, un juego de esposas de seguridad marca Smith & Wesson, un carnet de medicina curativa y un parche institucional de la policía uniformada.

Este último, con la leyenda: “CABO 2º J. REYES R.”, lo que deja indica que pertenecía a Jorge Reyes Rodríguez.

La propietaria del local denunció lo ocurrido ante los mismos carabineros que acogieron el procedimiento, mientras que por su parte la Municipalidad de Santiago decidió presentar una querella criminal.

“Los hechos denunciados por esta administración son de la máxima gravedad y por eso presentamos la querella. No aceptaremos que ninguna persona ponga en duda la labor de nuestros funcionarios y funcionarias y menos que se pretenda hacer pasar por uno de ellos para cometer delitos”, manifestaron desde la Municipalidad de Santiago ante las consultas de este medio.

En el libelo, el municipio apunta a que se configura el delito contemplado en el artículo 213 del Código Penal, donde se establecen sanciones que van de presidio menor en su grados mínimo a medio y multa de entre seis y veinte UTM, a quien “fingiere autoridad, funcionario público o titular de una profesión que, por disposición de la ley, requiera título o el cumplimiento de determinados requisitos, y ejerciere actos propios de dichos cargos profesiones”.

Con todo, la querella fue declarada admisible por el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, ordenándose la remisión de los antecedentes a la Fiscalía Centro Norte para que se persiga a los involucrados.